♡MARIPOSSA♡

By y_onntta050

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Jeon Jungkook, un alfa respetado, pandillero e intimidante. Jeon Jimin, un omega que es su médico personal... More

●Prólogo●
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By y_onntta050

Primera parte






Jungkook daba vueltas en el pasillo del viejo edificio, con su mirada fija en el suelo mientras gruñía por la frustración que sentía en ese momento, mordía su labio inferior buscando distraer su mente, respiraba de una manera rápida y sin conocimiento, gastando la poca energía que quedaba en sus pulmones, sintiendo su cuerpo más pesado en cada paso que daba, pero sus piernas no se detenían, caminando sin parar, trabajando al igual que su cabeza, su mente se encontraba en un gran laberinto y parecía no encontrar la salida, estaba tratando de buscar una respuesta, una respuesta para todo lo que estaba ocurriendo o para saber lo que acababa de pasar, la luz de una buena noticia o una esperanza que le dijera que todo iría bien, pero no conseguía respuestas.

Se sentía perdido en el limbo de sus pensamientos.

Solo podía escuchar las voces de los demás en un extraño eco, como si se encontraran en una gran cueva y él estuviera en lo fondo, en toda la oscuridad, pero apenas estaban a dos metros de todos, sus pasos se detuvieron después de minutos interminable, ahora la neblina que cubría su mente, ahora también lo hacia sus ojos, su visión empezaba a volverse borrosa, los músculos de sus parpados empezaron a contraerse, todo su cuerpo estaba sufriendo un colapso, sus heridas y cicatrices, todo empezó a doler de manera abrupta, sus piernas comenzaron también a falla y tuvo que ser rápido y apoyarse en la pared, si no hubiera caído al suelo de golpe.

Sentía que en cualquier momento caería.

Respiraba de manera nerviosa, comenzando a sentir todo su mundo caer ante sus ojos, la pintura de las paredes se mesclaba con las luces, los objetos a su alrededor empezaron a hacerse mas grandes, su garganta se iba cerrando de manera lenta y tortuosa, dejándolo sin poder tomar aire poco a poco, sus ojos se movían en todas direcciones aterrado antes las figuras negras que lo rodeaban, se sentía pequeño, pequeño ante la inmensidad de la oscuridad, el no poder ver lo que estaba ocurriendo, todo por que una figura negra lo miraba fijamente, su cuerpo tembló al sentir una sensación fría en su espalda, sus manos resbalaban debido al sudor y fue cayendo hasta tocar el suelo, siendo perseguido por aquellas cosas, sintiendo los latidos de su asustado corazón en su garganta, retumbando en el vacío de su interior.

Su corazón estaba apunto de explotar.

Su pecho se comprimía cada que trataba de hablar, sus manos temblaban al recordar la imagen de Yoongi en el suelo, la sangre decorando todo el lugar, manchando las manos de Han, el cual trataba de retener la hemorragia, mientras el llanto de Hoseok era controlado por Jackson, refugiándolo en sus brazos y llevándolo lejos del lugar para que se sumiera en una tristeza, ya no era solo el omega, ahora eran tres vidas que estaban sufriendo del dolor, su vientre se sentía como un saco de clavos, atravesando la tela con sus puntiagudos finales, por otro lado los secuaces de Kim lo sujetaban entre barios, todos estaban sorprendidos y no sabían que hacer, algunos permanecieron quietos, a pesar de los gritos de Han de que lo ayudaran, Minho apareció para responder los gritos de su omega y aunque las cosas estuvieran tensas entre ellos, los dos llevaron al pálido a la enfermería, debía darse prisa, viendo que no había control Jackson tomo el mando, mientras Hoseok trataba de permanecer de pie.

Podía sentir el sufrimiento de Yoongi...

Su dolor...

Su silencio...

El aire estaba contaminado con las feromonas de todos, era como un humo toxico entrando por sus pulmones, en cualquier momento sentía que se desmayaría, llevo las manos a su vientre, comenzando a acariciarlo con suavidad, mientras murmuraba unas palabras y trataba de sonreír, pero el dolor era lo único que se reflejaba en su rostro, sintiendo las lagrimas acumularse en sus ojos y su corazón romperse en miles de pedazos, temiendo en el futuro, cualquier futuro que le esperase a partir de ahora era probable, pero en su mente solo estaba la tragedia, el miedo de volver a perderlo todo.

De volver a perder a Yoongi...

Su mente estaba por colapsar, pero pronto los brazos de Jimin lo rodearon para abrazarlo con fuerza, el peli rosa se aseguraba de que centrara su preocupación en otra cosa, ayudándolo a sentarse en una silla cercana, comenzando a hacer ejercicios para respirar de forma correcta, tranquilizando su corazón y intentar que no entrara en crisis, Jimin sentía su corazón partirse al ver que los ojos del embarazado, los cuales antes brillaban llenos de felicidad, ahora solo reflejaban miedo y terror, entrelazo su mano con la del mayor, sintiendo como esta temblaba, realmente estaba asustado.

Y Jungkook...

Jungkook parecía encontrarse en una especie de trance, donde permanecía de pie mientras los demás lo empujaban, chocando sus hombros con su pecho, sus mirada estaba fijada en el charco de sangre, era la sangre de Yoongi, su mente parecía no ser capaz de procesar aquella información, como si no quisiera asimilar que el pálido podía estar entre la vida y la muerte, todo su cuerpo estaba rígido como las piedras, siendo únicamente capaz de escuchar los murmullos del gran ruido a su alrededor, de alguna manera su cerebro ya no quería conocer más de aquello y se desconecto, convirtiéndolo en una estatua.

Hasta que sintió una pequeña presión en su hombro izquierdo, teniendo que girarse como acto reflejo y ahí lo vio, la pequeña cabeza de cabellera oscura posada sobre el, sujetando su camisa con fuerza entre sus pequeños dedos, mientras con la otra mano se cubría uno de sus oídos, escondiéndose del ruido de aquel lugar, como si supiera que lo estuviera observando, miro al peli marrón con unos ojos brillosos, aquella mirada inocente de no conocer lo que ocurría, asustado al ver tanta gente gritando y confusión, todo eso estaba en aquellos orbes marrones que lo miraban suplicando protección, la mirada de Jungkook se transformo en una llena de preocupación, llegando a insultarse en sus adentros por olvidar de la existencia del bebe, su bebe y que lo tenia en sus brazos, despertó de sus pensamiento y sintió su cuerpo volver a la vida cuando Taehyung escondió su cabeza en el cuello del joven alfa, abrazándolo con fuerza mientras temblaba un poco.

