Todo Lo Que Quiero (#2)

By Rubi_Maxwell

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Trilogía: Segundo libro. Muerte: Defunción - Término - Expiración. Austin Maxwell había tenido la muerte muc... More

Antes De Leer
Sinopsis
1. Hija
2. Trabajo
3. Enfermo
4. Todo
5. ¿Niñera?
6. Película
7. Salida
8. Pelea
9. Llamada
10. Compañera
11. Lluvia
12. Tierno
13. ¿Señor?
14. Resolver
15. Nervios
16. ¿Se Conocen?
17. Cuñado
18. Hermano
19. Te Ayudo
20. Incógnita
21. Confiar
22. Tortura
23. Sentir
24. ¿Celos?
25. Cita
26. Feliz
27. Momento
28. Invitación
29. Anhelo
30. Cena
31. Chicas
32. Recital
33. Te Quiero
34. Libre
35. Hermosa
36. Tan Cerca
37. Deseada
38. Brillo
40. Ascensor
41. Olivia
42. Quiebre
43. Pánico
44. Confesión
45. Nuevo Integrante
46. Bebé
47. Latidos
48. Verdad
49. Mamá
50. Casa
51. Odio
52. Hermana
53. Papá
54. Amor
55. Volver
56. Sueño
57. Velas
58. Final
Epílogo

39. Loco

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By Rubi_Maxwell

De nuevo por aquí. Esto de actualizar seguido me gusta... ¿Y a ustedes?

No olviden de darle mucho apoyo al capítulo, me inspira para escribir más rápido jsjs.

200 votos y 200 comentarios...

Narra Austin

29 de Agosto, 2024.

Suspiro.

No puedo quitar de mi mente su mirada penetrante, la forma en que retorcía entre mis brazos y el sonido de sus gemidos aún lo tengo palapante.

Sin lugar a dudas Stacy me ha dejado loco, esa mujer no tiene idea de lo hermosa y ardiente que es. Con solo algunas palabras me convenció de que quería que lo hiciéramos y no me pude negar, juro que lo intenté.

Definitivamente será una noche que nunca olvidaré.

—¿Debo preocuparme de qué mi hermano esté sonriendo como idiota? —Amos me saca de mis pensamientos.

Me observa fijamente mientras se pone de pie y abrocha su saco.

Miro a nuestro alrededor y me doy cuenta que solo estamos los dos, cuando hace unos minutos la sala de junta estaba llena.

—¿Ya terminó? —balbuceo sorprendido.

Escucho el bufido de Amos.

—Hace como cinco minutos, incluso algunos se despidieron de tí y sólo les moviste la cabeza.

Abro la boca y es que no sé qué decir. Se supone que era una reunión muy importante para ambos y prácticamente no me acuerdo ni de la mitad de lo que se habló.

—Estaba distraído —me excuso.

Amos se lleva una mano al pecho fingiendo sorpresa.

—¿En serio? Creo que no me había dado cuenta —suelta con ironía y se mueve para buscar su maletín.

Ruedo los ojos.

—Está bien, lo siento por no poner tanta atención —murmuro y también me pongo de pie para buscar mis cosas—. ¿Siquiera aceptaron? —pregunto.

—Claro que lo hicieron. ¿Por qué crees que no te he reclamado que me dejaras solo explicando todo?

Presiono los labios para no reír ante su frustración.

Sí, quizás, no me está reclamando demasiado, pero puedo ver su palpante frustración. No miento al decir que nos habíamos preparado para esta reunión, pero mi mente estaba en otro lugar.

Un lugar increíble, por cierto.

—Tú lo has dicho, no tienes de qué preocuparte. —Me encogo de hombros y paso por su lado para salir de la sala.

—Espera, Austin... —Me llama y escucho sus pasos detrás de mi, pero no me detengo y lo ignoro.

Sé lo que quiere hace y hoy no tengo la ganas de culminar la curiosidad de mi hermano. Aunque, él parece no entender la indirecta porque entra a mi oficina, aún cuando intento cerrarle la puerta en sus narices, pero es más rápido e igual entra.

—Deberías de irte a trabajar, de seguro tienes mucho que hacer. —Le muestro la salida.

Amos deja salir una carcajada, pero no entiendo que es lo gracioso.

—Yo de aquí no me muevo hasta saberlo absolutamente todo. —Y para demostrar que no miente, se sienta en la silla frente a mi escritorio sin dejar de sonreír.

—Debes de estar bromeando —murmuro.

—¿Ves que estoy bromeando? —Se apunta.

Cierro los ojos y me obligo a recordar que el hombre frente a mi es mi hermano, además, de ser un adulto y tener treinta y cinco años.

—Un día de estos me vas a volver loco —chisto entre dientes mientras camino para sentarme.

—¿Debo recordarte todas las veces que me volviste loco? Ahora solo te estoy dando un poco de tu medicina. —Se mira las uñas despreocupado.

Lo miro los ojos entrecerrados.

