Aventuras de un heredero

Від Anaisbvm

58.1K 3K 932

Miles Campbell Jones, uno de los chicos más reconocidos de toda Europa por ser hijo de un joven empresario ex... Більше

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42

Capítulo 21

1K 68 23
Від Anaisbvm

Milan

—Papá técnicamente tengo 16 —su mirada dirigida a mí me hizo callar de golpe.

Al parecer no está para chistes. Es la verdad, tengo un año menos del que me dijo, pero a los padres les encanta aumentar años cuando uno se mete en problemas ya que lo condenan más, es una tradición, me pasaba absolutamente lo mismo con mi madre solo que ella me los quitaba para agravar la situación. Son igualitos en ese sentido, lástima que no decidieran seguir juntos, en fin, era su relación y ellos sabían cómo manejarla.

—Basta ya Milan, ¿entiendes la gravedad de la situación?

—¡Y más sin licencia! —continuó Miles quien bajaba las escaleras.

Joder, ¿cómo se le ocurre echarle más leña al fuego? Me está dejando por quedarse en el lado de papá. Es un estúpido genio, ganaría cosas así y se está aprovechando de la situación.

—Exacto, lo que dice tu hermano es cierto —apreté los labios muy molesto.

—¡Es inaceptable! —siguió.

—¡Cállate idiota!

—A ver, ¿quién es el que volvió de madrugada aquí? —se burló y me levanté dispuesto a pelear—. ¡Ja!

—¡Te dije que te callaras! —le di un empujón y papá alcanzó a tomar uno de mis brazos para que nuestra pelea no llegara a mayores.

Esa jugada no me resultó bien tengo que admitir ya que lo siguiente que sentí no fue enojo sino vergüenza porque dos palmadas muy fuerte para mi gusto cayeron en mi trasero. Mis mejillas se tornaron de un color rojo intenso y Miles no hallaba donde meterse.

—Tengo que irme, regáñalo, papá —me sacó la lengua y no alcanzó a escapar.

PLAS PLAS

—¡Au! ¿Y por qué yo?

—¿No te dije que te fueras a acostar hace dos horas, jovencito? ¿Qué haces despierto? —sonrió inocentemente e hizo un puchero que podría convencer a cualquiera de que se arrepiente de lo que hizo.

Ojalá tuviera ese poder, es increíble como se le hace fácil a mi hermano menor librarse de los problemas, como no, si debía lidiar con papá diariamente, es un experto y debo aprender de eso.

—Al despacho, Milan. Ahora mismo —abrí y cerré la boca. Quiero llorar.

—¡No, es un problema pequeño, ni siquiera consumí alcohol! —grité molesto y nervioso por lo que pasará.

—¿Alcohol dices? ¿Dónde andabas? —tenía que cavar mi propia tumba.

¿Soy idiota, ¿no? Ya no sé qué pensar, solo tengo que esperar que las cosas pasen o correr por mi vida.

—¡Uy, alcohol! —Miles acabó mi paciencia y sí que estuve dispuesto a pelear si no hubiera sido por la advertencia de papá.

—¡Una más y los castigaré ya mismo! Se me calman los dos, caramba.

Mi hermano por supuesto que subió las escaleras y se escapó de la situación, ojalá hubiera sido él, así me libraría de lo que está por venir. No quiero palmadas, tampoco no poder sentarme en un año, eso debí pensarlo antes de sacar el puto auto del estacionamiento e ir a recoger a un par de idiotas que me metieron en un problema.

Alexander

¿Que si estaba preocupado? Dios, fueron las peores horas de mi vida allí esperando una señal de vida del menor, sentía que el aire me faltaba cuando no lo encontré después de una hora indicada hasta que vi su ubicación, sé que no debería hacerlo porque es como invadir su privacidad sin embargo es por seguridad, si no lo hubiera hecho estoy seguro de que colapso.

Supe que me faltaba un auto no por las cámaras ni mucho menos los guardaespaldas sino por las noticias. Salió en primera plana que mi hijo adolescente ya conducía y sin licencia, vino la policía a dejar un reporte y una multa por su chiste. Lo peor es que no es nada barato. Tendrá que pagarlo con su propio esfuerzo.

