ONESHOTS - OUTER BANKS

By cristipiccola

214K 6.4K 709

"๐™‡๐™–๐™จ ๐™˜๐™ค๐™จ๐™–๐™จ ๐™š๐™จ๐™ฉ๐™ช๐™ฅ๐™ž๐™™๐™–๐™จ ๐™ฉ๐™ž๐™š๐™ฃ๐™š๐™ฃ ๐™—๐™ช๐™š๐™ฃ๐™ค๐™จ ๐™ง๐™š๐™จ๐™ช๐™ก๐™ฉ๐™–๐™™๐™ค๐™จ ๐™ฉ๐™ค๐™™๐™ค ๐™š๐™ก ๐™ฉ๐™ž๐™š๐™ข๐™ฅ... More

ACLARACIร“N
AVISO
FIESTA ESTIVAL - JJ MAYBANK
LA LLAVE - POPE HEYWARD (PARTE 01)
LA LLAVE - POPE HEYWARD (PARTE 02)
LA LLAVE - POPE HEYWARD (PARTE 03 FINAL)
ยฟUN BARRIL? - RAFE CAMERON
LA HUIDA - JOHN B ROUTLEDGE
EL REENCUENTRO - POGUES (PARTE 01)
EL REENCUENTRO - POGUES (PARTE 02)
EL REENCUENTRO - POGUES (PARTE 03 FINAL)
NO HE PODIDO - JJ MAYBANK.
NUNCA FUI TU OPCIร“N - RAFE CAMERON.
AHORA Sร ES OFICIAL - POPE HEYWARD
ยกQUร‰ NOCHE! - JOHN B ROUTLEDGE
GRADUADOS Y... ยฟALGO MรS? - JJ MAYBANK
NOS VOLVEREMOS A VER - POGUES
EL MENSAJE - JOHN B ROUTLEDGE
ยฟACEPTAS? - RAFE CAMERON
EL FOTOMATร“N - POPE HEYWARD
LA FIESTA DE CUMPLEAร‘OS - JJ MAYBANK
EL MEJOR AMIGO DE MI HERMANO - RAFE CAMERON
ROMEO Y JULIETA - JOHN B ROUTLEDGE
CORAZONES EN JUEGO - JJ MAYBANK & RAFE CAMERON
CARAS DEL PASADO - JJ MAYBANK
CUENTA ATRรS PARA EL REMATE FINAL - JJ MAYBANK
ยกANUNCIO!
PRIMERAS IMPRESIONES - RAFE CAMERON
LA รšLTIMA JUGADA - POGUES
CARAS DEL PASADO - JJ MAYBANK (PARTE 02)
RELACIONES COMPLICADAS - RAFE CAMERON
PRIMER AMOR - JJ MAYBANK
CUENTA ATRรS PARA EL REMATE FINAL - JJ MAYBANK (PARTE 02)
CUENTA ATRรS PARA EL REMATE FINAL - JJ MAYBANK (PARTE 03 FINAL)
ยกANUNCIO!
MI OTRA MITAD - JJ MAYBANK
EL GOLPE DE LA REALIDAD - JJ MAYBANK
TINIEBLAS - RAFE CAMERON
ยกANUNCIO!
ROJO, AMARILLO, VERANO - RAFE CAMERON & JJ MAYBANK (PARTE 01)
ROJO, AMARILLO, VERANO - RAFE CAMERON & JJ MAYBANK (PARTE 02)
ROJO, AMARILLO, VERANO - RAFE CAMERON & JJ MAYBANK (PARTE 03)
ROJO, AMARILLO, VERANO - RAFE CAMERON & JJ MAYBANK (PARTE 04 FINAL)
PARA SER CHICOS DE HIELO, HAY MUCHO FUEGO ENTRE VOSOTROS - JJ MAYBANK
ยฟCUรNDO HE PERDIDO EL CONTROL? - POGUES
ยฟCUรNDO HEMOS PERDIDO EL CONTROL? - POGUES (FINAL)
FIESTA ESTIVAL - JJ MAYBANK (NUEVA VERSIร“N)
CUARENTA Y OCHO HORAS - RAFE CAMERON
LIBร‰RAME - JJ MAYBANK
PERO DIGO QUE TE ODIO CON UNA SONRISA EN LA CARA - RAFE CAMERON
EL COMIENZO DE TODO - JJ MAYBANK
ENTRE DOS MUNDOS - RAFE CAMERON (PARTE 01)
ENTRE DOS MUNDOS - RAFE CAMERON (PARTE 02 FINAL)
AMOR EN TIEMPO DE DESCUENTO - JJ MAYBANK (PARTE 01)
AMOR EN TIEMPO DE DESCUENTO - JJ MAYBANK (PARTE 02)
AMOR EN TIEMPO DE DESCUENTO - JJ MAYBANK (PARTE 03 FINAL)
OUT OF THE WOODS - RAFE CAMERON (PARTE 01)
OUT OF THE WOODS - RAFE CAMERON (PARTE 02)

PARA SER CHICOS DE HIELO, HAY MUCHO FUEGO ENTRE VOSOTROS - JJ MAYBANK (FINAL)

1.5K 65 13
By cristipiccola

Hacía años que no hacía este baile. El baile que me impulsó hasta la categoría de parejas y el cual me dio el estatus que tengo a día de hoy en este deporte. No lo hago siempre. Este programa lo dejé aparcado porque no quería quitarle la magia de aquel momento en el que mi actual entrenador se acercó para hacerme la oferta. Lo dejé a un lado para poder recuperarlo en momentos de emergencia. Y ahora era un momento de emergencia. Uno grande.

Llevo sin salir de esta pista desde hace tres días. 72 horas. 4320 minutos. 259200 segundos aquí metida. Evitando lo que me espera detrás de esas puertas. Tres días metida en mi lugar seguro mientras me deslizo sobre el hielo al borde de la desesperación. Evitando cualquier contacto humano. Cualquier contacto que tenga que ver con él. Porque, entonces, estaría un más pérdida de lo que ya lo estoy.

Sí, llevo tres días aquí metida tirando de mi programa de emergencia de cuando era solista, porque no dejo de pensar en él. No dejo de pensar en el: «¿Entiendes por qué no debes estar besándote por ahí con otros chicos?». No dejo de pensar en su forma de acorralarme, en su ojos azules nublados por los celos y el deseo. En su beso feroz, en sus manos por mi cintura. En su respiración agitada y en la forma de mirarme después.

—¡Joder! —maldigo con la respiración agitada.

Mis manos están sobre el hielo, rojas por el frío que hace dentro de la pista. Cierro los ojos intentando recuperar el control de mis pensamientos. Tengo los músculos de las piernas entumecidos por no estar descansando como el entrenador nos dijo que hiciéramos. Y los del cuello en tensión por todo lo que está trabajando mi cerebro.

Exhausta, me siento sobre el hielo y me abrazo las rodillas. Buscando un poco de autocontrol. Odio sentirme abrumada cuando todo tiene que ver con el mejor amigo de mi hermano. No quiero ponerme a pensar en todo lo malo que pudo conllevar esa acción. Quiero pensar en que lo hizo porque se siente de la misma forma que yo y no porque le mataran los celos. Quiero pensar, aunque sea por unos segundos, que el chico del que llevo enamorada años, se siente de la misma forma que yo. Que JJ también está enamorado de mí.

—Hey, ¿va todo bien? —noto como Cameron se sienta a mi lado y me rodea con su brazo. Yo apoyo la cabeza en su pecho—. Tu hermano me ha llamado preocupado. Dice que llevas días aquí metida, pasando por alto el protocolo de descanso.

—Estoy bien, de hecho, ya me iba.

—¿Es por la competición de mañana? —me encantaría decirle que sí, que son los nervios de cada competición, pero mi mejor amigo ha venido hasta aquí para buscarme y no quiero mentirle. No puedo hacerle eso.

—No, es sobre JJ —suelto en un suspiro. Cameron se aparta de mí con el ceño fruncido.

—¿Lo has matado ya?

—Nos hemos besado.

—Si necesitas ayuda para escon... —se ha quedado de piedra, literalmente.

—Cam —sacudo la mano frente a su cara para que reaccione. Funciona.

—¿Cuándo?

—Hace tres días. En la fiesta.

—Besado. ¿Tú y él? —asiento—. Que os odiáis a muerte. Tú más a él que él a ti. Os habéis besado.

—Sí. Él y yo. Yo odiándolo más a él que él a mí. Nos hemos besado —Cameron me mira como si estuviera tomándole el pelo. Pero no, querido Cameron Simons, no te estoy tomando el pelo.

—¿Habéis hablado?