—¿Así que de eso se trata?

—¡¿Y de qué más sería?! —Se ríe—. Aunque, debo confesar que sí tengo muchas ganas de escuchar absolutamente todo sobre mi cuñada. Ella es una persona que se merece toda mi atención.

¿Había dicho que Amos y Rose han estado teniendo comunión con Stacy?

Créanme, ni siquiera me lo habían dicho y yo como idiota pensando que se les iba hacer un poco difícil conocerse a más profundidad.

—Por favor, Amos. No me trates como un ignorante, tú amas el chisme. —Ruedo los ojos.

Su sonrisa no se borra, al contrario, está se hace más grande.

—Soy culpable, pero no me puedes negar que tú eres igual. —Me apunta intentando excusarse—. Ahora si quiero saber porqué es que estabas como un idiota en la reunión.

—Amos... —murmuro ya perdiendo la paciencia.

—Austin... —dice de la misma manera.

Suspiro. Bueno, no es como si pudiera dejar que

—Era por Stacy —es lo único que digo.

Amos bufa.

—Eso ya lo sabía, es obvio que era por ella, si desde que comenzaron tienes la cara de idiota.

—¿Entonces para qué preguntas? —le pregunto.

Se acomoda en la silla mirándome fijamente.

—Porque lo que realmente necesito es el contexto de todo. —Se encoge de hombros.

Me paso las manos por el cabello con frustración. ¿Acaso es éste mi pago por todas las veces qué lo molesté?

Pues ya me estoy cansando de pagar, ¿cuándo terminará?

Intento buscar las palabras para explicarle a mi hermano que si estoy tan feliz, es porque no he dejado de pensar en la noche que pasé junto a mi novia y es bastante vergonzoso admitirlo frente a este hombre.

—Eh... Yo...

—Tuviste sexo con Stacy —suelta como si nada.

Dejo salir una maldición, sin poder creer lo que acaba de decir.

¿Pero cómo lo sabe?

—¿Cómo...?

—¿Cómo lo sé? —me interrumpe y solo puedo asentir—. Puede que Stacy se lo haya dicho a Rose y aunque, mi esposa no me dijo absolutamente nada sobre aquello. Que por cierto, estoy muy dolido de que se guardara el secreto... —Se lleva la mano al pecho con fingida tristeza.

—Al punto —indico.

—Pero que cortante —se queja—. Muy bien, en lo que estaba. Rose no me dijo nada, pero los años me han hecho conocerla por completo y se delató ella sola —explica—. Obviamente me siento también dolido por tí porque no me lo habías dicho.

—¿Por qué debería de hablarte sobre mi intimidad con mi novia?

—¿Acaso yo no lo hice? Incluso tú también me obligabas a hacerlo. —Me apunta.

Puede que tenga un punto a su favor, hace unos años no era tan... Reservado.

—Fue hace años —me excuso.

Levanta las manos.

—Está bien, con esto no te quiero incomodar ni nada por el estilo. Solo quiero saber si estás bien.

Frunzo el ceño.

—¿Por qué estaría mal?

Amos se lleva las manos a la cabeza como si realmente le exasperara mi actitud y no entienda a qué se refiere. No me pueden culpar, aún estoy donde me dijo que lo sabía todo.

—¿Ya no recuerdas nuestra última conversación sobre el tema? Estabas un tanto agobiado.

Puede que haya conversado con Amos sobre qué aún no había tenido sexo con Stacy porque estábamos ya hablando sobre algo muy parecido y de alguna forma mi novia y yo terminamos en el medio.

Obviamente no le dije absolutamente nada sobre lo que ha pasado Stacy, solo hable sobre mi inquietud y nerviosismo si llegasemos a tener sexo. Después de que nació Hilary, prácticamente desaparecí de las revistas de chisme, ya que sólo me veían con mi hija a cada segundo y de alguna forma se cansaron de mi tranquilidad.

Hilary ha sido mi prioridad desde el primer momento y ni siquiera una calentura lo iba a cambiar. Entonces, cuando finalmente les presenté a Stacy, Amos y Rose supieron que para mí nuestra relación es muy seria.

—No te preocupes, todo fue más que perfecto.

Amos me observa fijamente, como si me analizara.

—Estás enterado de qué estás jodido ¿no? —pregunta.

Me encogo de hombros.

—Créeme qwu estoy más que feliz de estarlo —sonrío—. No es como si tú no lo estuvieras.

Amos solo ríe.

Sí, definitivamente esas mujeres nos tienes jodidos.

★★★★

Sonrío, mirando el cielo. La noche está hermosa.

Faltan unos diez minutos para la media noche y no tengo nada de sueño por lo que he optado de estar un momento en el balcón.

La suave brisa choca en mi rostro y es muy reconfortante. La conversación con Amos llega a mi mente y sólo puedo reír divertido por sus ocurrencias.

Creo que nunca lo voy a terminar de conocer.

