Una vez terminó de escribir, dejó la pluma de lado y suspiró con pesadez. Algo cansado, miró el cuaderno frente a él, volviendo a leer la información que acababa de anotar y asegurándose de que todo estuviera bien, agradeciendo en silencio cuando vio que era así.
Se recargó en el respaldo de la silla, alzando la mirada y percatándose de que sus demás compañeros aún no terminaban el trabajo, razón por la que se sintió orgulloso de sí mismo por un momento.
"Soy como el Rayo Mcqueen", bromeó en su mente, riendo bajito para que nadie lo viera como un pinche loco que se reía solo.
Volvió la vista a su mesa y una mueca de disgusto adornó su rostro cuando se dio cuenta de lo desordenada y sucia que había quedado, así que, sin perder más el tiempo y aprovechando que había terminado sus deberes, se dispuso a recoger y ordenarlo todo nuevamente.
No le tomó mucho hacerlo, y al final solo juntó en sus manos toda la basura que había quedado, posando la vista en el escritorio de profesores y asegurándose de que no hubiera nadie en él que le regañara por levantarse un momento. Cuando comprobó que no era así caminó lejos de su lugar hasta salir del salón de clases, tirando la basura en el bote que había fuera de este y dando un pequeño vistazo al exterior, pues sí, cada vez que alguien salía a tirar basura también iba a hacerse pendejo.
Miró rápidamente la colina frente a la escuela, luego al grupo que hacía Educación Física en el patio, y cuando creyó que ya había tardado demasiado "tirando basura" decidió volver adentro y caminar a su lugar nuevamente, sin embargo, justo cuando estuvo a punto de sentarse algo llamó completamente su atención.
Ahí, en su mesa, había un pequeño post-it rosa pastel pegado sobre su cuaderno con una nota escrita en él.
La mirada del mexicano se iluminó y miró aquello totalmente asombrado. Con cuidado, retiró esa pequeña hojita de papel y la acercó hasta su rostro para verla con más claridad.
"Me gustas mucho...♡"
La letra era tan clara y bonita, sin duda alguna tenía que ser de alguna chica. Volvió a leerla y una pequeña sonrisa se formó en sus labios, no pudo evitar sentir un ligero calor en sus mejillas. Ni siquiera se había percatado de cuando la habían colocado ahí siendo que solo le había tomado un momento ir y venir.
Miró a su alrededor con cierta curiosidad, pero nadie parecía prestarle atención en realidad. Una vez más miró la nota, ahora algo confundido ¿Qué tal si se trataba de una simple broma?
No lo sabía con exactitud, y tampoco tuvo tiempo de descubrirlo, pues el maestro regresó al salón y no tuvo otra opción más que volver a tomar asiento.
[...]
—Entonces... ¿Me decís que esto estaba pegado en tu cuaderno? —Cuestionó Chile mirando la nota, intentando comprender lo que su amigo le contaba.
—Sí wey, en la clase de Química me levanté un momento a tirar basura y cuando regresé ya estaba ahí.
—¡Ehhh pero si vas con todo! —Exclamó el argentino buscando molestar al de emblema de águila, que sonrió con cierta vergüenza.
—No creo wey, de seguro nomás es una broma.
—¿Y por qué crees eso? Las únicas personas que se llevan con vos somos nosotros, y créeme cuando te digo que ni Chile ni yo hemos sido.
—¡Sí! —Concordó el mencionado. —Es la primera vez que te mandan una nota así ¿No estai feliz?
México solo desvió la mirada, rascándose la nuca algo dudoso.
—Pues... la verdad tengo cosas más importantes en las que pensar, no me quiero distraer.
—¡Pfff! ¡Debés relajarte un poco, wacho! No veo por qué tanta excusa. Sos alguien wapo y nunca has tenido nada serio con nadie ¿Por qué no darte una oportunidad?
—¡Exacto! ¿No te gustaría saber por lo menos quien ha sido?
Ante eso, el mexicano soltó una risa.
