Black & Blue (Español)✔️

By Ariana_Godoy

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Ella no debió mirarlo, no debió retarlo y mucho menos hacer todas las cosas que hizo después de eso. Una sola... More

Prologo
1. Blue
2. Black
3. Blue
4. RED & VIOLET
5. BLUE
6. VIOLET & BLACK
7. BLUE
8. VIOLET & BLUE
9. Black & Blue
10. Blue
11. BLUE
12. BLACK
13. BLUE
14. RED & VIOLET
15. BLUE
16. BEA
17. BEA
(18) BEA
19. Violet (Parte 1)
20. Violet (Parte 2)
21. BEA
22. Black & Blue
23. RED
24. BEA
25. BEA
26. Violet
27. BEA
28. Black & Blue
29. Amber (1)
30. Amber (2)
31. RED
32. Black & Blue
33. BEA
35. BEA
[36] BLACK
37. BEA
38. Black
39. BLACK & RED
40. BEA
41. BLACK
CAPÍTULO FINAL
Epílogo

34. Black & Blue

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By Ariana_Godoy

(34)

BLACK

Qué buena vista.

Pienso, inclinado sobre la barandilla del balcón. Le doy una calada al cigarro, el humo se disipa a un lado, opacando por unos segundos las luces de la calle. Ya anocheció y seguimos aquí, tomando y comienzo pizza. Me giro y echo un vistazo al interior del apartamento. Las veo a través de las puertas de vidrio del balcón. Amber y Bea están fingiendo bailar mientras Romy las alienta y Violet se ríe y se ahoga con cerveza, escupiendo por todos lados, lo que les causa más risa.

—Son unas locas —murmuro.

Red está sentado en la esquina del balcón, él estira las piernas y sus pies descansan sobre la barandilla.

—Lo son —responde, cerrando los ojos y descansando la parte de atrás de su cabeza sobre sus manos unidas.

Sigo fumando y vuelvo a enfrentar la calle. Uno que otro auto pasa cada rato.

—Es una zona... interesante.

Red sonríe, abriendo los ojos.

—No tienes que mentir, clausuraron el motel del frente por ser demasiado inseguro —comenta, riendo un poco—. ¿Sabes cuantos tiroteos, robos, etc. tienen que pasar en un motel para llegue a ese punto?

Me rio con él.

—Bueno, lo conseguiste a un buen precio.

—Por algún lado tenía que empezar. —Él suspira—. Ya estoy en la universidad, necesitaba dejar de vivir con mis padres.

—Mucha gente se queda viviendo con sus padres para ahorrar, Red, es común.

—¿Te quedarías con tu padre si pudieras irte a otro lado? —pregunta y la respuesta es no.

—Buen punto.

Hay una pausa y él baja los pies de la barandilla y se levanta.

—¿Qué ha pasado?

Me tenso un poco.

—¿De qué estás hablando?

—Eres como mi hermano, Black, sé cuando te pasa algo. Casi no te he visto últimamente y cuando te veo, puedo ver a leguas que no estás bien. Suelo esperar que las personas que me importan me digan las cosas a sus tiempos, pero tú no pareces querer contarme nada por tu cuenta. Así que, ¿qué pasa?

Exhalo el humo del cigarro.

—Iré a un centro de rehabilitación después de año nuevo.

Red asiente, no hay reproche o acusaciones y casi sonrío ante lo idiota que he sido, lo conozco, sé que nunca me juzgaría así que no sé porque no he querido contarle. Quizás compartirlo con él, convierte el asunto en una promesa que debo cumplir. Él me da una palmada en la espalda.

—Me alegro por ti —dice y luego agrega—. ¿Y qué más? —Lo miro, confundido.

—No hay nada más.

—Black.

Apago el cigarro en el cenicero.

—Es Violet.

Red se cruza de brazos.

—Estás recuperando tu amistad con ella y no le quieres contar porque ella ya ha pasado suficiente con lo de las drogas con Valeria.

