TE VEO - NETEYAM SULLY (EN PR...

By Tbf_1410

14.9K 1.1K 199

El dolor que siente Laia por la perdida de sus padres parece insuperable. Hundida en la pena y la culpa, se c... More

ANTES DE LEER
UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS
SIETE (PARTE I)
SIETE (PARTE II)
OCHO
NUEVE
DIEZ
ONCE
DOCE (PARTE I)
DOCE (PARTE II)
DOCE (PARTE III)
TRECE
QUINCE
DIECISÉIS
DIECISIETE
DIECIOCHO
DIECINUEVE
VEINTE
VEINTIUNO
VEINTIDÓS
VEINTITRÉS
VEINTICUATRO
VEINTICINCO
VEINTISÉIS
VEINTISIETE
VEINTIOCHO
VEINTINUEVE
TREINTA
TREINTAIUNO

CATORCE

528 38 8
By Tbf_1410

(Capítulo +18)

Si nos les gusta la lectura tan explicita, les sugiero saltarse este capítulo.

Pov Laia

Me movía de un lado a otro en la habitación intentando hacer el mínimo ruido posible. Mi prima seguía dormida, estaba recién amaneciendo.

Con cuidado me pare en la punta de mis pies para alcanzar la caja que estaba tapada en polvo en el fondo del armario. Una punzada me atravesó el corazón cuando al quitar la tapa vi el arco de madera junto a las flechas a juego que estaban decoradas con pequeños caracoles en sus extremos.

Cuando era pequeña siempre acompañaba a mis padres a cazar, solíamos pasar días enteros internados en lo más profundo de la isla practicando y disparando flechas a racimos de frutas o troncos solo por diversión.

El último cumpleaños que pase con mis padres, recibí como regalo mi propio arco, para ese entonces me quedaba muy grande aún, y para cuando crecí, el dolor de su perdida no me dio la valentía de utilizarlo. Hasta hoy.

Pasando tiempo con Neteyam, descubrí que uno de sus pasatiempos, cuando vivía en su antiguo clan, era cazar, talento adquirido por su madre, según dijo, así que considerando la situación, creo que es buen momento para volver a hacer algo que tanto me gustaba, con alguien tan especial como él.

Secándome una lágrima surgida por la ola de recuerdos, colgué el pequeño morral que tenía las flechas sobre mi espalda y salí a paso rápido de la casa.

Emprendí camino hacia el interior de la isla. 

Estaba a metros de llegar al punto donde habíamos quedado de juntarnos con Neteyam, cuando alguien tiro de mi brazo dejando mi espalda pegada en uno de los árboles que había en el camino.

- Buenos días preciosa.- una sonrisa se me dibujo en el rostro cuando vi al chico que ha estado robándome más de un suspiro en los últimos meses.- No sabes como te he extrañado.

A pesar de habernos separado hace solo unas horas, yo también lo había extrañado. Desde que nos dimos ese primer beso hace un par de semanas atrás, siento la necesidad de tenerlo cerca de mí todo el tiempo. Me he vuelto adicta a su presencia.

- No se nota.- me queje.

Neteyam se llevó una mano al pecho, fingiendo estar muy ofendido con mi comentario.- ¿Y qué puedo hacer para que te des cuenta de la falta que me has hecho durante el tiempo que no has estado a mi lado?

Levante y deje caer los hombros cuál niña inocente.- Algo se te ocurrirá.

- De hecho... tengo un par de ideas.- respondió con una sonrisa picará acortando la pequeña distancia que teníamos el uno del otro.

Sus manos se posaron en mi espalda baja, haciendo presión para que mi cuerpo se pegara al de él, al mismo tiempo que sus labios atrapaban los míos en un beso, dejándome sentir una vez más ese dulce sabor que tanto disfrutaba.

Pov Neteyam

Me encanta besarla. Soy fiel creyente que sus labios tienen algo mágico, porque me tienen completamente hechizado.

Separo sus labios de los míos.- ¿Iremos a cazar?- pregunta apoyando su mentón sobre mi pecho.

- Aún no.- gruñí, no iba a escapar así de fácil. Presione mi agarre en su cuerpo y la volví a besar, pero esta vez con más intensidad. 

Ella por supuesto no se opuso, le encanta el juego de provocarme para que yo de el primer paso.

Laia abrió su boca para recibir mi lengua en su interior. Los besos cada vez se volvían más desesperados. 

En un movimiento rápido, su espalda choco con fuerza con la madera del tronco que estaba detrás, me preocupe pensando que se había hecho daño, pero cuando intente alejarme, enredo sus dedos en mis trenzas impidiendo que separa nuestras bocas. 

Un pequeño cosquilleo me recorrió desde la nuca hasta el final de la columna. 

Buscando la manera de saciar mis ansias, comencé a dejar un camino de besos que iban desde el cuello hasta sus hombros, succionando y mordiendo la piel debes en cuando. 

