Le perteneces al Alpha

By NaomiAikido365

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Conner será el futuro alfa de la manada Nación. Sin embargo para ello deberá casarse con la hermana del alfa... More

Personajes
Prólogo
Capitulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capitulo 33

Capítulo 14

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By NaomiAikido365

EDITADO
escena nueva después de la parte de la Caracola.

Este capítulo es historia. Cuenta sobre los personajes y porque sus lazos son tan fuertes. Yo sé que quieren romance y se los daré, pero para llegar a eso debo desarrollar a los personajes y este capítulo, diría que es una clave muy importante para el avance de la historia.

Si en el anterior capítulo he dicho que era el más largo que había escrito, retiro lo dicho. Este capítulo tiene más de 10 mil palabras en total.

Narrador omnisciente

En el pasado
El orígen

— ¿Dónde estás Daryl? — Lo llamaba su padre. En este entonces Daryl estaba con Los Colmillo rojo.

El niño se había ocultado en la oscuridad detrás de unas cajas de madera, esperando no ser encontrado. Su cuerpo temblaba de miedo, tenía la respiración agitada, el terror consumía la mente del niño. Pero ese lugar ya no lo era seguro, su padre lo había encontrado. Húngred.

— Sal de ahí hijo — Le dijo en un tono bastante tranquilo, lo cual le preocupaba a Daryl. — ¿Sabes que hiciste mal? — El pequeño negó con la cabeza. — Fallaste en el entrenamiento de hoy. — Aún mantenía ese mismo tono.

— ...No es cierto — Dudo un poco — No fallé, me pediste un venado y te lo traje.

— Así es... — Le dio la razón — Pero recuerda que desde lejos te estaba observando, y ví que no mataste al antílope que se te cruzó en el camino. — Se acercó al niño — Debías cazar todo lo que encontrabas.

— ...No... — Contestó asustado.

— ¿No? — Escucharlo hablar con ese tono tan suave, provocaba miedo en el pequeño.

— E-era una vida igual de valiosa que la mía, solo hay que cazar para comer, matar a ese antílope porque sí, no está bien.

El padre de Daryl había sacado una navaja de su pierna — ¿La recuerdas? — La pasó por enfrente de sus ojos. — Le dije a una bruja que la maldiga, para hacerte una cicatriz cada vez que cometieras un error, así nunca lo olvidarias. — La espalda del niño estaba cubierta por esas cicatrices. — Pero cómo se ve que al parecer no te hacen recapacitar, tal vez algo que veas todos los días en el espejo lo haga — Fue tan rápido que ni siquiera le dio la oportunidad para escapar. Le había cortado desde el inicio de la mejilla pasando de costado por ambos labios hasta llegar a la mitad de la barbilla.
Daryl perdía mucha sangre por la boca, pero no podía llorar aunque sufriera mucho, porque sabía que si lo hacía sería peor. — Sabes que lo hago por tu bien hijo, debes convertirte en un hombre fuerte y de temer, pero para eso primero debes acostumbrarte al dolor.

(...)

Daryl había ido con el médico de la manada, era habitual visitarlo prácticamente todos los días.

Era el único lugar donde se podía sentir bien, asalvo y seguro. El doctor lo trataba como un hijo.

Cuando Ubba le terminó de coser la herida, observó al niño que estaba sin expresión en su rostro, estaba pálido y parecía un muerto viviente. Ubba lo agarró de los hombros y lo miró fijamente a los ojos — Ahora Daryl, puedes llorar — El niño sin dejar de verlo, se largo a llorar desconsoladamente, había sido abrazo por Ubba. Era el único cariño paterno que podía tener.

Daryl era hijo único y no tenía madre.

Ubba estaba cansado de ver cómo este niño era maltratado todos los días desde hace años. Estaba dispuesto a cambiar el destino del pequeño  —  ¿Te quieres ir de aquí? — Lo miró a los ojos, y el niño ya que no podía hablar aún, asintió con la cabeza. — Puedo sacarte de aquí, pero solo eso, después tendrías que correr tú solo. — Daryl lo miraba algo asustado — Si te cubres con barro no podrán sentir tu olor. En el centro del bosque no es tan peligroso, solo lo es si estás cerca del río, por el agua.

Ubba tenía una hija, pero aunque quisiera a Daryl como suyo, no podía criarlo a él, porque Daryl tenía un "padre".

(...)

Lo llevó por un oscuro sendero de la manada y corrió una gran roca que tapaba una salida de escape secreta.

Se agachó hasta la altura del niño, y le dio un gran y fuerte abrazo. — Huye — Mientras lo miraba a los ojos le entregó un cuchillo — Busca otra manada y sobrevive. — Daryl asintió y le dio un último abrazo, esa fue la última vez que vio a Ubba.

El pequeño había logrado escapar de los colmillo rojo. Tal como le había dicho Ubba, se cubrió de barro y se adentro al fondo del bosque.

Húngred se percató de la ausencia de su hijo y lo mandó a buscar por todo el territorio de la manada, pero el pequeño Daryl no se encontraba por ningún lado. Húngred lo había asimilado, su hijo se encontraba prófugo, y como había escapado no se molestaría en buscarlo. Si Daryl había huido era por ser débil, Húngred no perdería más su tiempo criando a un hijo que no pudiera volverse fuerte.
...

La noche que había escapado, Daryl dormido sobre las altas ramas de un gran árbol, donde se encontraría seguro y oculto.

A la mañana siguiente, el pequeño se despertó con sed y hambre. Así que se bajó del árbol, pero no podía ir hacia el río, era muy peligroso. Entonces buscó una flor que debido a su tan enigmática forma encorvada, era capaz de almacenar agua de lluvia por unos cuantos días. El nombre de la flor era Feliaz. Sus tres pétalos encorvados hacia arriba eran de un rojo color.

Pero para beber debía quitarse el vendaje y abrir los labios. El único problema era que cada vez que movía la boca, sufría de un terrible dolor agonizante.

Daryl debía encontrar una manada, estaba claro que sólo mucho tiempo no podría sobrevivir, pero para eso debía llegar a un Río, donde el peligro acecha.

Sin embargo, el niño estaba decidido, prefería arriesgar su vida con tal de encontrar un nuevo hogar, que a sobrevivir unos cuantos días y esperar la muerte.

(...)

De donde él se encontraba, debido a que estaba en un primer lugar en el fondo del bosque había logrado rodear el Río Sailver, sin la necesidad de pasar por el territorio de los Feroces, en ese entonces la manada del padre de Matt, Sigfrido.

Debido al largo viaje, el niño volvía a tener sed y hambre. Pero si apenas podía tomar porque le dolía, el comer, sería aún más doloroso.

Daryl sufría de mucha sed y cansancio. Era inevitable que no se viera tentado para acercarse al Río y beber.

Arrancó una hoja con un tamaño similar a un libro, la encurvó y bebió agua, aguantandose el agudo ardor que se generaba en su boca.

— ¿Te duele niño? — Escuchó desde atrás una voz espeluznante de mujer, y al voltearse observó que era una Arpía. Tenía el cuerpo y rostro de mujer, pero sus brazos estaban pegados a las alas y de piernas tenía unas enormes garras de Alcón. — Acércate cariño, yo puedo sanar tu dolor.

Aunque Daryl tuviera 10 años, no era estúpido. Si algo había hecho bien Húngred fue en llenar al niño de conocimiento sobre las demás criaturas que habitan en ese mundo. Él ni muerto se acercaría a la Arpía así nomás.

Sabía que debía pelear para seguir con vida. Pero ¿Cómo?. Estaba muy agotado, sediento y hambriento, solo tenía un cuchillo que le había dado Ubba antes de despedirse. Pero el pequeño Daryl no se entregaría así de fácil, él estaba listo para pelear por su vida. Así que sin dudar, sostuvo su cuchillo por el mango, con el filo de la punta mirando hacia un costado de abajo y corrió hacía a la Arpía. Sin embargo, antes de que pudiera infligirle algún daño, la Arpía le había saltado con las garras enormes que tenía como patas y había emprendido vuelo, llevándose a Daryl; pero solo pudo volar centímetros, porque una lanza le impacto en el cráneo.