—Bingo —digo con tristeza—. Todo lo que he sido para ella es una jodida carga, bro. Siempre ha estado a mi lado... en las peleas, en los momentos más patéticos de mi vida. Y ahora... atormentarla con esto, no se lo merece.

—¿La quieres?

—Claro que la quiero.

—Sabes a lo que refiero, ¿la quieres como pareja?

Me lamo los labios.

—¿Cómo puedo saber eso, Red? ¿Con alguien que siempre ha estado a mi lado? ¿Cuál es la diferencia? —Me rasco la cabeza—. No lo sé.

—¿Y Bea?

Su pregunta me toma desprevenido y me quedo callado por unos segundos. Red continua:

—¿Recuerdas cuando me dijiste que te gustaba Bea? —Asiento—. No hubo duda, Black, ni análisis profundos. No suele haber tanto merodeo o inseguridad cuando te gusta alguien, o te gusta o no, simple.

—Eso ya no importa, Bea te quiere a ti.

—Eso no quiere decir que tú no la quieras a ella.

Hago una mueca.

—Estamos hablando de Violet.

—Estamos hablando de lo que sientes, Black. Te he visto conquistar chicas con tres líneas, nunca te he visto dudar de coquetear con alguien que te gusta.

—Violet es diferente.

—¿Por qué?

—No lo entiendes.

—Tú eres el que no lo entiende, no soy quien para decirte que sientes, pero creo que la que te gusta es Bea, y mucho, y eso te asusta porque quizás no te corresponda, así que estás tratando de convencerte de que te gusta Violet porque es lo seguro, lo que siempre ha estado ahí.

Bufo.

—Has perdido la cabeza.

—¿De verdad? —Red se gira hacia las puertas de vidrio del balcón. Y señala a Bea que está bailando, meneando las caderas hasta abajo mientras las demás la alientan—. Cuando la ves, ¿te provoca besarla? ¿Acercarla a ti? —No respondo—. Y ahora mira a Violet, ¿sientes ese mismo deseo? ¿Esa necesidad de estrujarla contra ti?

—Basta, Red, estás loco.

Él sacude la cabeza, sonriendo.

—Estás ciego, bro. —Me da una palmada en el hombro y camina a las puertas. Hablo de nuevo y él se detiene:

—Incluso si tuvieras razón, Bea está contigo, no me llevará a ninguna parte admitir que me guste.

Red me mira por encima del hombro:

—Te ayudará admitirlo y superarlo, sin confundir a Violet en el camino.

Y se va dentro, me quedo solo en el balcón con la espalda contra la barandilla y la cabeza hecha un lío.

Ah, mierda, Black.

BEA.

—¡Recordando un pasado en el que tú.... estabas junto a mí! —Cantamos a todo pulmón, inspiradas mientras sostengo una botella de Coca Cola como micrófono. —Si pudiera elegir, querría regresar... a aquel tiempo en el que los dos pensamos que este amor no tendría finaaaaal!

Las cajas de pizza están por todos lados en el suelo y las latas de cervezas ya hacen una pila al lado del sofá oscuro de la sala de Red. Hemos bebido más de lo que deberíamos, pero a nadie parece importarle, la estamos pasando genial. El cansancio de la mudanza y el efecto del alcohol es claro en nuestros ojos apagados, bueno con la excepción de Black, que no está bebiendo, solo fumando en el balcón con Red.

Romy y Amber están en el suelo, sentadas con la espalda contra la pared. Violet está echada en el sofá de lado, observando todo. Red y Black vuelven, el pelirrojo levanta las piernas estiradas de Violet y se sienta en el sofá. Black se lanza en el suelo con los brazos extendidos a los lados, intentando enderezar su espalda porque le duele un poco. Por mi parte, también estoy en el suelo recostada al sofá, a la altura de la cintura de Violet.

—¿Se acuerdan de aquella noche en el campo de fútbol? —comenta Amber—. Fue la primera vez que pasamos el rato contigo, Bea. Hasta que papá llegó y lo arruinó todo.