No sabia que hacer...

Pero su mano actuó por si sola hasta tocar la cabeza del pequeño, sintiendo una sensación fría en la punta de sus dedos, acariciando con cuidado y sintiendo como el pequeño se acurrucaba bajo sus toques, el nerviosismo fue abandonando su cuerpo, ahora abrazando de mejor manera a Taehyung, sosteniéndolo con las dos manos, murmurando en bajo que todo iría bien, tratando de sonar relajado y convincente, para poder creerlo él también, sin poder controlarlo su alfa tomo el mando y dejo escapar su aroma a bosque de pino, obteniendo como premio una pequeña risa, siendo música para sus oídos, consiguiendo calmar su corazón tras la angustia del momento.

Ahora su preocupación y su único objetivo era Taehyung.

Su hijo...

Lo sujetó como si se tratará de una pieza de cristal puro, algo frágil que con sólo mirarlo podría romperse en mil pedazos y no quería eso, no quería perder a su pequeño, era por quien había luchado todo ese tiempo, su vitamina para vivir día a día y su esperanza para seguir a delante, soñando con poder darle una vida digna junto a Jimin, verlo crecer hasta fuera un adulto y sentirse orgulloso incluso de lo mínimo que hiciera, lo deseaba tanto.

Deseaba ser un buen alfa.

Un buen padre...

Pero sentía que estaba fallando...

Abrió los parpados de golpe cuando una mano se poso en su hombro, su corazón dio un vuelco y por unos milisegundos vio su vida pasar, como un pequeño recuerdo fugaz y casi impredecible, un suspiro de su pasado que soplo con poca energía, en un movimiento rápido e involuntario sujeto la muñeca del desconocido, girándose a verlo con cierto miedo, mientras su cuerpo comenzaba a temblar de forma un poco violenta, estaba sufriendo seguramente un ataque de nervios y su corazón estaba apunto de explotar.

-Jungkook, soy yo...

Aquella suave voz salida de unos hermosos labios rosados, dueños también de ojos bañados en miel, con un reflejo brillante de preocupación en ellos, levanto la mano de forma lenta y para que el alfa pudiera ver sus movimientos, la punta de sus dedos tocaron la mejilla golpada de Jungkook, provocando que soltara un pequeño ronroneo, sus parpados cayeron ante la suavidad de aquellas manos, inclinando su cabeza buscando sentir más de aquella agradable sensación, era como ser tocado por un ser de luz, las rodillas del peli rosa tocaron el suelo para quedar a su altura, y verlo a los ojos, a su lado sentado en un banco los miraba Taehyung, arrugando su pequeña frente y mordiendo su manita nervioso, sin saber que ocurría.

Jimin había dejado a Hoseok en manos de Jackson, una vez que pudo arreglar todo con las bandas, llevándoselo a la habitación donde se encontraba el pálido, el omega se encontraba muy débil y necesitaba estar cerca de su alfa, su salud había empeorado de un segundo a otro, teniendo problemas para mantenerse de pie o teniendo bajones de tensión, lo bueno era que Han les dijo que aquello no afectaba a los bebes, algo que alivio el alma desesperada de Hoseok, después de asegurarse que estuviera en un estado estable decidió buscar al peli marrón, desde que llegaron ahí no lo vio y entrando a aquel pasillo lo vio...

Vio a Jungkook.

Jungkook estaba en el suelo echo una bolita, con las manos temblorosas sujetando su cabeza, su cuerpo se movió por si solo, sintiendo como su corazón se rompía a cada paso que daba, mediante se acercaba más podía escuchar sus débiles sollozos, Jimin sintió un nudo crecer en su pecho, impidiéndole respirar de forma correcta, llenando sus venas de preocupación, destrozando su alma al escucharlo pedir perdón en un hilo de voz, verlo en ese estado tan..

Tan vulnerable...

Como un niño asustado...

No lo pensó.

Simplemente se dejó llevar.

Se acerco un poco más al peli marrón, acariciando su espalda con suavidad con su mano, pero parecía que aquello no funcionaba, Jungkook seguía en su jaula de pensamientos, encerrado en la negatividad de sus emociones, pidiendo perdón una y otra vez en un hilo de voz, mientras apretaba más el agarre de su cabello, estaba a poco de arrancarse lo, Jimin sentía en su pecho un pequeño pinchazo, todo había sucedido muy rápido, todos estaban en shock y ninguno sabia como consolar a los demás, de una manera algo marcaba él estaba acostumbrado a aquello, muchas veces tuvo que limpiar la sangre de compañeros omegas.

No estaba orgullosos de ello...

Agachó la cabeza sumiso ante la tristeza, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas de impotencia, con un gran nudo en la garganta y otro aún peor en el estómago, quedó a su lado sin saber que decir o hacer, bajando la mirada con el corazón en un puño, pero pronto sintió unas pequeñas manos sobre sus rodillas, levantó un poco la mirada y quedó mudó ante la presencia de aquella personita, ni siquiera se dio cuenta de su cercanía.

-Pbapa...

Taehyung había gateado hasta llegar a donde ellos, sintiendo las emociones negativas de sus padres y sintió la necesidad de estar con ellos, sentirse protegido entre sus brazos y ser abrazado, pero parecía que el abrazo lo necesitaban ellos, una vez conseguido subir a las piernas de Jimin, trato de estirar sus brazos para abrazar a su papá alfa, como antes lo había echo él, pero no llegaba a alcanzar, se apoyo en el brazo del peli rosa e intentó tocar el hombro del alfa y darle pequeños golpes, haciendo un puchero para tratar de despertar lo.

Aquél gesto hizo que la mente de Jimin se despertara, su cuerpo reaccionó e imitó el gesto del pequeño y llevó su mano hacia el hombro del peli marrón, moviendo el cuerpo de Jungkook con algo de brusquedad, consiguiendo llamar su atención y despertarlo de su extraño trance.

-Jimin...