Ya lo verá, tendrá que trabajar un par de días para que aprenda que las cosas cuestan y que todo tiene consecuencias.

—Camina ya jovencito, no te quedes atrás.

—¡Pero...! - lloriqueó arrastrando sus pies por el pasillo.

—Quiero que me expliques con lujo de detalles absolutamente todo.

Tengo que saber su versión de la historia para aplicar un castigo adecuado. Es simple, si considero que lo que hizo no fue grave lo enviaré a mi cuarto, saldremos de aquí y se ganará un par de palmadas, pero si no es así, nos quedaremos y no le gustará. Tengo mis reglas, no hay excepciones. Su hermano lo sabe, se lo dijo por lo que puedo notar con sus expresiones de nerviosismo al venir aquí.

—Papá no puedes estar enojado conmigo... —le cayeron las lágrimas al poner un pie en el despacho.

—¿No? Milan... —suspiré intentando tranquilizarme.

—Fue por impresionar a mis nuevos amigos, es todo —sollozó sentado en el sillón que hay aquí.

—¿Impresionarlos? Hijo escúchame, nadie necesita de su aprobación, no son amigos los que te llevan a que te arriesgues, sabiendo que eres menor de edad para ciertas cosas. Nunca intentes demostrar algo que no eres a los demás simplemente por querer encajar ¿estamos?

—¿Y si me quedo sólo? No quiero volver a sentirme así, no quiero...

—Cariño las personas son muy falsas, vas a encontrar en tu vida a los que son realmente leales contigo y te quieren por lo que tú eres, como también los que querrán sacar provecho de ti o usarte para algo... —me agaché mirándolo fijamente - Quiero que entiendas que no necesitas a nadie Milan, nadie marchará contigo en esta vida, solo te necesitas a ti mismo.

—Puede que sí.

—Estaremos siempre contigo, Miles y yo —le toqué el hombro—. Y no te preocupes que ya encontrarás personas que te valoren por lo que tú eres. No te apresures.

—Gracias, pa —se limpió las lágrimas con su camiseta.

—Te amo cariño y me preocupa lo que pase en tu vida porque si no fuera así no tendríamos ninguna conversación. Ahora dime, ¿crees que no fue peligroso conducir un auto sin conocimientos previos, sin licencia, con dieciséis y sacarlo de aquí?

—Si lo fue... —jugó con sus manos mientras hacia una mueca.

—¿Entonces? Uno previene jovencito, pudiste haber provocado un accidente o peor aún, lastimarte a ti mismo al arriesgarte así —lo regañé—. Por favor piensa ese tipo de cosas antes de actuar, ¿qué hubiera hecho yo si te pasa algo?

—Entiendo, no fue prudente y perdón papá, lo siento mucho... no sé qué me pasó.

—Tranquilo campeón, estás perdonado, aunque sigue habiendo puntos que aclarar —dejé un beso en su cabeza—. Respecto a la hora de llegada se terminaron los permisos ¿mhm? no voy a tolerar que llegues a la hora que se te dé la gana a la casa porque hay reglas y se respetan.

—¡Perdón! ¿Okay? No es necesario que lo repitas, las putas reglas cansan.

—Cuida esa boca Milan y no me vengas a decir que "cansan", si están allí es por algo.

—A la próxima llegaré sin zapatos para no hacer ruido, no te preocupes.

—¿Crees que va a haber próxima? —lo levanté y me senté. Diría que fue un tiempo récord el colocarlo en mis rodillas y bajarle el pantalón.

PLAS PLAS *Noo* PLAS *Snif* PLAS PLAS PLAS *Era mentira* PLAS *Snif*

—Olvida que va a haber próxima Milan, no se trata de entrar sin hacer ruido, se trata de obedecer. Ganar la confianza de darte permisos. Estas castigado y lo sabes ¿no?

—Que pesado, dije que era una broma —sorbió su nariz.

—No deberías hacer bromas con eso, esto es serio. Un tema delicado.

—Ajá —rodó los ojos y suspiré mientras levantaba mi mano para luego darle dos azotes suaves que lo hicieron brincar de sorpresa.

PLAS PLAS

—Ay, si, lo sé —lloriqueó.

—¿Que sabes? -esperé una buena respuesta de su parte.

—Que fue peligroso y que no voy a bromear con repetirlo —lo abracé y escondió su cara en mi pecho llorando.

—Muy bien Milan —le di palmaditas en la espalda—. Una última pregunta, cariño. Quiero que seas sincero, ¿dónde estabas si me dijiste que ibas a estar en un club?

—En una fiesta después del partido, en mi defensa no estaba enterado y fue improvisado ofrecer uno de los autos —confesó sorbiendo su nariz.

—De acuerdo, si me dices que vas a un lugar y luego te encuentras en otro tendremos problemas ¿entendido? Me debes avisar si te vas a un lugar como ese y aún más si es después de la hora acordada. Porque si pasara algo al primer lugar que iría seria al que tú me indicaste, nunca más lo vuelvas a hacer.

—Si papá...

—Muy bien, este castigo será para largo —mentí porque no tengo corazón para dejarlo aquí tanto tiempo—. Hay muchas faltas y solo por el hecho de que arriesgaste tu vida y de otras personas hoy el castigo te lo daré aquí mismo.

—Ay, ya aprendí *snif* no es justo *snif*...

—Quítate el pantalón.

—No, no... espera —chilló y pataleó, ni me había acercado y ya está haciendo un drama de su parte.

Entiendo que a Milan no le gusten este tipo de castigos, no están diseñados para que eso pase sino para que sea una reprimenda donde se aprenda de los errores. Es difícil sinceramente encontrarme aquí con él y siendo consciente de que estará llorando en cinco o diez minutos más a mares. Por mí que se comportaran y que hubiera cero problemas sin embargo no puedo esperar mucho de adolescentes que están en la etapa de querer salir, experimentar y desobedecer.

—¡No puedes hacer esto, papá! ¡Ni bebí!

—Hijo, no se trata de beber, hablamos de eso —sé que está pasando por un gran nivel de estrés en este momento y por eso anda a la defensiva. Por supuesto que no lo lastimaré, nunca en mi vida lo haría, solo serán un par de palmadas que recordará—. Ven aquí, no fue un juego lo que hiciste el día de hoy.

Caminó muy lento, cuando digo lento, lo es y a niveles exagerados, por lo que esperé paciente y cuando por fin llegó comencé para no alargar más esta reprimenda.

—Quiero que sepas que te amo ¿bueno? Y ya no estoy enojado contigo, no podría estarlo por más de unos minutos Milan. Ahora no será el peor castigo que vayas a tener en la vida, pero tampoco serán dos palmadas y ya.

Bajé su pantalón y lo recosté en mis rodillas.

PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS *Au* PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS *Agh* PLAS PLAS

—Maldita sea —gruñó por lo bajo.

—Nuevamente, última advertencia, próxima mala palabra y aumentas diez

—¡¿Diez?! Ay no, me rindo.

PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS *Snif* PLAS PLAS PLAS PLAS *Me duele* PLAS PLAS PLAS

—Prometo que ya aprendí —dijo desesperado.

Le deben picar y arder, claro, hasta el momento son muy pocas palmadas para una falta tan grave.

PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS *Ay* PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS *Snif* PLAS

—¡No me podré sentar en una semana por tu culpa!

—¿Por la mía?

—¡Es que tu...! - siguió aferrado a mi pierna y sollozaba abrazado a mi pantalón.

PLAS PLAS PLAS PLAS *Auu* PLAS PLAS *Noo* PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS

—¿Estas comprendiendo la gravedad del asunto, cariño?

—Si, muy claro todo —quiso levantarse y coloqué una mano en su espalda.

—Aún no hemos terminado, te dije que iba para largo.

—Papi...

PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS *Snif* PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS

En este punto comenzó a patalear y a tomar muy fuerte mi pierna. Podía escuchar cómo se limpiaba los ojos y volvía a sollozar. Me partía el corazón, pero necesito que aprenda bien las cosas.

PLAS PLAS *Nunca más* PLAS PLAS PLAS *Papi* PLAS PLAS PLAS PLAS *Snif* PLAS PLAS

Ojalá esté reflexionando de todo, es importante que reconozca lo que hizo mal y también como mejorar eso. A esta edad es difícil encajar con los demás, sobre todo me imagino por su parte al no poder adaptarse en un lugar en específico, si yo pudiera me encantaría solucionar sus problemas, algo como eso, poder darle un amigo sincero y que no lo meta en líos sin embargo por más que yo quiera no puedo.

PLAS PLAS PLAS *Oww* PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS *¡Noo!* PLAS PLAS *Ayy* PLAS

—Listo Milan, hemos terminado. Tranquilo —se levantó rápidamente y con la cara empapada en lágrimas para luego darme un abrazo apretado lleno de arrepentimiento.

—¡Lo siento tanto!

—Lo sé cariño, estás más que perdonado —mantuvimos el abrazo.

Miles

El castigo que me dio papá por mi acto de rebeldía al presionar el acelerador la semana pasada fue un simple "te quedas sin mesada" y me destruyó. No tengo ni una libra esterlina en mi poder hace días y es horrible. Creo que se las arregló demasiado bien esta vez porque realmente me hizo cuestionarme si arriesgar mi dinero era buena idea.

Me perdonó por supuesto, estuvimos en mi cuarto y me dijo que debía comportarme, no salir como un loco hacia el portón de la casa, es imposible que Alexander Campbell se quede con unas simples palabras, me regañó y para finalizar dejó caer dos azotes para nada suaves que entendí a la perfección. Luego me dio mimos y creo que esa fue mi parte favorita.

Es gracioso ver a Milan en esta situación, el supuesto "yo me comporto y tu no" cambió de roles y no lo disfruto en lo absoluto, es que por el solo hecho de que le pongan atención me molesta un poquito, aunque preferiría mil veces que lo castiguen a él antes que, a mí, no soy tonto.

—¿Qué piensas tú, Lucas? —mastiqué los cereales y hablé con la boca llena. Lucas me está acompañando antes de irme a la cama otra vez.

—Trague primero, joven.

—Olvídate de decirme joven, me irritas Lucas, mi nombre es Miles —carcajeó—. "M-I-L-E-S".

—Gracias por su aporte.

—¿Y no piensas nada? Deberías eh, necesito consejos.

—Sus celos de hermano son normales —respondió.

—¿Celos? Yo no tengo eso, jamás —dejé el plato de lado y caminé hacia la sala.

— Como usted diga...

—¿Tanto se me nota? —Lucas carcajeó y me contagió aquella risa—. Al parecer no soy nada discreto.

—Si usted supiera...

—Si tuvieras que elegir entre dos personas, en un caso hipotético —sonreí para mis adentros y lo vi levantar una ceja con curiosidad—, con una de ellas ha estado años y la otra viene recién llegando a su vida, ¿Cuál elegiría?

—¿Me está preguntando si prefiero a su hermano o a usted?

—¿Quién? ¿yo? No —me llevé una mano a la cara muriendo de vergüenza.

—Entonces no sabría decirle.

—¡Vamos, Lucas! ¡Dime! —insistí con un tono bajito.

—¿Escuchó eso? Su padre lo llama, si me permite —se fue y me quedé sentado en el sofá.

Se libró fácil, es lo obvio. La verdad no estoy celoso, ya no, aprendí que el amor de Alexander es para los dos y lo comprendí por completo cuando salió del cuarto con mi hermano sollozando y me vino a dar un abrazo también. Siento que nuestra relación padre e hijo ha ido mejorando muchísimo, me siento en confianza cuando de papá se trata y le puedo hablar libremente, aunque claro, no soy un estúpido para contarle todo lo que planeo hacer.

