41. Olivia

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Ustedes cumplieron y yo también, ¿acaso no  me aman?

Solo cuando terminen de leer el capítulo no tengan un paro cardíaco jsjs.

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Narra Stacy

8 de Septiembre, 2024.

No puedo evitar sacar mi teléfono y tomar algunas fotografías al paisaje. Todo es muy hermoso y ni siquiera llegamos a nuestro destino, ya me puedo imaginar la gran mansión de Amos y Rose.

Vuelvo a la realidad al sentir un leve apretón en mi pierna, es Austin que me observa con una sonrisa, aunque, no deja de conducir.

—¿Ya terminaste de tomar fotografías?

Niego.

—Lo siento, pero cuando creo que ya no podemos ver un lugar más hermoso... Va y pasamos por otro. —Hago un puchero—. No me puedes culpar, todo es demasiado increíble.

Él ríe y me da una mirada muy tierna.

—Tu eres la hermosa e increíble. —Me guiña.

—¡Austin! —chisto y observo el asiento trasero donde Hilary sigue muy dormida.

—¿Qué? Solo digo la verdad. —Toma mi mano y la besa con cariño.

—Ya lo sé, pero no evita que sienta vergüenza.

—En serio espero que esa costumbre nunca se vaya —murmura—. Me encanta verte como un tomatito.

Niego, riendo.

—Eres raro —lo molesto.

—Tu me vuelves un raro.

Y así es como vamos lo que resta del camino, Austin no se cansa de hacer que sienta vergüenza y son mis pobres mejillas las que sufren.

Abro la boca cuando desde lejos, sobre un gran cerro se puede ver una enorme mansión.

—Por favor dime que esa no es su casita de campo —casi suplico.

Austin suelta una carcajada.

—Lamento decirte que esa sí es su casita.

Voy a responder, pero me giro al escuchar algunos quejidos de Hilary, está despertando.

—¿Ya llegamos? —es lo primero que pregunta.

Sonrío con ternura al ver cómo intenta no volver a quedarse dormida. Ya son cerca de las seis de la tarde y todos estamos muy emocionados porque Rose dijo que por la noche veríamos las estrellas ya que según ella, desde allí la vista era lo mejor del mundo.

—Estamos a pocos minutos, princesa —Austin es el que responde.

—¡Por fin! —chilla feliz.

—Veo que te gusta mucho venir —le digo.

Ella asiente enseguida, sus ojos brillan con intensidad.

—Mi madrina nos deja ver por el telescopio y es lo más increíble del mundo —susurra lo último.

—Entonces, ya quiero que llegue la noche. —Le guiño.

Agradezco no parecer una tonta cuando Austin aparca el auto enfrente de la mansión, durante los minutos que faltaban para llegar hice varios ejercicios de respiración e intentar parecer lo más normal posible para cuando bajara del auto.

Todo Lo Que Quiero (#2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora