El misterio que me persigue ©

Od Angeline_Ross

1M 81K 43.6K

Adelin debe enfrentarse a un juego enfermizo mientras convive con un asesino serial y un chico que lo da todo... Viac

Prólogo
0
1
2
3
4
5
6
7
8 [Parte I]
8 [Parte II]
9
10
11
12
13
14
15
16
17
Extra 1
Extra 2
18
19
20
21
22
23
24
25 (+18)
26
27
28
29
30
31 (+18)
32
33
34
35
36
37
Extra 3
38
39 (+18)
40
42
43

41

3.8K 342 99
Od Angeline_Ross

Un año después

La muerte de Engel fue un suceso inesperado, una muerte que me quebrantó. Por más fuerza mental que yo decía poseer, si me hubiera quedado en Serfol iba a echar todo mi plan por la borda. Necesitaba alejarme del pueblo para poner mis ideas en orden y de cierta forma aminorar el dolor. Por eso, cuando de un momento a otro Tiago debió volver a Italia, yo me sumé al viaje.

Se suponía que saldría a conocer los bellos lugares de aquel país y que el viaje sería un total respiro de todos mis problemas. Se suponía, porque todo, absolutamente todo salió contrario a lo que yo había pensado. La familia de la mafia de Henrrik intentó secuestrarme dos veces, al principio pensé que me había salvado por suerte, pero Tiago dijo que así actúan ellos; primero atormentan y luego ejecutan. No pudieron llevarme, sin embargo me dejaron recuerdos para no olvidarme de ellos; una bonita cicatriz en la mejilla, tres costillas rotas y una pierna fracturada. Pasé meses sin poner un pie fuera de la casa, recibiendo atención médica ahí dentro, ya que era muy peligroso llevarme a una clínica.

Me encontraba en esas por culpa de Tiago, sin embargo, él no dejaba de echarme la culpa como si yo fuera la desquiciada que descuartizó a Henrrik. Cabe recalcar, que el Tiago de Italia no se parecía en nada al de Serfol. El muchacho se había vuelto agresivo, controlador y extremadamente posesivo. Últimamente no disfrutaba del sexo con él, en cierto punto me sentía utilizada, Tiago ya no buscaba la satisfacción mutua, solo la suya.

No negaré que él fue una pieza clave en mi recuperación, me ayudaba a movilizarme, a hacer ejercicio, a poder bañarme y todas esas cosas. Pero no dejaba que ninguno de sus hermanos se me acercara, ni siquiera su padre cuando iba de visita, por temor a que me involucrara con alguno de ellos. Luego que me recuperé por completo él comenzó a entrenarme, me volví más hábil con los cuchillos, mejoré mi puntería y aprendí a pelear, aunque este último no era mi fuerte. Incluso, me enseñó a hacer sus "nudos perfectos".  Italia sacó a la luz mi lado más retorcido. Si antes me acusaban de ser una asesina y no tenían pruebas, ahora habían más que suficientes. Desde que maté a Jay, Patricia y a los cuatros militares algo en mí cambió. Aunque siendo sincera, creo que el deseo de matar siempre estuvo allí, escondido en alguna parte de mi oscuro ser. Tiago sin duda era un detonante, me incitaba a asesinar y yo caía redondita en su juego. Fueron muchas las noches en las que ambos salimos a buscar víctimas, como si fuésemos el angel de la muerte y su asistente. ¿Cuál era la excusa con la que él me envolvía? Debía practicar para cuando la familia de Henrik fuese tras mí.

Y hoy, después de un año volví a Serfol. Volví renovada, con más odio en mi corazón, sin miedo a matar y sobretodo, con veintiún años.

•••

—Odio esto —susurró Alessio haciéndose un ovillo en un rincón.

Hacía más de una hora que habíamos vuelto a Serfol. Mientras los demás desempacaban yo me encontraba sentada en la cama de Alessio, observando como tenía un ataque de ansiedad.

—Deberías tomar tus caramelos, quizá te hagan bien.

