7. Salida

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Narra Austin

29 de Marzo, 2024.

—Papá, pero yo quería el oso —Hilary arruga su nariz, haciéndome reír.

—Esta vez no tuve tanta suerte, princesa. Para la próxima será un oso y no un conejo.

Sus ojos brillan enseguida. A pesar de que obviamente tengo el dinero suficiente para ir a cualquier tienda y comprarle su oso, pero lamentablemente ella ama que juegue para ganarlos.

—¿Lo prometes?

Evito soltar una carcajada al ver lo inteligente que es, sabe que si lo prometo, lo cumpliré si o si.

—Lo prometo —finalmente respondo y beso su frente, para después seguir nuestro camino entre las tiendas de ropa.

Hoy como cada mes traía a Hilary a comprarse ropa y cualquier cosa que necesite; además, de que era el día donde solo era para ella y nadie más, no había empresa, reuniones y mucho menos llamadas de mi secretaria.

—¿Iremos por mi tutú? —pregunta, mientras salta a mi lado con emoción.

—Lo haremos —confirmo—. ¿Cuál era el color?

Enseguida deja de saltar y me observa con indignación, ya me puedo imaginar lo que viene.

—Ya te había dicho que morado, papá —refuta.

Carraspeo, para no soltar una carcajada al ver su rostro enojado.

—Lo siento, pero a veces se me olvidan las cosas —me intento excusar. Claramente nunca podría olvidar algo relacionado con mi hija, pero me gusta molestarla.

Una sonrisa maliciosa se forma en sus labios.

—Es porque ya estas viejo. —Me apunta riendo a carcajadas, haciendo que las personas a nuestro alrededor nos den algunas miradas.

Ahora soy yo el que se encuentra indignado ante su declaración.

—¿Qué acabas de decir?

Sin darle tiempo, le tiendo las bolsas a los guardaespaldas y la tomo en mis brazos mientras le doy besos en el rostro sin importarme si la gente nos ve.

—¡Papá! Era mentira, tu eres el papá más joven del mundo —ríe intentando alejarse.

—¿Segura? Porque si soy viejo no podré llevarte sobre mi espalda hasta tu habitación.

Abre los ojos sorprendida y niega varias veces, pasa sus brazos por mi cuello así abrazándome y me da un beso en la mejilla.

—Muy segura —indica dejando reposar su rostro cerca de mi cuello.

Que niña más manipuladora.

—Eso creí. —Beso su frente.

—¿Si me llevarás a ver mi tutú? —pregunta despacio.

¡Já! Sabía que todo ese cariñito no era en vano.

Ni siquiera debería sorprenderme, en eso se parece un poco a mi y no se puede hacer mucho contra ello.

—Claro que si.

Nos toma algunos minutos llegar hasta la tienda que tanto le encanta para comprarse sus tutú y la dejo recorrer a su gusto.

—¿Puedo llevar otras zapatillas? —pregunta haciéndome ojitos.

Enarco una ceja.

—Te lleve unas la semana pasada, Hilary —respondo extrañado. Ella casi nunca pide zapatillas y esto es muy extraño.

Todo Lo Que Quiero (#2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora