Black & Blue (Español)✔️

By Ariana_Godoy

15.3M 1.7M 3M

Ella no debió mirarlo, no debió retarlo y mucho menos hacer todas las cosas que hizo después de eso. Una sola... More

Prologo
1. Blue
2. Black
3. Blue
4. RED & VIOLET
5. BLUE
6. VIOLET & BLACK
7. BLUE
8. VIOLET & BLUE
9. Black & Blue
10. Blue
11. BLUE
12. BLACK
13. BLUE
14. RED & VIOLET
15. BLUE
16. BEA
17. BEA
(18) BEA
19. Violet (Parte 1)
20. Violet (Parte 2)
21. BEA
22. Black & Blue
23. RED
24. BEA
25. BEA
26. Violet
27. BEA
28. Black & Blue
29. Amber (1)
30. Amber (2)
31. RED
32. Black & Blue
33. BEA
34. Black & Blue
[36] BLACK
37. BEA
38. Black
39. BLACK & RED
40. BEA
41. BLACK
CAPÍTULO FINAL
Epílogo

35. BEA

182K 21.8K 8.3K
By Ariana_Godoy

(35)

BEA

Azul y rojo.

Las luces de la ambulancia y de los autos de policía se mezclan, dándole sus tonos a todo mi alrededor. Y me pierdo en los colores, en la forma hipnótica en la que parpadean. No puedo escuchar, ni sentir, es como si todo lo está pasando frente a mis ojos no fuera real, o completamente ajeno a mí. Mi cabeza se ha quedado en blanco, con retazos que van y vienen de aquella noche trágica. Esas luces... me recuerdan al momento borroso en el que me encontraron en el pasto al lado de la carretera cuando me lancé del auto de Soren.

Eran los mismos colores, y esta noche sigue siendo el mismo miedo.

Estoy sentada en la parte de atrás de una ambulancia, ya me han revisado, vendado unos raspones que ni siquiera siento en mis rodillas de cuando Black me lanzó al suelo.

Black...

Se lo han llevado, a él y a Violet, en ambulancias cuyo ruido hizo eco por toda la calle hasta que desaparecieron. Amber y Red se fueron con ellos, yo no pude... la presión en el pecho vuelve, porque me siento terrible por congelarme, por quedarme estancada aquí sin poder moverme. No encontré la fuerza para levantarme y subirme en esas ambulancias, sostener sus manos, no pude.

Aún eres débil...

Esa voz de mi cabeza regresa, más cruel y fría que nunca.

—¿Quieres que llamemos a alguien? ¿Tus padres? —La voz del paramédico suena tan lejana.

—Yo me encargo. —Una voz familiar se acerca y alguien toma asiento a mi lado. Por unos segundos, Romy no dice nada y suspira antes de hablar—: ¿Quieres que te lleve a casa?

Casa...

¿Estaría segura en casa? ¿Quedaban lugares seguros en el mundo? No. Hace un rato, estaba riendo y bromeando con mis amigos y ahora dos de ellos están camino al hospital, y yo estoy aquí, con la mente nublada y los sentidos entumecidos. La fragilidad de la vida despierta ese miedo constante a la muerte, a lo rápido que todo se puede ir a la mierda.

—Él sonrió —murmuré, ausente y con una voz rota.

—¿Qué? —Puedo sentir la mirada de Romy sobre mí.

—Black... —digo, sin saber bien que es lo que quiero expresar—. Él siempre sonríe... ¿cómo... puede hacer eso? Cuando todo.... Es.... —Mi voz se rompe y Romy pone su mano sobre la mía en mi regazo.

—¿Cuándo todo es una mierda? —Romy me aprieta la mano—. Porque es Black, y es un idiota.

—No puedo.... moverme, no puedo hacer nada. —Dos lágrimas gruesas escapan de mis ojos—. No puedo.

—No tienes que hacer nada, Bea. Hemos pasado algo muy duro esta noche, dime que necesitas.

No sé que decir, la verdad, no sé que hacer. Un oficial de policía aparece frente a mí, las luces rojas y azules se reflejan en su insignia plateada. Mi vista se queda fija en ese detalle de su uniforme. Él se presenta y comienza a hacerme preguntas, lo escucho como si estuviera al otro lado de la calle, respondo de manera automática, todo lo que sé, todo lo pasó. Finalmente, él se da la vuelta y Romy se pone de pie.

—Vamos, no puedes quedarte aquí, ¿a dónde quieres ir?

