¡Parte 2!
Ya se los quería actualizar. Por cierto, hay personas que me preguntan porque me he tardado tanto en subir Cap, así que lo voy a decir una última vez.
Familia me ha venido a visitar y se me hace imposible poder actualizar seguido porque tengo primas de mi edad que no se me despegan. Además, duermen en mi misma habitación, por lo que es imposible escribir, solo tengan un poco más de paciencia que ellos se van el Martes.
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Narra Stacy
Intento regular mi respiración y observo los ojos preocupados de Austin mientras espera mi respuesta. Puedo intuir su desesperación y es que cada vez que viene un recuerdo todo a mi alrededor se vuelve un caos.
Hasta hace unos segundos todo iba más que bien. Nunca me había sentido de esta forma y es algo que no quiero dejar pasar, ni siquiera por los malditos recuerdos.
Ya es tiempo de que supere todo lo malo y crear nuevos recuerdos con las personas que quiero y me hacen feliz.
—Quiero seguir —respondo totalmente convencida.
Austin abre los ojos.
—Cielo...
Niego, y bajo hasta poder besarlo.
—Lo digo completamente segura, solo fue algo del momento —susurro sobre sus labios.
Me da una larga mirada, y a pesar de lo que sucedió, aún puedo ver el gran deseo en sus ojos y como le cuesta seguir aguantando.
Yo tampoco quiero que esto termine.
—Seré cuidadoso —promete.
Sonrío.
—Lo sé. Solo no te preocupes tanto, si tiene que pasar algo, va a suceder sin importar cuanto cuidado tengas. —Le recuerdo.
Deja salir un largo suspiro.
—Tienes razón...
Sonrío y le doy un casto beso.
—Eres tan cuidados conmigo, haces que te quiera demasiado. —Hago un puchero.
—¿Solo me quieres por eso? —Encarca una ceja dándome una risa maliciosa—. Puedo hacer que lo hagas por otras cosas —responde insinuante y antes de que pueda responder ya siento sus labios sobre los míos.
Quiero pensar que todo este inconveniente bajó nuestro deseo, pero estaría mintiendo porque puedo sentir la gran erección de Austin cerca de mi intimidad y yo quiero seguir en lo que estábamos.
Las manos de Austin se mueven enseguida hacia mis piernas, donde las acaricia con una suavidad tortuosa.
—¿Estás bien...? —pregunta en un susurro mientras deja besos por mis hombros bajando de a poco la camisa.
Trago saliva.
—Más que bien... —respondo y puedo imaginar su sonrisa sobre mi piel.
Muevo mis manos por su camiseta de forma tentativa porque se la quiero quitar, pero la vergüenza me gana.
—Puedes hacerlo.
Austin me da una larga mirada y puedo entender que ni siquiera sé disimular mi deseo por quitarle la ropa.
Con las manos temblorosas la subo hasta quitarla con un poco de su ayuda y suspiro viendo su perfecto abdomen. Y es que en serio este hombre hace un excelente ejercicio.
Paso las yemas de mi dedos con cuidados y veo como se tensa, pero ninguno dice algo al respecto. Con un poco de valentía comienzo a bajar hasta el inicio del pantalón ante la atenta mirada de Austin, cuando voy a bajar un poco más me toma la mano.
—Debes saber que si haces eso, no creo que pueda resistir mucho más —susurra entre dientes.
No puedo evitar sentirme poderosa ante sus palabras. Es increíble saber que puedo hacerlo sentir tanto deseo.
Ante su atenta mirada me suelto muy despacio de su agarre y la sigo bajando hasta tocar su miembro. Dejo salir un suspiro tembloro al sentir lo duro que está y su tamaño. Doy un leve apretón en el, Austin suelta un gemido ahogado y en el proceso cierra los ojos.
—Cielo... —Vuelve a tomar mi mano, pero niego.
—Lo quiero hacer.
Con cuidado comienzo a bajar el pantalón revelando su pene totalmente erecto. Ni siquiera entiendo porqué me sorprende que no tenga nada más debajo, pero lo hace.
Austin me da una sonrisa arrogante ante mi mirada.
—No me puedes culpar, demasiado fue ponerme pantalón. —Se encoge de hombros.
Trago saliva.
—¿Duermes desnudo? —pregunto en a penas un susurro.
—La mayoría de las veces... —Se queda en silencio porque tomo su miembro con las manos. La curiosidad es grande y no me voy a retener más—, pero hoy quise ser caballeroso —termina en un quejido ante mi atrevimiento—. En serio me estas matando, cielo.
Río un poco.
—Es la idea.
Niega.
—Se supone que yo debería de darte placer.
Me encogo de hombros.
—Puedo esperar unos minutos más, pero dudo que tu puedas.
Observo la gran erección que se carga y es que pareciera que en cualquier momento va a explotar.
—¿Segura?
Lamo mis labios con lentitud.
—Muy segura...