La voz de Jungkook salió muy brevemente, era un hilo de voz que se rompió al final, terminando de derramar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos rojos, sus mejillas moradas brillaban ante la caida de aquellas perlas de agua, con el brillo de la pena, pintando en su rostro una estampa dolorosa para su corazón, Jimin observo como los labios del alfa temblaban, como si tratar a de decir algo, pero no podía, sus ojos se movían inquietos, pero sin romper la conexión con el peli rosa, buscaba fuerzas en los ojos miel del Omega, la fuerza de encontrar palabras las cuales decirle, pero no podía.

No podía hablar, tenía miedo...

Jimin no tenía palabras, había quedado congelado al ver el rostro del alfa en esa manera, sintiendo su alma desgarrarse por cada lagrima suya derramada, con suma cautela seco estas misma usando su manga, teniendo cuidado con sus heridas, se quito las suya de manera inconsciente y quedaron en un silencio algo incómodo.

-pab...pá-dijo Taehyung, tratando de tocar la cara de Jungkook, los dos adultos bajaron la mirada a la vez.

El pequeño golpeaba el pecho de su padre y después señalarse a si mismo, llevando sus manitas hacia sus mejillas y formando una sonrisa cuadrada, imitando ese gesto unas tres veces más, mientras lo miraba con un puchero formado en sus labios, parecía querer decirle que sonriera, pero terminó con lágrimas en su rostro.

-Pabpá...soo...rhie...-dijo en un puchero, acto seguido llevo sus manos a su rostro y comenzó a llorar asustado, rompiendo el corazón de los dos jóvenes definitivamente.

Su pequeño estaba llorando...

Jungkook sintió su alfa desgarrar le las paredes de su interior, torturando lo por haber dañado a su pequeño y hacer llorar también a su omega, todos estaban tristes por su culpa, los había dañado, eso hizo más grande el nudo de su garganta.

Se sentía culpable.

Todo era su culpa.

Estaba apuntó de caer de nuevo en el abismo de sus pensamientos oscuros, volviendo a flotar en la culpa y convencerse que en verdad tenía la responsabilidad de todo aquello, debía de hacer algo, pero era inútil y su cuerpo no respondía a sus órdenes, quería levantarse y empezar a trabajar, pero se sentía el mayor estorbo...

-Jungkook...

La voz de su omega lo despertaron, pero lo que lo dejó sin aliento fue sentir como sus brazos lo rodeaban, abrazando lo con un brazo y atrayendo le más hacia él, dejando que escondida su rostro en su cuello, siendo también abrazado por el pequeño Taehyung, quien se aferraba a su brazos con fuerza, se sentía flotando en una nube, los dedos del peli rosa se movían como serpientes en su cabello, jugando con el como si fueran cuerdas.

-Sea lo que sea lo que pienses Jungkook, no fue tu culpa...-dijo Jimin aferrándose más al peli marrón, sintiendo también su corazón latir a mil por hora, pero no estaba nervioso, se encontraba en un estado de confusión y emoción, con un pequeño hormigueo en su estómago, anunciando que estaba con su alfa y estaba correspondiendo su abrazó, algo que lo puso, de alguna manera, feliz.

Jungkook se dejó caer en los brazos de Jimin, suspirando cansado y agotado, para acto después respirar el aroma todavía agridulce de este, no le disgustaba, pero no podía parar de pensar en todo lo que había ocurrido, todo lo que Jimin había pasado fue su culpa.

Por no haber estado junto a él.

Por no saber protegerlo.

No ser un buen alfa.

Pero aún así lo seguía abrazando, diciendo cosas buenas, apoyándolo con ese abrazó y el amor que Taehyung le estaba brindando, abrazando su brazo y no querer soltarlo.

¿Acaso estaba soñando?

¿Por qué los tenía si fue un desastre...?

¿Por qué sentía que no los merecía...?

¿Por qué?

¿Por que pensaba tanto en que no lo merecía?

¿Por qué...?

¿No puedo hacer lo?

¿Por qué no soy capaz...?

Su mente estaba volviendo a funcionar, pero lo único que aparecían eran pensamientos malos, negativos contra él mismo, insultando se de las peores maneras, no entendía, por que se sentía así?

¿Acaso había algo malo en él...?

Sus ojos oscuros ahora brillaban por la intensidad de sus lágrimas, volviendo a caer por sus mejillas rojas e irritadas, abrazando al pequeño Taehyung en sus brazos y esconderse más en el cuello de Jimin, dejándose envolver

-Lo siento... -dijo Jungkook en un hilo de voz, sin salir de su escondite y sin poder controlar su sollozo, temblando por el escalofrío que recorría su espalda.

Tenía miedo.

Miedo de no saber que pasará.

Llegando a imaginar un montón de escenarios trágicos, no quería estar en ninguno.

-Todo estará bien-dijo Jimin con suavidad, abrazando lo más fuerte contra su cuerpo, sintiendo como su olores se mezclaban en uno solo, sus dedos se entrelazaban entre sí sin que ellos se dieran cuenta, como si solo se tratará de un acto reflejó por parte de sus subconsciente.

Buscando el contrato con el otro.

Sentir el tacto de la piel daña de sus manos, las de Jungkook estaban agrietadas, dañadas por miles de peleas que había tenido buscando dinero, buscando solucionar su situación, buscando una salida para encontrar una buena vida, pero eran ásperas, después del maltrato sufrido, sus esfuerzos se sentían por el suelo, como si no sirvieron de nada y por otro lado las de Jimin eran suaves, como un trozo de tela delicado, pero con pequeñas cicatrices viejas escondidas, escondidas del conocimiento del peli marrón, quien seguía con la mirada enfocada en la nada, perdido en sus autodestructivos pensamientos.

Jungkook se estaba juzgando si mismo.

Mientras Jimin sentía el alfa del otro deprimido, escuchando su lobo aullar de tristeza, siendo su voz silenciada de golpe, como si ya no existiera más, se había escondido en lo profundo de su humano, avergonzado de ser escuchado llorar como cobarde, mientras por fuera Jungkook se hacía más pequeño, abrazando sus piernas contra su pecho.

Los tres se sumaron en un abrazo, sin importar que estuvieran en el frio suelo, siendo Taehyung refugiado entre los brazos de Jimin y Jungkook, quienes se ocultaron en el cuello del otro, aspirando su aroma, siendo lo único que llegaba a calmar su alma inquieta y asustada, envolviéndose en una burbuja, alejados de los demás.

Eran ellos tres solos...

Una familia unida por la soledad.































»»--⍟--««












Los escalones de la escalera temblaban bajo el peso de su cuerpo, pequeños trozos de piedra caían por el hueco que separaba los pisos, el aire se colaba por las ventanas rostas y creaba un silbido inquietante, haciendo temblar el cuerpo de la beta, la cual trataba de cubrirse con su capucha, buscando refugio del frio, aquel lugar daba miedo y el frio no era lo único que hacia tu piel de gallina, los gritos desgarradores provenientes de los vagabundos que sufrían en la parte de abajo y de pisadas tras su espalda la estaban poniendo nerviosa, pero no pensaba en mirar hacia atrás.

Tenia un objetivo claro y era encontrar a Jennie.

Seguía ciegamente los pasos del alfa frente a suyo, sin poder evitar mirar de vez en cuando aquel muñón mal curado, teniendo todavía algunos músculos colgando y sangre fresca goteaba de su costura mal hecha, había zonas donde se veía que estaba infectado y aunque el otro no lo dijera, se notaba que era doloroso, sus piernas se movían casi arrastrándose por el suelo, se movía con cierta tranquilidad y sin ninguna prisa, subiendo las escaleras como un ente llevado por la brisa, llegando a un piso mejor conservado que los demás, algo que extraño a Lisa, se puso tras Kai , quien se quedo frente a una puerta de madera.

-Es aquí...-dijo Kai con una voz cansada, girándose a ver a la beta por encima de su hombro, su mirada oscura se encontró los ojos preocupados de ella, sintiendo con ella el nerviosismo de Lisa y la inquietud que la carcomía por sus adentros, saco la llave de su bolsillo y la metió en la cerradura, pero no abrió la puerta, quedo quieto sin mover un musculo, hasta que se giro completamente y apartándose para dejar paso a la morena- Si quieres conseguir tu futuro, debes de abrir la puerta que te llevara a el...detrás de aquí esta lo que viniste a buscar, ahí esta Jennie y creo que debes ser tu quien abra esta puerta, quien deba de conocer la verdad...

Las palabras del alfa descolocaron un poco a Lisa, quien no evito hacer una mueca confundida, observó la llave sujetada en el aire dentro de la cerradura, después llevo su mirada hacia el peli negro, como si esperara que le dijera algo, este simplemente asintió quedando con la cabeza mirando al suelo, mostrando sumisión ante la presencia de la beta, levantando un poco su mano señalando hacia la puerta, con ello dejaba via libre para que se aproximara sin problemas, sumida en una nube de pensamientos, pero ninguno era claro, todas eran grises y parecían ser un escudo para no creer en algo peor pudiera esperarle, respiro hondo mientras cerraba los ojos para lograr concentrarse en sus pulmones, aguanto unos milisegundos para después expulsar todo el aire, dejando salir los nervios por los poros de su piel, liberándose del estrés y siendo la única imagen de su cabeza, la hermosa sonrisa de su amaba.

Agarro la pieza metálica entre sus dedos y ligeramente fue girando su muñeca, hasta que escucho un ruido metálico, lentamente la madera se fue alejando de su campo de visión, sintió su mente viajar a otro lugar del universo cuan aquella puerta se abrió, dejando entrar la poca luz en si interior, había pocos muebles decorando aquella habitación, que era mas pequeña de lo que pensó, un gran armario lleno de libros viejos a su derecha y al fondo, lo que llamo su atención, una pequeña cama llena de mantas, a sus pies de madera había ropa sucia tirada de mala manera, Lisa con la vista fija al frente dio los primeros pasos, siendo el olor a sangre lo primero que llego a sus fosas nasales, sus pupilas se agrandaron al reconocerla, era la sangre de Jennie...

Dio una bocanada de aire, tomando las pocas fuerzas de su interior y se fue acercando hacia aquella cama, mediante sus ojos se iban acostumbrado a la poca luz y el molesto polvo que habitaba en el aire, haciendo que la tarea de respirar fuera molesta y complicada, pero eso no la detuvo, sus ojos divisaron mechones de cabello negro saliendo entre el bulto de mantas, que a pesar de lo que pareciera por fuera, eran más finas que unas normales, se sentó a las orillas del mueble, en un pequeño hueco que formaba aquel amasijo de telas, sus manos abandonaron su pecho, soltando definitivamente su capucha, dejándola caer por su espalda, liberando así también su cabello despeinado, pero no le importo, sus manos agarraron una de las mantas y la fue quitando con cautela, teniendo todos sus sentidos alerta de lo que podía encontrar y rezando en su interior que no fuera nada de lo que imaginaba.

-Jennie...-dijo Lisa con un tono de esperanza, pero pronto su estado de animo fue cayendo.

Según iba apartando la manta de encima de la beta, encontrando con que no poseía ningún tipo de ropa y lo único que la cubría eran esas mantas sucias, su piel blanquecina estaba decorada con grande moratones, la morena no pudo evitar no tocar una de estas con la punta de sus dedos, tratando de no hacer presión y dañar a su amada, sus ojos oscuros iban acumulando lagrimas mientas más heridas descubría, el rostro de Jennie estaba lleno de marcas de golpes, su nariz pintada con sangre y su ojo hinchado de un color morado, todo aquello quedo grabado en la mente de la beta, sin darse cuenta su mano se encontraba sobre la mejilla de la peli negra, acariciando con sus dedos aquella suave, pero dañada piel, sintiendo su corazón dar un vuelvo cuando aquellos párpados se abrieron, dejándole ver aquellos hermosos ojos, aquellos que la miraban ilusos.

-Li...

La voz de Jennie era lo que necesitaba escuchar el corazón de la beta, escuchar su apodo saliendo de esos labios que tanto amaba besar, ver cómo sus ojos se llenaban de pequeños brillos y su rostro se iluminaba mientras la miraba impresionada, llegando sus manos frágiles hacia donde estaba Lista, pareciera que estuviera viendo una especie de ser angelical, no pudo evitar dibujar una sonrisa en sus labios al ver que era real.

Lisa estaba ahí con ella.