—No —respondo horrorizada—. ¿Qué se supone que voy a decirle? Oye, lo del otro día llevo deseando que pasase desde hace años, ¿repetimos? Solo de pensarlo me muero de la vergüenza —Cameron me mira como si estuviera loca.

—Tal vez un: Oye, JJ, el otro día nos besamos. ¿Qué significó todo eso?

—No pienso decirle nada, fue un error.

—Idaira... —dice en un tono lastimero.

—Cam, no quiero joderlo todo. Es el mejor amigo de mi hermano, no puedo meterme ahí. Lo mejor será olvidarlo.

—¿Olvidarlo? Llevas tres días aquí encerrada haciendo tu programa de emergencia por un maldito beso. Es obvio que debes olvidarlo. Claro que sí, porque, ¿para qué vas a ir a hablar con él y aclarar las cosas?

—No pienso ir a buscarlo. Es que me muero de la vergüenza, Cam. No puedo hacerlo —Cameron se pone de pie a la misma vez que yo. Nos quedamos en silencio. Veo como desvía la mirada por detrás de mi espalda y luego vuelve a mirarme con una sonrisilla.

—Bueno, pues no vas a tener que ir a buscarlo porque está justo aquí —abro los ojos sorprendida.

—¿Cómo, aquí?

—Aquí, detrás de ti. A menos de diez metros de nosotros —suelta, tan pancho.

Estoy tan impactada, que es Cam el que me gira para que pueda comprobar con mis propios ojos que, efectivamente, JJ Maybank está aquí, ahora frente a mis narices y a menos de diez metros de distancia de nosotros. Sus ojos se posan en mí y los recuerdos de la otra noche me nublan la vista. JJ levanta la mano y sacude sus dedos, en un gesto tímido a modo de saludo, acompañándolo con una pequeña sonrisa. Lleva la camiseta de la equipación de hockey, con una térmica debajo. Posiblemente, acaba de salir del gimnasio y, como sabe perfectamente donde estoy cuando tengo un día malo o un día bueno, ha venido flechado hacia aquí sin tener que preguntarle a mi hermano donde estoy.

—El tío es un pivón —dice Cam a mi espalda, cerca de mi oído, con sus ojos puestos en JJ—. Que lastima que sea hetero —se queja. Yo le doy un golpe en la pierna.

—¿Está aquí de verdad o es una alucinación nuestra por culpa del frío? —tengo las piernas algo temblonas.

—Ve allí y lo compruebas tú misma. Quizás tenga que besarlo para saber si estás en un sueño o en una realidad —se burla, dándome un empujoncito.

—No tiene gracia. Lo estoy pasando fatal.

—Venga ya, Idi. Ha venido hasta aquí para hablar contigo, me está dando ternura y todo. Ve de una maldita vez con él.

Pero no me muevo, no puedo. Cameron suelta un suspiro cansado y pasa por mi lado al ver que no tengo ninguna intención de moverme. Ahora mismo, el hielo es el único lugar seguro en el que soy capaz de afrontar las cosas y, por muy egoísta que suene, necesito que sea él el que de el paso para afrontar esto. Necesito que venga hasta aquí, un terreno conocido para nosotros.

Porque el hielo es nuestra casa. Y siempre lo será por mucho que yo intente convencerlo de que este sitio me pertenece por completo a mí.

Cameron y JJ hablan entre ellos de vete tú a saber qué. Ambos se sonríen y hablan como si llevaran toda la vida haciéndolo. Y es algo extraño porque hace poco más de una semana, el rubio no le estaba dirigiendo una mirada de los más agradable al pelinegro, que digamos. Cameron se gira hacia mí mientras le dice algo que no logro descifrar. JJ mueve su mirada hacia mí y ambos sonríen de manera cómplice. Siento mis mejillas arder al notar toda su atención en mí.

Mi mejor amigo le da unas palmaditas en el hombro a JJ y se despide de mí lanzándome un beso. Los dos vemos cómo se va alejando hasta que la puerta nos confirma que, a partir de ahora, somos solo nosotros dos los que permanecemos en las instalaciones. JJ vuelve a fijarse en mí, veo como se acerca a la pequeña puerta, se quita los protectores de las cuchillas y se adentra en el hielo con la misma soltura que lo hago yo, sin quitarme la mirada de encima.

