let me be her (completa)

By milanolivar

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Ser organizadora de eventos no es fácil, y ser la organizadora de eventos de tu padre le añadía un doble grad... More

𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏: ¿𝒅𝒂𝒇𝒏𝒆?
𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐: 𝒘𝒊𝒍𝒔𝒐𝒏
𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑: 𝒔𝒆́ 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒐𝒚 𝒕𝒖 𝒕𝒊𝒑𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒: 𝒆𝒍 𝒓𝒆𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒐𝒍𝒊𝒗𝒊𝒂 𝒂𝒓𝒄𝒉𝒆𝒓
𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓: ¿𝒂𝒖́𝒏?
𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟔: 𝒍𝒂 𝒓𝒖𝒊𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟕: 𝒆𝒍 𝒑𝒐𝒔𝒕𝒓𝒆
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟖: 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒊𝒓𝒂
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟗: 𝒃𝒖𝒓𝒃𝒖𝒋𝒂𝒔
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟎: ¿𝒑𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆́ 𝒆𝒍𝒍𝒂?
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟏: 𝒆𝒍 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒓𝒗𝒂𝒕𝒐𝒓𝒊𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟐: 𝒐𝒓𝒈𝒖𝒍𝒍𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟑: 𝒏𝒐 𝒆𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒊, 𝒄𝒊𝒆𝒍𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟒: 𝒔𝒐𝒍𝒆𝒅𝒂𝒅
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟓: 𝒍𝒂 𝒖́𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒕𝒊𝒆𝒓𝒓𝒂
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟔: 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 𝟖:𝟖
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟕: 𝒆𝒍 𝒅𝒆𝒔𝒊𝒆𝒓𝒕𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟖: 𝒉𝒐𝒍𝒅 𝒎𝒚 𝒉𝒂𝒏𝒅
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟗: 𝒏𝒊 𝒕𝒆 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒔 𝒆𝒍 𝒅𝒐𝒍𝒐𝒓
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟎: 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒂𝒈𝒖𝒂
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟏: 𝒆𝒍 𝒂𝒔𝒄𝒆𝒏𝒔𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟐: 𝒍𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒊𝒆 𝒗𝒆
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟑: 𝒂𝒇𝒕𝒆𝒓 𝒉𝒐𝒖𝒓𝒔
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟒: 𝒎𝒂𝒎𝒂́
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟓: 𝒉𝒂́𝒃𝒍𝒂𝒎𝒆
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟔: 𝒖𝒏 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒓𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟕: 𝒐𝒋𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒐𝒋𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟖: ¿𝒒𝒖𝒊𝒆́𝒏 𝒆𝒓𝒆𝒔, 𝒏𝒐𝒂𝒉 𝒘𝒊𝒍𝒔𝒐𝒏?
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟗: 𝒑𝒊𝒆𝒍 𝒄𝒐𝒏 𝒑𝒊𝒆𝒍
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟎: 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒅𝒊𝒋𝒐 𝒋𝒂𝒏𝒆 𝒂𝒖𝒔𝒕𝒆𝒏...
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟏: 𝒍𝒂 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒂𝒅𝒂
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟐: 𝒅𝒊́𝒂 𝒖𝒏𝒐, 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒖𝒏𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟑: 𝒅𝒊́𝒂 𝒖𝒏𝒐, 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒐𝒔
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟒: 𝒅𝒊́𝒂 𝒖𝒏𝒐, 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒕𝒓𝒆𝒔
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟓: 𝒈𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔, 𝒈𝒓𝒂𝒄𝒆
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟔: 𝒅𝒊𝒂 𝒅𝒐𝒔, 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒖𝒏𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟕: 𝒉𝒆𝒓𝒆 𝒘𝒆 𝒈𝒐 𝒂𝒈𝒂𝒊𝒏
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟖: 𝒍𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒓𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒐𝒅𝒊𝒐𝒔𝒂𝒔
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟗: 𝒖𝒏𝒂 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒𝟎: 𝒅𝒊𝒈𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝒔𝒆𝒓 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒𝟏: 𝒍𝒐𝒔 𝒘𝒊𝒍𝒔𝒐𝒏
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒𝟐: 𝒏𝒐 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒖𝒆𝒍𝒈𝒖𝒆𝒔
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒𝟑: 𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒂𝒏𝒆𝒄𝒆𝒓
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒𝟒: 𝒆𝒍 𝒅𝒆𝒔𝒂𝒚𝒖𝒏𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒𝟓: 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒏 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒𝟔: 𝒂𝒃𝒊𝒈𝒂𝒊𝒍
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒𝟕: 𝒍𝒖𝒄𝒆𝒔 𝒚 𝒔𝒐𝒎𝒃𝒓𝒂𝒔
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒𝟖: 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒓 𝒂𝒍 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒𝟗: 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒗𝒖𝒆𝒍𝒗𝒆 𝒂 𝒆𝒎𝒑𝒆𝒛𝒂𝒓
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓𝟎: 𝒔𝒂𝒍𝒊𝒓 𝒅𝒆𝒍 𝒂𝒈𝒖𝒋𝒆𝒓𝒐
𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓𝟏: 𝒂 𝒑𝒍𝒆𝒏𝒂 𝒗𝒊𝒔𝒕𝒂
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓𝟐: 𝒂𝒇𝒓𝒐𝒏𝒕𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓𝟒: 𝒍𝒂 𝒄𝒐𝒕𝒊𝒅𝒊𝒂𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓𝟓: 𝒇𝒐𝒕𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒖𝒏 𝒄𝒂𝒋𝒐́𝒏
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓𝟔: 𝒍𝒊𝒆𝒔, 𝒍𝒊𝒆𝒔, 𝒍𝒊𝒆𝒔
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓𝟕: 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒖𝒏 𝒆𝒎𝒂𝒊𝒍
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓𝟖: 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒂𝒍 𝒆𝒎𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂...
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓𝟗: 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒆́𝒓𝒅𝒂𝒎𝒆
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟔𝟎: 𝒊𝒕 𝒘𝒂𝒔 𝒓𝒆𝒂𝒍
𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟔𝟏: 𝟓 𝒅𝒆 𝒏𝒐𝒗𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒆
𝒆𝒑𝒊𝒍𝒐𝒈𝒐

𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓𝟑: 𝒔𝒊𝒈𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒓𝒐𝒈𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏

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By milanolivar

—Así que aquí es donde vive mi hermana. —Abby se quitó la chaqueta mientras observaba su alrededor—. No me lo esperaba.

—Es que el apartamento es mío, por eso es todo rosa. —Agarré su chaqueta y la coloqué en el perchero de la entrada.

—¿Quieres algo de beber? ¿Algo de cenar? —Ofrecí, acompañándola a través del salón a la cocina.

Abby duró durante unos instantes, frotándose las manos. Entendía los nervios al quedarse sola por primera vez conmigo, pero teníamos buena sintonía, ¿no?

—Si tienes agua me encantaría.

Le serví un vaso de agua fría como pidió. Se remojó los labios al tomar el primer sorbo, miró al suelo y prosiguió a tragar los siguientes sorbos de agua. Parecía necesitarla, parecía que su día había sido mucho más largo que el mío.

—Vamos a mudarnos a Culver City, estamos más cerca de la oficina y tenemos aparcamiento propio. Además, creo que a Noah le gusta más el blanco y el gris que estos colores rosas.

Yo reí, ella, sin embargo, se limitó a sonreír y a dejar el vaso en el fregadero.

—Me alegro mucho por vosotras, Olivia. —Se rascó una ceja con el pulgar—. Pero no vengo aquí a hablar con mi hermana o de mi hermana, vengo a hablar contigo.

Todo lo que tenía en la cabeza se desvaneció. La sonrisa con la que Abby me había recibido en la calle ya no estaba y solo quedaba la sombra que cubría sus ojos en ese semblante crudo que me miraba. Se me pasaron tantas cosas por la cabeza que no sé cómo no me desmayé en mitad de la cocina.

—¿Qué ocurre? —Conseguí pronunciar, cruzándome de brazos con actitud defensiva.

Estaba preparada para ese alegato de 'no queremos una prostituta en la familia' y la verborrea estaba preparada para salir de mi boca.

Del bolsillo de su pantalón de traje sacó una foto. Creí que me caía de rodillas al suelo, creí que perdía la consciencia, que mi cuerpo ya no era mío y que el calor comenzaba a subir desde lo más profundo de mis entrañas hasta agolparse en mi garganta. Ahí estaba él. El hombre que aparecía en todas mis pesadillas, el hombre que me hacía despedirme de la vida cada vez que aparecía por la puerta, el hombre que se deleitaba torturándome hasta que mi piel solo eran alfileres, hasta que mi cuello solo era un círculo de piel quemada, hasta que mi interior solo era carne trémula. Allan al lado de Abby con Robin montado sobre sus hombros.

—¿Conoces a este hombre?

