Capítulo 42

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Alexander

Llegamos a la empresa con mi hijo mayor. La ultima planta del edificio corresponde solo a mi oficina, es un pasillo gigante en el cual se divide entre el espacio de mi secretaria y una puerta, le di la tarde libre en todo caso debido a que me iba sin embargo nunca conté con el lanzamiento del proyecto que Lucas me anunció. Después de charlar con Milan tendré que ir a la junta.

Ambos fuimos en el elevador en silencio, la caminata ni decir y cuando entramos y cerré la puerta su labio tembló indicando que iba a llorar. No lo ignoré, solo dejé las llaves del auto en el escritorio, mi billetera, celular y por ultimo me saqué el abrigo para subir las mangas de mi camisa.

—Siéntate en el sofá —le indiqué.

—No te expliqué lo suficiente —dio el primer sollozo acompañado de un puchero.

—Puedes decirme lo que crees relevante Milan, pero eso no te librará del castigo que tendrás ahora.

Los vidrios que nos rodean no son traslucidos, tienen un sistema que los opaca por lo que si llegara a pasar alguien no nos podría ver. No planeo avergonzar a ninguno de mis hijos, por supuesto que no.

—¡Bwaa! ¡Papá no es justo!

—¿No? —me paseé por el lugar—, te puedo aclarar la mente jovencito. Además, ¿Por qué te iba a castigar?

Silencio.

—¿Fue por esa pelea, Milan? —negó—, ¿Entonces?

—Porque fui un irrespetuoso en la oficina.

—Muy bien, lo reconoces —me senté a su lado—. Y eso no puede volver a pasar, yo siempre les he enseñado que el respeto es lo primordial. A mi regazo.

—Pa...

—Ahora —le di un empujoncito suave y lo dejé allí en un instante—. Botar una silla como berrinche no corresponde.

—¡Él fue injusto!

—No importa Milan, no por eso vas a ir a lanzar todo lo que tiene, por una simple molestia. Debes controlar tus impulsos.

PLAS

Dio un respingo, no se esperaba un azote un poco más cargado y eso que tenemos que bajarle mucho su impacto porque aún lleva los pantalones.

PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS

—Nunca más me faltas el respeto de la manera en que lo hiciste ¿estamos? Porque la crianza no la tuvo solo tu madre, fuimos los dos. Cuatro años no hacen la diferencia Milan.

—Sobre eso *snif* perdón.

PLAS PLAS *Au* PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS

—Y sobre la pelea, no te quiero ver involucrado con puños de por medio ¿oiste? Por dos razones, numero uno sales lastimado y dos, jamás se soluciona el problema dejándole la nariz rota a alguien.

—Se lo merecía...

PLAS PLAS PLAS *¡Ay!* PLAS PLAS PLAS PLAS

—Te acabo de decir...

—¡Dijiste que no me castigarías por eso!

—Oh créeme jovencito que si lo hiciera nos llevaría una hora y este recién es el comienzo —lloriqueó—. ¿quedó claro entonces?

—Si pa...

—Adiós pantalones y a mis rodillas —su cara fue un real poema—. No estoy bromeando.

—Si no fue tan grave.

—Milan, ¿quieres que lo haga por ti? —su labio tembló—. Tres segundos. Comienzo a contar. Uno.

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⏰ Last updated: May 22 ⏰

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Aventuras de un herederoWhere stories live. Discover now