Me acerco para darle un pequeño beso antes de comenzar a mover mi mano sobre su pene muy despacio. Se siente bien sobre mi mano y sé que lo estoy torturando porque Austin cierra los ojos soltando algunos siseos que realmente no entiendo ya que estoy concentrada en mi labor.
—Joder... —sisea—. Puedes hacerlo más rápido...
Hago lo que pide y muevo la mano más rápido, su grosor me fascina y es que el deseo crece ante cada gemido de Austin, que comienza a mover su cadera haciendo que los movimientos sean algo desesperados.
Realmente pienso que se va a correr, pero antes de pase, Austin quita mi mano. Lo observo totalmente sorprendida por lo que acaba de hacer.
—¿Hice algo mal...? —pregunto.
Me toma de las caderas dejándome en nuestra posición anterior.
—Lo hiciste perfecto, cielo, pero no es justo que me corra cuando tu ni siquiera has sentido placer. —Niega, hasta parece agobiado.
Sonrío.
—¿Quién te dijo que no lo he sentido? —Enarco una ceja.
—Bueno... Pues ahora vas a sentir mucho más. —Me guiña.
Levanta la camisa dejándola enrollada en mi cintura y mi braga queda totalmente expuesta. Sus manos comienzan a subir lentamente por mis piernas ya casi llegando a mi muslo interior.
—Austin...
—¿Quieres que pare?
Niego enseguida.
—Quiero que te apresures. Prometo que si algo me molesta te voy a decir, pero tu lentitud es muy tortuosa —lloriqueo.
Me mira por algunos segundos, quizás intentando ver la confirmación en mis ojos y se la doy completamente.
—Realmente lo quieres... —murmura convencido.
Suelto un leve chillido cuando sube mucho más la camisa y baja un poco mis bragas rozando mi intimidad. Sus dedos se sienten suaves y calientes sobre mi piel.
—Quiero que te alces un poco —demanda.
Hago lo que pide y me aferro a su torso.
Me tenso. Sus manos pasan nuevamente sobre mis bragas, pero todo cambia cuando finalmente la adentra hasta tocar mi clítoris. Gimo ante la sensación y Austin me acerca para besarme haciendo que solo tenga un poco alzado mi trasero para tener más acceso.
—No mentías, estas muy húmeda —susurra sobre mis labios.
—Te lo dije...
Muerde mi labio inferior y suelto un quejido.
Me aferro a sus hombros buscando un poco de estabilidad.
—Voy a meter un dedo.
Ya antes de que pueda decir algo, siento como mete un dedo. Me tenso y aprieto sus hombros con fuerza ante la nueva sensación.
Austin sigue mi pedido y nada es despacio, su dedo entra y sale con rapidez haciéndome retorcer.
—He tenido muchas fantasías con este momento... —Mete un segundo dedo que me tiene delirando. Gimo fuerte—. Pero ninguna de ellas se acercaba a esta realidad. Escucharte gemir y ver cómo te retuerce sobre mi cuerpo es lo más exquisito...
Cierro los ojos. Todo a mi alrededor desaparece y solo quiero que este momento nunca termine.
Aún aferrada a sus hombros y con Austin sin dejar de tocarme. Muevo mi cadera buscando mucho más placer haciendo que Austin aumente el ritmo y adentre un tercer dedo.
—Dios... —gimo alto.
Austin no deja de besar mi cuello, hombros y con su mano libre me amasa los pechos haciéndome enloquecer.
—Te sientes tan bien, ya me puedo imaginar mi pene dentro de tí —susurra cerca de mi oreja.
Siento como mis paredes vaginales se contraen ante sus palabras y sé que mi orgasmo está demasiado cerca. Cierro los ojos por las sensaciones y ni hablar de mi respiración agitada que cada vez está peor.
Pero cuando creo que voy a tener mi orgasmo Austin detiene sus movimientos de forma abrupta. Abro los ojos mirándolo perpleja, no entiendo porqué lo ha hecho.
—¿Qué...?
No termino la pregunta porque me toma del rostro y me besa con desesperación. Aún atontada por la situación le sigo el beso y todo es demasiado intenso cuando me quiere quitar la braga.
Suspiro sobre sus labios y nuestras miradas se encuentran mientras le doy la facilidad para que la quita, ya quedando expuesta casi por completo.
Tengo que apretar los dientes porque mi intimidad roza con su piel dándome una increíble sensación.
—Sí vas a tener un orgasmo, quiero que sea bien —susurra. Se acerca para darme un casto beso que termina con mi labio inferior entre sus dientes.
—¿Sí..?
Sonríe mientras me guiña.
—Claro que sí, y quiero que me montes. —Me toma de las caderas dejándome muy cerca de su pene erecto
Trago saliva.
—No creo poder hacerlo... —Niego.
—Sí puedes. Todo será a tu ritmo —murmura.
Me lamo los labios cuando una jodida imagen de nosotros mientras lo monto llega a mi mente y me es imposible no desearlo.
Este hombre hace que tenga pensamientos muy pecaminosos.
—Puedes comenzar de forma lenta, cielo.
Aún no entiendo cómo me puede seguir diciendo "Cielo" cuando estamos a punto de tener sexo.
Con un nerviosismo inexplicable me alzo un poco y tomo su miembro con las manos. Bajo su atenta mirada y con las manos temblorosas, lo llevo hasta mi entrada, pero solo lo dejo allí mientras roza mi intimidad.
Austin se tensa, pero no hace ningún movimiento. Puedo ver como sus ojos se oscurecen y ni hablar de sus pupilas dilatadas.
Su mirada intensa me recorre y quita los últimos botones que sostienen la camisa sobre mi cuerpo dejándome totalmente desnuda. Por primera vez no me avergüenzo y se siente bien la sensación ante su mirada.
Mi interior palpita por el deseo de sentirlo, pero no adentro su pene y ni siquiera yo entiendo porqué lo hago, pero al parecer Austin si lo entiende.
Aprieta mi cadera y me da una sonrisa.
—Hazlo, cielo... Haznos enloquecer... —susurra.
Y sin pensarlo mucho más, como si su confirmación me hiciera sentir completamente segura, bajo mi cuerpo y su pene invade mi interior.
Ninguno se preocupa de usar condón porque uso la inyección y es algo que ya habíamos hablado anteriormente.
No voy a negar de duele, porque lo hace. Es como si un fuego me quemara y aún sintiendo todo aquello no puedo parar adentrando por completo.
—Joder, estas tan apretada. —Austin se lleva una mano al rostro como si aquello le ayudara a contenerse—. ¿Estás bien...?
Suspiro.
—Arde un poco, pero es soportable. Quiero moverme —murmuro, ya dejando la vergüenza de lado.
—Hazlo de arriba a abajo a tu ritmo. Primero te debes de acostumbrar —indica.
Lo hago y la primera estoscada es dolorosa, suspiro buscando la tranquilidad y las caricias de Austin ayudan bastante. Sigo subiendo y bajando varias veces con lentitud intentando acostumbrarme a la invasión.
Cuando creo que ya estoy preparada, comienzo a aumentar el ritmo, haciendo que sean más profundas y que nos hagan gemir.
—Eres hermosa, cielo... —Austin no deja de decir—. Te ves como una diosa mientras me montas...
Cierro los ojos.
Cada palabra me excita haciendo que la mente se me nuble. Austin me toma de la cadera sentándose en la cama y todo se vuelve más profundo. Ahora él también me ayuda a mantener un ritmo en que ambos podamos sentir el gran placer.
Cada estoscada me hace enloquecer, se siente tan bien que solo quiero gritar, pero me contengo soltando gemidos que Austin calla entre nuestros besos.
Sus manos se aferran con fuerza en mis caderas y sé que me puede quedar algún moretón, pero realmente no me importa. Austin está cumpliendo cada una de sus promesas, disfruto cada segundo estar junto a él y me siento dueña de sus gemidos y siseos que no paran en ningún momento.
Las gotas de transpiración corren por mi espalda y el cabello de Austin sufre el mismo caso. Tiro de el con fuerza sin dejar de besarnos.
Me aferro a sus hombros cuando mis paredes vaginales nuevamente aprietan su pene y gimo alto cuando finalmente el orgasmo arraza conmigo llevándose todas mis fuerzas. Austin tampoco tarda en tener el suyo y creo que ninguno tiene mucha más fuerza.
Me abrazo a su cuerpo temiendo caer si no me agarra. Sus brazos me rodean y por algunos minutos solo se escuchan nuestras respiraciones agitadas en medio de la habitación.
—Esto fue...
—Único... —Austin termina por mí.
Me aparto un poco de su cuello para poder mirarlo y me da un poco de ternura el verlo todo sudado; además, su rostro se encuentra un tanto rojo.
—Tienes razón, ha sido único —murmuro con una sonrisa.
Él también sonríe y acaricia mi mejilla.
—¿Te encuentras bien? —pregunta. No paso desaparecida la preocupación.
Tomo su mano para besarla.
—Más que bien. Me encuentro estupenda...
—Lo hiciste —susurra con orgullo—. Sabía que eres la mujer más fuerte.
—No, amor... —Austin abre los ojos ante el apodo, pero no dice nada—. Ambos lo hicimos. —Me acerco para darle un casto beso—. Aunque, aún queda recorrido.
Me toma del rostro.
—Queda, pero lo venceremos juntos.
Asiento.
—Juntos... —murmuro con miles de emociones en el pecho.
Me superado uno de mis grandes miedos y no puedo creer que lo hicimos.
★★★★
¡Nuevo capítulo!
AHHHH estoy tan feliz, me siento como una mamá orgullosa por los progresos de mi Stacy. Fue un capítulo muy intenso *guiño*
¿Están felices? Espero que sí, porque aún falta lo peor...
Velitas para que el próximo capítulo esté muy prontitooo.
Nos leemos pronto.
Instagram: (@rubi_escritora)
-Rubí.