Alessio entrecerró sus ojos hacía mí y se puso en pie de inmediato.

—Lo que sí me va a hacer bien es que salgas de mi habitación. Que haya visto una película contigo no significa que seamos amigos. —Me arrebató el frasco de pastillas y lo vació completo en el zafacón.

—No fue solo una película. Comimos helados, fuimos al cine...

Alessio me observó fulminante y señaló la puerta.

—Vete.

—No, dijiste que...

Me agarró la muñeca con fuerza.

—Por favor, Adelin. —Miró la puerta con desesperación.

Maldició por lo bajo y me soltó al ver que no me moví de mi lugar. Fue a la mesita al lado de su cama, abrió el primer cajón con manos temblorosas y sacó varias páginas que tiró encima de la cama. No sé lo que estaba buscando, pero se notaba exasperado. Abrió el segundo cajón y sacó una llave, la miró por varios segundos y también la arrojó a la cama. Siguió buscando hasta que dio con otra.

—Vete —volvió a repetir. Pero esta vez caminó hasta la puerta y la sostuvo para que me fuera.

Respiré profundo y en un movimiento rápido agarré la llave que dejó encima de la cama y sutilmente la entré en mi bolsillo. Caminé calmada y pasé por su lado, ni siquiera había salido bien cuando cerró la puerta de un portazo.

Me quedé parada en el pasillo por varios minutos, lo vi salir y abrir una de las puertas con advertencias. Eso me recordó que en Italia también tenían cuatro habitaciones con los mismos papelitos, me fijé que Alessio se encerraba en esa habitación cada vez que le daba un ataque. Nos volvimos cercanos cuando Tiago se desaparecía y Tiana estaba en sus eventos o su madre no iba de visita (me llevaba muy bien con Taliah) nos quedábamos viendo películas o perdiendo el tiempo en disparates. Al principio lo sentí genuino, si él necesitaba algo ahí estaba yo y así era en viceversa. Su personalidad odiosa nunca se fue del todo, tampoco dejó de caerme mal, pero era la única persona con la que podía socializar, así que aprendimos a vivir sin matarnos.

Todo cambió cuando una vez lo escuché hablando por teléfono. Decía que se había ganado mi confianza, que me tenía en la palma de su mano y que podía ejecutar el plan a la perfección. No sabía a qué se refería, pero en vez de enfrentarlo y quizás no recibir ninguna respuesta, lo mejor que pude hacer fue hacerle creer que tenía poder sobre mi, que yo confiaba plenamente en él. Asi que un día entré a su habitación en Italia y rebuscando encontré esta misma llave, intenté con todas las puertas y ninguna cedió, por lo que imaginé que debía  ser alguna habitación de la casa prohibida.

Las coincidencias no existen.

—¿Qué haces con esa llave?

Levante la cabeza y me encontré a Tiana observándome con los brazos cruzados.

—La encon...

—¿Quieres saber que hay en esas habitaciones? ¿La razón por la que tienen esas advertencias?

Evalué el rostro de Tiana con escrutinio buscando algún rastro de vacilación en su mirada; lo único que percibí fue firmeza.

—Sí —respondí cautelosa.

—Aprovecharé que Tiago acaba de salir para mostrarte y contarte lo que sé.

—No entiendo porqué harías eso.

—Porque estoy cansada, Adelin. —Soltó un suspiro exhausto—. La verdad es que ya no aguanto. Tengo pensado irme lejos, empezar desde cero en alguna isla del Caribe. Me ha ido muy bien como modelo, puedo sobrevivir con mis ahorros y  seguir con mi carrera por allá aunque gane menos. Necesito alejarme urgentemente de todo estos aires, cortar relación con mis padres y mis hermanos, en serio no aguanto más. Pero antes, necesito intentar ayudarte, no puedo irme con el peso de que no hice nada. —Cerró los ojos por varios segundos—. Tuve muchas oportunidades de ayudar a varias víctimas de Tiago, sin embargo, nunca hice nada. Y créeme, no quiero que seas una más.