— ¿Te encuentras bien hijo? — Le dijo la figura imponente de un hombre. Su poderío era tanto que con tan solo verlo generaba respeto. Era Aragón, Alfa de Nación. Quien estaba en compañía de sus cazadores.

Daryl no quería hablar debido al ardor en su boca, así que negó con la cabeza en respuesta.

Aragón observó atentamente al pequeño. Cubierto de lodo, con mal olor, y herido severamente. Él tenía un hijo, unos cuantos años menor que el muchacho. Su corazón era duro, estoico y seco como una roca, pero ver al niño en tal estado, y aún así tener la fuerza y las agallas para tratar de hacerle frente a una Arpía en su condición, lograron enternecer el corazón del severo Alfa.

Aragón observó la pequeña cicatriz en la mejilla izquierda del niño, era un Colmillo rojo. — ¿Por qué huyes? — Era fácil de deducir que el niño estaba escapando.

Daryl, quien lo miraba con unos ojos fríos sin miedo, se tocó con el dedo índice, haciendo énfasis y enseñando su reciente cicatriz que atravesaba sus labios, y luego se quitó la remera, y se volteó para que el hombre viera su espalda, la cual estaba cubierta de cicatrices, no había un solo lugar en su espalda que no tuviera heridas.

— ¿Quién te hizo esto? — Preguntó horrorizado el Alfa.

Daryl hizo un enorme esfuerzo para hablar, aunque sufriera — Pa-dre.

Entonces el alfa entendió — ¿Tienes hambre? — El pequeño asintió — Ven niño. — Le extendió la mano, pero Daryl caminó a su lado sin tocarlo — Desde hoy eres Nación. ¿Cómo te llamas?

— Da-ryl.

(...)

Aragón había llevado al pequeño a su manada, y una vez allí, el curandero le dio de comer los pétalos de la flor Rominé, la cual contenía morfina, lo que calmó el dolor del niño, y pudo comer y beber sin ningúna molestia.

— Ahora serás mi hijo Daryl — Habló Aragón — Él es Conner, tu hermano menor. — Presentó a su hijo.

(...)

Los años pasaron y los hermanos ya tenían 14 y 10 años.

Durante durante estos 4 años que transcurrieron, Daryl fue reconocido por la manada completa como un Lobinux, hijo del Alfa Aragón.

Pero Conner no era su hermano, solo era un niño que lo seguía y perseguía a todas partes. Una molestia a la cual le encargaban cuidarlo.

Por otro lado, Conner no lo veía así. Para él, Daryl era su hermano mayor, lo admiraba y lo apreciaba como tal, él sabía que no lo quería, pero tenía esperanzas de que en el fondo su hermano si lo quisiera.

Mayormente Aragón los hacia entrenar juntos, claro que cuando les tocaba pelear entre sí, era muy injusto para el pequeño Conner.

— ¡DALE LLORÓN! ¡NO SEAS MARICÓN Y ENFRENTA A TU HERMANO MAYOR! — Le gritaba su padre a Conner — ¡Y TÚ DARYL! ¡PÉGALE CON FUERZA, NO COMO UNA NENITA!. ¡NO QUIERO VER NI UNA LÁGRIMA EN TU CARA CONNER! ¡NO ERES UNA NENA!.

Y Conner aguantando las ganas de llorar, volvía a atacar a su hermano y volvía a ser golpeado.

...

Dos años habían pasado, cuando él tenía 12 y su hermano ya podía transformarse. Su relación no había cambiado para nada, entonces un día Conner decide salir al bosque solo, para demostrarle valor y que no pensará que era el pobre niño que siempre debía cuidar.

Pero eso fue algo estúpido porque una Quimera lo había encontrado. Él quería atravesar su cráneo con su lanza de doble punta, y luego llevarle la cabeza a su padre y hermano. Pero el pequeño no era rival.

...

— Daryl — Lo llamó la pequeña Austria de 10 años — ¿Has visto a Conner? Lo he estado buscando pero no lo encuentro en ningún lado.

Daryl se había dado cuenta hace rato de la ausencia del pequeño, pero no le había tomado importancia, sin embargo, estaba preocupado por él.

Así que después de tantos años de convivir con la pulga, conociendo su carácter y temperamento, más su estupidez; fue hasta una salida secreta que él y Conner habían hecho, hace unos años. Una vez en el lugar sintió el fuerte olor a Conner y abrió la gran caja de madera y se metió en ella, hasta que salió por el túnel. Desde allí siguió su olor y pisadas con gran rapidez.

— ¿Qué estupidez está haciendo ahora? — Decía muy enojado mientras corría.

(...)

Su hermano había llegado en el momento indicado para salvarle la vida.

La Quimera estaba sobre el cuerpo de Conner y lo único que detenía que le arrancara la cabeza era la lanza que sostenía con ambas manos.

Daryl no dudo en transformarse para salvarlo, y le saltó encima a la Quimera. Mientras su hermano peleaba, Conner quería ayudarlo y trataba de atacar a la Quimera con su lanza. Le generó algunas heridas, lo que hizo que se alejara un poco volando en el aire.

— ¡Dámela! — Le gritó Daryl, y Conner le arrojó la lanza. La Quimera volvió a atacar a Daryl, pero esta vez él sostenía fuertemente la lanza, y cuando la Quimera estuvo a centímetros de él. La lanza le atravesó por su gigantesca boca. Sin embargo las garras de esta, se incrustaron en el abdomen de Daryl, quien había sido arrojado al suelo, por el peso de la criatura — ¡Ahcg! — Escupió sangre. 

— DARYL — Conner corrió muy asustado y preocupado por su hermano. Y quitó las garras del cuerpo de su hermano. Lo ayudó a empujar y arrojar el cuerpo muerto de la criatura.
Daryl se había destransformado y Conner lo ayudó a levantarse. — Me salvaste — Exclamó el pequeño.

— Eres mi hermanito, cómo no voy a salvarte. — En ese momento Conner se quedó pasmado, ¿Había escuchado bien? ¿La persona que más admiraba lo había llamado su hermanito?.

— ¿Tu qué?... — Preguntó dubitativo.

— Mi hermanito. — Repitió tan tranquilo mientras sanaban sus heridas.

— ¿Ahora soy tu hermanito? — Aún no caía en cuenta que Daryl lo había aceptado.

— Siempre lo fuiste, desde que nuestro padre me adoptó.

— Yo creí que no me querías como hermano.

— Eres una molestia a veces, pero eres la molestia que elegí proteger. Por ti daría la vida.

— ¿Cómo hoy? No pensé que yo te importara tanto.

— Escúchame hermano — Le habló muy en serio — Si quieres proteger algo, debes estar dispuesto a dar tu vida para hacerlo bien.

— ¡Mm Sí! — Dijo muy eufórico — Desde ahora yo también daré mi vida por ti hermano.

— ¡Umm! — Asintió — Nos protegeremos entre los dos.

Desde ese entonces, su relación como hermanos había avanzado drásticamente. Para Daryl, Conner ya no era un pulga molesta... Bueno, si lo seguía siendo, pero era su hermanito pulga molesta.

(...)

Los años volvieron a pasar y Conner ya tenía 14. Le había pedido a su hermano que le enseñara a cazar, y él había aceptado.

Ya era de noche y los muchachos debían encontrar un árbol para dormir. Cuando lo hallaron treparón a el.
Ambos sostenían el extremo de una soga, y cuando llegaron a lo alto, cada uno se fue por su lado. Daryl por la derecha y Conner por la Izquierda. El hermano menor hizo un nudo en la punta de la soga y antes de arrojarsela a su hermano, la pasó enfrente de su cuerpo, así quedaría atado. Una vez que Daryl la agarraró, juntó los dos extremos de la soga y la ató sobre su cuerpo.

Luego de unos segundos estando sentados, Conner le preguntó por primera vez, esa duda que tenía desde que lo conoció. — ¿Por qué estás tan lastimado? ¿Todo eso sucedió en Colmillo rojo? — Pero Daryl no le dijo nada, solo guardó silencio — Ehmm... No tienes que contestar si no quieres... Ehh... Cerraré la boca y dormiré.

