Todo Lo Que Quiero (#2)

By Rubi_Maxwell

717K 80.2K 23.1K

Trilogía: Segundo libro. Muerte: Defunción - Término - Expiración. Austin Maxwell había tenido la muerte muc... More

Antes De Leer
Sinopsis
1. Hija
2. Trabajo
3. Enfermo
4. Todo
5. ¿Niñera?
6. Película
7. Salida
8. Pelea
9. Llamada
10. Compañera
11. Lluvia
12. Tierno
13. ¿Señor?
14. Resolver
15. Nervios
16. ¿Se Conocen?
17. Cuñado
18. Hermano
20. Incógnita
21. Confiar
22. Tortura
23. Sentir
24. ¿Celos?
25. Cita
26. Feliz
27. Momento
28. Invitación
29. Anhelo
30. Cena
31. Chicas
32. Recital
33. Te Quiero
34. Libre
35. Hermosa
36. Tan Cerca
37. Deseada
38. Brillo
39. Loco
40. Ascensor
41. Olivia
42. Quiebre
43. Pánico
44. Confesión
45. Nuevo Integrante
46. Bebé
47. Latidos
48. Verdad
49. Mamá
50. Casa
51. Odio
52. Hermana
53. Papá
54. Amor
55. Volver
56. Sueño
57. Velas
58. Final
Epílogo

19. Te Ayudo

10.9K 1.2K 161
By Rubi_Maxwell

No olviden de votar y dejar algún comentario, por favor...

Narra Stacy

2 de Junio, 2024.

Siento que la cabeza me va a explotar. Llevo dos días con algunos malestares, pero no los he tomado en cuenta y hoy mucho menos; aunque me sienta un poco mal.

Camino por mi departamento con rapidez buscando mi bolso, aunque en cada momento mi cabeza palpita más fuerte, pero finalmente lo encuentro.

Suelto una maldición por lo bajo cuando suena mi teléfono, pero enseguida sonrío al ver el nombre en la pantalla.

—Hola, papá —mi voz sale ronca.

Diablos.

Hace unas horas no tenía la voz tan ronca y ahora que hablé, la garganta me comenzó a doler.

—Hija. Ya extrañaba escuchar tu voz, han sido días ocupados —suspira.

Asiento, aunque sé que no me puede ver.

—Lo han sido, pero no te preocupes —hablo despacio porque siento que en cualquier momento voy toser.

—¿Estás bien? —pregunta—. Tu voz se escucha extraña, cariño.

—Solo estoy un poco enferma, pero nada del otro mundo. —Intento no darle mucha importancia.

—¿Segura? —se escucha muy preocupado.

Papá siempre ha sido muy cuidadoso respecto a mas enfermedades. Todos somos bastante resistentes, pero desde mamá, cualquier cosa lo vuelve loco.

—Sí, papá —sonrío.

—¿Hoy te toca trabajar? —no me deja responder—. No deberías de ir. Podrías pedirle el día libre a tu jefe.

No puedo hacerlo y tampoco quiero. Realmente no creo que se at a grave.

Estuve enferma hace unos meses y solo fue tos y un poco de fiebre. Nada del otro mundo.

—Creo que le pediré el día —miento.

—Me parece excelente... —se escucha satisfecho ante mi respuesta.

—¿Cómo estás? —cambio el tema.

Los siguientes minutos solo me habla de lo bien que le está llendo en el taller y estoy muy feliz por él. También me cuenta sobre mamá, aunque siempre será un tema sensible.

Finalmente llego al hotel, aunque ya casi no siento mis piernas y solo quiero tirarme en una cama.

—¡Stacy! —escucho que gritan. Es kim que me saluda desde recepción.

—Hola, Kim —saludo con un intento de sonrisa.

Frunce el ceño cuando llego a su lado.

—¿Te encuentras bien?

—¿Por qué preguntas? —Bostezo.

—No te ves muy bien —murmura. Siento sus manos en mi frente—. ¡Tienes un poco de fiebre!

Trago saliva. La garganta me quema.

—Es un resfriado pequeño, estaré bien.

Niega.

—Hay niña, no deberías de haber venido en este estado. —Me toma de los hombros y me observa fijamente.

Intento darle una sonrisa de boca cerrada, pero siento que en cualquier momento voy a cerrar los ojos.

—No estoy tan mal —miento—. Solo me duele un poco la cabeza y la garganta, pero no me moriré por un poco de dolor.

Bueno, espero no hacerlo.

Entorna los ojos fastidiada. Estoy segura que sí no me doliera la cabeza, Kim me hubiese dado un golpe por testaruda.

—Deberías de haber hablado con él señor Austin, sabes que siempre entenderá tu estado —me reclama.

Ahora es mi turno de entonar los ojos, aunque me arrepiento cuando esto hace que me duela la sien.

—Que no es para tanto, además, él tiene una reunión muy importante está tarde y debo de quedarme con Hilary —me intento excusar.

Soy testigo de cómo suelta un bufido.

—Está bien. Ya no insistiré, pero debes de aceptar esto, te ayudará. —Busca en su bolso y puedo ver como me tiende una pastilla— Hará que el dolor de cabeza no sea tan fuerte.

Ahora si me doy el esfuerzo de darle una gran sonrisa.

—Muchas gracias, Kim. —Le doy un abrazo— Ahora me iré a trabajar.

—¡No te olvides de la pastilla! —grita, cuando ya me encuentro un poco alejada.

Camino con rapidez hasta el baño, porque de verdad quiero tomar el medicamento y que me ayude a sentirme mejor.

Agradezco que no hay nadie más y voy hasta el lava manos. Lo primero que hago es mirarme al espejo y debo de llevarme las manos a la boca por lo horrible que me encuentro.

Casi no puedo abrir los ojos, porque siento una pesadez demasiado grande y ni se pueden imaginar mis ojeras. A pesar de que me di un baño, mi cabello está opaco y mi piel muy pálida.

Suspiro. Doy el agua y busco el medicamento, pero como soy tan torpe y mis manos están muy temblorosas, la pequeña pastilla cae por uno de los agujeros y no puedo hacer nada para tomarla.

—No puede ser... —lloriqueo viendo mi desgracia—. ¿Ahora que haré?

Sé que parezco una loca hablando sola, pero esto ya me ha superado. Tampoco le puedo ir a pedir otra a Kim, porque yo misma vi como me daba la última que le quedaba.

¡Soy una tonta!

Reteniendo mis ganas de llorar e intentando darme un poco de ánimo, salgo del baño dispuesta a comenzar con mi trabajo, a pesar de que me siento morir.

Agradezco que el día no es tan pesado, además, Verónica me ayuda demasiado porque comprende mi estado.

Las encargada sólo nos dió dos habitaciones y creo que es un maldito milagro, ella siempre intentando darnos bastantes habitaciones y mi lado loca quiere pensar que es por nuestro excelente trabajo.

Esa mujer me ama y me odia.

—Sé que ya lo has escuchado mucho pero en serio te deberías de ir a casa —Verónica hace una mueca.

—Subiré —es mi respuesta y apunto el ascensor.

Escucho como bufa.

—Bien testaruda, intenta no estar sola. Realmente estoy preocupada.

Sonrío.

Aún no tengo una gran confianza con ella, pero me ha demostrado ser una buena chica y espero en algún momento ser buenas amigas.

—Lo sé, nos vemos mañana. —Le doy un extraño abrazo que nos tiene riendo.

Llegar hasta el departamento de mi jefe es un suplicio. Toso de vez en cuando y mi cabeza palpita mucho más fuerte que hace unas horas.

Doy todo de mi para poner una gran sonrisa cuando la puerta de abre y el señor Austin me saluda.

—Puedes pasar, Stacy —indica.

Hago lo que dice y paso por su lado hasta entrar al departamento.

—Gracias —murmuro.

Cierro los ojos cuando siento que todo a mi alrededor da vueltas.

—Sabes... —escucho que habla a mis espaldas—, he estado pensando en darte una llave, debe ser cansador para ti tener que esperar. A veces estoy ocupado y se me hace imposible abrir la puerta muy rápido.

Abro los ojos rezando por sentirme mucho mejor, pero lamentablemente no es así.

—No es necesario... —digo en un hilo de voz.

—Yo creo que sí —responde, pero casi no lo escucho porque creo que voy a volver a cerrar los ojos—. ¿Stacy? —me llama y con mucho esfuerzo me giro para observarlo—. ¿Qué pasa?

—Nada... —susurro.

—Estás muy pálida. —Frunce el ceño y se acerca— Tienes fiebre. —Toca mi frente.

—Solo un poco, aunque tengo muchas ganas de dormir —río bastante raro.

—Deberías...

Y es lo último que escucho, porque mi cuerpo ya no responde y mi vista se vuelve negra. Solo siento como me levantan y el olor de un rico perfume.

★★★★

Suelto un quejido y quiero llorar porque me duele todo el cuerpo, cada músculo es una tortura. Hago el intento de abrir los ojos y me asusto al no reconocer el techo de mi cuarto.

¿Dónde estoy?

A pesar del dolor y que mi cuerpo pida descanso, me siento en la cama y busco algún indicio que me recuerde donde estoy.