De un golpe me incliné sobre el fregadero, vomitando allí todo lo que no había sido capaz de digerir ese día, que no era mucho. Me temblaba el cuerpo entero. Intentaba apoyarme en la encimera, pero mis manos eran incontrolables y solo se escuchaba el tintineo de mis anillos contra el metal del fregadero.

—Tranquila —susurró Abby, poniéndome una mano en la espalda, frotando suavemente—. Lo sé. —Abrió el agua del grifo y la dejó correr para que se llevase el vómito que acababa de echar.

—Abby... —Intenté pronunciar con la voz ronca, temblorosa y dolorida por el esfuerzo del vómito. Mis ojos, enrojecidos por la presión y cubiertos de esa capa vidriosa de lágrimas.

—Sé que tienes preguntas. Sí, es mi marido. Sí, sabía que eras tú en cuanto te vi aparecer detrás de mi hermana. —Agachó la cabeza, mirando esa foto—. No, no se llama Allan como él se hacía conocer.

—¿Cómo me reconociste? —Me tuve que sentar en un taburete, apoyando la frente en mi mano.

—Le puse un detective privado y estabas tú en cada foto. Teñida de rubia, pero eres inconfundible, Olivia. —Negó con la cabeza, sentándose en la otra punta de la mesa—. Y sé todo lo que te hacía. Sé con todo detalle qué tipo de cuerda le gustaba usar, qué tipo de cuchilla usaba para los cortes y qué le gustaba introducir. Lo sé porque lo que hacía contigo, también lo hizo conmigo. Ni siquiera quiero pronunciar su nombre porque no se merece que lo recuerde.

Miré a Abby entre las tinieblas de las lágrimas sin llegar a tener una visión nítida de su rostro intentando averiguar si era una broma de dudoso gusto, pero su rostro no engañaba, porque cuando le ponías rostro al mal tu mirada de terror se pronunciaba hasta tal punto de desfigurarte la cara.

—Siento habértelo dicho así. Siento... —Abby miró a su alrededor hasta que encontró la nevera con la mirada. Se acercó hasta ella y abrió la puerta—. Haber sido tan clara y brusca. —Agarró un botellín de agua y lo abrió, sirviéndolo en un vaso que había sobre el escurridor.

—¿Cómo sabías que había agua?

—Noah vive aquí y no sabe sobrevivir sin agua fría. —Puso el vaso delante de mí en la mesa—. Lo siento de veras.

—Ahora entiendo por qué tanto empeño en que Robin se reflejase en Noah. —Cerré los ojos con un suspiro—. Va a enfadarse —mascullé con la frente apoyada sobre la palma de la mano—. Y va a tener razones para hacerlo.

—¿Por qué? —Abby se sentó al otro lado de la mesa, enlazando sus manos.

—Porque por estar velando a un tío que nos destrozó, no pudo ni despedirse de Zoe. —Me limpié las lágrimas con la punta de mis dedos, abriendo los ojos para mirarla—. Y cuando se enfade va a pedirte perdón.

—¿Por qué? —Repitió ella.

—Porque va a pensar que lo que nos pasó a nosotras es mucho peor que eso y va a minimizar su dolor hasta que parezca que no importa.

Enmudecimos bajo la luz cálida de la cocina. El agua del vaso formaba ondas por culpa del movimiento nervioso de mi pierna derecha, que no dejaba de pensar en que las cosas tan grotescas que yo había tenido que vivir, también las había vivido ella.

—En el entierro la gente pensaba que lloraba de pena, pero... —Chasqueó la lengua y jugueteó con sus dedos, sacudiendo la cabeza—. Me sentía libre. El hombre que me maltrataba estaba muerto y yo era libre y dirás 'Abby, ¿por qué no lo dejaste?' y yo te diría que tenía un hijo y un miedo terrible a que me asesinara.

Aunque las palabras eran crudas, a mí no me pesaban porque sentí lo mismo que ella. Si huía de esa habitación o me mataba él o me mataba Neil.

—Ya... —Me desabroché los primeros botones de la camisa, mostrándole la parte interior de mi pecho. La cicatriz hoy era más grande y violenta que de costumbre.

—¿Noah sabe todo esto o no se lo has contado aún?

—Claro que lo sabe. —Agarré el vaso de agua una vez que tuve la certeza de que no iba a derramar el agua por el temblor—. No estaría conmigo si no lo supiese.