— No... — Contestó finalmente —Está bien, si quieres saber, te lo diré. — Pensó un poco por dónde empezar — Mi madre murió cuando nací y mi padre se encargó de criarme... — Se tomó unos segundos, los cuales Conner esperó tranquilamente a qué volviera a hablar — Era un hombre malvado, que no tenía respeto por la vida de los animales o cualquiera. Cada vez que consideraba que yo cometía un error, a veces me golpeaba, muchas veces — Se corrigió — Mayormente con un látigo, pero sanaba; o me dejaba encadenado varios días, con hambre, sin embargo siempre me hacía una cicatriz en la espalda — Luego su tono de voz se oscureció — Con un cuchillo maldito, así no se borrarían. — Regresó a su tonada original — Aparentemente mi existencia era un error porque todos los días recibía un abuso físico. Otras veces me obligaba a dormir en el bosque, y yo... Siempre tenía miedo, era solo un niño. Él creía que así me volvía fuerte, lo cual creo que pasó... Porque ahora solo siento mi hogar el bosque, es silencioso y hermoso; claro que solo el bosque de Nación, se siente como casa. — Volvió a quedarse callado, pero luego continúo — Ubba el doctor de esa manada, me había ayudado a escapar y luego papá me encontró. — Daryl le había omitido un par de cosas a su hermano, cosas tan oscuras que prefería guardar en su interior.

— Tú eres tan fuerte hermano... Te admiro.

Daryl había sonreído un poco. Tener a Conner como hermanito, a Aragón como padre, tener esta familia lo hacía felíz y reparaba algunas partes rotas de él — Duerme molestia — Le dijo con cariño.

(...)

Ahora Conner tenía 15 años y esta vez había salido solo, de nuevo.

Había casado un antílope con éxito, pero una Furia que lo estaba observando, tenía planeado llevarse su presa y a él.

Conner no se encontraba desarmado, está vez con él no tenía una lanza de doble punta, ahora era una espada de doble filo, ya que tenía la fuerza para empuñarla.

La Furia lo había atacado, pero él también le generó daños, y la criatura no podía sanar como los lobos. Sin embargo, su victoria se vio robada por una joven intrépida niña, quien había saltando desde un árbol, haciendo una voltereta en el aire y con una espada le cortó la cabeza a la Furia. La niña rodó por el suelo para amortiguar la caída.

— ¡Austria! — Exclamó con cierta molestia en su tono — ¡Era mía!.

— Lo siento su alteza — Le hizo una reverencia, sus palabras contenían un alto sentido de sarcasmo.

— ¿Qué hacés aquí Austria? Tienes 13 años — Preguntó y le reprochó con fastidio.

La niña había tomado la cabeza de la Furia y la puso sobre una bolsa que llevaba en la espalda, la bolsa parecía tener otra cabeza adentro.

— Entrenando — Soltó con sarcasmo. — Papá me pidió que le llevara la cabeza de una Arpía, de una Furia, y de una... De una... No me acuerdo. — Dijo sin problema.

— Tu padre está loco.

— No, no está loco — Reprochó ella — Solo es estricto, y quiere volverme una fuerte mujer guerrera que no dependa de un hombre, dice. — Luego cambió su tono al de una niña enamorada — Pero a mí no me molestaría depender de tu hermano. Amo esa cicatriz que tiene en su boca, verlo caminar, comer, el hombre de mis sueños. — Entrelazó los dedos de sus manos, sin callarse continúo — Es frío y agresivo, tosco pero en el fondo oculta un lado cariñoso, es el hombre perfecto.

Él muchacho la miró totalmente extrañado — Estás loca...

— No estoy loca — Contestó ella — Soy una mujer enamorada. — Afirmó.

Conner empezó a negar con cabeza — Esta loca, mujer demente. ¡Te lleva 6 años, él tiene 19!

— Me gustan los hombre mayores. — Dijo totalmente despreocupada.

— ¡Ni siquiera te registra! — Pero mientras discutían tranquilos, la tierra empezó a temblar. Eso provocó que ambos muchachos se mirarán asustados a los ojos y gritaran al mimo tiempo.

— ¡TROLL! — Corrieron velozmente de regreso a la manada.

(...)

Una vez que entraron, se encontraron con el padre de Austria, Damon.

— ¡Eh! ¿Chicos por qué corren? — Observó a Austria — Regrésaste rápido, así que creo que conseguiste todo lo que te pedí.

Ella le contestó con su voz de niña, nenita de papá — Papá, le salve la vida a Conner de una Furia... — El muchacho la interrumpió muy enojado.

— ¿¡Salvarme!? ¡Ya era mía hasta que tú apareciste y le cortaste la cabeza!

— Shhh, cierra la boca niño, estoy hablando con mi papá...

— ¿¡Niño!? ¡Tú eres menos que yo! — Y su ira aumentaba.

Austria lo ignoró y volvió a hablarle a su papá, con esa enigmática vocecita — Nos encontramos con un TROLL, y salimos corriendo de regreso.

Su padre la miró desconfiado — Te olvidaste de una criatura ¿Verdad?

Ella desvío sus ojos — Eh... No... Bueno sí, ¡Pero ese no es el punto! ¡El punto es que en verdad nos encontramos con un troll! Dile Conner — Le codeó para que lo confirmara.

— ¡Ah! ¡Ahora sí quieres que hable! — Y seguía molesto el rencoroso.

— Está bien te creo ya que... — Le apretó las mejillas — Eres mi princesa guerrera.

Pero de la nada los nombraron — ¡AUSTRIA! ¡CONNER! — Les gritó Jason, en compañía de Tyson y Max. Tenían entre 14 uno y los otros dos 15. — ¡VENGAN!

Austria se liberó de las manos de su padre, que apretaban sus cachetes y le entregó la bolsa con las cabezas — Ten papá, ya me voy. — Conner ya se había ido — ¡MUCHACHOS ESPERENME!

— ¡Alto! — Les dijo Tyson — Debemos esperar a nuestra damisela.

— Austria ¿Por qué siempre te juntas con nosotros? — Dijo Max, en cuanto ella llegó — ¿No tienes amigas? — Y los otros tres muchachos le pegaron por la cabeza al mismo tiempo.

— No me gusta juntarme con las mujeres — Contestó Austria — Son tan falsas y mentirosas entre ellas, que me fastidian y no las soporto por mucho tiempo. Además ustedes muchachos son más divertidos que las mujeres.

— Nuestra Lady es única — Dijo Conner poniendo un brazo sobre sus hombros.

Los 5 jóvenes era amigos desde que tenían memoria. Ellos jugaban, exploraban y entrenaban, casi la mayor parte del tiempo juntos.

(...)

Unos meses después la mamá de Austria había muerto, durante el parto de Stiorra. El padre de Tyson, murió debido a una enfermedad en el corazón. Y el hermano mayor de Jason había desaparecido en una cacería.

Algo tan único que tenían como amistad, era que si uno sufría, todos sufrían, y en este momento no era uno, eran tres.

Los cinco jóvenes estaba deprimidos ocultos de los demás en su propia casa, que habían construido hace muchos años.

A Conner no le gustaba ver a sus amigos tan mal, entonces se le ocurrió una idea.

— Sabían que cuando se hace un pacto de sangre, las personas se convierten en hermanos, en familia. — Todos dejaron de consentrarse en sus penas y lo voltearon a ver. — Escuchen, formemos nuestra propia familia, todos llenemos el vacío que nos falta. — A Conner le hacía falta su madre también y Max había perdido a una hermanita hace muchos años — Seamos la familia que no tenemos.

Los muchachos habían aceptado. Pero como sanan rápido, debían cortarse con gran velocidad la mano y dejar que goteara un poco sobre el cuenco de madera.

Una vez que todos lo hicieron, formando un círculo, se tomaron de las manos, entrelazando los dedos e intercambiaron miradas entre sí. Luego dijeron todos juntos.

— Todos somos uno, y uno somos todos. Todos somos uno y uno somos todos. — Repitieron.

— Por mi hermano — Dijo Jason.

— Por mi mamá — Habló Austria.