Asentí y dejé que ella me guiara. Lo primero que hizo fue desactivar la seguridad extra —recuerdo que una vez intenté girar la perilla de una de esas puertas y me dio un corrientazo— luego buscó un llavero y abrió una de las habitaciones. Por lo visto esa era la de ella, las paredes estaban pintadas de blanco, pero parecía un set de fotografías, al final un fondo removible, reflectores, a un lado había un montón de ropa de colores despampanantes... no cabía duda que Tiana era muy dedicada a su profesión.

Tomamos asiento en unos sillones y sentí un poco de incomodidad de su parte.

—Voy a contarte esto lo más rápido que pueda. No quiero que Tiago llegue y nos encuentre, así que hazme el grandísimo favor de no interrumpir tanto.

—Está bien.

—Lo primero que tienes que saber es que nos criaron hablándonos mucho sobre la privacidad, nuestros padres decían que era algo importante. Nos asignaron otra habitación a cada uno, para que ese sea el único lugar donde tuviéramos el total control. Al principio fue una buena iniciativa para enseñarnos un poco de independencia, ya que todo lo que queríamos hacer en esa habitación debía ser por nuestra propia cuenta; si había que cambiar el color de las paredes debíamos hacerlos sin ayuda, teníamos que limpiar, lavar la ropa con la que entraramos allí, si queríamos comer dentro, entonces debíamos preparar la comida. En fin, cada quien tenia su propia sala de juegos. Pero lamentablemente las cosas no salieron bien, debido a tanta libertad las cosas se descontrolaron. —Tiana respiró profundo y desvió la mirada—. No sé si sabes que Tiago trabajó un tiempo para la mafia italiana...

—Sí, él me comentó algo.

—Bueno. Teníamos un hermanito pequeño, tan solo de meses.

—No me digas que...

—Teníamos una cría de conejos. Era normal ver que faltaban algunos, ya que era la carne que mayormente consumíamos, pero una vez la puerta de la habitación privada de Tiago estaba abierta y papa vio como torturaba a un conejo vivo sonriendo como si fuera lo más divertido. Desde ese momento supieron que las cosas no estaban bien con Tiago, aunque debieron darse cuenta desde antes. Tiago siempre fue un niño raro y manipulador. Pero a mi mamá le gustaba decir que eso era cosas de niños, que seguro estaba pasando por una etapa. Tiago hizo muchas cosas, pero mis padres buscaban la manera de excusarlo.

»Cuando mi madre estuvo embarazada, él se tranquilizó, pero cuando el bebé nació se volvió insoportable. Decía que le molestaba el llanto del niño, no podían dejarlo a su cuidado porque lo pellizcaba. Hasta que un día el bebe apareció muerto en su cuna, mis padres nos hicieron  creer que el bebé se había asfixiado con la manta, pero sabemos que Tiago tuvo algo que ver.

»Después de eso papá no siguió encubriendo a Tiago, incluso lo envió por varios meses con un amigo que era militar, pensó que eso lo enderezaría, pero el tipo lo entró a la mafia italiana. Supongo que eso de alguna manera inluyó en su comportamiento. El pasó un año por allá, se volvió más inteligente y cuando volvió a casa nos engañó a todos con su falsa reinvención.

»Cuando su salvajismo volvió a flote mis padres lo llevaron a un psiquiatra, y pues ahí lo diagnosticaron. Es un maldito psicópata. Después que supo sobre su trastorno, le ha sacado mucho provecho.

»En fin, después que como familia todos estábamos enterados con qué lidiabamos; no solo con una persona con un desorden mental, sino también con un asesino, las cosas no fueron más llevaderas. Alessio y yo siendo los más pequeños fuimos los más perjudicados, no sabíamos cómo lidiar con la situación. Alessio entró en depresión, se volvió asocial y luego lo diagnosticaron con trastorno de ansiedad generalizada, yo estuve en una crisis nerviosa por mucho tiempo, y me hice adicta a los antidepresivos tratando de desconectarme de la realidad. Aunque nos tomó tiempo, aprendimos a estar cerca de Tiago sin sentir tanto temor. Pero la verdad es que yo sigo teniendo el mismo temor de hace años, solo me limito a esconderlo muy bien, solo estoy aquí y comparto con él para que mañana no se atreva a hacerme daño.

