CAPÍTULO CATORCE
VUELVE A MI
Stiles, Scott, Alicia y Isaac se dirigían a un campo de internamiento llamado Oak Creek, de donde vinieron el Nogitsune y Isonade por segunda vez. Aparentemente, Coup de foudre significa "amor a primera vista" y ahí es aparentemente donde la madre de Kira conoció a un soldado y se enamoró de él.
Isaac y Alicia iban en la parte trasera del Jeep mientras Stiles conducía y Scott estaba de copiloto.
—Oye, ¿estás bien? —preguntó Stiles.
Alicia levantó la mirada mirándolo por el retrovisor.
—Si, estoy bien —respondió tranquila.
Ambos se miraron notando sus ojeras debajo de sus ojos, su piel grisácea y sus labios secos. Había perdido todo tipo de color vivo.
—Bien, lo diré. Parece que se están muriendo. Y eso que Alicia ya está muerte. Están pálidos, delgados y parece que cada vez se están poniendo peor. Y estamos todos aquí pensándolo —soltó todo Isaac.
—Gracias, solecito. Tus palabras hacen que mi corazón vacío sienta algo —sonrió.
—¿En serio? —preguntó Scott, con esperanza de que haya recuperado su humanidad.
—No.
—Cuando encontremos a tu otro yo, ¿parecerá que se está poniendo mejor? —preguntó el beta.
—¿Y si sale herido? —curioseó Alicia.
—¿Qué quieres decir? ¿Que si él muere, yo también lo haré? No importa. Con tal de que nadie muera por mi culpa.
—Si mueres quiero quedarme con tus playeras —dijo Alicia, levantando la mano. Isaac y Scott le dieron una mirada mientras que Stiles sonreía un poco—. Solo digo.
—Chicos, recuerdo todo. Recuerdo haberte pedido apagar tu humanidad, Alicia. Recuerdo haber empujado esa espada a Scott. Recuerdo cuando...—se cayó de golpe, haciendo contacto visual con su mejor amiga, desviando rápidamente la mirada y centrándola en la carretera—. El punto es que recuerdo todo el daño que hice.
—No fuiste tú —dice Scott.
—Si, pero lo recuerdo. Tienen que prometerme algo. No pueden dejar que nadie más salga lastimado por mi.
Todos bajaron del Jeep encontrándose con los demás. Estaban en lugar.
Allison miró frunciendo el ceño a Alicia. Ella sabía que se encontraba en las mismas condiciones que el humano.
—Hemos hecho esto antes, chicos. Hace un par de semanas estábamos así y salvamos a Malia, ¿lo recuerdan? Era una completa desconocida. Esta vez se trata de Lydia —habló Scott.
—Vine a salvar a mi mejor amiga —habló Allison.
—Yo vine a salvar a los míos —dijo Scott, mirando a Alicia y a Stiles.
—Yo vine porque dijo que me enseñaría una heladería nueva —dijo Alicia.
—Y yo porque no quería hacer tarea. Además, Alicia está aquí —habló Isaac.
Todos miraron a la pareja y estos sonrieron.
Alicia fue la primera en dar un paso, caminando con sus manos en sus bolsillos entrando al lugar de forma despreocupada siendo seguida por todos los de la manada.
—Patética cazadora —habló hacia Allison, llamando su atención una vez que todos se separaron—. Mira, no sé qué carajos me pasa, ¿de acuerdo? Pero, aunque no tenga humanidad... algo muy, pero muy en el fondo dice que debo cuidarte o algo así ridículo y ahm, yo...
—Tranquila —sonrió, enternecida—. Lo sé, princesa —se acercó un poco.
—No quiero sonar asquerosa, pero...—hizo una mueca—. Volveré para pelear junto a ti. Es que eres muy torpe, capaz hagas algo loco.
—Tal vez —bajó un poco la voz—. Ve a salvar a Lydia.
La trihibrida asintió, confundida. No sabía que le estaba pasando, se fue por completo detrás de Stiles y Scott una vez que vió a toda su familia aparecer delante de ella, haciéndole una señal de que ayudarían con la futura pelea.
Alicia se apoyó por una de las paredes. Alicia Mikaelson había detenido sus pasos. Hace tan sólo algunos momentos le había dicho a Scott y Stiles que le dieran unos segundos, diciéndole que ahora mismo sus sentidos no se encontraban bien y que él podría encontrar el rastro de Lydia, ambos chicos prometieron no tardar en volver. Ella, prometió no moverse.
Pero fue justo por eso que su rostro se contrajo en confusión cuando sus pies comenzaban a morderse por sí solos. El aire a su alrededor se volvía agresivo, alzándole el pelo y refrescándole la cara pálida.
Y fue ahí que lo sintió.
—¿Te gustan las adivinanzas, Alicia? —todo era borroso para ella cuando la voz del nogitsune apareció en su mente, escuchando en el fondo las quejas del Isonade—.¿Lista para perder el juego? No hagas promesas que no podrás cumplir...
No entendía de que se trataba... no hasta que vió la sonrisa de alegría de Allison siendo convertida en un jadeo cuando una espada atravesó su cuerpo haciéndola soltar otro jadeo a su cuerpo, arrancándole el aire y doblando sus rodillas.