Los labios de lleno temblaron mientras soltaba una risa nerviosa, consiguiendo su objetivo que fue tocar el rostro de su amor, el rostro de su amada Lisa, pasando sus manos por su cara sin poder creerlo, estaba a su lado y estaba viva, pero los ojos llorosos de la morena llamaron su atención, quitando con su con su pulgar las lágrimas que se habían derramado sin querer, Lisa no podía aguantar las ganas de llorar, pero no sabía si era de felicidad o de dolor, ver a Jennie así...

Le rompía el corazón...

Como si fueran dos polos opuestos que se atraían, se unieron en un fuerte abrazo, buscando el calor corporal de la otra persona, aferrándose al cuerpo de su acompañante, teniendo miedo de que la vida fuera cruel y las volviera a separar, Lisa mantenía sus ojos cerrado mientras olía el cuello de su beta, llorando al recordar todos sus momentos juntas y el vacío que sintió cuando se separaron, teniendo el miedo en el pecho creando un nudo, no quería volver a perder la.

No quería perder a Jennie.

Por otro lado Jennie permanecía con una sonrisa en sus labios, acariciando la espalda de su pareja, tratando de calmar su llanto, sin decir nada y decirlo todo al mismo tiempo, sentía la suave piel de Lisa sobre la suya, era una sensación agradable, como si un manto de seda la estuviera cubriendo, ya no sentía dolor por los golpes o el vacío de su pecho, ahora sentía la calidez de la compañía, del amor.

Pero nada duraba para siempre...

Su mente trajo de vuelta un recuerdo que hizo borrar su sonrisa, perdiendo el brillo de sus ojos en unos segundos, su mano se detuvo a la altura del hombro de la moreno, quedó pensando por unos segundo y después suspiro, dejando de sentir esa calidez, dejando de sentir el amor de Lisa y comenzando a sentir como su cuerpo se volvía hueco, teniendo el eco de la culpa en su mente, perdiendo la alegría que hacia segundos le dio al ver a su amor.

No merecía eso.

Ella lo sabía.

Pero no podía hacer más que decir o hacer...

-Te quiero Lisa, te amó... Y siempre lo he hecho y lo haré...

Lisa se separó un poco para mirar a la joven beta con confusión, todavía el rastro de lágrimas en sus ojos y mejillas, viendo en la peli negra una sonrisa sincera, pero al mismo tiempo vacía, busco en su mirada alguna respuesta, pero sólo le dejaba un mal sabor de boca, empezando a sentir que algo malo iba a pasar, su piel se puso de gallina de un momento a otro y sin saberlo sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas, notando el gabinete nostálgico y triste que se había vuelto tan de golpe, negaba con la cabeza en un arrebató de que no fuera lo que pensaba, pero sus labios fueron más rápidos, pronunciando la pregunta que sería un detonante en lo que pasaría más adelante.

-¿Por qué suena como una despedida...?¿Jennie?...

La pregunta resonó en las cuatro paredes, llegando incluso a los oídos del alfa, que esperaba tranquilamente mirando al techo, sentado en el suelo sintiendo sus piernas dormidas, de reojo observo a las dos chicas y agachó la cabeza comprendiendo lo que ocurría, empezando a jugar con un pequeño palo que encontró a su lado, buscando distraerse y no pensar en lo que su hermana se refería, pero lo sabía.

Sabía lo que quería decir...

-No Jennie... No te marches, ahora que te he encontrado no, por favor... -suplicaba Lisa tomando las manos de la peli negra entre las suyas, comenzando a besarlas de manera desesperado mientras lloraba sin parar, estaba nerviosa y el temblor de su cuerpo la delataba, no quería perder a la beta, había perdido todo y no quería perder a Jennie.

Su beta aullaba de dolor llamando al de la peli negra, gritando que se quedara y volvieran a ser una, suplicando que volvieran a ser un alma único por su amor, una misma voz pronunciando la frase "te quiero", ser la combinación de frío y calor en un mismo lugar, ser todo y nada al mismo tiempo.

Ser ellas mismas y amarse sin problemas.

Los llantos de la morena causaban más dolor en su corazón, creando un agujero enorme que podría absorbería y dejarla caer en el abismo de la tristeza, un encierro en su propia culpa, las imágenes de lo vivido en la mansión Jeon volvían a su mente, la sangre y la voz de su madre eran lo que la estaban atormentando, eran los diablos que la estaban arrastrando al infierno y se estaba quemando, quemando en una responsabilidad que su propia mente se había puesto, el miedo que le acusaba pensar en el peligro que podía ser para el resto del mundo, recordando las lágrimas que Jimin derramó por culpa de su cobardía, la ira en los ojos de Jungkook y la decepción que sintió al mirarse en el espejo, había sido inútil.

Había causado daño...

Mucho daño...

-He hecho cosas horribles Lisa...-dijo Jennie en un hilo de voz, rompiendo también a llorar, pero sin perder la seriedad en su rostro, le tomó unos segundos procesar lo que iba a decir, ya que sabía que estaba haciendo daño a Lisa, pero era lo mejor- He dejado que pasarán cosas horribles, no merezco estar aquí...

Aquello fue lo último que pronunció la beta de cabello negro antes de levantarse y marcharse de aquella habitación, tropezando con sus propios pues, arrastrando la manta que la cubría como si fuera una capa, dejando tras de si a una joven beta desolada, devastada por los muchos sentimientos que sentía en su interior, los pedazos de su corazón aplastadas sus pulmones, sus lágrimas se volvieron ácido para sus ojos, llegando a quemarse los, pero el dolor más gran que que recorría su cuerpo en ese momento era la soledad, el abrazo asfixiante de la soledad la estaba dejando sin fuerzas, sintiendo que se desmayaría en cualquier momento.

Sentada en la cama ahora vacía, en silenció y un nudo en su garganta lloraba Lisa, mientras se abrazaba a si misma buscando algo, algo que le diera calidez...

Mientras tras la puerta Jennie lloraba tapándose la boca y sujetando la manta con su otra mano, cerrando los ojos tratando de parar las lágrimas, pero era imposible no hacerlo, sus oídos solo escuchaban el llanto de su amor.

¿Acaso no había un final feliz para ellas?






