—Siento que pasó ayer —admito.

—Ese fue el día que supimos que dos chicas de este grupo compartían gustos —murmura Black. Y yo casi le lanzo una lata de cerveza.

—Ah, ¿debería querer saber esa historia? —pregunta Romy y sacudo la cabeza.

—Nada relevante.

—Estamos en confianza, ¿no? —susurra Black.

Silencio y Amber se aclara la garganta, poniéndose de pie, tambaleándose un poco.

—Hay algo que quiero decirles.

Me quedo muy quieta y todos prestan atención. Amber nos mira y cuando sus ojos encuentran los míos, asiento, dándole fuerza.

—Me gustan las chicas, y los chicos —agrega, tragando—. Romy es mi novia.

Black se sienta de golpe, ojeo a Violet y está procesándolo, Red está tranquilo, una pequeña sonrisa curva sus labios.

Silencio absoluto.

—Esta sí que no me la esperaba. —Black es el que rompe el silencio.

—¿Desde cuándo... lo sabes? —pregunta Violet.

—Desde que terminó conmigo —responde Red.

Amber lo mira sorprendida, ¿él lo sabía? Violet suspira, y se encoge de hombros.

—Bueno, bienvenida, Romy, somos decentes, aunque no lo parezcamos. —Violet le extiende la mano y Romy la toma, con una sonrisa.

—Bueno, ¿en qué estábamos? —dice Black—. Ah, el día del campo de fútbol, ese día Treyvon también arruinó el ambiente.

—Esperen, ¿eso es todo? —Cuestiona Amber—. ¿No tienen nada que decir? ¿No les incomoda?

—¿Incomodarnos? Pffft, por favor, Amber. —Se ríe Violet—. No nos importa quien te guste, sigues siendo nuestra mejor amiga, gracias por decirnos, aunque podrías haberte besuqueado a Romy y lo habríamos entendido igual.

Los labios de Amber tiemblan y sus ojos se enrojecen, de la nada, se pone a llorar.

—No, no, perdón, ¿he dicho algo malo? —Violet se levanta y se apresura hacia ella y la abraza—. Perdóname, perdóname.

Amber se separa, limpiándose las lágrimas.

—No, tonta, es que siento... como si me hubiera quitado un peso del pecho... como que puedo respirar otra vez. Tenía tanto miedo de que no sé... me vieran diferente.

Black jadea, ofendido, juguetón.

—¿Qué clase de personas crees que somos, Amber?

—¿Abrazo grupal? —reto, levantándome junto con Red. Todos la rodeamos y la abrazamos, somos una masa humana por unos segundos. Hasta que ella nos aparta.

—Basta, suficiente.

Ella se gira hacia Romy y le da un beso intenso con lengua. Todos volvemos a nuestros lugares, sonriendo. Y luego brindamos con nuestras latas de cerveza.

#

Llega la hora de irnos, porque según Red, no es seguro irse después de las once en esta zona. Y si él lo dice que conoce como se mueven las cosas en las calles, le creo. Emergemos del edificio y el poste de luz ahí no tiene bombillo así que está bastante oscuro. Estamos esperando el Uber que Amber pidió porque nadie puede manejar después de beber, con la excepción de Black que se sube en su moto.

—¿Alguien quiere que la lleve?

Lo pienso, me encanta andar en moto, pero no sé si sea buena idea irme con Black. ¿Quién me entiende? Sé lo que quiero con Red y aún así la idea de estar sola con ese chico bromista y de sonrisa picara me pone nerviosa. Es que Black tiene su encanto.

Me paro a su lado, mientras Romy abraza de lado a Amber frente a mí, Violet está dándole un consejo a Red sobre evitar que las cucarachas le invadan el apartamento. Al parecer la mayor queja en las reseñas de estos apartamentos son esos insectos.

