Capítulo 4

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Conner

Hemos estado vigilando  cada paso de colmillo rojo.

Escuchar la conversación de unos tipos, no era excusa perfecta para empezar una guerra. Pero eso no quiere decir que no hayamos preparado toda una estrategia por si la guerra estallaba en cualquier momento.

Novel cree firmemente que Colmillo rojo sabe que tenemos un ojo encima de ellos, y que solo aparentan estar calmados para que bajemos la guardia. Pero estamos listos para cuando ataquen. Nación se está preparado para protegerse.

Sin embargo esto se ha transformado en motivo de discusiones con Novel.

— Me siento como un animal acorralado dentro de estos muros, sabiendo que va a morir sin poder tener salvación. — Gritó exaltada.

Ya me tenía frustrado toda la conversación— Por favor Novel estás exagerando.

— No deberíamos quedarnos esperando a que ellos ataquen primero. Deberíamos atacar nosotros.

— Un par de palabras no alcanza a ser motivo suficiente para iniciar una guerra.

— Ellos están ocultando cada uno de sus movimientos. De seguro hace tiempo ya saben que estamos detrás de ellos. — Los ojos rojos de Novel irradiaron en llamas — Hay que atacar.

Entre cerré los ojos y sin perder el control dije — Tu quieres una guerra sin sentido.

— No es sin sentido, es para proteger a la manada. — Me reí internamente.

— Un buen líder no busca la guerra, lo deja como último recurso.

Pero ella me sentenció con la mirada — Aún no eres un líder.

— Tú solo quieres matanza porque es lo único que saben hacer en tu manada. Mira como les fue por su codicia.

De repente Novel comenzó a llorar. Me arrepentí de cada una de mis últimas palabras. Cegado por la furia de la situación, perdí el control por un momento y no tomé en cuenta el pesado significado que tenían mis palabras sobre ella.

Internamente me maldije y también maldecí las hormonas de embaraza. Solo le queda dos meses más de gestación y sus hormonas han estado al límite. Se irrita de la nada, se emociona de la nada y llora por todo y de todo.

Trato de entenderla muchas veces, pero cuando no es razonable nuestros temperamentos chocan. Sin embargo está vez si metí la pata más de la cuenta.

— No... Reina perdóname, yo no quería... — Intenté disculparme para arreglar las cosas, pero ella me interrumpió abruptamente mientras lloraba.

No. Tienes razón — Se secó las lágrimas con la mano — Mi hermano es un idiota codicioso, por su sed de poder lo perdió todo. Perdió la manada, a su prometida, su territorio. Todo lo que un día fue de nuestro padre, lo perdió por su propia ambición. — Verla llorar causaba que algo se estrujara en mi pecho — Es cierto que en mi manada la ambición y el poder están muy arraigados a mi cultura. Pero eso es algo que aprendemos al nacer, está mal, sí, pero ya es parte de mi naturaleza.

— Reina yo no quería hacerte sentir mal, perdóname...  — La sostuve en mis brazos.

Pero... Tienes razón, yo también me cuestiono porque tengo tantas ganas de pelear. A la vez pienso en nuestro hijo y no quiero que su vida corra peligro, pero también cada vez que se me viene colmillo rojo a la cabeza, solo pienso en venganza... Creo que es por eso que quiero aniquilarlos y sacarlos del territorio que una vez fue mi hogar. Mientras la tenía entre mis brazos, ella me miró a los ojos y con su voz temblorosa dijo — Tengo miedo de que hagan lo mismo que hicieron allí, aquí.

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