El sonido que tanto me encantaba escuchar no demoro en dejar sus labios. Sus dulces gemidos hacían eco entre el ruido de las aves que cantaban a lo lejos entre la vegetación.

Un calor intenso se arremolinaba en mi interior, la deseaba demasiado, y como no hacerlo, si ella era la mujer más hermosa que han visto mis ojos. 

- Neteyam...- susurro con los ojos cerrados cuando volví a dejar su boca y mis besos comenzaron a bajar por el escote de la linda maya color turquesa que cubría las partes precisas de sus senos.- ¿Q... que haces?- pregunto sin abrir sus ojos y con el mentón levantado esperando a que siguiera con el juego previo que estaba llevando a cabo. 

- Shhh.- respondí con mi boca bajando hacia su vientre.

Me alejé un momento para admirarla. Se veía tan sensual con la espalda recostada sobre el árbol, la respiración alborotada, los ojos apretados y las mejillas sonrojadas.

Sintiendo la falta de contacto, ella abrió sus ojos buscando el motivo por el que me había detenido. Sus pupilas dilatadas y la mirada feroz hizo que me diera cuenta de que lo único que cazaríamos hoy, era el uno al otro. 

Como un depredador me lance de nuevo hacia ella, el choque de nuestros labios fue rudo. 

Sus manos viajaban por mi espalda y mi abdomen haciendo que el calor que sentía en todo el cuerpo se concentrara en mi entrepierna. 

- Vaya vaya- una sonrisa lujuriosa se dibujó en sus labios cuando paso su mano por sobre el bulto que crecía cada vez más. 

- Estás jugando con fuego preciosa.- gruñí con la voz rasposa por el contacto de su mano sobre mi miembro. 

- La cobardía no es una de mis cualidades.- otro reto.

- ¿Estas segura?- pregunte.

Esto había dejado de ser un simple coqueteo o juego que pudiera detenerse cuando nuestros pulmones reclamaran oxígeno por tanto besarnos. Estábamos a punto de entrar a un camino sin retorno. 

Pov Laia.

Neteyam me miro con un dejo de desconfianza po rel sentido que estaba tomando la situación.

Armándome de valor, me deshice del bolso que llevaba en la espalda con las flechas y lo arroje a un costado. Él solo me seguía con la mirada, su pecho subía y bajaba con rapidez. 

Me temblaban las manos, pero toda dudara que quedaba se disipó cuando vi que el bulto entre sus piernas solo continuaba creciendo. 

Apiádate de mi gran madre.

Lleve mis manos a mi cuello y con lentitud desabroche el sostén que cubría mis senos y parte de mi abdomen. 

La mirada de Neteyam se volvió oscura cuando deje caer la prenda a mis pies, dejando mi torso totalmente expuesto a sus ojos. 

- ¿Te parece que no estoy segura de lo quiero?

Una sonrisa malévola dejo sus labios antes de abalanzarse sobre mí. 

Llevaba días soñando con esto, la tensión y el deseo había comenzado a crecer a niveles abismales después de nuestro primer beso y según mi teoría, esta era la única manera de calmar nuestras hormonas sin correr el riesgo de que no aguantemos más y nos terminemos devorando el uno al otro en cualquier momento frente a los ojos de todo el clan.

Un gemido ahogado dejó mis labios cuando Neteyam introdujo uno de mis senos en su boca y comenzó a chuparlos y morderlo a su antojo.

- Date la vuelta.- susurro en mi oído.

No hice preguntas ni tuve objeciones, solo me limité a obedecer porque me encontraba en completo éxtasis sintiendo como Neteyam me tocaba y devoraba cada parte de mi cuerpo con sus deliciosos labios. 

Sentí como su erección, que aún estaba bajo la tela de su taparrabo, se clavaba en mi espalda gracias a la diferencia de altura. 

Deje caer mi cabeza hacia atrás, apoyándola en su pecho, cuando comenzó a besar mi cuello al mismo tiempo que apretaba ambos senos con sus grandes manos. 

- Eres tan hermosa.- gruño por lo bajo.

Su mano derecha trazaba pequeños círculos sobre mi abdomen. Mi entrepierna estaba caliente y necesitada, su jugueteo me tenía al borde del colapso. Y como si hubiera leído mi mente, los círculos desaparecieron y su mano comenzó a recorrer el camino al interior de la pequeña falda que estaba atada a mis caderas. 

Di un pequeño brinco cuando sus dedos tocaron la parte más sensible de mi intimidad. 

- ¿Lo deseas?- pregunto 

Asentí con los ojos apretados, rogando mentalmente por más.

- Habla Laia, quiero saber si lo deseas tanto como yo.- me encantaba saber que detrás de toda la ternura y caballerosidad, había una faceta oscura y demandante que solo yo podía sacar a flote.