El ruido del motor de varias motos resuena por toda la carretera y nos giramos hacia la fuente, las luces en la distancia. Son cuatro y cuando se están acercando, siento que todo pasa en cámara lenta y a la vez tan rápido. Veo en horror como sacan armas con una mano y empiezan a dispararnos. Todo es gritos, confusión y caos. Los disparos dan a las paredes del edifico, al poste, a nuestro alrededor.

Black se tira y me agarra de la cintura ocultándonos detrás de la moto.

—¡Suelo! —ordena. Amber, Romy y Violet ya están en el suelo. Y no sé quien está bien, no sé si alguien está herido.

El horror continua cuando escucho a las motos pasar y luego darse la vuelta para venir por más. Y en ese momento, levanto la mirada y veo a Red. Su expresión es ira pura. Está sentado contra la pared, un arma entre sus piernas, y veo como le quita el seguro.

—No. —suplico—. Red, no.

Él se pone de pie y nos pasa por un lado, apuntando a la carretera. Black me sostiene de la cintura.

—¡Red!

Lo veo disparar, cada tiro preciso, le da a uno de los motorizados y luego a otro. Sus motos hacen un ruido espantoso cuando se estrellan contra el pavimento. Veo la espalda de Red, ahí tan desprotegido. Por favor, no. Los dos motorizados que quedan le pasan por un lado a sus compañeros caídos, y huyen.

El silencio que sigue a esto es... asfixiante, me tiembla todo el cuerpo y siento el corazón en los oídos. Aún puedo escuchar los disparos, el miedo no me deja respirar. Esto no puede estar pasando, no. Y vuelvo a sentir un poco... húmedo... la piel de mi estómago está húmeda.

Bajo la mirada y veo el brazo ensangrentado de Black. ¿Mi sangre? ¿Su sangre?

—¡Vi! —Chilla Amber. Y cuando las miro, Amber está sacudiendo a Violet con violencia, está inconsciente, hay un charco de sangre debajo de ella.

No, no, no. No sé cuando he empezado a llorar, pero las lágrimas no paran. Esto no puede estar pasando, no puede estar pasando. Los recuerdo hace un rato, riendo, bailando, comiendo pizza y brindando con latas de cervezas.

Esto no es verdad.

—Black —digo, levantando su brazo... mi abdomen está libre de heridas, no es mi sangre. Cuando me giro, Black tiene los ojos entrecerrados, su franela está llena de sangre en la altura de su abdomen—. No, no, Black, mírame.

Le sostengo el rostro, mis manos llenas de sangre resbalan de su cara. Red aparece a mi lado y se quita la camisa, la enrolla alrededor del estómago de Black.

—Haz presión en la herida —dice, desesperado y corre hacia Violet.

El ruido de las sirenas de las patrullas y ambulancias ya suena en la distancia, alguien del edificio debió llamar al 911 porque hay varias personas asomadas en los balcones. Hago presión y Black se ve cada vez más pálido.

—Black, por favor, mírame, no te duermas.

Él hace una mueca entre dolor y una sonrisa.

—Te salvé, ¿me he ganado un beso? —murmura y quiero pegarle por bromear en estos momentos—. ¿Todos están bien?

En la posición que estoy, bloqueo la vista de los demás intentando despertar a Violet detrás de mí, sé que no le servirá ver eso y alterarse así que miento.

—Sí, estamos bien, por favor, mantente despierto.

Black estira su mano, empapada de sangre, le tiemblan los dedos cuando acuna mi mejilla.

Black and blue, ¿eh?

Sé que se refiere a todos los golpes que nos ha dado la vida, este siendo el peor hasta ahora. Lloro en silencio, cuando su mano cae sin fuerzas a su lado.

Black and blue —respondo, y descanso mi frente sobra la suya, llorando aún más.


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Nota de la autora: I have no words. 

De verdad, no sé que decir... yo... ¡Ah! ¿Lo siento? ¿Sufro con ustedes? No sé que decir. 

¿Qué es lo que más les gusta de la novela hasta ahora? Despejemos la mente. 

Muakatela,

Ariana -no me ataquen, recuerden que me quieren-  Godoy.

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