No obedecí la orden de dormir y fui en puntitas a la sala de juegos a buscar la única consola que teníamos allí para divertirme un poco. Lo mejor de eso es que nadie sospechó.

Unas horas después

—¡Levántense, es tarde! —habló papá desde el primer piso y lo único que hizo fue que me despertara de mal humor.

6:00 A.M.

Marcó mi reloj y pataleé en mi cama para luego colocar una almohada en mi cara.

No me sacará de aquí hasta que duerma cinco minutos más, me lo merezco, ayer no pude dormir porque me quedé jugando videojuegos a escondidas y cuando me di cuenta de la hora era muy tarde, con decirles que el reloj marcó las cinco y cuarenta minutos al terminar la quinta partida. Literalmente dormí 20 minutos, la nada, joder.

—Milan, arriba ­—lo oí desde lejos.

No, no. Que se vaya, que me deje dormir.

Sus pisadas no pasaron desapercibidas y mucho menos cuando sentía que se acercaba a mi cuarto. Cerré los ojos rápidamente y recordé que no apagué la televisión con el videojuego en el que estaba y no alcancé a tomar el control remoto cuando papá entró.

—¿Miles? ¿Qué hace esa consola de videojuegos en tu habitación? Debería estar en la sala destinada para eso.

—Hum...

—Levántate, ya —siguió su camino y sonreí.

Muy pronto para cantar victoria porque se devolvió, si, lo hizo y mi cara de espanto fue notoria ya que arrugó las cejas para luego llenarme de preguntas.

—¿Por qué tienes esas ojeras?

—¿Quién?

—Tú, jovencito, ¿Quién más?

—Quizás el estrés... ya sabes, los exámenes de esta semana me dejaron exhausto.

—¿Estás seguro de eso? Dormiste, ¿verdad? —preguntó y lo sentí como si fuera un regaño—. Miles.

—Si, claro.

Veinte minutos, obviamente no se lo dije. Aprecio mi vida.

—Baja a desayunar y luego te vistes, debemos comer algo antes de irnos.

—Te espero, te me cambias rápido y bajas tu maleta. Nos iremos a Boston en una hora.

—Si, pa.

Mientras me vestía, maldecía, ¿Cómo no? Por supuesto que nadie puede enterarse de este percance que acabo de tener o me castigan, no quiero irme con el culo adolorido en el jet privado y menos que se den cuenta los trabajadores de que algo pasó por mis muecas de incomodidad. Ya me estoy imaginando el escenario.

Al bajar las escaleras me topé con Milan quien ni me miró.

—¿Qué te hice? —pregunté a la defensiva y me ignoró­—. ¡Oye!

—Ni me hables —siguió su camino.

—Era broma lo de anoche ¿sí?

—¡Me condenaste Miles!

—¡Hey no te equivoques, fuiste tu solito!

—Pensé que me ayudarías... —susurró molesto—. Ya veo que no puedo contar para nada contigo.

—Lo siento, yo no quería, bueno, para que andar con cosas, lo hice porque me pareció divertido. Prometo que ahora ya no.

—Ahora ya es tarde y me sigue doliendo sentarme así que déjame.

—¡Eres un pesado!

—¡Y tu un mal hermano!

—¡Niños! —Alexander nos dio una advertencia desde la cocina—. ¡Nada de peleas! ¿Oyeron?

—Uf, grandioso, me apoyas tanto...

—Te oí, Miles —apareció al principio de las escaleras y volteé la cara para no dirigirle la mirada—. Bajen, el desayuno está listo.

—Coman solos, yo no quiero —quise subir por lo furioso que estaba y papá me lo impidió—. ¡Suéltame!

—No comiences con esto de nuevo, te sentarás a la mesa y comerás ¿quedó claro o tengo que darme un par de nalgadas para que obedezcas?

—Pero yo...

—No te conviene desafiarme en este momento, al comedor, ahora.

—Te dije que no tengo hambre ¿Qué no entiendes?

PLAS PLAS PLAS PLAS

—¡Au! ¡Papá!