- Si... lo deseo.- gemí removiéndome sobre su mano, buscando la manera de calmar el dolor que comenzaba a asentarse en mi entrepierna por la necesidad que él me provocaba.

- A su orden.- gruño en mi oído introduciendo de golpe dos dedos en mi intimidad.

Su movimiento me corto la respiración por un segundo. 

- Carajo...- gruñí respirando con pesadez y juntando toda la fuerza que le quedaba a mi cuerpo para evitar que mis piernas flaquearan y me hicieran caer en ese mismo momento. 

Sentía el sonido del chapoteo que provocaban sus dedos cuando entraba y salía de mí. 

Pequeñas corrientes comenzaban a agruparse en un punto específico de mi intimidad. Sabía que significaba, pero antes de que el cosquilleo infinito me golpeara, sus dedos me abandonaron.

Decepcionada y enojada me giré para quedar cara a cara y demandarle que no podía dejarme de tal manera. Pero sus labios atacaron los míos antes de que pudiera formular palabra alguna. 

- Recuéstate.- ordeno apuntando un claro entre los árboles que estaba un par de pasos adelante. 

Contoneando mis caderas de manera sensual, avance, con él, pisándome los talones. 

-- Solo relájate.- dijo coqueto cuando me puso de espaldas sobre la hierba y se arrodilló entre mis piernas para comenzar a besar y morder mis muslos desde abajo hacia arriba. 

La tarea incompleta de hace unos minutos, me comenzaba a pesar. Necesitaba más.

Sus manos hábiles lograron desabrochar mi falda sin mayor dificultad, dejándome completamente desnuda y expuesta.

Sin dejar de admirar cada esquina de mi cuerpo, se puso de pie y comenzó a desabrochar su taparrabo a una velocidad tan lenta que dolía.

Intento disimular el asombro cuando la pequeña tela cae de su cuerpo, dejando frente a mí su miembro, grande, duro y listo para mi.

- ¿Qué pasa? ¿Acaso te comió la lengua un ilu?- se burló al ver mis ojos abrirse como platos.

Presumido.

Lo mire con mala cara frunciendo el ceño, cosa que rápidamente cambio cuando volvió a arrodillarse abriendo mis piernas y pasando sus dedos por toda mi humedad.

-Ya no aguanto más. - gruño metiendo un dedo en mi intimidad haciendo que arquera un poco mi espalda por la oleada de placer que provocaba.

- Pues que esperas. - respondí entre gemidos.

Un dolor me atravesó cuando sin verlo venir, su miembro me dio la primera envestida sin piedad alguna.

-¿Estas bien?- su cuerpo cernido sobre mi se quedó inmóvil.

-Sigue. - roge.

Sus gemidos comenzaron a resonar en mis oídos mientras su miembro salía y entraba de mi intimidad provocando una deliciosa combinación de placer y dolor por el gran tamaño de lo que arremetía dentro de mí.

Mis sentidos están nublados y mi cuerpo solo puede concentrarse en el éxtasis que me provoca tener a Neteyam embistiéndome una y otra vez sin detenerse.

-Neteyam...- gruño clavándole las uñas en la espalda cuando siento que el clímax esta cerca.

En un acto reflejo abro mis piernas aún más envolviendo su cuerpo con ellas para darle una mejor entrada.

Los movimientos de su cuerpo contra el mío se comienzan a hacer más irregulares, pero no menos intensos, hasta que nos corremos con segundos de diferencia.

Un grito deja mi garganta cuando el orgasmo se hace presente. A estas alturas no me interesa si alguien me escucha.

Neteyam cae de espaldas a mi lado, con su respiración hecha un desastre, tampoco es como que yo me encuentre en mejores condiciones.

Al cabo de unos minutos, él se incorpora tomándome de la cintura y sentándome a horcajadas sobre su pelvis.

Nuestras miradas se conectan y a pesar de que estamos ahí, desnudos y sudorosos, no hay vergüenza ni incomodidad entre nosotros.

-Eres mía Laia, para siempre- me dice sin apartar sus ojos de mí y atrayéndome en un beso dulce.

Lo tomo como una promesa.

- Lo soy.- respondo sin dudarlo y vuelve a besarme, esta vez mas apasionadamente, lo que me indica que él esta listo para un segundo round.



Continue Reading

You'll Also Like

9.1K 755 13
¿Que pasaría si Bucky tuviera un a hermana menor? ¿Y si ella se enamora de Zemo? ¿Logranar estar juntos? Descúbrelo es esta historia 💜
94.6K 10.1K 45
La familia Sully ha crecido. Esta historia sigue a la hija biológica mayor de Jake, Sylwanin, mientras acompaña a su familia a través de pruebas y tr...
68.4K 4.1K 24
Un duque...¡¿Enamorando?!
694K 90K 63
"Y si no eres el amor de mi vida diré que me equivoque de vida y no de amor" Cuando Izuku observó como Kacchan le decía que sería padre, supo que en...