Todo Lo Que Quiero (#2)

By Rubi_Maxwell

758K 82.1K 23.3K

Trilogía: Segundo libro. Muerte: Defunción - Término - Expiración. Austin Maxwell había tenido la muerte muc... More

Antes De Leer
Sinopsis
1. Hija
2. Trabajo
3. Enfermo
4. Todo
5. ¿Niñera?
6. Película
7. Salida
8. Pelea
9. Llamada
10. Compañera
11. Lluvia
12. Tierno
13. ¿Señor?
14. Resolver
15. Nervios
16. ¿Se Conocen?
17. Cuñado
18. Hermano
19. Te Ayudo
20. Incógnita
21. Confiar
22. Tortura
23. Sentir
24. ¿Celos?
25. Cita
26. Feliz
27. Momento
28. Invitación
29. Anhelo
30. Cena
31. Chicas
32. Recital
33. Te Quiero
34. Libre
35. Hermosa
36. Tan Cerca
37. Deseada
38. Brillo
39. Loco
40. Ascensor
41. Olivia
42. Quiebre
43. Pánico
44. Confesión
45. Nuevo Integrante
46. Bebé
47. Latidos
49. Mamá
50. Casa
51. Odio
52. Hermana
53. Papá
54. Amor
55. Volver
56. Sueño
57. Velas
58. Final
Epílogo

48. Verdad

13.2K 1.5K 595
By Rubi_Maxwell

¡Por fin les puedo actualizar!

¿Me extrañaron? Porque yo sí.

Lean el capítulo con calma y no lloren mucho jsjs

No se olviden de darle apoyo al capítulo. 200 votos y 200 comentarios.

Narra Stacy

23 de Diciembre, 2024.

—¡Es que no me lo puedo creer! —Verónica chilla—. ¡Estás embarazada!

Río, encantada al ver su alegría ante la noticia.

Recién hoy nos pudimos ver porque ayer me dieron el alta, ya que me tuvieron que hacer otras revisiones.

—Yo mucho menos. —Suspiro—. Aún es irreal que aquí... —Llevo las manos a mi vientre y lo acaricio con lentitud— tenga a mi bebé.

Verónica sonríe y pone sus manos sobre las mías.

—Pero lo está y ya tiene tres meses, es una linda sorpresa —murmura.

Asiento.

—Una sorpresa muy grande —coincido—. No puedo creer que nunca me dí cuenta que estaba conmigo. —Trago saliva.

Verónica me da una mirada comprensiva.

—No te sientas mal por eso. Nunca te dió un indicio de que estaba y no había forma de que lo supieras.

—Tienes razón, ahora solo quiero que todo esté bien y saber que será —digo emocionada.

Verónica enseguida sonríe.

—¡Yo también lo quiero! —chilla—. ¿Qué te gustaría que fuera? —pregunta.

—Para ser sincera me gustaría que fuera un niño, aunque si es niña, también sería muy feliz —murmuro—. Solo quiero que tenga mucha salud y todo salga bien.

—Sería una linda princesa o un lindo príncipe. —Sonríe—. ¿Y Austin?

Suspiro. Por breves segundos su rostro llega a mi cabeza y me es imposible evitar que mi corazón lata desbocado.

Ese hombre me tiene mal.

—También quiere un niño, aunque sé, que en el fondo le gustaría que fuera niña. Solo que su lado protector no lo deja aceptarlo. —Río y Verónica me sigue.

—Me lo puedo imaginar. ¿Cómo se tomó la noticia?

Sonrío, recordando su reacción. A pesar, de que a ambos nos tomó totalmente desprevenidos, podía notar su felicidad ante la noticia y aquello también me hace feliz.

—Estaba muy feliz. A pesar, de que nunca hubo momento en que hablamos sobre niños, él me dió a demostrar lo mucho que anhelaba ser padre —explico.

Ella toma mis manos dando un apretón.

—Me alegra que él se haga cargo y que puedas disfrutar de su apoyo, créeme que es muy necesario —murmura.

Presiono los labios.

Puedo imaginar lo que está pasando por su mente justo en este momento. Verónica no tuvo un embarazo fácil y me da rabia que ese hombre la haya dejado totalmente sola.

—Y sabes que tu también tienes mi apoyo. —Le doy un abrazo.

Escucho su risa.

—Por eso te quiero mucho —murmura—. ¿A qué hora vendrá tu hombre?

Hoy por fin podría hablar con Austin.

—A las seis y ya no es mi hombre.

—Aún... —responde, burlona.

Niego, divertida. Solo quiero que todo salga bien.