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Namjoon permanecía escondido en la sombra en una de las esquinas de la habitación, con sus manos temblorosas sosteniendo su cabeza, la cual daba vueltas como si estuviera en una montaña rusa, estaba intentando procesar todo lo que había pasado a hacia escasos segundos, la sangre, lo gritos, el llanto desgarrador de Hoseok, todo había pasado tan rápido, que ni siquiera le dio tiempo de pensar, su cerebro se bloqueo y quedo en negro por unos segundos, tiempo en el que todo se fue a la mierda, no podía comprender en qué momento se había transformado, en qué momento había perdido la cabeza, en qué momento había perdido el control de su propio cuerpo y se había dejado llevar por el instinto más primitivo del ser humano.

El instinto asesinó.

Cuando la cordura volvió en él, abrió los ojos quedando sorprendida al ver aquel líquido rojo cayendo por sus manos, comenzando en sus nudillos como ríos pequeños de sangre, todo el lugar estaba bañado con su suciedad y todo a su alrededor estaba inmenso en un gran caos, que él mismo había provocado, pero ni siquiera se acordaban, su único recuerdo eran las voces transformadas en gritos del omega enfermero, pidiendo ser ayudado, los murmullos de los que se quedaban mirando sin hacer nada y lo que más le dolió, fue el grito desgarrador de Hoseok, quien abrazaba el cuerpo de su pareja, tenía una expresión de ira, tristeza, confusión, melancolía y dolor, una mezcla tenía una de sentimientos y en ese momento se transfirieron al pecho del moreno.

Su cuerpo estaba temblando...

Mantenía su mirada en el suelo paralizado, sentía los músculos de su cuerpo contraerse de manera violenta, la saliva comenzó a caer por su boca, no podía controlar nada de lo que le ocurría, solo podía ver al suelo, sus pulmones se detuvieron de golpe, haciendo que de su garganta escapara un quejido doloroso, sus manos fueron llevadas hacia su cuello, sintiendo la desesperación nacer en sus venas, no podía respirar, el oxigeno comenzaba a faltar en su sangre, su corazón iba cada vez más y más lento, sintiendo la pesada carga de su cuerpo encima suya, la gravedad pudo con el y termino cayendo al suelo, trato de arrastrarse por el suelo para llegara la puerta, pero esta se veía cada vez más lejana, las paredes de la habitación se hacían más largas, las marcas de sangre que dejaban sus manos, se volvían lagos que lo envolvían, sus dedos se derretían ante sus ojos, su cuerpo se sentía pesado y ligero al mismo tiempo, siendo su piel una fina capa que guardaba su caparazón, cayendo en pedazos ante el frio de las cuchillas clavándose en su pecho.

Sentía que iba a desaparecer...

En un movimiento rápido consiguió darse la vuelta, quedando mirando al techo mientras trataba de respirar, pero su garganta se volvía pequeña en cada intento, su sangre se volvía cada vez más espesa, impidiendo que pudiera recorrer su camino con normalidad, en escasos segundos Namjoon dejo de sentir su cuerpo, escuchando únicamente como los latidos de su corazón se iban apagando, pero ya no sentía ningún tipo de dolor, su sistema nervioso se durmió ante la sensación acida de su aliento, parecía que hubiera bebido de la misma copa que la muerto, viendo en la profundidad del pecho sus manos acercarse, sus pupilas se fueron volviendo más pequeñas, su cuerpo quedo tendido en el suelo como un trapo sucio abandonado.

"¡Deja de ser un llorón! ¡Eso es débil, yo no pienso tener un hijo débil! ¡Antes te aplastaría la cabeza!"

"Pero me duele papa...ya no quiero seguir...me duele, por favor"

Como si el tiempo viajara hacia atrás en su mente, llevándolo de nuevo a aquel lugar, volviendo a ver las sombras de los coches por las rejillas de la persiana, volviendo a ser envuelto en el olor del alcohol y cigarritos que inundaba su casa, estaba en cas, tumbado en el suelo mientras lloraba y se sujetaba el brazo con fuerza, estaba roto, podía sentir como el hueso se movía bajo su piel, entre sus ojos cristalizados podía ver la figura de su padre, preparando un nuevo ataque para golpearlo, su mirada llena de decepción y como suspiraba cansado de la actitud de su primogénito.

"Eres un alfa Namjoon, muestra me tu fuerza, muéstrame que no eres un cobarde y levantate2"

"No puedo...me duelo mucho..."

Daba igual la cantidad que lagrimas que cubrieran el rostro del niño, el mayor no pensaba detenerse, agarrándolo del brazo dañado y obligándolo a ponerse de pie, sintiendo molestia por los gritos de dolor de su hijo, lo estaba preparando para la calle, preparándolo para pelear y ser un verdadero alfa, no podía soportar el echo de que su hijo siguiera llorando por aquel estúpido omega, verlo ser débil era lo que le fastidiaba.

"Deja de gritar y de llorar como si fueras un puto maricon, da igual cuanto llores Jhope no volverá, te abandono por Min! ¡Eres débil por eso se fue! ¡POR QUE NO ERES UN VERDADERO ALFA, MALDITA SEA!"

"No quiero...no quiero ser un alfa...quiero a Jhope..."

"¡Tu serás lo que yo te diga, maldito niño! ¡Suficiente humillación siento al haber perdido con el puto drogadicto de Min como para tener un miserable como hijo!"

Desde la cocina miraba su madre con el ceño fruncido, pero sin decir nada o hacer algo por ayudar a su pequeño, sus pies estaban cosidos al suelo, sin poder moverse, sintiendo el dolor de su pequeño en su corazón, pero también le dolía era sentir como su alfa extrañaba a otro omega, sintiendo su lazo romperse a cada golpe que el moreno recibía, cada lagrima que este derramaba y cada que gritaba el nombre del omega ciego, como un grito de auxilio.

Aquello fue lo ultimo que presencio Namjoon ante sus ojos, para después su mente quedara en blanco, como si estuviera flotando en una nube blanca, disminuyendo su respiración, pero sin cerrar sus ojos, dando su ultima bocanada de aire, quedando congelado en el tiempo, sintiendo su alma abandonar su cuerpo junto su ultimo aliento, abandonando aquel cuerpo en aquella oscura y fría habitación, como siempre lo hacia...

Solo...