— Por mi hermanita — Agregó Max.

— Por mi papá — Añadió Tyson.

— Y por mi mamá — Concluyó Conner. — Hoy, nos volvemos hermanos y hermana...

— Con hermanos ya me incluiste a mi, ese es el plural, si dices hermana, me siento algo excluida — Se quejó Austria, como siempre, haciéndose escuchar.

Conner y el resto, no evitó soltar una risa. — Hoy nos convertimos en hermanos — Se corrigió y luego prosiguió — Somos familia — Intercambiaron miradas.

— Somos familia — Dijieron los cinco.

— Y la familia... No importa que tan lejos este, siempre está conectada — Continúo el futuro Alfa — Los que se fueron siempre estarán con nosotros, no olviden... En el agua están los nuestros.

Estos niños eran muy unidos.

(...)

Se había cumplido un año desde esa fecha, y la joven "familia", ya tenían, entre 14 su única dama, 15 Jason, y los otros tres 16 años.

Austria y Conner se encontraban peleando cuerpo a cuerpo.

Desde un principio a Conner le encantaba la forma de ser de Austria, esa visión de mujer ruda pero afeminada, era único de ella. Y debido al paso de los años constantes de estar a su lado, nunca supo con exactitud cuando empezó a tener sentimientos por ella.

Él la había tumbado al suelo.

— Perdiste — Presumió.

— No se distraiga su alteza — Ella le sujetó sus antebrazos y levantó sus cadera con él encima, empujándolo de costado, lo que provocó que ahora ella quedará arriba de él. — No debió confiarse majestad.

Pero Conner también le sujetó los brazos, y con una pierna, quitó la rodilla de Austria del lugar del suelo, y con la otra la empujó, volviendo a quedar él por encima. Sin embargo, esta vez no le soltó los brazos, aunque ella forsejeara — Y usted mi Lady debería dejar de ser una presumida creída.

— Ja ja, muy gracioso — Soltó con altas cantidades de sarcasmo.

— En está posición podría besarte — Habló mientras acercaba su cara a la de ella.

— Y yo podría golpearte en los huevos.

Pero Conner le sonrió — Si quisieras eso ya lo habrías hecho — Y acercó sus labios a los de ella, sus ojos tímidamente lo observaron y desvío su vista hacia sus labios, debido al momento intenso que estaban viviendo, sus bocas se tocaron, pero enseguida se escuchó como las grandes puertas de la entrada se abrían.

— ¿Qué pasa? — Preguntó Austria.

Conner levantó un poco su cabeza para ver — Creo que llegaron los cazadores.

— Mi hermano — Dijo ella.

— Y él mío. — Conner se levantó primero del suelo, y luego le extendió la mano a Austria, quien la tomó para levantarse.

Ambos jóvenes corrieron hacia el grupo que había regresado.

Austria le saltó encima a Björn, y este la abrazó.

Por otra parte, Conner chocó un puño con Daryl y después chocaron intercaladamente los codos, luego con las palmas de sus manos, golpearon sus propios muslos, seguido de alejar los brazos de sus cuerpos, pero con lo puños mirando el suelo y gruñeron al mismo tiempo — Eeehh — Para finalizar con un choque de pechos. A ese saludo lo habían inventado, cuando eran unos pendejos de 12 y 16 años, en ese entonces su relación de hermanos se fratenizó y decidieron mantener el saludo tan chistoso, por la nostalgia.

— ¿¡Lo conseguiste!? ¿¡Me lo trajiste!? — Le preguntó eufórica Austria a Björn.

— Como excelente hermano mayor que soy, le traje a mi adorada y pequeñita hermana, lo que me pidió — Y le entregó una caracola morada.

— ¡Sí! ¡Te amo! ¿Cómo lo conseguiste?

Sin embargo su hermano guardó un rato un silencio incómodo y nervioso, mientras pensaba que decirle — Eh... Fue fácil, tranquila. — En este entonces Björn tenía los dos brazos, y una cicatriz en el ojo derecho.

— ¿Qué le pediste? — Le preguntó Conner curioso.

— Una caracola de sirenas, esas que almacenan su canto, dicen que las moradas son de canciones alegres. — Los dos muchachos se habían ido a buscar al resto de sus amigos.

— ¿Por qué no le dijiste que casi te arrastran al fondo del mar, donde no solo te ahogarían, sino que también podrian haber profanado tu cuerpo o comerte mientras te queda algo de vida? — Daryl escupió con mucha cautela sus palabras.

— Es hija de mi padre, sin una madre, dejemos que la niña conserve algo de su inocencia, ya ha perdido bastante. Corta cabeza como si fueran flores.

(...)

Ambos se fueron a buscar a los otros. No los encontraba dentro de la manada, así que decidieron salir afuera. Algunas veces los niños se escapan de los muros sin permiso y vagaban por lo profundo del bosque. Mientras traba de encontrar sus rastros, ambos se separaron.

Al rato Conner escuchó un sonido extraño.

Al desvíar su vista hacia donde porvenir ese sonido una flecha salió desde las ramas de un árbol y le cortó la oreja un poco.

Rápidamente el muchacho se puso a la defensiva y dejó salir sus garras mientras rugia — ¿Quién eres? Sal de dónde te escondes ¡Cobarde!

Una risa burlona se escuchó antes de que el atacante se mostrara. — ¿Qué sucede pequeño alfa? ¿Te asustaste? — Se burló de una una niña de más o menos su edad.

Había dos formas de saber quiénes eran Alfas, Betas o omegas. Una era por los ojos, El alfa los tenía rojo, los betas de un ámbar, amarillo y los omegas azules. La otra manera era por su olor, ya que al ser más intenso significa poder, pero cuando el olor de lobo era débil significaba debilidad.

— ¿Quién eres? — Preguntó estoico. — Nunca te vi en la manada.

— No soy de tu manada, peleé con mi padre y huí de la mía — Sus afilados ojos rojos se burlaban de él.

— ¿Quién eres? — Volvió a preguntar en un tono más molesto.

La niña le sonrió y le respondió con una sola palabra — Feroz.

— ¡Conner! — Lo voz de Austria llamó su atención y desvío la vista — ¿Qué hacés? Ya ví a los tres, se están cagando a trompadas debajo del árbol de moras.

— Eh sí, ya voy. — De volteó a ver la chica con la que hablaba antes, pero se sorprendió al ver que ya no estaba — Desapareció.

— ¿Quién? — Preguntó Austria sin saber de quién se refería.

— La chica que estaba aquí.

— Conner aquí no había nadie.

— Te hablo en serio, no me trates de loco, aquí había una chica, mira mi oreja está cortada — Le mostró la herida unos segundos antes de que sanara.

— Cómo sea — Volteó los ojos — Vamos.

Al llegar junto a los otros notaron que
Max y Tyson le estaban dando una paliza a Jason.

Austria les dedicó una miradita y se sentó debajo del árbol de moras — ¿Y ahora que pasó? — Habló sin mucha importancia, concentrada en su caracola.

— Íba-mos a en-tre-nar — Dijo forcejeando Tyson.

— Se supo-nía que se-ría uno con-tra uno — Continúo Max, con el forcejeo.

— Pe-ro al fi-nal deci-dieron atacar al po-bre y me-nor Jason en-tre dos — Finalizó este antes mencionado.

— Ya déjenlo — Ordenó Conner y lo soltaron.

Al dejar de pelear le prestaron atención a lo estaba haciendo Austria.

— ¿Qué hace bella dama? — Dijo Max, a modo de juego.

— Mi hermano me trajo una caracola de sirena, escucha — Se la pasó — Guarda sus canciones. — Las voces de las sirenas podían cautivar a cualquier hombre — Son hermosas ¿Verdad?, Sus voces.

— Sí así son sus voces, ya quiero ver lo hermosas que serán.

— Tarado — Le pegó un sopapo por la cabeza Tyson — Las sirenas son malvadas, no te les acerques — La miró a Austria — No sé cómo tu hermano pudo conseguirte esa caracola. Y regresar intacto.

— Eso es porque mi hermano es mi hermano, él es fuerte, y pude hacer cualquier cosa que sea imposible para otros.