Salto en mi lugar cuando escucho sonar mi teléfono y con pereza lo tomo, pero abro los ojos al ver un mensaje. Más bien, quedo estático al ver de quién es el mensaje.

Peque: ¿Puedo llamar?

Llevo meses sin recibir algún mensaje de texto de mi hermano menor, es irreal.

Así que con el corazón latiendo desbocado y las manos temblando le respondo que sí puede y al minuto tengo su llamada entrante. Aún sorprendido contesto.

—Ansel... —hablo despacio.

Solo escucho su respiración y por un segundo creo no va a responder, pero lo hace.

—Hola, Austin... Espero no haberte despertado —su voz se escucha ansiosa.

Cierro los ojos, aliviado.

—Para nada, recién terminé de darme una ducha —explico—. ¿Ha sucedido algo? Me ha sorprendido que me llamaras —confieso.

—No eres el único, también estoy sorprendido de hacerlo —auch, eso dolió, pero no digo nada al respecto—, pero necesitaba hablar con alguno de ustedes.

—¿Amos estaba ocupado?

—Ni siquiera intenté en llamarlo, todavía no olvido que se duerme más temprano y de verdad no quería molestar —murmura.

Trago saliva. Todavía estoy incógnito a su llamado.

—Pues yo estoy libre —bromeo—, me puedes hablar de lo que necesites.

Escucho como mueve algunas cosas al otro lado.

—Es sobre el baloncesto.

Frunzo el ceño.

—Pensé que lo habías dejado —digo recordando sus palabras para nuestra visita.

Suspira, como si algo le doliera.

—Lo hice, pero hace dos semanas me contactó un patrocinador. Quiere verme jugar, pero no sé si sería buena idea, hace mucho no lo hago —murmura.

Y ahora es cuando comprendo su llamada, Ansel quiere un consejo y se siente bien que me tome en cuenta.

—¿Seguro que hace mucho no juegas? El baloncesto era tu sueño, Ansel. Puedo entender que lo dejaras en el colegio, ¿pero que ya no lo juegues? Realmente no lo creo.

Suelta una maldición.

—Odio que aún me conozcas. Solo lo juego a veces —murmura.

—Lo sabía. —Sonrío—. ¿Aún es tu gran sueño?

—Siempre lo será —contesta enseguida.

—¿Entonces por qué estás dudando?

La línea se queda en completo silencio y sólo puedo escuchar como si respiración se comienza acelerar.

—Porque ellos ya no están —habla—, porque cuando esté jugando no los veré en las gradas gritando como locos, porque cuando tenga victorias no estarán allí para abrazarme y felicitarme, porque...no estarán cuando todo me agobie y necesite sus consejos para seguir... —su voz entrecortada me mata—. Las personas más importantes ya no estarán para mí.

Miro al cielo con la vista borrosa y el nudo en la garganta me dificulta respirar.

—Pero nosotros estaremos...

Me interrumpe.

—¿Por cuánto tiempo? —pregunta irónico—. ¿Cuánto pasará para que me vuelvan a dejar solo como hace unos años? ¡Dime cuánto, Austin! —se altera.

—Ansel...

—¿Sabes por qué me he cansado de todo esto? —no me deja responder porque continua—. ¡Porque cuando creí que podría seguir en el baloncesto aún sin ellos, ustedes nunca llegaron a un juego! ¡Mis hermanos nunca estuvieron en las gradas apoyándome y nunca estuvieron cuando todo el mundo se me vino encima! ¿Por qué ahora será diferente?

Ansel ya no solo me está reclamado, él está sollozando con fuerza y yo tampoco puedo retener las lágrimas ante sus palabras. Simplemente no puedo contradecir lo que dice porque tiene razón en cada palabra, Amos y yo lo dejamos solo.

Soy un hermano de mierda, me arrepiento de mis actos y ahora solo busco un poco de cercanía con Ansel para enmendar todo el daño, aunque, sea casi imposible.

—Va a ser diferente, Ansel —hablo seguro, aún con las lágrimas corriendo por mis mejillas y todavía escucho sus sollozos—. Prometo que esta ves será diferente, estaré ahí, tu hermano estará en cada partido, en cada victoria y te ayudaré a levantarte en tus derrotas.

La línea se queda en silencio algunos segundos.

—¿Lo prometes?

Nuevamente miro al cielo y puedo imaginar a mis padres allí, mirándome.

—Lo juro.

Y esta vez me voy a encargar de cumplir cada promesa, no lo volveré a dejar solo. Nunca.

★★★★

¡Nuevo capítulo!

Hay dios, yo amo la parte chismosa de Amos JAJJAJA ¿y ustedes?

Aclarando qué el capítulo 41 trae el drama, así que estoy trabajando para mañana actulizar el 40 y 41, y no dejarlos con la duda.

¿Preparados para el drama y todo el qué se viene?

Dejen su velita para que les pueda actualizar doble.

Nos leemos pronto.

Instagram: (@rubi_escritora)

-Rubí.

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