—Al hospital.

—Bea, ¿estás segura?

No digo nada y me levanto, mientras caminamos a su auto, pasamos por un lado del lugar de los hechos, puedo ver la moto de Black con las manchas de sangre y el charco carmesí que dejó Violet cerca de la pared. Ellos están bien, tienen que estar bien, estarán bien.

¿Por qué no estoy llorando? ¿Gritando desesperada? ¿Por qué me siento atrapada? ¿Entumecida? Es que como si no pudiera procesar lo que está ocurriendo, como si no estuviera del todo aquí.

Dentro del auto de Romy, el sonido de mi celular me hace dar un brinco y cuando reviso la pantalla, me doy cuenta de que es mi madre. No sé que hacer así que me quedo viendo la pantalla hasta que se cae la llamada. Romy extiende su mano.

—¿Quieres que le explique lo que pasó? —Asiento y le paso el celular.

Romy habla con mi madre, pero no escucho ni una sola palabra. Mi vista se pierde en las casas pasando por la ventana del auto. Mi mente sigue intercambiando escenas del recuerdo de las luces de esa noche con Soren, a hoy, como si ambas situaciones se fusionaran en mi cabeza y me dejaran en este estado desactivado, inerte.

Las cosas no mejoran cuando llegamos a la sala de emergencia, me siento en una silla en la sala de espera con la vista perdida y mis manos sobre mi regazo, mis palmas tienen sangre seca y se sienten rústicas contra mi ropa.

La sangre de Black...

Viajo a esa tarde calurosa de la gasolinera, a su mirada, sus besos, luego a su sonrisa y a sus bromas cuando lo vi de nuevo. Él está bien... tiene que... luego recuerdo a Violet, a como se abrió conmigo, me dejó entrar a pesar de sus sentimientos por Black. Tienen que estar bien, no puedo....

El recuerdo de la sonrisa tímida de Beth me deja sin aliento, no puedo perder a nadie más, no sobreviviré.

Un par de botas negras invaden mi vista al piso, y esa colonia que conozco bien me inunda de una sensación de familiaridad que me tranquiliza. Luego, rojo... ese cabello rojo está frente a mí cuando Red se agacha hasta que su rostro queda a mi altura.

—Ey... —dice con suavidad como si supiera lo frágil que me siento en estos momentos, lo perdida que estoy. Su mano acuna mi mejilla—. ¿Bea?

Quiero hablar, y cuando lo intento, no puedo ni abrir la boca. Red no insiste y me jala para abrazarme, descanso el mentón en su hombro y cierro los ojos.

—Estás bien —susurra—. Estás a salvo.

Y no sé porque esas dos frases me rompen ahí mismo, un jadeo deja mis labios y luego un sollozo patético. Me aferro a él, llorando abiertamente, enterrando mi rostro en la curva de su cuello. Red me sostiene en silencio, me permite llorar, soltarlo todo. Porque permitirme sentir todo este miedo, esta agonía es increíblemente doloroso, pero es necesario.

Si algo he aprendido con mi terapeuta es no reprimir mis emociones, a permitirme procesar las cosas como yo pueda, cuando me sienta capaz de hacerlo. Y en este caso parece ser en los brazos de Red.

Cuando nos separamos, Red me limpia las lágrimas con cuidado y noto lo rojo que están sus ojos y la tensión en todo su cuerpo. Esto debe ser horrible para él también. Me siento egoísta, así que acaricio su rostro, llena de miedo, lo pregunto:

—¿Cómo están? —Mi voz es ronca y congestionada.

—Están en cirugía los dos —responde Red y se lame los labios, ansioso—. La bala de Violet salió así que es menos complicado. La de Black no, está en algún lado de sus intestinos.

—Van a estar bien —digo para ambos—. ¿Dónde está Amber?

—En una camilla.

—¿Qué?

Red suspira.

—Amber no puede ver sangre, se marea, vomita y a veces se desmaya.

—Pero ella sostuvo la herida de Violet... ella...

—Ella aguantó por Violet, apenas la apartaron de ella, Amber se desplomó.

—Oh, no. ¿Podemos verla?

Red sacudió la cabeza.

—El doctor dijo que era mejor dejarla dormir un rato, después de lo que vivió. Su padre está ahí con ella.

—¿El alcalde?

Red asiente.

—Sí, después de gritarme que esto es mi culpa, que él le advirtió a Amber, etc.