— A ver — Conner se la arrebató a Max — Déjame escuchar.

La niña que anteriormente había hecho contacto con Conner, estaba observando a los chicos a unos cuantos metros.

— ¿Quién es? — Dijo Jason al darse cuenta de que los observaban — ¿Por qué nos mira?

Conner la había volteado a ver de nuevo — No sé, es una Feroz — Giró la cabeza para ver a Austria — ¡Ves! Te dije que no estaba loco.

— Tal vez quiera escuchar el canto de las sirenas — Dijo Austria sacándole la caracola a Conner.

— No Austria, es una extraña, no te acerques a ella. — Dijo Tyson, para detenerla.

Pero Austria ignorandolo, dijo — Mmm, yo me acercaré igual. — Ya se estaba yendo.

— ¡Austria! Regresa — Le gritó Tyson, pero ella no le hizo caso. — Dile algo Conner.

— Austria es su propio jefe, aunque le diga algo, no me hará caso.

Pero mientras Austria se acercaba cada vez más, la Feroz desapareció entre la maleza.

— ¡Oye! ¡Espera! — Le gritó para que se quedara, pero la niña se había esfumado.

Esa fue la primera y última vez en mucho tiempo, que tuvieron algún contacto con la niña Feroz hasta que se volvieron adultos.

— Se fue... — Soltó Conner casi como un suspiro.

— ¡OYE AUSTRIA! ¡VEN! ¡VAMOS A ENTRENAR! — Le gritó con fuerza Max.

Austria pegó la vuelta y cuando llegó juntó a los chicos, dijo — No pueden vivir sin mi ¿Cierto?

— Escucha, aquí todos somos mayor que tú, así que eso te convierte en nuestra hermanita menor — Tyson apoyó su brazo sobre los hombros de ella. — Nosotros debemos protegerte.

— Vamos ya, ya, a entrenar — Anunció Jason.

Los combates serían de uno contra uno. Tyson estaba enfrente de Austria, pero cuando iba a comenzar, los muchachos le saltaron encima al joven. Austria se había quedado a ver cómo eran tres contra uno. Había pensado que entrenarían de verdad y no que jugarían.

— Esperen, esperen — Los detuvo Max — Que nuestra dama, le de el golpe final — Miró a Austria — Señorita, nos haría el honor.

— Claro — Dijo sin problema, parecía que le iba a dar una trompada a Tyson, pero al final terminó golpeando a Max. — Ahora sí es justo.

Max intentó devolverle lo "justo", pero Conner lo atacó primero — No dejaré que golpees a mi hermosa Lady.

Era su forma de jugar, no había rencores luego de esto.

La tarde había llegado y la "Familia" estaba tirada en el suelo, cansados.

La mayoría con la cabeza sobre el cuerpo de uno. Austria tenía su cabeza sobre la pierna de Conner. Max apoyaba la suya sobre el abdomen de la única mujer, Tyson estaba a la derecha de Conner sin tocarlo, pero con las cabezas cruzadas, él tenía la cabeza más arriba que la de Conner. Y Jason sin tocar a Tyson, tenía la cabeza en el suelo, por debajo de sus costillas.

— Como pasa el tiempo volando con ustedes — Habló su joven dama — Se disfruta — Conner le acariciaba la cabeza — No quiero crecer nunca, podríamos llegar a separarnos.

— ¿Estás loca? — Habló Conner — Aunque crezcamos y tal vez no nos juntemos como antes, nosotros hicimos un pacto. Siempre seremos "Familia" no importa si pasamos poco tiempo juntos, nuestro pacto es irrompible.

— Sí, tienes toda la razón — Lo apoyó Jason — Somos hermanos.

— Todos somos uno, y uno somos todos — Dijeron los cinco al mismo tiempo.

Y así los años continuaron pasando. Austria finalmente había cumplido 16, pero su transformación no había ocurrido.

Al principio le había agarrado una depresión. Pensar que ella se creía ser tan fuerte, al final, no podía transformarse. Eso lastimó su orgullo por completo.

— Cariño — Le habló su padre.

— ¡Quiero estar sola! Por favor papá. — Soltó casi llorando, pero su papá hizo caso omiso de lo que ella dijo, y entró igual.

Austria estaba debajo de las sábanas totalmente tapada. Y Damon se sentó a su lado, le acarició la espalda con cariño.

— Escucha, que no puedas transformarte no significa nada... — Pero Austria lo interrumpió saliendo de debajo de las sábanas, con la cara llorosa.

— ¡Claro que significa algo! ¡Significa que soy peor que un Omega! — Le gritó, y volvió a meterse debajo de las sábanas. Que un lobo no se pudiera transformar a los 16, era como una deshonra, una completa pérdida de su orgullo. El orgullo para un lobo significaba todo, era lo que les daba las fuerzas para lograr cosas, cuando pensaban que ya estaban acabados. El miedo a que otro sea mejor que uno, los impulsaba a dar todo de si mismos en cualquier situación.

— Que no te puedas transformar no te convierte en débil, es más, te vuelve más fuerte, porque tú tienes que levantarte y demostrarles a todos que puedes vencerlos incluso sin una transformación — Le quitó la sábana del cuerpo — Cariño, tú has hecho y haces cosas, que muchas jóvenes de tu edad no hacen ni con su transformación. — Y luego con gran orgullo su padre habló — Tenías 12 años y salias al bosque sin miedo, a los 13 ya matabas a las criaturas que intentaban asesinarte. Hija eres increíble y no debes dejar que nadie te pisotee. — Ella mientras lo veía, se levantó un poco para sentarse a su lado. — Nunca te había dicho esto, pero mi padre, tu abuelo, también tuvo un retraso en su transformación.

— ¿En serio? — Abrió bien grande sus ojos — Seguro lo dices para que me sienta bien. — Sollozó.

— No, claro que no, esto es cierto, es por eso que tú también lo padeces, pero lo de la transformación es relativo. A él le tomó tres años poder convertirse. Y a ti... — Le tocó la nariz — Puede ser que te tomé menos. O más también, pero en algún momento te transformaras, y quién sabe... Tal vez cuando más lo necesites te convertirás.

Austria dejó de llorar y abrazó a su padre — Cierto — Respiró con fuerza, debido a los mocos — No puedo dejar que se burlen de mi, si alguien me dice algo lo golpearé tan duro que le dolerá incluso si me ve a kilómetros.

— Esa es mi guerrera.

— Ah y papá tengo algo que decirte...

— ¿Qué es?

— Bueno... — Se rascó la nariz — Recuerdas la primera vez que me mandaste al bosque; la verdad es que tenía miedo, mucho miedo, pero me mandé igual porque quería demostrarte que era fuerte y valiente.

— Tener miedo no está mal Austria, es todo lo contrario, es algo bueno.

— ¿Por qué? — Lo miró confundida, ¿Por qué decía que tener miedo era algo bueno?

— Porque ser valiente significa tener miedo, estar cagado de miedo, que te tiemblen las piernas, sentir que tu cuerpo se paraliza y aún así enfrentar lo que venga. Eso es ser valiente, tener miedo pero aún así hacerlo igual.

(...)

Algunos días habían pasado, el cumpleaños de Stiorra sería pronto y Austria estaba en el mercado comprando un collar para ella.

— Es ella — Escuchó cómo unos jóvenes murmuraban detrás de su espalda.

— Oí que tiene 16 y aún no puede transformarse. — Murmuró el otro.

— Es más patética que un Omega, de seguro es re débil. Pobre de su familia, tan grande era el apellido Pendraco y ahora a sido manchado por esta inútil — Al principio había preferido ignorarlos, pero se habían metido con su familia, con su apellido, la habían llamado inútil, y eso era algo que no toleraría jamás.

— ¡Ah! — Se dio la vuelta y atacó al que la había llamado inútil, lo tumbó al suelo. Allí le dio un cabezazo rompiendo su nariz y luego con su puño, lo utilizó como si fuera un martillo y le pegó continuamente en la cara desfigurandolo — Vuelve a querer pisotearme y te haré pedazos. — Se levantó del suelo. Austria se encontraba muy conmocionada al no poder convertirse todavía. Esa imagen fuerte de niña con un gran futuro que había construido, se acababa de manchar por no ser una loba completa. Su temperamento se encontraba tan explosivo, que unas mínimas palabras desataban su furia, y ¿Cómo no? Si ella antes se sentía lo máximo y ahora sentía que no era nada.