Se dejo llevar por las manos suaves de la oscuridad, inundándose en su misterio y dejando atrás una estela de lagrimas, compartiendo el sufrimiento y la soledad de las almas perdidas en ese mundo, siendo un ultimo recuerdo el día donde hizo la promesa que lo llevo a la perdición...

"Lo prometes...?"

"Prometo volver mañana y jugaremos todo lo que quieras..."

. . .

El ruido de vidrios chocándose entre si fue lo que hico que se moviera un poco, sus parpados se abrieron lentamente, seguía en la misma habitación en la que había sido encerrado, pero había algo diferente, el aire había dejado de ser pesado y era más ligero, con un extraño sabor más dulce, una flagrancia a flores que lo hacían viajar a una pradera imaginaria, llena de flores hermosas que brillaban bajo el sol, derritiendo el roció de la madrugada, un hermoso paisaje que solo se veía por su olor, una extraña sensación que lo hacia sentir seguro, era un aroma que conocía bien y aquello le dio ganas de llorar, girando un poco su cabeza hacia su derecha, sintiendo la presencia de una persona, siendo su rostro el cual causaba pesadilla a las noches.

La persona a la que tanto había querido tener a su lado lo estaba, pero su corazón en vez de sentir felicidad, alegría por que por fin su deseo que cumplió y que ahora podían ser una familia perfecta, estar juntos como hacia años, aquel era sus sueño desde que vio la espalda de Hoseok desaparecer tras cerrar la puerta, pero no lo hacía...

No sentía felicidad, en cambio su pecho se contraía al ver la expresión cansada y apagada del otro, todavía teniendo restos de lágrimas en sus ojos irritados y en sus mejilla se veía el camino recorrido por estas, bajando hasta llegar a su mandíbula donde finalmente, caían al suelo dando fin a ese recorrido de tristeza en su imagen, no mentiría si dijera que aquello no era el escenario que siempre había soñado, su niño interior ingenuo ante lo que pasaría en el futuro, pensaba que el de sonrisa de corazón lo abrazaría fuerte y lo llevaría lejos.

"Lejos de todo y todos, que vivirían en paz en una casa en la montaña."

Tal y como se lo decía el omega.

Pero no esto...

A su lado se encontraba Hoseok, sosteniendo un pañuelo entre sus manos, era blanco, pero su color se había perdido al mezclarse con la suciedad de su propia sangre, lo apretó quitando el agua que sobraba, el agua que llevaba su suciedad, lo volvió a meter en el balde de agua, para después volverte hacia el cuerpo de Namjoon, limpiando con cuidado sus herida teniendo la delicadeza de no hacerle daño, un gesto que desconcentraba al moreno, pero a la vez agradecía solo podía quedarse observandolo en silencio no tenía palabras y tampoco tenía sentido que el hablara, no merecía ni siquiera ser ayudado por el Omega, después de lo que le había hecho ni siquiera merecía ser cuidado.

Merecía que lo dejara ahí tirado en el suelo desangrándose, pero no, a pesar de que en hacía unos minutos lo había escuchado desgarrando su garganta en un grito de dolor, ahora lo tenía a su lado curando sus heridas, miró sus manos moviéndose sobre aquel pañuelo y se centró en como temblaba, como si estuviera nervioso inquieto y la verdad que lo entendía.

Podía verse el dolor en su rostro aquella imagen destrozaba aún más al moreno, era su tortura hecha imagen, lo que se quedaría grabado en su mente cada vez que recordará ese momento de su vida.

No pudo evitarlo y con las pocas fuerzas que le quedaban del suelo frío levantó su mano, la llevó hasta posar la sobre la del omega deteniendo su movimiento, sorprendiendo por unos segundos al contrario, quien sin poder evitarlo giró un poco su cabeza, como si quisiera mirar el rostro de Namjoon, aunque obviamente no podía.

-¿Por qué...?-pronunció Namjoon confundido por la actitud de Hoseok, no sintiéndose merecido de ser tratado con tanta delicadeza con tanto cuidado había hecho algo horrible y ni siquiera merecía ser visto como los demás seres humanos.

Era una bestia.

Un animal salvaje.

Un monstruo...

Era débil...

Esperaba que se respondiera cualquier cosa, incluso si le soltará miles y miles de insultos, de los insultos más hirientes que conocía el ser humano, los merecía y con razón, no podía pedir piedad por su cabeza, cuando ni siquiera ha podido controlarla, había hecho cosas horribles, que hasta ese momento cuando fue encerrado en esa habitación, fue abandonado a su suerte y ver su vida pasar.

Y lo único que recordara que lo único que fuera que el único resumen de su vida fueran los insultos y las palizas de su padre.

No hizo nada bueno, no hizo nada relevante en aquella vida, que ni se me merecía ser conocido, mucho menos amado.

Era una escoria.

Salió de sus pensamientos cuando escuchó un ligero suspiro, muy suave murmuró entre sus labios y un pequeño apretón en su mano, llevó toda su atención hacia el núcleo de aquello y no podía creer lo que estaba viendo, los ojos del Omega estaban fijos en él, ojos grises que brillaban amenazando de que pronto caída en lágrimas, pero no lo hacían, el brillo de la tristeza era lo que había en ellos, el reflejo del cansancio en su cara.

Namjoon quedó silenciado por aquella imagen.

-Todavía te quedan cosas que arreglar...-dijo Hoseok con una voz algo siniestra, pareciendo un alma en pena que volvía al mundo de los humanos, queriendo atormentar a los seres humanos- Tienes promesas que has roto y sueños que has escondido por miedo a tu padre...Por ser un cobarde.

Aquellas palabras pudieran parecer simples y solo sí se veían desde la lejanía, pero para el moreno fueron un gran detonante, la verdad había sido arrojada a su cara, aquella que quería ocultar tras...,no sabía bien sí un manto o un turbia amor que tenía hacia su progenitor, o tal vez era un miedo que confundía con el sentimiento de amar, tal vez la palabra "familia" era su debilidad, pero a la vez era el más estúpido, en esos casos su corazón se estrujo, como una esponja, rompiéndose mil pedazos.

Sentía la mirada del Omega sobre él, esa mirada mezclada con una preocupación, pero con un gran sentimiento de rencor, decepción y enfado, era notorio, demasiado, pero no podía hacer nada, no podía quejarse, ni sentirse ofendido por ello, sabía los motivos de por qué era sabía que el culpable era él y no podía quejarse, solo pudo asentir y pronunciar las siguientes palabras.