Los dibujos de la pared llaman mi atención haciéndome recordar donde me encuentro y lo que me sucedió.

Seguramente si mi padre me viera en este estado me daría unas nalgadas por mentirosa y jugar con mi salud. Lo bueno es que no tiene como saber que su hija se encuentra de esta forma y para su próxima llamada espero estar mucho mejor.

Me estoy poniendo de pie cuando la puerta se abre y mi jefe entra con un vaso de agua.

—Veo que despertaste. Me preocupaste demasiado —sonríe.

Quiero responder, pero mi garganta duele horrible y me tomo unos segundos para hacerlo.

—¿Cuánto estuve desmayada? —pregunto con voz temblorosa.

En realidad todo mi cuerpo tiembla y aquello es una horrible señal. Espero que no sea lo que estoy pensando, porque esto terminará muy mal.

—No más de diez minutos —responde—. He llamado un doctor, ya debe de venir en camino —informa.

Se acerca unos pasos y por inercia retrocedo dos. Su ceño se frunce confundido.

No puede ser, no puede ser.

Estoy muy vulnerable y odio sentirme de esta manera. Aún creo que puedo caer en cualquier momento y cada segundo me hace recordar lo que pasó hace unos años.

Sentirme vulnerable fue mi más grande error ese día y sí, quizás si fue mi maldita culpa todo lo que sucedió y mi familia tiene razón.

—No se acerque —pido, aunque más bien imploro con voz aguda.

Con mi vista algo borrosa puedo ver como abre los ojos totalmente sorprendido ante mi pedido.

—Necesitas ayuda, Stacy. Tu cuerpo está muy débil...

No, no...

Que no hable de mi cuerpo, que por favor no lo haga.

Él vuelve a caminar unos pasos dejando el vaso en el suelo y yo solo puedo retroceder hasta chocar con la pared.

—¡No se mueva! —chillo histérica ante la idea de que me toque.

Sus ojos parecen desesperados y pasa las manos por su cabello varias veces. Abre y cierra la boca dispuesto a responder, pero la puerta se abre y Hilary entra mirándonos confundida.

—¿Stacy? ¿Te sientes mejor? —pregunta e intenta acercarse, pero qu padre se lo impide.

—Es mejor que regreses a la sala, hija. Stacy necesita descansar —le indica.

Lo que necesito es irme de aquí, nada más que eso.

—Pero, papá —bufa—. Quiero estar con Stacy.

Él la toma por lo hombros haciendo que lo mire.

—Hilary... por favor —murmura.

Finalmente asiente.

—Adiós, Stacy. Que te mejores. —Me da una sonrisa y mueve su mano.

¡No!

Quiero gritar que no se vaya, pero mi voz no me ayuda y ella sale de la habitación.

Nuevamente siento la mirada de mi jefe y los malditos nervios vuelven. Siento como ya algunas lágrimas corren por mis mejillas, tengo miedo de todo a mi alrededor.

—No te haré nada, Stacy. Solo quiero ayudarte, estás enferma y necesitas cuidados. —Se acerca hasta quedar solo unos dos pasos de distancia y su voz parece muy preocupada.

Muerdo mi labio cuando las ganas de llorar aumentan y mi respiración está algo agitada.

Observo su rostro afligido y como también sus manos tiemblan dándome la idea que está igual o más asustado que yo ante la situación.

—¿Me lo promete? —pregunto afligida, casi convencida.

Vuelvo a sentir un mareo, pero él es muy rápido, porque siento sus manos en mi cintura y como me lleva hasta su pecho.

—Te lo juro —responde.

Y le creo. Creo que él nunca me haría nada sin mi consentimiento y que realmente me ayudará.

Y con esa confianza, nuevamente me dejo llevar por el sueño, ya no pensando que puede pasar conmigo, porque por primera vez confío plenamente en Austin Maxwell.

Solo espero no terminar decepcionada...

★★★★

¡Nuevo capítulo!

Bueno, creo que ya pueden intuir lo que le sucedió a nuestra Stacy... *lloro*

¿Qué creen que pueda pasar en el próximo capítulo?

Nos leemos pronto.

Instagram: (@rubi_escritora)

-Rubí.

Continue Reading

You'll Also Like

939K 48.7K 36
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
1.2M 57.4K 53
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...
2.9K 222 65
Kim seokjin hijo de un poderoso político se enamora de un joven músico.. podrá él conquistarlo?? HISTORIA ORIGINAL!!
19.8M 1.3M 122
Trilogía Bestia. {01} Fantasía y Romance. El amor lo ayudará a descubrir quién es en realidad y su pasado hará reales sus peores miedos. ¿Podrá ell...