Mis piernas tiemblan al tenerlo delante de mí. Hace tres días que no lo veo. Tres días desde que me arrastró fuera de la fiesta y me acorraló para hacerme saber que estaba celoso. Para decirme que se siente de la misma forma que yo o, al menos, eso llevo pensando desde que su boca abordó a la mía con impaciencia y deseo. No decimos nada durante unos minutos. Solo nos miramos fijamente.

Él porque necesita organizar qué es lo que va a decir y yo porque aún sigo viviendo los recuerdos de la otra noche como si estuviera pasando ahora.

—Tenemos que hablar. Necesitamos hablar —se corrige. Está nervioso, creo que está más nervioso que yo.

—Sí. Sí que lo necesitamos —respondo.

—Con respecto a lo que pasó la otra noche... Quería pedirte disculpas por las formas, no te merecías que te tratara de esa manera y tampoco tenía ningún derecho a ponerme así. Pero es que llevo mucho tiempo queriéndolo hacer.

—¿Hacer qué? —pregunto con la voz temblorosa.

—Besarte, Dai. Me moría de ganas de besarte —JJ acorta la distancia entre nosotros. Por unos segundos pienso que va a volver a besarme, pero no lo hace. Sus dos manos acunan mis mejillas y me mueve suavemente la cabeza para que mis ojos solo se fijen en los suyos. Los tiene cristalizados, no sé si de emoción o por los nervios.

—¿Desde cuándo? —mi voz sale a trompicones. Me cuesta mucho asimilar todo lo que está pasando.

—Años —nos quedamos los dos en silencio, envueltos por el peso de sus palabras—. Idaira... —su frente se pega a la mía y cierra sus ojos. Yo también cierro los míos.

—¿Por qué has tardado tanto? —es una pregunta que necesitaba hacerle.

Desde que éramos pequeños, siempre había sentido que entre JJ y yo había algo distinto. Pero que, con el cambio que tuvo en su forma de tratarme, lo fui perdiendo poco a poco. Yo estaba —y estoy— enamorada de JJ. Siempre lo he estado, creo, es el tipo de persona que se te clava en lo más hondo de ti. Pero, verlo comportarse de esa forma conmigo, me sentó como una patada en el estómago.

¿Por qué había tardado tanto en entender sus sentimientos? ¿Por qué jugó esa carta durante tanto tiempo? Niego con la cabeza intentando retener las ganas de llorar que están empezando a crecer con fuerza. Me separo de él y patino dándole la espalda. Necesito un respiro.

—¡¿Por qué has tardado tanto?! ¡¿Por qué?! —no debería estar enfadada, yo tampoco he hecho nada para averiguar si sentía lo mismo que yo. Lo que me molestaba en realidad, es que tuvo que cambiar su forma de ser hacia mi y yo no pude hacer algo para evitarlo. No porque no quisiera, sino porque no me dejó.

Me apoyo en la baranda y respiro hondo. No es momento para ponerme a llorar y montar una rabieta. JJ se acerca a mí y se coloca justo detrás. Sus brazos se colocan a ambos lados de mi cuerpo, apoyados en la baranda y apoya su frente en mi espalda. Todo con cautela, como si me fuera a dar la vuelta y fuera a pegarle para que no me tocara. Sigue en silencio, supongo que tiene tantas cosas en la cabeza que no sabe por dónde empezar. Pero yo solo quiero que me diga una. Solo una. La más importante.

—Tenía miedo —dice por fin, en un murmullo.

—¿De qué?

—De ti. De no ser suficiente —me giro despacio, quedando cara a cara con él. Pegada a su cuerpo, un poco impactada por sus palabras.

—¿Por qué dices eso? ¿miedo? ¿de mí? —el rubio asiente.

—¿Te has visto? Eres una tía dura, con las ideas claras. Tienes siempre algo que decir frente a los problemas y, en los años que llevamos peleándonos, nunca te has achantado. Joder, Dai, si es que tienes más huevos que yo. ¿Cómo no voy a pensar que no sería suficiente para ti? ¿Me has visto? —se me parte el corazón al escucharlo. ¿Quién le había hecho tanto daño?

—¿Por eso empezamos esta batalla absurda que tenemos? ¿Por qué creías que no eras suficiente para mí?

—Era la única forma de llamar tu atención, si no, jamás te hubieras fijado en mí. Tú necesitas a alguien que tenga la misma fuerza que tú. Y yo jamás lo sería, así que prefería tener tu odio a que nunca te fijaras en mí.