Y entonces, lo veo, en esos ojos azules hay mucha culpa y me doy cuenta de que Red es esa persona que siempre está para todo el mundo, pero ¿quién está ahí para él?

—Red —digo, acariciando su mejilla con mi pulgar—. Esto no fue tu culpa.

—¿No lo fue?

—Claro que no, aún no sabemos quien está detrás de todo esto, y el responsable es esa persona, nadie más.

—Tuvo que ser Treyvon, Bea. ¿Quién más haría algo así?

Por mi mente se cruzan esos ojos oscuros, ese corte bajo de pelo y esa sonrisa demoniaca que a veces aparece en mis pesadillas.

—Soren...

Red arruga las cejas.

—No lo sé, yo—

—¿Reed Rays? —Un oficial de policía aparece a un lado, Red se pone de pie y lo enfrenta.

—Sí, soy yo.

—Necesitamos que venga con nosotros a terminar la declaración, también necesitamos el arma.

Red se la saca de la parte de atrás de los pantalones y se la pasa al oficial quien la toma con guantes y la mete en una bolsa transparente.

Me levanto.

—Él solo la usó para defendernos, si él no—

—Tranquila. —Me calma el oficial con una sonrisa cálida—. No estamos acusando a nadie, solo estamos armando toda la escena para investigar, ¿de acuerdo?

No digo nada y Red se gira para tomar mi cara y besar mi frente.

—Ya vuelvo, Romy está visitando a Amber, si quieres compañía puedes ir, es la tercera puerta a la derecha —dice con una sonrisa triste.

—Esto es una mierda, Red —digo con el corazón roto, porque ahora que me he permitido sentir todo, es doloroso y asfixiante.

—Lo sé, pero vamos a salir de esto, Bea.

Él se va con el oficial y vuelvo a sentarme, mis padres vienen en camino. Una parte de mí quiso dejarlos por fuera de todo esto, sin embargo, no sería justo. Ellos ya sufrieron bastante cuando pasó lo de Soren, lo que sea que viniera de ahora en adelante lo enfrentaríamos juntos.

Suenan villancicos y levanto la mirada, detrás de la estación de enfermeras hay un televisor con noticias de las festividades, es navidad, por supuesto, ¿cómo pude olvidarlo?

Después de navidad, iré a un centro de rehabilitación...

La promesa de Black, Amber me la había contado, llena de esperanza por una mejoría para él. Jamás imaginamos que él estaría luchando por su vida, que yo estaría sentada en una sala de espera con su sangre seca en mis manos.

Mi teléfono repica en mi bolsillo y lo saco: Número desconocido. Empiezo a temblar porque sé quién es, porque viajo a todas las veces que he sentido este terror, esta agonía. Recuerdo aquella noche en el evento del estadio de futbol, la primera noche que pasé el rato con todo el grupo, como no pude contestar, y estaba harta. Mis amigos están ahí dentro luchando por sus vidas, mi dolor se transforma en rabia y eso me da la fuerza suficiente para controlar mis temblores y deslizar para contestar.

No soy débil, soy una sobreviviente, fui víctima de un maldito loco y él que debería temblar al otro lado del teléfono es él.

No digo nada, espero que su maldita voz arrogante suena al otro lado.

—Valiente esta noche, mi Bea.

Su voz me pone los pelos de punta de la peor manera, se me revuelve el estómago, y cada vez que quiero colgar, me obligo a recordar las bromas de Black y las explicaciones largas y emocionadas de Violet sobre sus dramas coreanos. Me enfoco en lo mucho que los quiero y en que no se merecían esto, nadie lo merece.

—¿Qué quieres?

—Aw, qué fría —susurra Soren al otro lado de la línea—. Años sin hablar, y ¿eso es lo que me dices? Creo que alguien se merece unas nalgadas.

Tomo una respiración profunda, no voy a vomitar, ese bastardo no se merece ni eso.

—¿Qué quieres, Soren?

—Hablar, ¿es mucho pedir esooo, babe? —Se me revuelve aún más el estómago, pero noto que está borracho, alarga las palabras y solía usar babe cuando estaba pasado de copas—. ¿Te gusto mi regalo de navidad? Feliz navidad, babe.

Siento un vacío en el estómago. Quiero llorar y gritarle tantas cosas, pero mantengo la calma.

—¿Tú hiciste esto? ¿Mandaste a que nos dispararan?

Soren suelta una carcajada que me hace apretar el celular con tanta fuerza que espero no se rompa.

