VEINTICUATRO

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Pov Neteyam

Llevaba casi dos semanas sin ver a Laia.

Con la finalidad de ayudar a los clanes de las islas del sur, que habían sido cruelmente atacadas por la gente del cielo. Ronal la envió a cooperar como sanadora para los guerreros heridos en batalla, aunque el trasfondo de esa buena obra, era claramente mantenerla alejada de la isla todo lo que pudiera.

Me había ofrecido para ir en calidad de soldado y así poder estar cerca de ella, pero mi padre, en cuanto supo mis intenciones, me lo prohibió.

Las cosas no estaban bien en casa. Papá no me dirigía la palabra más que para llamarme la atención. Después de que Aonung lo pusiera al día con todo lo sucedido, no me quita los ojos de encima. Mi madre intentó interceder, pero no tuvo éxito.

- Neteyam.- estaba terminando de desenredar las mallas de los pescadores cuando Tsireya se acercó. - No tengo mucho tiempo. Laia te envió esto ayer. Aproveche que mis padres están ocupados con los preparativos de la presentación de It'ey para entregártelo.

- Gracias Tsireya.- me alegraba saber que aún teníamos a alguien de nuestro lado.- ¿Sabes cuando vuelve?

- Se supone que dentro de dos días. Debe estar presente en la celebración de mi hermanito.

Asentí feliz, estos días realmente me han parecido como años.

-- Debo irme.- Tsireya miraba inquieta a su alrededor.- Las cosas en casa siguen tensas y no me gustaría que mi madre armara un alboroto.

- Ve, ya han sido suficientes problemas... y gracias otra vez.- sonreí moviendo el papel que descansaba entre mis dedos.

Por suerte, para mí, Tuk había distraído a mi padre, así que respiraba un poco de paz después de largos e intensos días de tenerlo pegado a mí como una sombra.

Gire el pergamino y encontré garabatos sobre la hoja blanca.

Para Neteyam.

Con dedos torpes abrí el sobre que contenía lo que ahora era mi bien más preciado.

No importa lo que suceda a nuestro alrededor, mi corazón siempre será tuyo.

LAIA.

No era una gran carta, de hecho solo eran un par de palabras, pero eso era todo lo que necesitaba para saber que lo nuestro seguía intacto.

Pov Laia

- Entonces, déjame ver si entendí. ¿Tu tía los encontró?

Asentí.

-- ¿Y luego que paso?

- Y luego me mando a ayudar a tu clan.- respondí encogiéndome de hombros.

- Vaya y yo pensé que mi vida estaba jodida- resoplo mi acompañante con un obvio tono de burla.

- Eres imposible.- le di una mirada molesta- Te cuento esto con la mayor de las confianzas y tú solo te burlas de mí.

El chico que se movía a mi lado soltó una gran carcajada, provocando que mi ilu diera un respingo por el inesperado sonido. La primera carcajada que le escucho desde que llegue a sus tierras a ayudar a los heridos.

Conocía a Keryn desde que éramos niños. Vivió por años en la isla y solía pasar más tiempo en mi casa que en la suya.

Cuando la gente del cielo nos atacó, sus padres tuvieron un final peor que la muerte.

No solo les quitaron la vida, sino que antes los retuvieron y torturaron por meses, experimentando con ellos de formas que no soy capaz de imaginar sin que se me revuelva el estómago.

TE VEO - NETEYAM SULLY (EN PROCESO)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon