Todo Lo Que Quiero (#2)

By Rubi_Maxwell

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Trilogía: Segundo libro. Muerte: Defunción - Término - Expiración. Austin Maxwell había tenido la muerte muc... More

Antes De Leer
Sinopsis
1. Hija
2. Trabajo
3. Enfermo
4. Todo
5. ¿Niñera?
6. Película
7. Salida
8. Pelea
9. Llamada
10. Compañera
11. Lluvia
12. Tierno
13. ¿Señor?
14. Resolver
15. Nervios
16. ¿Se Conocen?
17. Cuñado
18. Hermano
19. Te Ayudo
20. Incógnita
21. Confiar
22. Tortura
23. Sentir
24. ¿Celos?
25. Cita
26. Feliz
27. Momento
28. Invitación
29. Anhelo
30. Cena
31. Chicas
32. Recital
33. Te Quiero
34. Libre
35. Hermosa
36. Tan Cerca
37. Deseada
38. Brillo
39. Loco
40. Ascensor
41. Olivia
42. Quiebre
44. Confesión
45. Nuevo Integrante
46. Bebé
47. Latidos
48. Verdad
49. Mamá
50. Casa
51. Odio
52. Hermana
53. Papá
54. Amor
55. Volver
56. Sueño
57. Velas
58. Final
Epílogo

43. Pánico

9.8K 1.3K 400
By Rubi_Maxwell

¿Siguen vivas después de leer el capítulo anterior?

¿Sufrieron? Espero que no mucho porque aún les falta otra lloradera.

No olviden de darle apoyo al capítulo. 200 votos y 200 comentarios.

Narra Austin

Ella se fue.

La mujer que amo decidió irse de mi vida.

Miro a mi alrededor y respiro de forma entrecortada comenzando a sentir un gran dolor en el pecho. Doy algunos pasos y me tomo de la primera pared que encuentro para tener algo de estabilidad.

Por favor no, ahora no.

Ruego para que el ataque de pánico se esfume, pero no sucede porque ahora siento que el aire no llega a mi pulmones y termino por sentarme en el suelo mientras afirmo mi espalda en la pared.

Cierro los ojos con fuerza cuando lo peor comienza a llegar. El estómago se me revuelve y las ganas de vomitar no se hacen esperar, me llevo las manos a la frente y estoy sudando por el esfuerzo que hago en intentar regularizar la respiración.

La primera arcada me paraliza por completo y lo odio con mi vida porque el maldito miedo a morir me está haciendo perder el control.

-No puedo... -Me viene otra arcada que me tiene hiperventilando.

Entonces, cuando creo que no podré ganar esta batalla y voy a terminar totalmente inconsciente, los recuerdos de mi madre viene a mi mente:

-Recuerda no perder el control, cariño, las respiraciones profundas serán tu mejor compañero -murmura, sin dejar de acariciar mi cabello solo como ella lo sabe hacer.

Tenía diez años y acababa de tener un ataque de pánico que casi me deja inconsciente. Y por ella pude tranquilizarme.

-Quiero que siempre estés conmigo, solo tú me ayudas, mamá.

Recuerdo haberle respondido y sus ojos brillaron de una forma única.

-Lamentablemente no siempre podré estar contigo, cariño. Pero quiero que cuando estés en una situación parecida a esta... -Toma mi rostro para que la mire-, recuerdes mis palabras e imagines que en cada respiración profunda estoy allí apoyándote y acariciando tu cabello.

Fue su repuesta.

Así que poniendo todo de mi parte y cerrando los ojos con fuerza comienzo con la primera respiración. No voy a mentir diciendo que ayuda, porque no lo hace, pero aquello no me detiene y sigo con las respiraciones.

Hago lo que mamá me pidió y me la imagino a mi lado respirando junto conmigo y sin dejar de acariciar mi cabello. No sé cuantos minutos estoy así, pero abro los ojos cuando ya no siento la sensación del mareo y el malestar del estómago disminuye un poco.

Me quedo en la misma posición y es justo en este momento donde me dejo ir. Abrazo mis piernas y escondo mi cabeza en ellas para dejar soltar todo lo que siento.

Lloro porque la amo, porque en el fondo siempre sentí que esto iba a suceder y porque verla tan vulnerable me hizo sentir un completo patán, pero juro que ya no puedo. No puedo ayudarla si ella no quiere y si yo tampoco estoy del todo bien.

