36. Nada tiene sentido.
— Tenía que buscar información. —
Podía notar como esa sonrisa calidad que trasmitía confort y confianza iba decayendo poco a poco, también noto como aquellos ojos miel que siempre lo miraban con ese brillo único se iban apagando con cada palabra que decía.
Apreto un poco de las colchas entre sus manos, no había paso atrás, ya había comenzado, tenía que tomar las consecuencias de sus actos, no podía huir más.
No podía mentir por siempre, aunque en su interior deseaba hacerlo. Tal vez todo sería mucho más fácil así.
No le tenía planeado decir en ese momento, no estaba listo, quería decircerlo en un lugar más adecuado, no en la casa de sus padres a cientos de kilómetros de la ciudad, pero ahora, Juan con sus cálidas palabras abrió una puerta, no podía dejar pasar una situación así.
Toda su fachada y mentiras colapsaban de pronto.
Todos esos muros y barreras era derrumbadas sin más.
Todo apuntaba a un escenario desalentador, ¿estaba a punto de tirar todas sus ambiciones, todos sus ideales, todas sus metas por la borda por intentar salvar algo que aún no existía con el chico que tenía delante suyo?
Sí.
—Y-Yo... Me acerque a vos por esa razón...— Apreto fuertemente sus labios, intentaba tomar valentía, sentía que las palabras se atascaban en su garganta y no querían salir, tenía miedo, miedo de perderlo todo. —Al comienzo solo... Solo tenía que ser amable.—
—¿I-Información?— La voz de Juan sonaba débil, sus ojos reflejaban completa incredulidad. —¿T-Tu me usaste?—
Quería decir que no, quería decirle que nunca lo utilizo y nunca pensaría en hacerlo, pero estaría mintiendo otra vez.
Tal vez no lo veía así ahora, ahora era más que claro que veía a Juan como la persona más graciosa, amable, carismática y hermosa del planeta, el mejor ser humano que pudo haber existido, alguien tan grandioso que parecía irreal, alguien tan preciado que dolería una eternidad el perderle.
Pero antes... Solo quería su información, en ves de ver su bello rostro y notar el pequeño lunar que tenía debajo de su ojo derecho que lo hacía lucir doblemente bien, en ves de ver lo maravilloso que era... Solo veía una revista, una primera plana, un boleto a la fama, una herramienta más.
—Lo siento, l-lo siento...— Spreen agachó la cabeza avergonzado, no se había dado cuenta en que momento pero sus lágrimas había comenzado a salir sin pena alguna, sentía tanta culpa, sentía tanto odio por si mismo, se sentía el idiota más grande del mundo, sentía que merecía la ira de los dioses y sobre todo sentía que merecía el desprecio del hechicero.
El clima cambió repentinamente, la lluvia apareció de pronto, al estar tan cerca del teccho se escuchaban las grandes gotas caer contra este, el cuarto tenía algunas goteras así también era fácil descubrir cuando llovía.
Luego de unos segundos los fuertes rayos también hicieron precencia.
—Esta bien.— La voz de Juan sonaba sombría y sería, eso lo tomó por sorpresa.
Spreen lo miró confundido, los ojos de Juan eran extrañamente oscuros, un aura extraña lo rodeaba. La oscuridad del cuarto era iluminada de vez en cuando por la luz de un rayo que aparecía a la distancia.
—¿Q-Qué?—
Juan sonrió, está vez no reflejaba su calidez clásica, sólo era una sonrisa que intentaba hacerlo sentir mejor, una que quería aligerar el ambiente. —Vamos a dormir, lo pensaremos en la mañana. Con la cabeza fría.—
Spreen estaba claramente confundido, él esperaba palabras de odio e insultos, y Juan estaba actuando tan... Extraño, algo le decía que la situación no iba bien, no quería dormir, ¿por qué se hecharian a dormir como si nada después de una confesión así?
¿Juan estaba sunambulo?
¿Juan ya lo sabía?
¿Juan, por qué actuaba así?