—JJ, yo no necesito a alguien con mi misma personalidad para que me siga el ritmo. Yo necesito a alguien que me quiera y que esté ahí para mí. Yo te necesito a ti —los ojos de JJ se abren ante la sorpresa por mis palabras.

—Repítelo.

—¿El qué?

—Eso último. Repítelo.

—Te necesito a ti. Siempre te he necesitado a ti.

JJ se abalanza sobre mí, besándome como aquella noche. Aprisionándome para sentir el calor de mi cuerpo. Enrosco mis brazos en su cuello, dejando suaves caricias sobre sus bíceps por el camino. Siento como sus músculos se tensan bajo mi toque y un suspiro de placer sale de él mientras me besa, haciendo que me encienda por dentro.

El beso ha empezado muy ansioso, pero ha ido bajando de intensidad y ahora es un beso más íntimo y tranquilo. Como si quisiéramos decirnos todo lo que nos está abordando la cabeza ahora mismo. Como si quisiéramos transmitirnos las sensaciones que nos provocamos a través de los besos.

—¿Eso quiere decir que te parezco suficiente? —pregunta, asustado. Como si se creyera que esto no está pasando, que todo forma parte de un sueño.

—Llevo deseando esto desde que éramos más pequeños, ¿sabes? —confieso, mientras coloco un mechón de su flequillo y dejo mi mano sobre su mejilla, dejando suaves caricias con mi pulgar—. Siempre te he considerado especial por ese corazón que tienes. Un corazón que muchas veces me hubiera gustado tener. Eres demasiado bueno para este mundo, JJ. Aunque me haya pasado media vida metiéndome contigo —un pinchazo de culpabilidad me atraviesa el pecho—. Siento si en algún momento fui demasiado cruel contigo, solo estaba siendo una niñata con mal de amores.

—Yo también siento si en algún momento te solté cosas que no debía —dice, después de sonreír—. Me vuelves loco, reina del hielo. Y nunca he sabido gestionar mis sentimientos cuando se ha tratado de nosotros —murmura.

—¿Esto significa que podemos dejar de pelearnos hasta querer matarnos? —me burlo.

—Solo si podemos sustituirlo por esto —y deja un beso en mi mejilla derecha—. Y esto —deja un beso en mi mejilla izquierda—. Y esto —me besa en la puntita de la nariz—. Pero, sobre todo, por esto —y vuelve a besarme en la boca. Con dulzura, pero con un toque picantón ya que introduce su lengua.

—Sí es por eso, entonces, me parece bien eso de dejar de pelearnos —sonrío sobre su boca.

JJ se separa de mí refunfuñando. Aparte de venir aquí a despejarme, he venido con la intención de darle un último repaso al programa de mañana. Aunque me encantaría quedarme entre los brazos de JJ para siempre. Conecto el reproductor a mi móvil y me dirigí al centro de la pista, colocándome en la figura de inicio. JJ se coloca en la posición de Cam y yo lo miro con confusión y sorpresa al notar que se sabe hasta dónde tiene que colocar las manos.

—¿Qué te creías, reina del hielo, que solo venía a molestarte cuando venía con tu hermano? —pregunta, orgulloso.

—¿Cuánto has estado espiándome? Te sabes hasta la colocación de las manos.

—Te he dicho que llevo años intentando llamar tu atención. He tenido un buen maestro durante los meses que lleváis ensayando esto.

—¿Has estado aprendiendo patinaje sobre hielo? —me giro para mirarlo, sorprendida. ¿Cómo ha dicho?

—Ajá. Y ahora entiendo porque Cameron te aguanta, tiene una paciencia increíble.

—Voy a matarlo —JJ suelta una carcajada.

—¿Vas a empezar ya o qué? Quiero dejarte boquiabierta con mis dotes más refinados sobre el hielo.

—A ti también voy a matarte —digo, con una sonrisa tonta. No me puedo creer que esté aprendiendo patinaje sobre hielo con esa anchura de cuerpo y esa brutalidad que te da el hockey.

—¡Eh! Pensé que estábamos en una tregua y que habíamos encontrado una nueva forma de solucionarlo —se queja.

—Calla y ayúdame a ensayar —dejo un beso sobre sus labios y me doy la vuelta para colocarme.

—Que sexy estás cuando te pones mandona —susurra en mi oído, poniéndome la piel de gallina. Este ensayo va a ser el más difícil de mi carrera.