*

Me senté en el taburete de la cocina como si fuese un peso muerto. Abby y Olivia no habían parado de hablar durante diez minutos y mi cabeza no podía asimilar lo que estaba pasando. El muerto de mi cuñado, ese que odié durante tantos años, era el mismo hijo de la gran puta que le había hecho eso a mi novia. El que la ahorcó, el que la violó y el que le clavó un cuchillo en el pecho. Ese hombre que veía todos los domingos en las comidas familiares, el que levantaba a su hijo en brazos y lo llenaba de besos, con el que yo misma había hablado y había tocado con mis propias manos, le había hecho lo mismo a mi hermana pequeña.

No era natural querer hacerle daño a alguien. No era natural la violación. No era natural ahorcar a alguien. No era natural clavarle un cuchillo a una persona, pero lo menos natural de todo era ese que la persona que hizo eso tenía mi confianza. Lo odiaba, pero era de la familia. Era el padre de mi sobrino y era el marido de mi hermana. Era el tipo al que mis padres adoraban por encima de todo, ese al que velé una noche entera sin poder velar a mi hermana.

Solo quería gritar porque no sabía de qué otra forma reaccionar ni tampoco cómo expresarme, pero allí había dos víctimas que no se merecían esa reacción. Dos víctimas que eran las dos mujeres de mi vida. Mi hermana y mi novia.

—Ojalá no estuviese muerto para poder matarlo yo —farfullé, apretando la mandíbula con la rabia que me insuflaba mi propio comentario.

Abby agachó la cabeza y torció los labios con un puchero que la puso al borde de las lágrimas. No pudo evitar que cayesen por sus mejillas y que sus ojos buscasen otro punto en la cocina.

—Si te consuela... Lo hice yo. —No podía creer lo que estaba escuchando. Miré a Abby como si acabase de decir la mayor tontería de la historia—. Fue en defensa propia, pero lo hice yo.

—¿Qué cojones estás diciendo, Abigail...?

Se me habían salido los ojos de las cuencas y miré a Olivia buscando su sorpresa cómplice, pero la mirada cómplice que yo buscaba, la compartía con mi hermana y no conmigo. No estaba sorprendida, de hecho, esbozó una leve y casi imperceptible sonrisa. No le sorprendía la noticia porque ella ya sabía de qué era capaz ese desgraciado, porque entendía el deseo de querer matarlo, porque si hubiese podido, ella también lo hubiera hecho.

—Íbamos en el coche. Él había bebido. No sé por qué levantó el brazo y me dio un golpe en la cara con el puño apretado. Yo perdí la cabeza, no sé de dónde saqué la fuerza, pero di un volantazo y estampé el coche contra las paredes escarpadas de la carretera de Malibú, hacia su lado. —Abby lloraba, pero seguía contándolo como si fuese su deber—. No murió en el acto. Balbuceaba pidiéndome ayuda mientras la sangre le salía de la boca y esperé hasta que dejó de respirar para llamar a la ambulancia. No hubo sospechas de ningún tipo. Él había bebido, yo tenía la cara ensangrentada porque me había chocado contra la guantera y él murió en el acto.

Olivia envió su paquete de tabaco con el mechero a Abby a través de la mesa, que lo interceptó sin rechistar. Sacó un cigarrillo y lo encendió sin más.

—Así que, Olivia fue prostituta y yo soy una asesina. —Le dio una calada al cigarrillo, limpiándose el rímel de la mejilla—. Brindemos por eso.

*

Noah me rodeaba con sus brazos dentro de la bañera y yo no quería ni moverme por si el calor se iba mágicamente de un segundo a otro. Estaba destrozada tanto física como mentalmente. Abatida. Lo único que me reparaba era sentir la respiración de Noah acariciando mi oreja. Solo con pensar en salir de la bañera me daban ganas de llorar. Todo seguiría igual, la situación sería la misma y mi ansiedad seguiría subiendo sin dejarme dormir.

—Me duele todo el cuerpo de sufrir. —Apreté los ojos y eché la cabeza hacia atrás, apoyándome en su hombro.

—Te prometo que dejará de dolerte. —Me abrazó contra ella y besó mi cuello, regocijándose en mi cuello con un suspiro—. Te lo prometo.

Y una de las cosas buenas que tenía Noah es que nunca rompía sus promesas, aunque esta fue la única vez que dudé de ella.  


Nota: esto está llegando a su final. Preparad las cartas de despedida para Olivia y Noah :'(

Twitter: zpacewaikers 

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