Ambos necesitamos superar, necesitamos amarnos y sobre todo...debemos aprender a no hacerle daño a terceros en el proceso. Y me odio por eso, porque sé que mi hija va a sufrir.

No puedo evitar que los recuerdos lleguen, su hermosa sonrisa, sus ojos brillantes y su alegría cada vez que jugaba con Hilary, pero también sé que solo le duraba pequeños momentos porque cuando estaba en la soledad podía sentir su dolor.

Ni siquiera podría descifrar en qué momento comencé a amarla, en que momento todo esa admiración y cariño se convirtió en un amor que nunca había experimentado. Tantas veces las palabras "Te Amo" estuvieron por salir de mi boca, pero callé, lo hice por ella.

Doy una mirada a la cocina y pongo todo de mi parte para ponerme de pie e ir a las escaleras y no caer en la tentación de tomar una botella de alcohol. Me recuerdo que tengo una hija que amo y que odiaría que mañana me encontrara de esta forma.

Declino ir a mi habitación y camino hasta la de mi hija. Abro la puerta con suavidad y suspiro al verla completamente dormida. Su rostro muestra una tranquilidad que justo ahora no tengo, pero me ayuda en gran cantidad.

Me acerco para darle una beso en la frente.

-Te amo con mi vida, cariño -murmuro.

Me aparto y en silencio tomo la silla de una esquina y me siento en ella para observarla dormir, porque aunque quiera, sé que no podré dormir esta noche.

No cuando mi mente es un desastre.

★★★★

10 de Septiembre, 2024.

-¡¿Qué ustedes qué?! -Amos prácticamente grita-. Debes de estar bromeando.

Me llevo las manos a la cabeza porque me duele demasiado. Anoche fuí un iluso al creer que iba poder dormir después de lo sucedido. A pesar, que todo me había dejado bastante exhausto, mi mente no dejó de trabajar en ningún momento.

-¿Tengo cara de estar bromeando? -mi voz sale mucho más dura de lo planeado, pero eso hace que Amos entienda que realmente ya no estoy con Stacy.

-Es que solo... No puedo entender como esto sucedió, a penas ayer todos estábamos en la casa de campo y ella se veía muy a gusto -murmura, sorprendido-. ¿Hicimos algo que le molestara?

Niego, enseguida ante su pregunta. Lo que menos quiero es que mi hermano o Rose piensen que tiene la culpa.

Es algo entre Stacy y yo. No hay terceros.

-Claro que no, ustedes no tienen la culpa de nada -hablo rápido-, sucedió algo más.

-¿Me quieres decir? -Presiono los labios y desvío la vista al ventanal al sentir el nudo en la garganta y la vista se me pone borrosa-. Austin...

Pone una mano en mi hombro que me hace mirarlo, aún con mi vista borrosa ante las lágrimas que se avecinan. Abro y cierro la boca un par de veces, pero nada sale de ella porque las labios me tiemblan por las ganas de llorar.

-Mierda, ven aquí. -Amos me abraza y no dudo en devolverle el abrazo con fuerza.

Dejo que las lágrimas acumuladas corran por mis mejillas ya no resistiendo guardar todo el dolor que siento. Amos no me suelta, al contrario, pasa sus manos por mi espalda con lentitud y me apreta a él como si no me quisiese soltar.

-Hilary... Hilary le dijo mamá -respondo entre el llanto, siento como su cuerpo se tensa por mis palabras.

No dice nada por algunos segundos.

-Y Stacy no se lo tomó muy bien ¿cierto? ¿Salió corriendo?

Respiro, para poder tranquilizarme un poco y poder hablar con calma, no creo que me entienda si comienzo a soltar todo entre el llanto. Me aparto de nuestro abrazo y seco mis mejillas con rapidez.

Trago saliva.

-Lo quería hacer, pero la detuve y sucedió lo inevitable. Ambos nos dijimos palabras muy hirientes y yo terminé confesando mis sentimientos, pero ya te puedes imaginar... -Muevo mis brazos-, no fueron correspondidos.

Amos se sienta en la mesa de centro para quedar frente a mí.

-Paso muy rápido y ninguno lo pudo procesar de la manera correcta -Se lleva una mano a su barbilla-, y está bien, digo, ambos necesitan su espacio para pensar.

-No lo entiendes -niego-. Ambos terminamos la relación, no importa si ahora pensamos con claridad, o si hubo un cambio de opinión, porque ya se acabó. Anoche nuestra relación se terminó.

Amos me observa fijamente.

-Aunque, suene duro lo que diré, lo voy hacer... -murmura-. Pienso que tener esta separación es lo mejor que pudieran hacer, que esa fuera sincera y te dijera lo que realmente siente es lo mejor que pudo hacer.

Muerdo mi labio inferior con fuerza y suspiro.

-Pero yo la amo, hermano, la amo demasiado -confieso.

Amos suelta una leve risa, como si realmente fuera gracioso lo que le estoy diciendo.

-Créeme que eso ya lo sabíamos, todos lo hacíamos, puedo apostar que incluso el portero de tu hotel lo sabía.

Aquello me hace reír por breves segundos.

-Estoy hablando de forma seria.

Se encoge de hombros.

-Yo también, hermano, no estoy bromeando. Todos sabíamos que estabas enamorado, solo te faltaba decirlo. -Me guiña.

-Bueno, pero ya no importa si lo estoy o no. La mujer que amo ya no está conmigo y no sé qué hacer con este sentimiento. -Me llevo la mano al pecho.

Amos se pone de pie.

-No lo sé, Austin. Solo te puedo decir que no te niegues, a veces, debemos pasar por cosas así y lo importante es seguir adelante; aunque, nos cueste.

-Y lo estoy intentado, pero te recuerdo que todo pasó hace menos de veinticuatro horas -siseo.

Llevo la cabeza hacia atrás en el sofá, aunque aún puedo ver a Amos con mucha claridad. Estoy cansado de todo.

-Pero hay algo más ¿cierto? -Me apunta-, hay algo que no me estas diciendo. -Se mueve esperando mi respuesta.

Trago saliva. No es como si le pudiera ocultar algo a Amos porque siempre termina por saberlo.

-Tuve un ataque de pánico -confieso.

Amos se queda estático en su lugar y sus ojos se abren muy grandes. Sí, hasta yo pensé que ya los había superado.

-Seis años -murmura-. Hace seis que no te daba un ataque de pánico.

Asiento. Cuando me enteré que Olivia estaba embarazada fue mi último episodio.

-Ya lo sé, Amos, no es necesario que me lo recuerdes.

-¿Fue muy fuerte? -pregunta despacio.

Ya no tengo las ganas, ni las fuerzas para mentirle.

-Casi me desmayo.

Amos me observa fijamente y veo como traga saliva.

Antes, cuando tenía los ataques de pánico, siempre mentía diciendo que eran leves, que podía controlarlo, pero la realidad es que todos eran fuertes y terminaba tirado en el piso casi desmayado.

-Joder, deja y tomo asiento porque ahora soy yo el que va a tener uno. -Se sienta en la mesa de centro-. ¿Ahora estás bien?

-No te preocupes, lo pude controlar. No fue tan fácil como las veces pasadas, pero lo pude hacer -murmuro.

-¿Seguro?

-Que sí, hombre. -Ruedo los ojos con falso fastidio.

Me da un golpe en la pierna.

-Me preocupo por tí. -Voy a responder, pero suena su teléfono, Amos me muestra y es mi cuñada que lo llama.

Él se toma el tiempo para contestar la llamada y una leve punzada me da al ver como ríe por algo que Rose le ha dicho. Me gustaría tener una relación como la de ellos, donde no hay secretos, donde hay comunicación y sobre todo... Hay amor.

-Me tendré que ir porque esa mujer tiene un antojo. -Niega divertido-. ¿Vas a estar bien? Me gustaría quedarme contigo, hermano.

-Lo estaré, ya vete, sino, esa mujer te matará. Además, necesito mi espacio y pensar muchas cosas.

-Llámame si necesitas algo por favor, no lo dudes.

-Lo haré, ya vete.

Me da un breve abrazo y camina hasta la salida.

-Y, Austin... -Me habla antes de irse-, necesitas decírselo a Hilary lo antes posible. Sabes que para ella tampoco será fácil.

Suspiro, y le doy una sonrisa de boca cerrada.

-Créeme que no lo he olvidado -murmuro.

Me da una última mirada, quizás, para quedar completamente seguro de que no me voy a morir en mi soledad y tristeza.

★★★★

Miro por el gran ventanal que tenemos en la sala y cierro los ojos escuchando los pasos de Hilary que se acerca. No tengo la menor idea de como hablaré con ella, pero debo hacerlo.