Conner había presenciado toda la pelea, pero decidió no hacer nada, ya que conocía perfectamente a Austria, ella necesitaba desquitarse. Él solo miró con una sonrisa como le desfiguraba la cara al otro.

— Lo hiciste bien — Le dijo cuando la alcanzó.

— No me fastidies — Pero luego ambos se vieron rodeado por otros tres jóvenes — ¿Qué es esto? — Soltó confundida, Max, Tyson y Jason, junto con Conner la habían rodeado en un círculo — ¿Qué están haciendo?

— Somos tu grupo de apoyo — Dijo Jason.

— Nosotros estamos contigo y no dejaremos que nadie quiera pisotearte — Habló Max.

Ella torció su entrecejo, parecía enojada pero en el fondo estaba felíz — No necesito su lastima — Trató de salir del círculo, pero Tyson se lo impidió.

— No es lástima, solo queremos cuidar a nuestra hermanita — Dijo.

— Transformación o no, eres nuestra Austria, nuestra fuerte, valiente, agresiva, un tanto fría, pero muy cariño a la vez, mi Lady. — Finalizó Conner y el círculo empezó a cerrarse hasta abrazarla.

— Siempre tendrás nuestro apoyo — Continúo Tyson. Ninguno dejó de abrazarla.

— Gracias muchachos — Estaba apunto de quebrarse. En estos momentos Austria estaba muy sensible. Que estos hombres, estos hermanos, está familia, la contuvieran, era simplemente magnífico — Los quiero un montón, los amo, en verdad los quiero tanto.

— Y nosotros te amamos a ti — Dijeron los cuatro.

— Sí, yo te amo — Dijo al final Conner.

(...)

Los días siguieron pasando, a Austria la seguían molestando, pero las veces que ella no respondía, era porque uno de su "Familia" se le había adelantado.

Le había pedido a Daryl que le enseñara a cazar, pero este le contestó...

— ¿Por qué no se lo pides a tu hermano?

— Po... Por.. porque — Dudo mientras hablaba — Soy un poco dura, y Björn se pone histérico, cuando tiene que repetir muchas veces las mismas cosas. — Inventó — Pero tú vives con Conner, así que mucha más paciencia que mi hermano debes tener. Por fiiss, enséñame, por fis, por fis, por fis. — Le suplicó.

Daryl ya estaba perdiendo la paciencia — ¡Bien! Pero cierra la boca. Ya tengo suficiente viviendo con la pulga de mi hermano y ahora tengo que aguantarte a ti. — Se quejó algo fastidiado.

— Cerraré la boca — Afirmó emocionada — Y te prometo que seré una estudiante muy obediente.

Con el tiempo, y en compañía de Daryl, Austria fue sanando sus propias heridas. Estar con él, le traía tranquilidad, cómo que alejaba sus inseguridades sobre si era fuerte o no.

Daryl mayormente la halagaba Por lo rápido que aprendía. Él desde un principio sabía que ella estaba mintiendo.

La compañía de Austria también le había sido muy beneficiosa para él. Últimamente desde que todas las mañanas salían al bosque a interpretar senderos, los múltiples caminos, las huellas en el abrevadero, los mínimos aromas y sonidos. No solo Daryl le había enseñado a cazar sino que también a rastrear.

Le gustaba enseñarle cosas a Austria, porque aunque al principio le costará un poco, se dedicaba y aprendía muy rápido.

La energía vital que ella emanaba, le alegraba el corazón en el fondo a Daryl. Pasar tiempo con Austria, se había convertido en algo habitual, algo que ninguno de los dos quería acabar. Disfrutaban de la compañía mutua del otro.

Un año después, ella tenía 17 y él 23. Habían ido a explorar otro sector del bosque hace algunos días.

Y habían encontrado un Río, ambos estaban sucios y con ganas de bañarse, así que el primer turno de guardía lo tomó Daryl, mientras Austria se bañaba. Eso era para controlar que ningúna criatura indeseada se acercara.

Pero curioso, volteó su cabeza hacia ella y la vio como desnuda se metía al agua. "Pero que linda se ha puesto Austria" Pensó mientras la veía. La siguió mirando unos segundos más, aún ella estando de espaldas, hasta que se volteó y lo atrapó observandola. Daryl volvió a mirar hacia el frente, estaba avergonzado, su rostro se había puesto rojo. Y Austria se había reído ya que lo había atrapado de infraganti.

Cuando ella acabó, fue el turno de Daryl.

...

Ese día se encontraban regresando a la manada, pero como ya había anochecido, debían dormir allí afuera.

Ambos treparón al gran árbol, hasta casi llegar a la sima.

Austria se quedó sobre una gruesa rama y Daryl saltó hasta la otra, rodeando el tronco del árbol y volviendo a la rama en la que estaba la joven.

Se sentó apoyando la espalda sobre el enorme tronco y Austria delante de él, su espalda se chocaba con el pecho de Daryl.

El hombre había atado la soga por encima de Austria. Sus cuerpos estaban pegados y ella apoyó la cabeza sobre él.

Austria no evitó en preguntarle — ¿Por qué tienes tantas cicatrices en la espalda? — Daryl tenía muchos tatuajes, pero si veías de cerca y prestaba atención, aún podías ver las cicatrices, porque algunas eran gruesas y sobresalían de la piel.

— Así que me observas mientras me baño.

— Tú hiciste lo mismo — Sonrió ella, pero solo consiguió avergonzarlo a él.

— Bien. ¿Quieres saber mis secretos? Te diré — Con Austria era distinto, sentía que podía decir y confiarle cualquier cosas. Era una extraña sensación, ella le generaba un paz interna, una alegría, era todo lo que le faltaba. Ella parecía ser la única a la que le confiaría sus más oscuros secretos — Me torturaron y me humillaron tanto de niño. — Austria conocía algo sobre el pasado de Daryl. Ella le había preguntado a Conner sobre su hermano, de porque tenía tantas cicatrices, porque era tan frío y cerrado. Pero Conner solo le había dicho lo que sabía — Me obligaban a salir al bosque solo, con hambre y miedo, de castigo me encadenaban y me lastimaban provocándome estás cicatrices... — Se detuvo un momento, y Austria sujetó sus manos, y lo abrazó con un brazo. Ese simple gesto de cariño, era lo mejor para Daryl, significaba todo. Está joven mujer, se le había acercado, sin forzar ningúna situación, y había entrado para quedarse en su corazón. — Una noche me agarraron dos hombres y me violaron, con nueve años — Él no lloraba pero debido al horror que recordaba con perfecta claridad, sus ojos se habían puestos vidriosos y rojos — Se lo dije a Húngred y ¿Sabes que hizo?... Nada, no hizo nada. Me dijo "Eso te pasó por maricon" y luego me encadenó en el bosque, era la primera vez que lo hacía fuera de la manada. Yo estaba temblando, tenía mucho miedo, quería morir, pero no quería sentir dolor. Era un niño y sólo quería cariño, un abrazo, que alguien me cuidara. Entonces, Ubba me encontró y me liberó. Él fue quien me ayudó a escapar un año después. — Pero cuando Daryl volteó a ver a Austria ella estaba llorando, mientras lo abrazaba. — ¿Por qué lloras? — Le preguntó enternecido — Ese es mi pasado no el tuyo.

— Pero me duele — Sollozó — Si te hacen daño a ti, siento que me lo hacen a mi... No me gusta que sufras — Lloró con más fuerza —Ahora me tienes a mi, y yo nunca me voy a despegar de tu lado.

