«Día 240 de 365»
— No puedo creer que talles nuestras iniciales en un tronco —le dije abriendo mucho los ojos.
— Shh —me cayó él—, bien Mérida Elizabeth Dumbroch, si no me equivoco.
Me reí y luego asentí con la cabeza, él sonrió y siguió tallando.
— Que se vea elegante —le dije.
Hiccup rio.
— Claaaro —dijo con algo de sarcasmo, pero desde mi punto de vista, lo hacía muy bien.
Él terminó de tallarlos y me sonrió. Yo llevé mis manos a la cara riendo.
— En serio no puedo creerlo —le dije, él volvió a reír.
— Deberías ver lo sonrojada que estás —se burló.
Puse una mano en mi mejilla, estaba ardiendo. Él se rio y yo lo miré mal pretendiendo estar enojada, pero esa sonrisa no me la quitaba nadie. Hiccup puso las palmas de sus manos en ambos cachetes y me dio un beso que casi me deja sin aire.
— Dios, Hiccup —le dije.
Él volvió a reír y sacó otro artefacto de la caja de pinturas que le regalé. Un fibrón permanente, me miró y yo enarqué una ceja.
— ¿Qué piensas hacer? —le pregunté abriendo más mis ojos.
Él tomó mi pie y miró mi zapatilla. Comenzó a escribir en la goma de arriba las palabras "Por siempre" y un corazón. Solté una carcajada y lo besé. Le quité el fibrón, pero él no traía zapatillas.
— ¿Alguna otra idea? —pregunté riendo.
— Mmmm —buscó entre sus bolsillos algo y luego sacó su celular, tenía una funda celeste—. Aquí.
Enarqué una ceja y lo miré aburrida como diciendo "¿En serio?". Él abrió mucho los ojos ofendido.
— Hey, ¿qué tiene de malo? —se colocó el teléfono en la mejilla—. Ella no entiende, Carlos —le dijo a su teléfono—, es una ignorante discriminadora.
Solté una carcajada. Él guardó su teléfono y me miró con ternura mientras yo reía como una loca.
Cuando paré de reír fijé mi vista en la caja de pinturas. La agarré y destapé el fibrón. De una forma prolija y casi perfecta escribí "Por siempre". Él sonrió. Dejé la caja en un costado y el fibrón. Lo miré unos instantes, sonreí y nos besamos al mismo tiempo.
Ojalá durara por siempre.
-125 Días.