★★★★

Observo la hora cada cinco minutos ya que se supone debería de haber llegado hace unos diez minutos, pero aún no hay rastro de él.

Presiono mis labios y por un momento creo que no vendrá, pero antes de poder decir algo el timbre suena. Abro los ojos y me pongo de pie con rapidez pasando las manos por mis jeans. Estoy muy nerviosa.

Cuento hasta diez antes de abrir la puerta y encontrarme con un Austin muy diferente, ya que trae ropa muy cómoda y de cierta forma me sorprende.

Trago saliva, antes su mirada y las palabras se estancan en mi garganta impidiendo que diga algo.

—Siento la tardanza, había mucho tráfico —es el primero en hablar.

No paso desapercibido como me repasa con la mirada y siento un temblor en las piernas.

—Eh... Entiendo —finalmente respondo—. Puedes pasar. —Me hago a un lado.

Realmente no imaginé que él me iba a dar un beso en la mejilla antes de entrar al departamento. Cierro los ojos, cuando su perfume llega a mis fosas nasales, este hombre siempre me sorprende.

—Tienes un lindo departamento —lo escucho hablar, así que cierro la puerta para alcanzarlo y llevarlo hasta la sala.

—Gracias... —sonrío—. He trabajado mucho para decorarlo, aunque, no soy tan buena —me quejo.

Enarca una ceja a mi dirección.

—¿En serio? Porque la decoración es hermosa, mamá hubiera elogiado cada rincón —en su voz hay melancolía—. Ella amaba decorar.

Trago saliva.

—Hubiese sido un honor —murmuro—. Puedes tomar asiento —le indico, cuando llegamos a la sala.

Él se mueve hasta sentarse y yo lo hago en un sofá individual. Me llama la atención ver una bolsa en su mano, pero no digo nada al respecto; aunque, Austin parece ver mi curiosidad.

—Casi lo olvidaba... Te traje esto, espero te guste. —Me tiende la bolsa y la tomo con las manos temblorosas—. No sé si has comenzado a tener antojos o si lo tendrás, pero pensé...que las querrías.

Puedo notar su nerviosismo en cada palabra y por el movimiento que hace su pierna.

Abro la bolsa y debo hacer todo lo posible por no soltar un sonido de satisfacción, hay dos cajas de uvas, además, de un gran pote de helado. Esto definitivamente es lo mejor del mundo.

Levanto la vista emocionada y Austin me mira expectante, por lo que le doy una gran sonrisa.

—¡Me encanta! Muchas gracias, Austin —digo con sinceridad—. Lo llevaré a la cocina. —Me pongo de pie—. ¿Quieres algo de beber?

—Solo agua.

Asiento y dándole u a última mirada camino hasta la cocina. Dejo todo sobre le encimera y voy por el vaso de agua, no es hasta que lo tengo en mis manos es que me doy cuenta de como tiemblan.

Cierro los ojos y dejo salir un largo suspiro, sé que hoy tenemos que dejar todo claro y estoy asustada.

Amo a Austin, pero no puedo obligarlo a volver a estar conmigo, si él ya no me ama.

Con el vaso con agua salgo de la cocina y llego hasta su lado dejándolo en la mesa.

—Gracias —murmura.

Austin se toma el agua de una vez y evito reír.

Ambos nos miramos fijamente ya que ninguno habla y es que no sabría como comenzar, pero puedo intentarlo.

—Yo... —decimos al mismo tiempo. Sonrío.

—Tu puedes hablar —indico, él niega.

—Hazlo tú.

No discuto porque de cierta forma si quería comenzar porque tengo mucho que decir.

Suspiro, buscando las palabras y para que así Austin pueda entender con mayor claridad cada una de mis reacciones y miedos.

—Lo haré yo —murmuro—. Cuando te conté mi historia hace unos meses, no te lo dije todo, aunque, se podría decir que omití detalles que no creí que fueran importantes. —Me llegan recuerdos de nuestra conversación y realmente no entiendo como se me pasó no hablarle sobre mi miedo a la maternidad—. Mamá no solo me maltrataba físicamente, sino, que también lo hacía mentalmente. No sólo me menospreciada o me decía que tan mala hija era. —Presiono mis labios y apreto las manos cuando estas no dejas de temblar.

Tómate tu tiempo —me había dicho Elsie y lo haría.

» Ella siempre se encargó de hacerme creer que si era una mala hija, también sería una mala madre. Al principio no le tomaba mucha importancia, era una niña, y por mi mente no pasaba tener hijos. —Trago saliva—. Pero cuando ya crecí, sus palabras me afectaban, varias veces en el día me cuestionaba que tan mala madre sería si ni siquiera podía hacer feliz a mi propia madre. ¿Cómo haría feliz a un hijo?

Guardo silencio por breves segundos y mi respiración se corta al sentir como Austin toma mi mano. Sonrío con los ojos cristalizados.

No importa cuánta sea nuestra distancia, Austin siempre me va apoyar, porque él es así.

—No te desesperes, hazlo con calma... —susurra.

Asiento, y me tomo algunos segundos.

—De un día para otro fuertes pesadilla me comenzaron atacar, en la mayoría de ellas, estaba con un bebé o un niño en mis brazos y siempre había el mismo resultado. El bebé o el niño siempre terminaba muerto porque no era una buena madre y los descuidaba. —Mi voz se corta ante lo último—. De una forma muy retorcida mi cabeza se hizo una imagen horrible y por un tiempo deseé nunca ser madre, nunca tener un bebé en mis brazos. —Para este punto las lágrimas ya corren por mis mejillas.

» Cuando Hilary me dijo mamá, todo aquello volvió a mí. Mi mente se paralizó y sólo podía reproducir un y otra vez las palabras de mi madre. —Me llevo las manos a las boca intentando retener los sollozos, aunque, es casi imposible—. Me sentí la peor persona porque en mi cabeza solo podía pensar que Hilary podía tener una mejor madre que no tuviera miedo a amarla o a corresponderle.

Llevo mi vista a mis manos evitando la mirada de Austin.

» Pero... Pero en el fondo anhelaba con todo mi corazón correr hacia ella y decirle cuán agradecida estaba de que me tomara en cuenta y quisiera que fuera su madre. —Atrapo mi labio inferior con fuerza—. Pero tuve miedo y el miedo fue mucho más fuerte que mis anhelos. Hilary... Ella no hizo nada malo, nunca podría. —Niego.

Me quedo estática al sentir las manos de Austin en mi rostro y como lo levanta para que lo mire. Sus ojos también están cristalizados.

—Aún no puedo entender como puedes decirle madre a esa mujer tan horrible —musita—. A una mujer que te ha hecho tanto daño, que te ha menospreciado y le daba felicidad ver tu sufrimiento.

Ante sus palabras me es imposible no sollozar con fuerza y aferrarme a sus manos.

—Es mi...

—No me vengas con qué es tu madre. —Niega—. No lo es, Stacy, esa mujer no puede ser tu madre. ¿Sabes por qué?

—No... —susurra.

—Porque no puede ser madre de una mujer tan maravillosa como tú. Eres la persona más bondadosa que he podido conocer.

Suspiro.

—Austin...

Me vuelve a interrumpir.

—Ahora es mi turno de hablar —murmura—. No voy mentir diciendo que no me dolieron tus palabras aquella noche, sí, también me tomó muy desprevenido que Hilary te hubiera dicho "mamá". Pero me cegue cuando me gritaste que no querías ser su madre y que ya no podías seguir. —Puedo intuir su dolor—. Las palabras solo salieron de mi boca y no me voy a defender porque al igual que tú, todo aquello me estaba ahogando y debía salir.

Trago saliva.

»Si estaba cansado, estaba cansado de no poder ser yo mismo a tu lado por miedo a tus reacciones o a que salieras corriendo —musita, el corazón me late desbocado—. Sabía que tenía que tener paciencia y daba todo de mi para darte tu espacio, pero aquello me estaba consumiendo. No soy un hombre que se guarde las cosas, pero lo hacía para no hacerte correr.

Una punzada llega a mi pecho al escucharlo y Austin toma mis manos.

» No estaba cansado de ti, no quiero que pienses eso, estaba agotado de la situación. Odiaba recordar cuanto daño te han hecho y odiaba ver cuantos traumas te habían dejado. —Austin me mira fijamente.

—Lo sé, yo me odiaba por no poder superarlo cada ves que quería hacerlo había algo que me retenía —digo, con la voz quebrada—. Aunque, suene cruel, creo que todo esto ha sido necesario. Si no hubiese ocurrido, yo no estaría en mis sesiones con la psicóloga y no podríamos tener esta conversación.

Austin, sonríe.

—Tienes razón y no sabes lo feliz que me hace saber que buscaste la ayuda necesaria —en su voz puedo intuir su emoción—. Yo... Yo también busqué ayuda, desde hace mucho tiempo debí buscarla, pero me hice creer que todo estaba bien.

Levanto mi mano para acaricia su mejilla.

—También me hace muy feliz saberlo, te mereces todo lo bueno...

—Aquella noche, no mentí al decir que te amaba, que me había enamorado de ti —susurra. Abro los ojos y mi respiración se acelera—. Y quiero que sepas que mis sentimientos no han cambiado, a pesar, de estos tres meses de distancia te sigo amando como un loco y solo quiero... Solo quiero estar contigo.

Sonrío. Austin me sigue amando y solo quiero saltar sobre él para besarlo, pero me contengo.

» No puedo pensar en otra cosa que no estar junto a ti, te amo, Stacy.

—No me puedes hacer esto —me quejo—, se supone que primero iba a ser yo la que te dijera cuánto te amaba.

Austin abre los ojos, pero me da una sonrisa ladeada.

—¿Me amas? —pregunta. Siento mis mejillas arder—. ¡Oh, Dios! No sabes cuanto he extrañado ver tus mejillas como tomatito.

Niego, divertida y tomo su rostro con mis manos.

—Quiero que me escuches con mucha atención. —Le pido, ambos nos miramos fijamente—. Te amo, Austin Maxwell y no sabes cuanto me arrepiento de no haberlo dicho ese día, de no haber correspondido tus sentimientos. Eres el hombre más maravilloso y siento que hayas escondido una parte de ti por mis traumas, pero te prometo que estoy trabajando en ello.

Austin niega.

—Una parte de mi sabía que me amabas, pero no quiero que te preocupes. A veces, no es el tiempo correcto para decir las cosas —murmura—, y lo importante es que ya todo está bien. Estoy orgulloso de tu progreso y estoy voy a seguir apoyando.

—¿Todo está bien? —pregunto—. ¿Lo estamos?

Austin sonríe.

—Eso te lo debería de preguntar yo. ¿Quieres ser mi novia de nuevo, Cielo? —pregunta—. Prometo ser el hombre que mereces.

Sonrío.

—Me has dicho...cielo.

—Porque lo eres —murmura—. ¿Entonces...?

—¡Claro que quiero! Es lo que más anhelo —respondo, y mi vista se empaña—. Y siempre has sido el hombre que merezco, no pienses lo contrario.

—Entonces debes de saber que te voy a besar en este momento.

—Ya te estas tardando.

Austin deja salir una carcajada antes de tomar mi nuca y acercarme hasta sus labios. Suspiro, cuando finalmente comenzamos a a mover nuestros labios y no voy a negar que he extrañado sus besos.

Paso mis brazos alrededor de su cuello haciendo que nos acerquemos mucho más.

—Ya me estaba matando tenerte tan cerca y no besarte —susurra sobre mis labios, y atrapa mi labio inferior juguetón.

—Me sentía de la misma forma. No me lo haces fácil, te gusta ponerme nerviosa —me quejo.

—Y nunca dejaré de hacerlo. —Me guiña—. Cielo,...me gustaría que supieras una última cosa, porque no me gustaría tener nada de secretos y es necesario que lo sepas.

Abro los ojos.

—¿Pasó algo?

Austin acaricia mis mejillas.

—Hilary también va al psicólogo —habla. Juro que en este momento todo a mi alrededor deja de existir y solo puedo reproducir una y otra vez sus palabras.

—¿Es por mi culpa? —es lo único que puedo pensar.

Austin niega enseguida.

—No lo es, no quiero que pienses eso. Ven, te explicaré todo. —Hace que toma asiento a su lado.

Aunque, sé que tiene una explicación, aún así siento que puede ser mi culpa, pero escucharé lo que me tiene que decir.

Solo quiero que Hilary me pueda perdonar.

★★★★

¡Nuevo capítulo!

AHHHH por fin están juntos de nuevo. ¿Están felices? Porque yo lo estoy.

No puedo creer que ya estamos en la recta final, además, se acerca el reencuentro de Stacy con sus padres.

¿Qué creen qué pueda pasar?

Velitas para que les pueda actualizar mañana sin falta.

Nos leemos pronto.

Instagram: (@rubi_escritora)

-Rubí.

Continue Reading

You'll Also Like

524K 35K 40
Las mentiras envenenaron los corazones de aquellas dos personas malditas. Lu va en su 4to año en Hogwarts. Parecía que su vida iba normal, claro, su...
1.7K 217 6
Yoongi siempre le decía a hoseok que "taehyung nunca se va a fijar en ti" taehyung un chico muy famoso, y hoseok lo quería como novio, pero tae nisiq...
334K 35.7K 31
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aqu...
7.8M 95.9K 9
Sophie... Sexy, astuta, amable, fuerte, femenina, apasionada, decidida, divertida, amorosa y sobre todo, la mejor secretaria. Adam... Serio, musculos...