—Tampoco es que me importe mucho, la verdad.
—¡Ay, sacowea! ¡Por lo menos déjanos chismear a gusto un rato! A nosotros sí nos interesa saber quién es tu enamorado —Se quejó el chileno con diversión, provocando que los otros dos rieran.
—¿Pero para qué necesito a alguien más si ya te tengo a ti, guapo? —Le coqueteó México a manera de broma, pasando uno de sus brazos por los hombros del más bajo, que solo gruñó con cierta vergüenza.
—Bueno, eso sí.
No tuvieron tiempo de seguir hablando, pues de pronto pudieron escuchar como la chicharra de la escuela daba su último toque por ese día, dando las clases por finalizadas.
Todos guardaron sus cosas con rapidez y abandonaron el salón, caminando hacia la salida, donde se detuvieron una vez más.
—¡No' vemo' mañana! —Se despidió el de una estrella chocando los puños con sus otros dos amigos, quienes imitaron su acción.
—¡Sí, nos vemos!
—¡Se lo lavan, culeros!
Y tras eso cada quien se fue por su propio camino.
México trataba de abrirse paso entre toda esa gente acumulada fuera de la escuela, caminando con torpeza y haciendo lo posible por evitar ser aplastado, sin embargo, justo cuando estaba por salir de ese gentío, un chico mucho más alto —y para su desgracia, robusto— pasó a su lado con brusquedad, provocando que el latino perdiera el equilibrio y terminara por empujar a alguien a sus espaldas.
—Chingada madre... —Susurró para sí mismo por lo bajo, notoriamente molesto. —¡Fíjate, cabrón! —Le gritó a aquel que lo había empujado, más éste ni siquiera se inmutó.
En cuanto pudo reincorporarse se giró hacia aquel con el que había chocado, y vaya sorpresa se llevó al verse obligado a subir la mirada para poder mantener contacto visual con aquellos ojos azules que se mantenían serios observándole.
—A-ay, perdón... —Se disculpó el más bajo con notoria vergüenza, sintiéndose muy pequeño en comparación con quien se encontraba frente a él.
El de ushanka asintió con neutralidad.
—No te preocupes —Respondió sin más, solo para volver a girarse y seguir platicando con su grupo de amigos.
México le restó importancia y continuó su camino.
Y a tan solo a algunos metros de él, pudo localizar a su madre recargada en una pared, esperándolo con poca paciencia mientras observaba su celular y se acomodaba el cabello y la elegante ropa que llevaba. El menor solamente suspiró disimulado y se acercó a ella.
—Hola Ma —Saludó cansado.
—Hola hijo ¿Cómo te fue?
—Bien, ya sabes —Se limitó a decir con una diminuta sonrisa. —Nada interesante.
De inmediato el recuerdo de la nota que había recibido llegó a su mente, pero evitó hablar sobre eso.
Simplemente siguió a su madre hasta la camioneta que les pertenecía y subieron en ella, yendo de regreso a casa y comentando sobre lo que habían hecho en el día.
Hubo un momento en el que México solo se quedó observando a través de la ventana, pensando en lo que había sucedido y aún teniendo muchas dudas en cuanto a aquella "declaración anónima" que había recibido esa mañana.
«¿De verdad le gustaré a alguien?» «¿De quién podrá ser?» «¿En serio será para mí?»
Esas eran algunas cuestiones que su mente se hacía, era algo nuevo para él y aunque lo negara, debía admitir que le provocaba curiosidad descubrirlo.
Quizá con algo de suerte lograra descifrar la respuesta a aquellas preguntas durante los siguientes días.
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El lunes entro al segundo semestre de la uni, ay qué nervios x) ¿Cómo les va a ustedes?
Espero que todos se encuentren muy bien y que de igual manera le haya gustado el cap aunque sea muy cortito y simple, poco a poco irá mejorando.
Muchas gracias por leer, cuídense y tomen agua ¡Nos vemos! ✨
—Bad.