-¿Papi? ¿Me llamabas? -su voz suave me ayuda a tranquilizame y que los nervios me dejen pensar con un poco de claridad.

Me giro para finalmente poder verla y me es imposible no sonreír ante su pijama de la Sirenita.

-Sí, princesa, súbete al sofá -le indico. Lo hace enseguida y yo camino hasta sentarme a su lado.

-Necesito decirte algo muy importante.

-¿Qué es? ¿Le pasó algo a Stacy? ¿Es por eso que hoy no vino? -pregunta.

Trago saliva.

-Es sobre Stacy, pero tranquila, que ella está bien.

Bueno, o eso creo.

-¿Entonces...?

Tomo sus manos y la apreto entre las mías para darle un beso en cada una.

-Sabes que Stacy y yo teníamos una relación, ya sabes, como la de tus padrinos. -Ella asiente sin dejar de mirarme fijamente-. Ahora, yo quería decirte que lamentablemente ya no estamos en una relación, Stacy y yo decidimos ya no estar juntos, princesa.

Hilary abre ligeramente su boca, pero no dice nada. Quita una mano y se la lleva para pasarla por su cabello, pero después ésta queda en uno de sus ojos.

Mierda.

Antes de que lo pueda detener. Su cuerpo comienza a temblar y el llanto comienza.

-¿Es por mi culpa? -Frunzo el ceño- ¿Se fue porque le dije mamá?

La respiración se me corta y me quedo estático al saber que mi hija recuerda absolutamente todo. Reacciono lo más rápido que puedo y tomo su rostro entre mis manos.

-No digas eso, princesa, no es tu culpa y nunca lo será. -Niego.

Quita su mano del rostro y con sus mejillas húmedas me habla.

-¿Entonces por qué se fue, papi? ¿Ya no me quiere?

Nuevamente niego.

-Quiero que me escuches con mucha atención -pido-. A veces, algunas personas pasan por cosas feas y quedan con muchos miedos, miedos que les cuesta superar y que necesitan ayuda para hacerlo -intento explicarle-. ¿Recuerdas cuándo le tenías miedo a la oscuridad y con mi ayuda lo superaste poco a poco? -Asiente enseguida-. Bueno, Stacy necesita la misma ayuda, a ella le pasaron cosas muy feas y necesita que alguien le ayude para estar mejor.

-¿No le puedes ayudar tú, papá? -pregunta esperanzada.

-Ya lo intente, princesa, pero sus miedos son muy grandes y necesita de otra ayuda.

Nuevamente sus labios tiemblan y se tira a mi pecho abrazándome con fuerza.

-La voy extrañar, papi -solloza.

Trago saliva, y hago de todo para no llorar frente a ella porque ahora uno de los dos debe ser fuerte.

-Yo también, cariño, pero debemos pensar que será mejor así. Ella necesita estar bien. -Acaricio su espalda-. Y no quiero que piensen que ya no tiene quiere, porque aún lo hace.

-¿Seguro?

-Más que seguro, ella te quiere demasiado.

Hilary se acomoda entre mis brazos y me es inevitable no llevar mi mano a su cabello para acariciarlo. Su pecho sube y baja por su suave respiración.

-¿La veré de nuevo, papi? -pregunta, en apenas un murmullo.

Claro que entiendo a quién se refiere, así que presiono mis labios unos segundos porque realmente no sé qué responderle.

-No lo sé, princesa, pero esperemos que si lo hacemos... Ella esté mucho mejor. -Beso su frente.

Realmente espero que Stacy pueda estar mucho mejor y pueda superar sus miedos. Ya no me puede doler más el saber que no me ama, pero anhelo que aunque sea, aprenda a amarse ella misma y pueda ser feliz.

Se lo merece.

★★★★

¡Nuevo capítulo!

Bueno, muchas de ustedes querían leer a nuestro Austin. ¿Qué les pareció?

Por mi parte, sufrí escribiendo este capítulo, aunque, no lo crean, Austin es muy sensible. Detrás de todas esas sonrisas, también están sus tormentos y él, al igual que Stacy debe comenzar a superar.

Ya sea juntos o por separado, pero lo deben superar.

Ah! Y Hilary no escuchó la discusión porque se quedó dormida en el momento de decirle Mamá.

Velitas para que les pueda actualizar mañana.

Nos leemos pronto.

-Rubí.

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