Del otro lado de Oak Creek, el grito que suelta la Banshee, presagiando una muerte fue eco para la trihibrida.
Alicia frenó de golpe, sintiendo como todo le llegaba de repente. Lágrimas comenzaban a llenar sus ojos, perdiendo todo tipo de aliento, sintiendo como algo que le habían robado volvía poco a poco como si fuera que hubiera chocado contra una pared de emociones descontroladas.
Cuando Alicia pudo reaccionar, el cuerpo de Allison estaba cayendo. En un movimiento automático corre hacia ella a atraparla entre sus brazos. Ni siquiera le presta atención a los Oni desapareciendo. Solo tiene sus ojos puestos en la chica que estaba entre sus brazos.
Allison, a pesar de la sangre que brotaba de su herida, se interesa en una sola cosa.
—¿Lydia? ¿la encontraron? —pregunta con débil voz, anclando sus ojos en el pálido rostro de Alicia—. ¿Está bien?
—Si, ella está bien —contesta, quitando un mechón de cabello de su rostro, acariciándolo—. Ella está bien, solo aguanta un poco, ¿si? —Alicia no duda en morderse la muñeca haciendo una herida en esta y llevándola en la boca de la castaña—.¿Porqué no funciona? ¿¡Porqué no funciona!? —solloza en total desesperación—. ¿Porqué no te quita el dolor?
—Porque no duele —responde ella, con la primera lágrima deslizándose por su mejilla. Alicia niega con la cabeza frenéticamente—. Tranquila, no duele.
—No mientras —lágrimas caen por sus ojos—. Si lo hace, sé que duele.
—Está bien —trata de consolarla.
—Nada de esto está bien, ¿porqué dices eso? —dice tratando de contener otro sollozo.
—No pasa nada, no pasa nada —ella repite y Alicia cierra los ojos tratando de pensar en alguna solución.
—La historia se tiene que repetir, cariño —la voz del Isonade inunda sus pensamientos—. No pudiste cumplir tu promesa... sabes lo que tienes que hacer. Solo tú puedes acabar con esto.
La madre de Kira explicó en medio del emotivo momento lo que estaba pasando. Era la condena de todo huésped del Isonade. Su amor más puro y sincero debía de morir en sus brazos como venganza y castigo.
Alicia negaba.
No quería, no podía. Era algo que jamás hubiera pensado hacer. Todas las miradas estaban puestas en ella, esperando que lo haga, pero... ella no quería hacerlo.
Malditos juegos mentales. Maldijo el momento en el que se separó de ella. Debía de estar a su lado, debía de... debía de cumplir esa promesa.
—Tienes que hacerlo, Alicia—escuchó la voz de Freya.
Su voz, los sollozos, latidos y respiraciones de los demás eran un eco para sus oídos. Todos sus sentidos se fueron, toda su atención estaba en ella. Su mirada no se despegó de su cuerpo sobre sus brazos y su mano apretando la herida.
—Tiene que haber otra solución, ¡debe de haberlo!—gritó—. Davina pudo traer a Kol nuevamente, ¿porque no puedo hacerlo yo? ¡Ustedes son vampiros pueden darle su sangre! Ella puede sobrevivir—susurró lo último
—Debes hacerlo—su voz salió lento, y eso le dolía más a Alicia.
—N-no puedo, no quiero...—un sollozo casi inaudible salió de sus labios—. Podemos buscar otra solución. No caeremos en su patético juego. No voy a perderte.
—Está bien...—su mano alcanzó la de ella—. Todo estará bien, Al —que la haya llamado por ese apodo hizo que su corazón se rompiera nuevamente.
—Alicia, hija, es lo mejor—sintió la mano de su padre sobre su hombro—. Eres fuerte, cazadora. Enfrentar a la muerte con tanta calma es algo que nadie logra hacer—era la primera vez que lo oía halagarla.
—Hija, es mejor que lo hagas ya—ahora fue Hayley la que habló—. Ya no hay tiempo—sus ojos estaban llenos de lagrimas y Elijah la abrazaba
—Pero...
—Puedes hacerlo.
—Allison, no puedo, y-yo no—negó con la cabeza
—E-está bien, es perfecto —sonrió—. Puede que no hayas sido mi primer amor, pero serás la persona que me hizo sentir cosas inexplicables —logró juntas sus manos con las de Alicia—. Tienes que decirle a mi padre. Y tienes que decirle... dile...
Alicia asintió levemente.
Ni siquiera se atrevió a mirar la herida, simplemente colocó su mano sobre ella. Pudo sentir su sangre manchar sus manos, estaba tibia. Su cuerpo temblaba y su corazón cada vez latía más lento.
—Es un honor morir a manos de la persona que siempre ha sido y sera lo mejor que me pasó en la vida , sin remordimientos tú hazlo—sonrió débilmente—. Te amo, Al—soltó un jadeo al sentir la mano de Alicia dentro de su estómago.
Ya no había vuelta atrás. Sintió como su mano apretó la de ella, pero el agarre se iba haciendo débil hasta el punto en donde su mano cayó a un lado de su cuerpo frío.
—Te amo, Alli —susurró contra su frente y besó por última vez esos labios que la hacía sentir millones de cosas.
uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve...
Silencio.
Su corazón dió su último latido y el de Alicia Mikaelson se derrumbó