—No sabía que... —intento responderle en un tono afligido, pero ella me hace callar con un gesto.

—Hay cinco habitaciones, la mía, la de Tiago, Alessio, Tialess y la de Alexander. No sé en qué puede ayudarte saber lo que hay dentro, pero te mostraré.

Nos pusimos de pie y salimos al pasillo.

—¿Qué hay en la de Alessio?

—Si supieras que tan solo es una habitación vacía con cuatro paredes blancas. Él dice que el blanco le ayuda con los ataques, así que cada vez que tiene uno se encierra allí.

Asentí mientras nos acercábamos a la siguiente habitación. Tiana sacó otra llave y abrió la puerta. Ella se puso a un lado dándome paso para que entrara.

Era una oficina. Al fondo había un escritorio con una silla giratoria muy sofisticada y un estante repleto de libros. A un lado de la habitación había un sofá cama y una mesita con varios papeles sobre finanzas. Por lo visto, esa era la habitación de Alexander, el hermano mayor, que si mal no recordaba; era empresario.

Nada de lo que había allí me interesaba, así que salí de inmediato para que Tiana abriera la siguiente puerta. Cuando ella sacó la llave que yo le había entregado sentí una sensación extraña en todo mi cuerpo, algo me decía que ahí dentro encontraría lo que estaba buscando. Cuando la llave entró en la cerradura una capa de sudor frío se deslizó por mi espalda.

Cuando la puerta se abrió totalmente me quedé desconcertada hasta que poco a poco los recuerdos vinieron a mi mente.

Aquel día en el bosque de la perdición, cuando encontré a Max atado en el árbol le pregunté:

—¿Dónde estabas cuando supuestamente desapareciste?

—Sí desaparecí, me... secuestraron por varios días y tú estabas ahí. Al principio creí que estabas muerta porque te gritaba y no respondías, tampoco te movías, pero la cosa es que estabas inconsciente —respondió Max.

—¿Qué recuerdas de ese lugar? —le pregunté, inquieta.

—Era una habitación vacía y... blanca. Cada día que estuve allí te veía como por dos horas a través de un cristal en la pared, estabas recostada en una camilla; inconsciente. Luego todo se volvía oscuro hasta que volvía la hora de verte de nuevo. Creo llegar a escuchar una voz aterradora que me mortificaba y, el último día me golpearon y me dejaron en una cabaña en medio del otro bosque.

Y en ese momento, dentro de aquella habitación, me di cuenta que concordaba con la descripción de Max. Una habitación blanca, un televisor pequeño en una esquina, y un cristal en la pared que daba hacía otra habitación la cual estaba a oscuras. Por suerte la pequeña puerta que daba al otro lado se encontraba abierta, entré sin pensarlo y prendí la luz. Quedé atónita, había una camilla a un lado, pero eso no fue lo que me descolocó, sino un sonido que llegó a mi mente como un deja vu; gotas de agua cayendo.

—¿Está es la habitación privada de Tiago?  —cuestioné mirando a Tiana con desesperación.

—No, es la de Tialess.

Pokračovať v čítaní

You'll Also Like

133K 18.2K 24
"No le temas a las personas que puedes ver y se muestran, témele a las que se esconden, ya que su poder radica en lo desconocido" Libro l en la tri...
703K 4.3K 4
UN DESCONOCIDO UN MUNDO DESCONOCIDO UNA CHICA DISPUESTA A CONOCERLO SECRETOS Y UNA PERVERSA VERDAD Portada hecha por la hermosa y talentosa: @Arte...
1.6K 94 7
Han pasado 30 años desde los acontecimientos del Retorno del Jedi, donde Luke Skywalker y sus amigos de la Alianza Rebelde lograron derrotar al imper...
91.5M 8.5M 65
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y paut...