No podía explicar cómo pero de pronto sintió un gran cansancio, sus nervios se habían ido, su tristeza y odio también, solo quería dormir, cerrar los ojos por un instante.
Tal vez Juan tenía razón, pensarían mejor con la cabeza fría. Podría explicarle mejor las cosas en la mañana, podrían solucionar las cosas, todo lo que vivieron podía ser salvado.
Casi en automático se acomodo nuevamente entre las sábanas, su cuerpo estaba pesado y sus párpados igual, era extremadamente agotador pestañar.
Antes de cerrar los ojos para quedarse profundamente dormido, vio como la sonrisa de Juan desaparecía y un pequeño mar de lágrimas corrían por sus mejillas.
No pudo decir nada más, esa fue la última imagen que vio antes de dormir.
(...)
El sol que entraba por la ventana circular del cuarto le cayó en el rostro, con incomodidad y aún cansado se levantó, observó el cuarto por unos momentos intentando despertarse por completo.
Se sobo la cabeza con dolor, sentía como si tuviera una fuerte resaca, dolía tanto que podía jurar que se la estaban martillando.
Después de quejarse durante unos segundos en silencio su atención se posó en una pijama azul perfectamente doblada en una esquina de la cama.
Sus ojos se abrieron de golpe, de pronto sintió como si todo los recuerdos de la noche anterior que eran borrosas en su mente se aclararon de golpe.
Se levantó de la cama con apuró, era definitivo que no había nadie en el cuarto, no había lugar donde ocultarse y no creía que el hechicero se esconderia así si quería evitar una conversación.
Con velocidad bajo por las escaleras, esperaba, anhelaba y tenía un poco de esperanza aún de que el hechicero estuviera ahí, esperándolo en la primera planta para hablar como él había prometido ayer.
No quería que se quedara con la idea de que era alguien que solo lo ulitzo, no quería que todo acabará ahí.
—¿A quién buscás?— La voz gruesa y profunda de su padre lo hizo detenerse, él estaba sentado en sofa tomando una tasa de café mientras veía el noticiero. —Tu noviecito ya se fue, al parecer está enojado.—
—¿Se fue?—
La pregunta era estúpida y el lo sabía, ¿por qué se quedaría? ¿después de descubrir la mierda que era por qué lo haría? ¿por qué aún así tenía la tonta esperanza de aclarar las cosas?
Su cuerpo tembló ligeramente, se sentía sin fuerzas, sentía que su corazón se quebraba en miles de pedazos afilados que lo lastiamaban aún más por dentro.
—No se que pelotudes hiciste vos, pero se que no te quiere ver nunca más, se noto en su cara.—
Su papá habló en un torno de burla, el lo miró desconcertado, ¿en una situación así como podía seguir siendo tan cruel? ¿tanto lo odiaba? ¿todos lo odiaban?
El se odiaba.
Las primeras lágrimas comenzaron a salir, sentía que había perdido todo, ya nada tenía sentido, dejó sus metas a un lado por alguien que se alejo, no le echaba la culpa, tampoco se arrepentía.
Pero aún así se sentía tan decepcionado, sintió como su cuerpo perdió equilibrio y sus rodillas bruscamente chocaron contra el piso. Su respiración era agitada, su corazón dolía tanto como su cabeza, su vista se nubló poco a poco.
Nada tenía sentido ahora.
¿Por qué intentó escribir una nota dorada?
HOLAAA 😈💕.
¿Cómo están gente bonita?
Espero que bien 😇.
Estamos en el momento de más cao, les deseo suerte a todos.
¿Qué les pareció el capítulo?
Aquí dejé algunas cositas medias raras (cofcofjuancofcof)
El papá de spreen viendo como su hijo literalmente colapso: chido 😜
Sin nada más que decir aparte de que ayer casi me muero por un dolor en el pecho, me despido.
BAYYYY.
Edit:iba a publicar antes pero me acaban de vacunar JJAJAJJA
—willi.