—Se suponía que solo sería al pelirrojo y al morenito, pero... estaban todos juntos, lo siento, babe, ¿no estás herida, cierto?

Este hijo de puta. Respira, Bea.

—Soren, ¿cómo pudiste hacer esto? ¿Cómo...?

—Eres mía, Bea, y si tengo que mandar a matar a todos los obstáculos a tu alrededor, lo haré, ¿lo sabes, no? Tengo los medios, ¿por qué no me facilitas las cosas? Vuelve a mí, y todos estarán a salvo, lo prometo.

Contra todo impulso de maldecirlo, digo:

—¿Puedes darme unos días para pensarlo? Lo de esta noche ha sido... muy fuerte, Soren, necesito tiempo.

—Por supuesto, te daré una semana, ¿vale? Sin intentar nada loco, Bea. Ya sabes de lo que soy capaz.

—De acuerdo.

—Te extraño tanto, babe. —El vomito sube a mi garganta—. No puedo esperar a tenerte atada a mi cama de nuevo para follarte como un loco.

—Me tengo que ir, Soren. —Cuelgo y corro a un pote de basura a un lado para vomitar la pizza que comimos donde Red, antes de toda esta mierda.

Me enderezo con los ojos llorosos y la garganta áspera por las arcadas. Me quedo viendo la pantalla y reviso todo, recordando la voz de Violet hace unos días:

—Si en algún momento te llama y quieres grabar la llamada, esto es lo que tienes que hacer.

Y me explicó paso por paso, nunca pensé que llegaría el momento en el que usaría lo que me enseñó. Así que antes de contestarle a Soren, hice todo lo que Violet me indicó y ahora estoy revisando si se grabó, el alivio me inunda cuando escucho:

—Valiente esta noche, mi Bea.

—¿Qué quieres?

Me apresuro a la salida de la sala de emergencias y me encuentro al oficial que me interrogó antes.

—Señor, creo que hay algo que deben escuchar.

Soren suele ser inteligente, pero me subestimó. Pensó que estaría demasiado emotiva, destruida y sin esperanzas después de lo que pasó. Y lo estuve por un buen rato, sin embargo, él se había equivocado esta noche porque ya no estaba sola, porque tenía a Red que me abrazó ayudándome a sentir todo, a Amber que me motivó al saber que, aunque le afectada ver sangre se había aguantado por Violet, a Black que me había protegido y a Violet, la chica loca de los dramas coreanos que me había enseñado como grabar una conversación telefónica.

Así que me aguanté su llamada, sus palabras porque ya basta, porque Violet y Black están luchando ahí dentro, así que yo también luché a mi manera. Mis amigos se han convertido en mis alas, hoy y siempre.


-----------

Nota de la autora: Awww, Bea, me puse emotiva este capítulo porque pude sentir esa desconexión de Bea tan bien al principio, la admiro mucho. A todos los personajes de este libro, en realidad, cada uno está pasando por sus procesos, y ver como se apoyan es refrescante. 

Disculpen que no les dé el funeral, pero esta noche es importante para todos los personajes, lo que pasó, generará un cambio en cada uno de ellos y no quiero apresurarme a nada. Se merecen mucho más que eso. Capaz esta noche dura más que el cumpleaños de Red, jajajaja. 

Y aquí vuelvo a reírme de que esta era una historia relax hahaha es que cuando empecé dije: Ah, será todo relax y comedia. Era una historia según yo que no me tomaría tan en serio y mirenme ahora T.T Y creo que el cambio lo dieron los mismos personajes, la primera que se expresó a través de mis letras fue Bea, su historia, su viaje y entonces entendí que no tenía el control, que el control lo tenían ellos y querían compartir su historia, solo soy el medio que usan para hacerlo. Ah, caray ya sueno bien pinche loca. 

Muakatela,

Ariana G. 

Continue Reading

You'll Also Like

474K 36.6K 54
El mundo da un vuelco cuando la primer mujer en la Fórmula 1 se hace presente en el Paddock. Camille Watson, hija del gran piloto de la F1 tendrá que...
159K 14.7K 32
Hyunjin es el chico más guapo y coqueto de la preparatoria, Felix es un chico estudioso y el líder del club estudiantil. ¿Podrá Hyunjin lograr que Fé...
1.9K 165 14
(Para leer esta historia se recomienda leer la precuela llamada "Recuperando lo perdido Rocky x Zuma") Cuando pensaron que todo había acabado que sus...
5.3K 324 8
Mulan x li shang ping x shan yu