-Lo siento-dijo Namjoon en un pequeño escalofrió, su voz tembló y no pudo contener más las lagrimas, observo directamente a los ojos del omega y se dejo llevar por el llanto mojando sus mejillas con miles de lagrimas, aquellas pequeñas gotas de agua salada llevaban tantos sentimientos dentro, pero no podía decir ninguna de ellas, tenia un nudo muy grande en la garganta y tampoco encontraba las palabras para expresarse.

No sabia expresar el sentimiento de dolor que sentía al ver la decepción en la mirada de Hoseok, aquel que veía como un padre...

Lo había decepcionado.

Por otro lado Hoseok trataba de mantenerse firme y no caer ante sus emociones, pero su corazón era débil, en el fondo no podía hacerse el duro, cuando sentía muchas ganas de romperse a llorar, pero tampoco debía de perder la cabeza, debía de ser fuerte por todos y más por sus bebes y en ese momentos su corazón, mejor dicho su omega, pronunciaba el nombre del moreno en un triste susurro, sin poder evitar en acariciar la mano que lo sujetaba mientras temblaba, suspiro cansado con la mirada en el suelo, con muchos pensamientos pasando al mismo tiempo, tantos que ni siquiera sabia cuales eran.

¿Qué debía de hacer?

Ahora estaba solo...

Solo.

Siempre había tenido a Yoongi a su lado y aunque fuera algo torpe, siempre le trataba de aconsejar lo mejor, otras veces era al revés, pero estaban juntos en todo momento y ahora...ahora estaba solo, ya no sentía las manos de Yoongi sobre sus hombros, dándole esa tranquilidad y seguridad, diciéndole que todo iría bien, no escuchaba su risa tan adorable que le quitaba el miedo en los momentos tensos y ahora tampoco sentía su omega feliz, soltó de nuevo un suspiro buscando sacar toda la tensión de su cuerpo, pero aquel gesto solo fue un detonante para una bomba en su interior, lo hizo sentirse pequeño y su corazón se sintió aplastado, un horrible dolor en su cuerpo, incluso lo dejo sordo por unos segundos, su mundo se había roto, destrozado en un abrir de ojos y todo a manos de Namjoon, que aunque las palabras de este se veía que lo decía de verdad, que en verdad estaba arrepentido de lo que hizo, pero no eran suficientes.

Sus disculpas no podían arreglar todo por acto de magia.

¿Pero qué debía de pedirle?

¿Qué debía de hacer?

Torturarlo para desahogar su sed de venganza, volviéndose igual que los alfas del burdel donde estaba?

No.

Nunca seria iguales a ellos, nunca seria un monstruo...

-Lo siento...yo no quería esto...yo...

Levanto la cabeza al escuchar la voz del moreno, haciéndolo volver aquella horrible realidad de la que trataba de escapar, oliendo de nuevo la mescla de sangre y agua oxigenada, la sensación húmeda del pañuelo que mantenía en su mano, mientras con la otra sostenía la de Namjoon, si pudiera representar de una sola forma lo que sentía era el vacío, el vacío de su pecho y su corazón.

-Es es el problema Namjoon...-dijo Hoseok negando con la cabeza y dejando escapar una irónica sonrisa cansada, pero esta desapareció rápidamente, volviendo a tener un semblante serio- Siempre nos arrepentimos de lo que hemos hecho, cuando ya hemos visto las consecuencias, cuando ya hemos hecho daño a la gente, cuando ya habíamos destrozado la vida de los demás, pero nunca nos quedamos a pensar en el dolor que puedes causar, "Hacemos y luego vemos", eso es lo que mueve al ser humano, primero pensar en lo que conseguiré, pero no lo que nos quedará y lo único que me queda es el dolor de haber visto como mi alfa casi muere entre mis brazos...

-Tal vez en un futuro pueda perdonarte...-dijo con una ligera función en su frente, sintiendo un horrible dolor en la cabeza, sintiendo los síntomas de un posible mareo, pero eso no lo detuvo- pero la culpa será el veneno que mate a tu corazón... a partir de ahora, cuando ve a tu rostro, cuando tú mismo veas tu rostro en el espejo, verás la cara de la persona casi mató a mi marido, casi la arrebata la vida al padre de mis hijos,... la cara de la persona que casi me arrebató la mi vida.


Dicho aquellas palabras el silencio inundó de nuevo la habitación volviendo a los dos individuos que habitaban en ella simples marionetas mientras el moreno se quedaba destrozado por la culpa tumbada en el suelo sintiendo el dolor recordar su cuerpo observando con tristeza mientras las lágrimas recorría en su cara al Omega viendo su rostro girando así dándole la espalda y volviendo su atención al pañuelo que tenían entre las manos mordiendo sus labios conteniendo las lágrimas la situación era tensa todos estaban destrozados todas estaban tan confundidas que ni siquiera sabían cómo expresarse y quien debía de llevar la cabeza el mando en ese momento en el que peor se encontraba el que más solo estaba.

Tanto fue su confusión que su cerebro se bloqueó, cuando sus oídos ya no podían escuchar esas pequeñas latidos...

Soltó el pañuelo drásticamente y llevó su mano hacia su vientre acariciándolo con pena y suplicando en su interior que no fuera real, que en verdad fueron engaño su dolor, que todo lo que estaba pasando era un mal sueño y que ponte pronto despertaría con su Alfa a su lado comenzando el día como si nada, empezando todo de nuevo, pero parecía que no...

No podía sentirlos...

No podía sentir los latidos de sus bebés...



































































































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¡Hola mi gente hermosa! ¿Cómo están? 😊

¿Me echaban de menos? 😔

Se que esperaron mucho esta actualización y terminó siendo una mierda, lo se, lo siento 😩😭

Pero como dije en el aviso decidí dividir el capítulo en partes, cada parte con tres capítulos por que era largo y no me daría tiempo a terminar y darles lo que merecían des pues de tanta espera 😞

Espero que esta parte uno les gustara, ahora me pondré con la dos y intentaré tenerla para esta madrugada.

Por una noche que no duermo no pasa nada 😔✨

Nos vemos, los amo mucho! (๑•ᴗ•๑)♡♡

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