✿✿✿✿✿✿

Aunque no hubiéramos conseguido el primer puesto, estábamos orgullosos de lo que habíamos conseguido. Un segundo puesto tampoco estaba mal. Habíamos tenido a los mejores rivales de las islas cercanas y se había notado el nivel con cada programa que las parejas representaban. Aunque no hubiéramos ganado, Cameron y yo estábamos muy contentos de ver que el programa que habíamos creado, nos había salido perfectamente y que, sin ningún problema, había conseguido hacer el axel que hace una semana no me había salido por culpa de JJ.

Sabía que estaba allí junto a mi hermano y mi padre. Lo había divisado mientras me aseguraba que los patines los tenía bien apretados. Tampoco había sido muy difícil encontrarlo. El público que viene a ver el patinaje sobre hielo suele animar, pero mientras está sentado, en cambio JJ, era el único que estaba de pie mientras zarandeaba una pancarta que papá y John B habían preparado con mi nombre y el de Cam. Así que, no había sido muy difícil localizar donde estaban.

Había estado notando sus ojos sobre mí durante toda la exhibición y como hacía todo lo posible para transmitirme desde la grada su apoyo para que estuviera tranquila. Esta mañana había aparecido en mi habitación junto a Cameron y me había ayudado a mantener los nervios a raya. Así que, cuando he puesto un pie en el hielo me he sentido muy tranquila y solo he querido demostrarle a las personas que más quería, que estaba lista para darlo todo ahí dentro. Y había funcionado, aunque no hubiéramos ganado. Sentí que había cumplido con lo que tenia planeado en cuanto salí de mi habitación esta mañana.

Salí del vestuario con el móvil en la mano con la intención de mandarle un mensaje a JJ y ver si le apetecía que nos viéramos un rato. Las instalaciones ya estaban a punto de cerrar, las luces estaban a medio apagar y los limpiadores estaban terminando sus tareas. Me gustaba quedarme de las últimas para saborear los últimos trazos de euforia por las competiciones o la felicidad por haber hecho un buen entrenamiento.

Cuando pasé por la pista para dirigirme a la salida, noté algo distinto. Normalmente, las luces de la pista de hielo, eran las últimas que se apagaban, ya que había que realizar el control rutinario de que los niveles del frío para mantener el frío y su mantenimiento se habían cumplido correctamente. Pero, esta vez, las luces estaban apagadas y solo estaban las luces de emergencia de los pasillos. Giré sobre mi misma buscando al responsable, pero allí parecía no haber nadie.

—¿Señor Hoffman? —llamé en voz alta. No quería ni pensar que me había quedado encerrada. ¿No había tardado tanto, verdad?

Nadie me contestó, en lugar de eso, uno de los focos de la pista se encendió provocándome un susto. Me acerqué a la barandilla con cautela. Vale que tuviera una personalidad arrolladora, pero ahora mismo, parece que estoy metida en una película de terror. Lo raro sería que no estuviera asustada.

Una figura se acercó al foco de luz que estaba justo enfrente de la pista. Fruncí el ceño algo desconfiada. ¿Por qué narices no salía corriendo de allí? ¿Qué quería, morir? Mi cuerpo se relajó al instante cuando lo reconoció. JJ Maybank se dejó ver en cuanto se situó en el centro de la pista. Tenía una sonrisa divertida y me miraba como si esperaba a que le lanzara un patín o algo por haberme asustado de esa manera.

—¿Asustada, reina del hielo? —dijo acercándose, antes de hacer una señal para que encendiera todas las luces de nuevo. Cuando todo estuvo a la vista, pude ver que había sacado las cosas de entrenamiento que utilizaban los chicos para el hockey y que iba vestido con la equipación. Protectores incluidos.

—¿Yo? Qué va. Ya sabes que soy una tía dura.

—Claro. Cómo iba a olvidarlo me lo recuerdas cada dos por tres —eso me arranca una sonrisa, pero no se libra de llevarse un golpe en el hombro.

—¿Qué haces aquí?

—Bueno, como ayer descubriste que estoy aprendiendo patinaje sobre hielo, pensé que te vendría bien unas clases de hockey sobre hielo. Mira, abre esa caja —señaló con la cabeza hacia uno de los bancos que había a nuestro lado.

