Algún tiempo después del Retorno del Jedi
Leia caminaba junto con su esposo Han Solo mientras se abrían paso entre la multitud de personas que asistían a la gala de la Nueva República. Cada paso que daban, la gente miraba a su dirección.
Leia se puso rígida cuando algunos senadores que conocía bastante bien miraron en dirección de ella y Han antes de reírse por sus adentros. Leia se detuvo en seco cuando escuchaba los susurros de la gente.
Por una vez, Leia se quedó sin palabras, mientras luchaba por hacer que sus labios se movieran, para lograr algún tipo de respuesta, sintió una mano familiar en su espalda alejándola del lugar.
Mientras se alejaban, su brazo se envolvió alrededor de ella de una manera linda y protectora. Leia podía sentir su mano en el costado de su vientre embarazado. Inmediatamente cerró el pequeño espacio entre sus cuerpos y camino junto a él mientras los guiaba fuera de la multitud.
Han la guio al ascensor antes de entrar él mismo e indicarles al Mon Calamari que se encontraba detrás de ellos que tomara el siguiente ascensor. Le dio la espalda a la puerta que se cerraba y se concentró en su esposa.
¿Te encuentras bien? -pregunto Han preocupado.
Estoy bien -contesto Leia asintiendo con la cabeza.
No estás bien -dijo Han sabiendo por la forma que ella lo miraba.
Han, estoy bien -dijo ella insistiendo a su marido.
No lo estas -comento él, respirando profundo.
La gente habla de mí todo el tiempo. Es parte de mi trabajo. He aprendido a vivir con eso y tú también debes hacerlo -dijo Leia poniéndose de pie frente a Han.
Pero... -intento decir Han.
No hay peros. Ya está hecho y terminado -dijo ella con tanta desgana que Han sabía que no importaba lo mucho que intentara ocultarlo, los comentarios la afectaron.
El ascensor emitió un sonido cuando llegaron a su piso. La puerta comenzó a abrirse, pero no antes de que Han presionara el botón para cerrarla nuevamente. Se apoyó contra la puerta.
No saldremos de este ascensor hasta que me hables -dijo él serio.
No hay nada de que hablar -comentó ella igual seria.
Casi todo su peso descansaba contra la puerta mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.
Vas a hacer una de tus acrobacias otra vez como lo hiciste en Hoth, ¿No es así, cariño? -comento ella.
No sé de qué está hablando -dijo él.
Sobre las veces que no admitiste tus verdaderos sentimientos -respondió ella- Lo hiciste entonces y lo estás haciendo ahora
No me gusta lo que están hablando de ti, susurrando como si sintiera superiores solo por ser senadores -dijo él.
Leia respiró hondo. Han volvió a dar en el blanco
No me importa lo que los demás piensen de nosotros. Ellos no les gusta que un contrabandista me haya dejado embarazada. Pueden decir todo lo quieran sobre mí y no es así. No importa porque te tengo a ti -dijo Leia.
No dejes que te afecte princesa -susurro Han- Te prometí que te iba a proteger -en eso Han agarra a Leia acercándola hacia él- Y voy a hacer precisamente eso
Se inclino y le dio un beso apasionado en los labios. Leia sintió que las manos de él tocaban su vientre redondeado antes de posarse sobre sus caberas. Se besaron de nuevo, esta vez él llevó sus manos más debajo de su vestido.
Aquí no -dijo ella apartándose de él.
Te amo -dijo Han recostando contra la puerta del ascensor.
Lo se -dijo Leia con una sonrisa.
Leia decidido divertiste un poco con él. Antes de que pudiera ponerse de pie y pulsar el pequeño botón para abrir la puerta del ascensor, ella extendió la mano con fuerza. Las puertas se abrieron y él cayo de espaldas frentes a unos cuantos senadores que esperaban para dirigirse al vestíbulo.
Vamos piloto -dijo ella pasando por encima de él y rodeó al grupo de senadores mientras se reía por sus adentros.