—Es una orden —caminó conmigo del brazo y no quise forcejear porque me dará azotes de verdad, estos de ahora fueron para dar un susto, nada más que eso. Lo conozco demasiado bien para saber cuándo habla enserio y le creo que es capaz de darme su castigo antes de irnos—. Te sientas.

—Wow ¿Quién le echó sal a su té, hoy? —susurré y lo dije muy fuerte para mi suerte.

—¿Cómo?

—Nada, que me pasen la azúcar —esa mirada que me está dando es de las típicas "Una más Miles, una y ya sabes lo que pasará".

—Eso pensé.

No me gusta que gane una pelea, sin embargo, es mejor despejar mi camino antes de que se ensucie, ¿a que me refiero? Si Alexander se entera que no dormí será un problema y no pequeño porque es muy estricto con los horarios entonces hay que llevar la situación por las buenas, no por las malas.

—Señor el jet está listo —minutos después apareció Lucas.

—Prepara el auto por favor, los niños toman una ducha y nos vamos.

Arreglé lo último que faltaba en mi mochila y me fui a la pista donde tenían aquel jet privado de papá. Un poco nervioso por la altura que llevaría esa cosa más tarde le pedí la pastilla a Lucas pero su cara fue un real poema al revisarse los bolsillos.

—¿Qué pasa? ¿Lucas?

—No la tengo, joven se debió caer cuando bajé las maletas, lo siento.

—No... no puedo ir así —me detuve a mitad de camino—. No me subiré a eso.

El aire me comenzó a faltar. Definitivamente es una fobia grande la que siento porque mis manos se entumecieron y me sentí como si me hubieran lanzado un balde de agua fría.

—¡Señor Alexander, tenemos que irnos, el piloto ya lo indicó! —oí a los demás guardias que siempre nos acompañan y vi a papá caminar hacia nosotros porque llegó un poco después.

—Hay un problema —mi guardaespaldas se lo llevó a un lado para poder conversar.

Mientras tanto los escalofríos no tardaron en aparecer y me abracé yo mismo en medio del lugar. Si no tuviera este miedo ya estaría sentado recuperando las horas de sueño que perdí, lamentablemente no es así y parezco un verdadero crío queriendo llorar por algo tan insignificante.

—Cariño tendrás que hacer un esfuerzo ¿mhm? —papá se acercó a mi—. Yo sé que tú puedes, no habrá pastilla para dormir hoy, lo enfrentaremos juntos.

—¡No, olvídalo, papá!

—El jet se está por marchar Miles, vamos, tranquilo —no me moví—. ¿Qué tengo que hacer para que me sigas?

—¡Conseguir alguna cosa que me duerma, no inventes!

—Es imposible ahora, no quería que esto pasara hijo, no culpemos a Lucas, son cosas que pasan. Lo primero que debemos hacer ante un miedo es enfrentarlo y no estás sólo ¿quedó claro? Ven acá —me abrazó—. Si quieres cerrar los ojos y caminar abrazado conmigo, lo haremos.

—¿Y si me caigo?

—Créeme, nunca te dejaría caer, Miles.

Me aferré a él. Por primera vez confié con todas mis fuerzas y me atreví a dar un paso.

Продовжити читання

Вам також сподобається

20.9K 1.6K 32
(EN PROCESO DE EDICIÓN) QUEDA PROHIBIDA SU TRANSCRIPCIÓN O ADAPTACIÓN DE LA HISTORIA
Opuestos Idénticos Від Daido83

Детективи / Трилер

1.2K 152 17
No existe peor tragedia que la perdida de la libertad. No hay peor traición que la de alguien cercano a ti, aquella persona en quien confiabas ciegam...
382K 39K 28
Los problemas de Stiles se incrementaron cuando descubrió que Derek Hale el chico problemático del campus iba a ser su compañero de pieza, pero eso n...
38.5K 1.4K 13
Jaden un chico que durante sus 16 años de vida se ha visto afectado por los constantes maltratos y humillaciones de su padre hacia el, provocando que...