JJ salió de la pista de hielo, siguiéndome. Me acerqué a la caja con nerviosismo. A pesar de que hubiéramos aclarado nuestros sentimientos y que habíamos buscado una nueva solución para sustituir las peleas, no me fiaba de sus intenciones. JJ suele ser muy bromista y no me resultaría extraño que aprovechara la oportunidad.

Pero nada salió de la caja para mancharme, ni me asusté por encontrarme un bicho muerto en el interior. Dentro, había una equipación de hockey con unos guantes con mis iniciales grabadas y de mi color favorito. Saqué las cosas como si fueran de cristal. Cuando vi la camiseta, pude ver que era exactamente igual que la que los chicos del equipo tenía y, lo mejor de todo, fue la serigrafía que tenía detrás.

—¿Cómo has conseguido esto? —pregunté anonadada, pasando las yemas de mis dedos por las letras que había en la espalda. Reina del hielo. Ponía reina del hielo.

—Ser el capitán del equipo tiene sus ventajas —JJ se acercó a mí con una sonrisa muy bonita—. Cógela y ve a la pista, voy a por el resto de la equipación.

Cinco minutos después, JJ apareció con otra caja un poco más grande que la que él me había dado con un montón de cosas dentro. El rubio patinó hacia mí y empezó a sacar cada cosa para que me la fuera colocando. Empezó a colocarme las hombreras, coderas, espinilleras, rodilleras y los guantes. Había un par de protectores para el cuello, pero, como nosotros no íbamos a ir más allá de aprender a darle al disco, no me los puse.

—No sé si me pones más con tus vestiditos de brillos que usas en las competiciones, o la camiseta de mi equipo —dijo JJ, acercándose a mis labios y dejando un suave beso en ellos.

—No te voy a decir yo a ti como me pone verte así vestido —JJ sonrío con picardía ante mis palabras.

—Vaya, Routledge, no sabía que fueras así de lanzada.

—Llevo años entrenando para impresionarte.

—No me hagas esto ahora, se supone que voy a enseñarte a jugar al hockey —sonreí y me separé de él levantando las manos en señal de rendición. JJ se mordió el labio inferior—. Ponte el maldito casco antes de que haga una locura —dijo, dándome un cate en el culo y pasándome el casco.

—Eres un aburrido, Maybank.

—Si haces un buen entreno, tendrás tu recompensa —negué con la cabeza y me ajusté bien el casco. JJ me paso el stick y colocó el disco en el hielo—. Primero, los partidos se disputan en...

—Tres tiempos de quince minutos —completé. JJ sonrío orgulloso.

—Cada equipo está conformado por...

—Cinco jugadores en campo y un portero —volví a interrumpirlo para completar su frase—. ¿En serio vas a explicarme todas las reglas? Te recuerdo que mi hermano juega al hockey igual que tú y que os llevo viendo desde que tengo uso de memoria, no hace falta que me des una clase como si fuera principiante. Seguro que hasta juego mejor que vosotros.

—Ahí está el huracán que tiene mi reina del hielo en el interior —se burló—. Ahora que ya has demostrado que sabes todo acerca del hockey, ¿me dejas ser el profesor que te mereces?

—Bien, adelante, demuéstrame porqué eres el mejor en esto —le reté.

JJ se tomó muy en serio aquellas palabras que dije. Durante los quince minutos siguientes que empleó para explicarme como se cogía el stick y como debía darle al disco, me demostró que en esto, yo no iba a ganarle. Mientras me explicaba lo básico, se entretenía entre medias metiendo trucos imposibles que solo se aprenden con años de práctica. Tuve que cerrar el pico y apreciar como le gustaba regocijarse en mi derrota por lo poder darle una lección como le di yo ayer en mi ensayo.

Digamos que la primera hora que empleamos para practicar y que yo absorbiera aún más los conocimientos que yo ya sabia del hockey por mi hermano, empezó a bajar de intensidad deportiva para ir pasando a una intensidad un poco más sexual. JJ se colocaba siempre que podía cerca de mí para hacerme saber cosas al oído o, más bien, para hacerme saber que le encantaba verme como me agachaba para mover el disco mientras patinaba. Vamos, que hacía todo lo posible para rozarse conmigo y dejar caricias allá donde la ropa le permitía.

Así que, cada vez había menos consejos sobre el hockey y cada vez había más besos y sonrisas por los comentarios tan picaros que el rubio decía, simplemente para provocarme y hacer que me pusiera colorada. Jamás pensé que acabaría tirándome los trastos con él después de haber estado el día anterior confesando cómo nos sentíamos, pero es que JJ lograba hacer eso, darle la vuelta a las situaciones y hacer que las cosas no parezcan tan duras como son en realidad.

—¿Por qué no te pones de nuevo ese trajecito que te pones para las competiciones y me bailas un poquito? —murmuro contra mis labios mientras me besaba.

—¿Sabes lo que pensaría mi hermano si te oyera decirle esas cosas a su hermana? —le piqué.

—Bueno, ahora mismo tu hermano no está aquí, así que pienso aprovecharme de eso.

—¿Te noto un poco acelerado, no?

—Mira, reina del hielo, llevo años conteniéndome, no me pidas que lo haga ahora que te tengo toda para mí.

—Tú siempre tan romántico, Maybank.

—No puedo contenerme después de esa exhibición que has hecho esta tarde.

—¿Te ha gustado?

—¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que me ha encantado. ¿No quieres que te demuestre lo mucho que me ha gustado?

—Me encantaría, pero tengo que volver a casa. Si no mi hermano vendrá a por mí y a ti te desterrará de la isla para siempre.

—Eres mala, reina del hielo —dice con un mohín—. Y, para tu información, a tu hermano lo tengo metido en el bolsillo. No hay cuñado mejor que yo.

—Bueno, no vamos a debatir ahora si eres un buen cuñado o no, ¿por qué no nos cambiamos juntos en los vestuarios?

—Eso es chantaje, ¿lo sabes?

—Estabas deseando que te lo dijera, no te me hagas el estrecho ahora

JJ sonrió, pero no nos movimos de allí hasta que el señor Hoffman apareció para hacernos saber que era hora de cerrar. A duras penas conseguimos separarnos el uno del otro, aunque bueno, quizás no nos separamos demasiado.

-------------------------------------------------------

¡Hola, hola! ¿qué tal? Ya estoy por aquí de nuevooooo. JEJEJEJEJEJEJEJE A veces se me va un poquito la mano con las indirectitas sexuales y a JJ le sale esa venita que me gusta mucho y que, como habéis podido comprobar, le queda de puta madre. Digamos que alguien se ha quedado con ganas de que pasase algo más entre ellos, pero no os voy a decir quien soy. Creo que he conseguido lo que quería y es, alteraros un poquito las hormonas con nuestro rubio favorito. 

¿Qué os ha parecido? Hemos tenido un poquito de todo. Drama, momentos bonitos y momentos un poquito más sexys. Creo que ha quedado bastante bien, yo por lo menos estoy muy contenta con como se han desarrollado estos dos después de la primera parte que os dejé. La verdad que mientras escribía la primera parte, ya tenia estructurada más o menos como quería que fuera esta parte. Y creo que ha quedado como anillo al dedo, digno de ponerle una canción de Artcic Monkeys de fondo. 

Todo dicho y hecho por hoy, ¿os he dicho ya lo agradecida que estoy por todo el apoyo y comentarios bonitos que me dejáis tanto aqui como en tiktok? Sois lo mejorcito que tengo, el día que tenga que hacer mi testamento os voy a poner a vosotras para que hagáis con mis historias lo que queráis. Que sepáis que tengo un grupito de lectoras en insta, si no me seguís mi usuario es igual que este de wattpad (cristipiccola). Así hablamos de forma más cercana sobre libros y demás y por si queréis que hablemos un poco de mis historias (si os interesa, claro). Ponedme un mensajito por allí si estáis interesadas y os voy metiendo. Nos vemos en unos días con más. Os leo por comentarios como siempre :)

Os quiere, Cris. 

Continue Reading

You'll Also Like

64.7K 2.5K 33
Summer Wilson es una pogue que se une a la bรบsqueda del Merchant. Outer Banks Temporada 1 | 3
3.9K 313 7
[ W E E K F A N F I C] โ Imborrables recuerdos de nuestros vidas, los dรญas de nuestra juventud, adultez y de la eternidadโž [โœ“] Derechos al artista d...
85.6K 6.6K 12
-"No pensรฉ que esto te gustara tanto, estamos en la oficina y aรบn asรญ puedo ver tu humedad casi bajando por tus muslos."- comentรณ burlรณn mientras aga...
860K 66.6K 45
La agente antinarcoticos, Gabriella Rizzo, tiene una ultima misiรณn o lo perderรก todo. Infiltrarse en la organizaciรณn de Dante Grimaldi, conocido y so...