Él le sonrió, mientras la acariciaba — Me acostumbré tanto a que me fastidies y que siempre estes a mi lado, que sería raro sino lo hicieras. — Le secó las lágrimas — Creí haberlo superado hace mucho, pero eres la primera y única persona a la que le cuento esto de mí desde que llegué a Nación, que creo que finalmente ahora sí lo he superado. No eres mi familia Austria, pero me estoy abriendo mucho a ti. — El silencio los inundó por un rato, pero era un silencio agradable, no incómodo — ¿Por qué te gusto? — Preguntó de la nada — ¿Qué ves en mi, que tanto te gusta? Soy mayor y tengo el rostro desfigurado.

Ella lo miró a los ojos entre conectándose — Es eso lo que amo de ti — Le acarició la cicatriz de los labios — Me gustan tus virtudes, tus habilidades, pero sobre todo amo tus defectos Daryl, son lo que más me encanta de tu persona, que seas frío, cerrado, me encanta, porque cuando uno te conoces, eres completamente distinto. Incluso amo verte caminar, comer, hasta cuándo te chupas los dedos, no sé, siento que si viene de ti, todo es hermoso, y tus cicatrices son parte tuya, así que las amo más que a nada. Yo te quiero así como eres, para mí eres perfecto — Está joven mujer, lo había cautivado; era todo el amor que una veces había deseado. No, este amor era mejor que cualquier otro, y era mejor porque venía de Austria. Pero ella era muy joven para él, no podía intentar nada, así que, cuando Austria trató de besarlo, él se resistió al deseo de probar su labios, y le dio un largo beso, cargado de sentimientos en la cabeza.

(...)

Un año más había pasado. Austria había regresado con el cuerpo de Tyson de la guerra. Y había marcado un antes y después para ella misma.

...

Luego de haber dormido durante 4 días, Austria finalmente despertó.

Cuando abrió los ojos y observó a su alrededor, notó que Daryl estaba sentado en una silla a su derecha, recostando su cabeza por encima de los brazos en una mesada que estaba pegada a la cama. A su izquierda estaba Conner sentado también en un silla, al igual que Daryl estaba dormido, pero con la cabeza caída, y tenía una de sus manos sujetando la de Austria.

Ella se liberó de su agarré y se acomodó sobre el respaldo de la cama. Una vez sentada allí, le acarició el rostro a Daryl, quien despertó.

Cuando él abrió los ojos y la miró a ella que estaba despierta, su reacción inmediata fue abrazarla con fuerza. Su mano izquierda estaba sobre la cabeza de ella y le dio un beso allí, aún continuaba con el abrazo, y ella lo sujetaba con fuerza.

— Creí que estabas muerta — Sollozó con un notorio alivio — Pensar en eso me generaba un gran dolor. No quiero perderte Austria — Era la primera vez que Daryl estaba expresando sus emociones con ella — Te tengo un cariño enorme. — Austria se encontraba impactada, no esperaba esta reacción de Daryl, cuando él la miró a los ojos, ella se encontraba en silencio escuchando sus palabras — Ese día me dí cuenta de que no puedo perderte, no quiero.

Fue entonces que Austria lo besó por primera vez. Sus labios se conectaron entre sí, su beso era largo y cariñoso, soltando esos sentimientos cargados de pasión, y deseo. Austria se detuvo y le dio un pico y luego otro seguido de un nuevo largo beso.

Conner se había despertado y presenció en primera fila como su único amor, le demostraba lo que él tanto anhelaba a su hermano. Fue ahí que su corazón se rompió y entendió que la mujer que tanto quería, nunca iba a amarlo como él deseaba. Debía olvidarla a toda costa y consentrarse solamente en su esposa y en su hijo que venía en camino.

Austria se volteó a ver a Conner y él quien la miraba con una sonrisa, no se detuvo en abrazarla — Estás bien — Dijo más para tranquilizarse a si mismo que para ella. — Estás bien — Volvió a repetir. Luego se separó de los brazos de Austria, quien había aceptado su cálido abrazo. — Ahora que despertaste ya no necesitas a dos para que te cuiden — Dijo con gran dolor desde su corazón.
Caminó hasta su hermano y le puso una mano sobre el hombro — Estoy muy felíz de que ames a alguien Daryl. — Aunque sufriera era cierto que estaba contento por su hermano.
Y Conner los dejó a ambos solos.

Las manadas se había unido para vencer a Los colmillo rojo.
La segunda guerra se estaba ganando porque los superaban en número, pero esto significaba una gran perdida y bajas de población para las distintas manadas.

Damon El Grande sufría de una extraña enfermedad en los huesos. Con cada movimiento, maniobra; el ardor incrementaba masivamente, era tan sofocante que incluso respirar dolía.
Había sido maldito por un brujo.

La razón de esta maldición se generó porque Damon había matado a la madre de dicho brujo, al tratar de llevarse a su pequeña Stiorra, cuando era una bebé.

Con el paso de los años, la salud de Damon empeoraba para mal, pero aún así se mantenía fuerte como un roble.

Sin embargo, ya estaba al límite, sufría demasiado, y vivir resultaba ser una agonía.

Húngred fue el encargado de plantarle la idea a su alfa de maldecir el hierro por completo, para la primer Guerra.

La maldición no podía hacerse con una sola bruja, se necesitaba de otras 4 para que el hechizo sea fuerte y recayera en todo el hierro del mundo.

(...)

La segunda Guerra estaba ocurriendo, y era liderada por el Alfa y su confiable estratega  Damon, el general. Las manadas se habían unido temporalmente y estaban informados sobre la maldición del hierro. No era una opción pelear solamente transformados, debían estar armados.

Los niños lobos debido a que no podían transformase hasta los 16, eran entrenados en distintos tipos de combate, ya sea con distintas armas o diferentes estilos de pelea.
Para sobrevivir debían ser fuertes y su entrenamiento empezaba a los 3 años, los hacían caminar sobre carbón caliente, para fortalecer su pies, enterrar las manos en arena caliente para endurecerlas. Aunque sanaran, se los entrenaba para aguantar el dolor, y a medida que crecían las pruebas a superar eran más rudas y exigentes. Sin embargo siempre hay excepciones a la regla, pero por suerte solo era el 2%.

La mayoría de ellos, aunque ya no usarán tantas armas, como antes, aún conservaban el conocimiento y solo les hacía falta prácticar, para recuperar la movilidad y velocidad al empuñarlas.

(...)

Se encontraban en medio de la batalla, y gracias a la unión, las manadas estaban ganando la guerra.

Damon, le salvó la vida a su Alfa quien estaba siendo atacado por otros 4 lobos y un minotauro, sin embargo termino herido en el hombro, perdiendo la movilidad en su brazo derecho. Pero feroz lobo, digno de su nombre, "El Grande" continúo peleando.

Lamentablemente, las heridas que tenía lo afectaban cada vez más, y el no poder sanar empeoraba su condición.

Luego a haberse alejado de su Alfa, debido a los rivales. Había sido herido gravemente antes de matar a su enemigo. Su cuerpo se desplomó en el suelo. Perdía mucha sangre y le dolían todos lo huesos. Era el momento, era la hora de acabar con su sufrimiento.

— ¡PAPÁ! — Se escuchó el fuerte grito desgarrador de una joven mujer. Quien cayó de rodillas junto a su cuerpo, al cual se le escapaba la vida — ¡AAAAHH! Papá... — Sollozó, perdiendo una gran cantidad de lágrimas, mientras abrazaba el cuerpo casi sin vida de su padre — Papá... — Siguió llorando con él en sus brazos.

Con las pocas fuerzas que le quedaban Damon le habló a su hija por última vez.

— De-bes ser fuer-te Aus-tria. Tú y Björn deben cui-dar a Stio-rra...

— ¡PAPÁ! — Gritó Björn al acercarse corriendo, cuando los vio a los dos.

— Deben sobre-vivir y gui-ar al joven Alfa, para que... — Pero antes de que pudiera decir algo más... Su vida se había escapado de su propio cuerpo, su dolorosa agonía había terminado, pero provocó un sentimiento agridulce en los corazones de sus hijos. Estaban tristes y lloraban su perdida, pero a las vez felices de que su padre ya no sufriera dolor todos los días.

— ¡Ya no duele papá! — Le temblaba la voz y continúo llorando Austria, aún con su cuerpo en brazos — ¡Ya no tienes que fingir que estás bien! — Le acarició el cabello.

— Austria — Su hermano trató de traerla devuelta a la realidad — Austria — La sacudió de los hombros — No podemos quedarnos aquí, tenemos que movernos — Un enemigo se acercaba detras de ella y Björn rápidamente se movió para proteger a su hermana.— ¡Debemos irnos! ¡Después regresaremos por él! — Le gritó en cuanto lo mató.

Austria aún observando el cadáver de su padre, se levantó y siguió a su hermano. Pero estos dos debido a los demás enemigos que se encontraban en el camino, se fueron separando el uno del otro, y cada vez estaban más lejos.

Peleaban llenos de ira e impotencia, con gritos que se mezclaban entre el sentimiento de dolor y el grito de guerra.

Una Quimera le había arrancado el brazo derecho a Björn por la espalda mientras él peleaba contra otro. Y aún sanando, dos Arpías se lo habían llevado volando. Una lo sujetaba de la pierna derecha y la otra del brazo izquierdo.
Trató de transformase para que lo soltaran, pero cuando lo estaba haciendo una lanza de madera le había atravesado el abdomen, impidiendo su cambio.
Debido a que sujetaban su brazo, no podía quitarse la lanza para sanar. Así que, mientras se lo llevaban, él agonizaba.

(...)

Al poco tiempo, las trompetas de retirada se hicieron escuchar, y los marginados habían perdido la guerra.

El territorio de los Feroces ya no estaba usurpado.

— ¡BJÖRN! ¡BJÖRN! — Gritaba desesperada, buscando a su hermano — ¡BJÖRN! — Sus gritos eran fuertes sollozos llenos de un lamentable llanto.

Impactada, con la boca abierta; su vista se había nublado por las excesivas lágrimas que perdían sus ojos — ¡¡AAAH!! ¡¡AAAH!! — Se tapaba la boca con una mano mientras lentamente se acercaba a un brazo. Lo había reconocido, ese brazo... Esa mano... Estaban completamente tatuadas, y conocía cada uno de esos tatuajes a la perfección. — ¡BJÖRN! — Volvió a gritar desgarradamente — ¡¡AAAHH!! ¡SU BRAZO! — Lo tocó con sus manos — ¡¿DÓNDE ESTÁ?! ¡¿DÓNDE ESTÁ?! — Gritaba con fuerza en busca de su hermano. Los demás lobos la observaban sin decir palabra.  — ¿¡DÓNDE ESTÁ!? — Lo buscaba desesperada entre los sobrevivientes, sin encontrarlo — ¡¡BJÖRN!! — Gritó una última vez sin respuesta — ¿Dónde estás?... — Habló sin fuerzas y cayó de rodillas al suelo.
No le importaba que la vieran llorar. Ese día había perdió a las personas que más amaba; a su padre y a su hermano mayor, tenía todo el derecho de llorar desconsoladamente. — Papá se fue...— Le tembló la voz — Tú no puedes abandonarme... ¡Se suponía que tú siempre estarías a mi lado! Soy tu hermanita, ¿Que voy a hacer sola con Stiorra? — Pero mientras lamentaba su perdida, Daryl quien estaba detrás de ella, sin decir palabra se echó de rodillas al suelo y la abrazó por detrás. En silencio la reconfortó con su cálido abrazo, y Austria se descargó contra su pecho.

Luego sus "hermanos", tanto Max, como Tyson, como Jason, y como Conner, cayeron de rodillas formando un círculo y abrazándose al alrededor de Austria. Nadie emitió sonido, pero ese acto, significaba más que mil palabras.

(...)

Aragón, había sobrevivido, aunque las heridas que tenía no fueran graves, el veneno estaba haciendo estragos en su cuerpo. Sin embargo en este momento se estaba velando a sus caídos.

— ¡Hoy...! ¡Convertimos en cenizas a nuestros valientes guerreros! ¡Que dieron su vida para preservar la Paz y evitar futuros conflictos! — Habló el formidable Alfa — ¡Sufrimos la perdida de Padres, Hermanos, Amigos, y Familia! ¡Un dolor que llevaremos en nuestros corazones! ¡Pero algún día será superado! ¡Y al mirar el agua, los recordaremos con alegría! ¡Porque nunca olvidaremos los felices momentos que pasamos juntos! ¡Que ya no se encuentren en vida con nosotros, No significa que nos hayan abandonado por completo! ¡Ellos siempre estarán a nuestro lado! ¡Seguirán estando con nosotros! ¡Nos continuarán acompañando! ¡Porque siempre estarán presentes en el agua!.

Cada quien había arrojado las cenizas de sus seres queridos. Austria había compartido las cenizas de su padre con el Alfa.

— ...Adiós... Viejo amigo... — Soltó las cenizas con una gran tristeza, observando cómo eran llevadas por la corriente.

Austria también había arrojado el resto de las cenizas de su padre, pero no las de su hermano. Ella no creía que Björn estuviera muerto, su cuerpo no había sido encontrado.

— ¿No las arrojarás? — Le preguntó Conner.

— Björn no está muerto — Dijo sin desviar la vista del agua que fluía por el río.

— Austria... — Soltó con lamento.

— ¡Su cuerpo no fue encontrado! — Está vez si lo miró a los ojos, pero estos expresaban un enorme dolor — ¡Él no está muerto! — Negó con la cabeza.

— Austria... — La sujetó de los hombros — Si Björn estuviera con vida él... — Pero la jóven que sufría, no estaba dispuesta escucharlo.

— ¡No entiendes Conner! ¡Él no está muerto! ¡Lo siento en los huesos! Mi hermano está vivo, y mientras no encuentre su cuerpo completo, estás cenizas no serán arrojadas. Yo sé que él está con vida en algún lado. Y voy a encontrarlo.

Pero lamentablemente, luego de años de búsqueda, nunca pudo hallar su cuerpo. Tal vez sí se detuvo después de cinco años, pero aún guardaba la esperanza en su corazón, de que su hermano siguiera con vida.

Al día de hoy, Austria aún guarda sus cenizas.

Daryl quien se había convertido en su pareja, no la dejó sola en ningún momento, y era su fiel compañero de búsqueda durante esos cinco años. Sin queja, sin decirle que se rindiera, él la acompañaría y la seguiría a donde sea.

Con el tiempo su lazo se volvió mucho más fuerte que cualquier otro vínculo destinado. Los dos se complementaban entre sí, y se apoyaban mutuamente, sin queja alguna.
A su manera se daban el más grande amor. Su cariño es tanto al día de hoy, que pareciera que solo llevan tres meses enamorados.

Cuando Austria cumplió 27 y Daryl ya tenía 33, se cansaron.

Luego de que Aragón muriera debido al veneno en sus heridas. Conner tomó el mando de la manada con veinte años.

(...)

Matt después de la guerra, una vez que su territorio fue recuperado, no tuvo las fuerzas para reclamarlo. Ya no se sentía como un Alfa; para él, lo había perdido todo. No tenía manada, solo la compañía de díez lobos que antes pertenecían a su manada y la de su hermana. Él espíritu del joven Alfa había sido aplastado y destrozado, debido a su gran error que llevó a todas estas guerras. Creía que lo mejor era no volver a estar al mando.
Solo tenía 23 años, era un joven estúpido, que perdió a su manada por la codicia. Además está guerra no sólo había ocurrido para recuperar su territorio, sino que era más para acabar con un posible enemigo para todos, en el futuro.

Matt no tenía las fuerzas para volver a sentirse como un Alfa. No sé creía digno de llevar esa responsabilidad.

Debido a su inexperiencia, Conner también perdió las enormes ganas de convertirse en Alfa rápido, y decidió tomarse su tiempo para madurar, y seguir aprendiendo de su padre, así con el tiempo podría convertirse en un sabio Alfa.

"De los errores se aprende y a veces no tienen que ser los tuyos".

Hoy en día Nación es tan grande, debido a que los gobierna un Alfa que sabe que el poder no lo es todo; y que se preocupa más por el bien mayor y de su gente que por tierras.

Con los años Nación se expande, pero de una forma pacífica, abriendo muros dentro de su vastas tierras.

Y con esto concluiría el pasado.

¿Qué les pareció?

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