𝑜𝑚𝑛𝑖𝑠𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒
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Domingo.
La noche anterior muchísimo mejor que la del sábado, para empezar antes de acostarse bañaron a la pequeña en el baño de su habitación ya que dormiría nuevamente con ellos, tal vez la estaban mal acostumbrando pero ese sería el último día que dormiría con ellos en su cama.
Por primera vez en dos semanas Paola durmió toda la noche, sin pesadillas ni insomnio, simplemente callo rendida en los brazos de sus dos chicos favoritos, generalmente solo dormia un par de horas, para después despertar y no poder dormir más ya fuera por pesadillas o simplemente insomnio.
Y los chicos ni se diga, estaban realmente felices de que esa noche su pequeña no se halla despertado llorando alterada y que no los hayan despertado con gritos y súplicas realmente había ayudado desahogar todo lo que Paola tenía dentro.
La mañana comenzo normal Daniel se levantó a las 7:00am para salir a trotar un rato como solía hacer todos los fines de semana, había amanecido frío pero eso no lo detuvo para salir a hacer su rutina, Felipe se quedó un rato más en la cama admirando a la pequeña a su lado, dormía plácidamente succiónando su Chupete y abrazando fuertemente contra su pecho a su animal de felpa.
Rato después finalmente decidió que era hora de levantarse debía preparar el desayuno y tomar una corta ducha, se levantó de la cama no sin antes rodear a Paola con cientos de almohadas y colchas por si se rodaba.
Tomó una corta ducha para después salir del baño y cambiarse, la niña seguía profundamente dormida aún por lo cual no tendría de que preocuparse. La puerta se abrió lentamente dejando ver a un Daniel algo sudado al parecer había regresado antes.
— Llegaste temprano. — susurro felipe caminando hacia el.
— Me alegra haberlo hecho. — dirigió a su novio hacia su pecho tomándolo de la cintura y plantó un apasionado beso.
— D-daniel tu hija esta frente a nosotros. — le recordó el de cabello largo apartándose sonrrojado del pecho de su novio y mirando preocupado a la niña dormida a unos cuantos pasos de ellos.
— Tranquilo sigue dormida. — respondió sin preocupaciones atrayendo nuevamente a su novio hacia su cuerpo.
— Daniel porfavor. — dejó un pico en sus labios y se apartó caminando hacia el armario para buscar algo de ropa.
El mayor suspiro y siguió a su novio al gigantesco clóset lleno de ropa.
— Estaba pensando. — comenzo mientras veía como felipe se cambiaba frente suyo. — Mañana no veremos a Paola hasta la tardenoche haci que que tal si hoy pasamos el día afuera con ella. Podríamos ir a desayunar a algún restaurant y después podríamos ir a alguna plaza o algo así, que opinas.
Felipe lo pensó un momento realmente era una buena idea.
Sonrió y asintió. — creo que ahora tendré que cambiar mi outfit del día de hoy. — dijo buscando entre los percheros y gabinetes del extenso clóset.
— De todas las formas te verias perfecto. — dijo Daniel caminando hacia el. Lo abrazo por la espalda y dejó un par de besos en su cuello.
Felipe sonrió y volteo para dejar un suave beso en los labios de Daniel. — No tu eres perfecto. — dijo con una sonrisa. — Que tal si ahora vas a bañarte en lo que terminó de vestirme y voy a despertar a Paola.
— Suena bien. — dejó un último beso en el cuello de su novio y salió del clóset directo al baño dejando solo a Felipe para que terminara de cambiarse.
. . .
— Hey princesa. — llamó suavemente dejando un beso en la frente de la niña.
Paola abrio sus ojos peresosamente encontrándose con felipe arreglado de una forma casual pero elegante
— enos días. — balbuceó apuntó de rascar sus ojos con su manito pero antes de que pudiera hacerlo Felipe la tomó en brazos.— Buenos días peque. — dijo llevandola a su propia habitacion.
— Hoy saldremos a desayunar afuera bebé así que el baño será antes de lo usual. — dijo colocando a una somnolienta Paola en el cambiador.
— A dode idemos.— balbuceó a través del Chupete que aún se encontraba en su boca.
— No lo se patita daddy no quiere decirme. — admitió divertido. Despojo a la niña de toda su ropa le Quito temporalmente el Chupete y la llevó directo al baño.
Abrió la llave y reguló su temperatura para después meter a su bebé dentro.
— P-papi...
— Que pasa bebé. — respondió mientras hechaba una considerable cantidad de shampoo de bebé en su mano.
— ¿Burbujas?... — armó valor y se atrevió a decir.
— Oww bebé, lo siento pero será un baño rápido y no podré dejarte jugar en el agua, pero si quieres en la noche tendrás todas las burbujas que quieras.— dijo comenzando a lavar la cabeza de la niña.
. . .
— Eso es, dile bay al agua. — dijo Felipe sacando a Paola de la bañera y envolviendola en una grande y mullida toalla blanca.
Salió del baño no sin antes encender el aire acondicionado como era costumbre y subir la temperatura.
Daniel entró a la habitación justo a tiempo para cambiar a Paola intercambiaron turnos y Felipe fue a terminar de arreglarse.
— Buenos días patita. — dijo Daniel recibiendo a la niña con una alegre sonrisa en su cara.
— Buenos días daddy. — contestó Paola devolviéndole el gesto.
Daniel recosto a la niña en el cambiador para ponerle un pañal no tan abultado como los demás. Vistió a Paola con un conjunto previamente preparado por su novio, que consistía en un body manga larga blanco con puntitos rosa pastel, unos mallones del mismo color pero más fuerte, un suéter beige claro y unos botines café.
— Listo patita. — dijo tomandola en brazos y saliendo de la habitación.
Bajaron las escaleras y fueron directo a la cocina donde se encontraron con un biberón lleno de leche.
— Ten. — dijo entregándoselo a Paola. — en lo que llegamos al restaurant tienes que tener algo en la panza. —Paola asintió e introdujo la mamila en su boca.
— Mientras esperamos a papi que te parece si vamos a ver algo en la tele.
— ¿Podemos terminar de ver little witch Academia?. — Pregunto Paola emocionada.
— Tal vez no terminar de verlo pero si verlo mientras esperamos a papi, ¿te parece bien?. — Paola asintió y volvió a introducir la tetilla del biberón en su boca.
Minutos más tarde Felipe bajo ya listo con una pañalera en mano. — ¿Ya están listos?. — pregunto mientras peinada su cabello en una coleta baja.
— Si. — contestó Daniel apagando la tele y poniéndose de pie con Paola en brazos.
— Bien. — la familia salió de la casa y se dirigieron al auto de Daniel dejaron a Paola en su asiento, y sorpresivamente ni chisto al momento de ser sentada ahí, cada uno de los mayores fue a su respectivo lugar Daniel de piloto y Felipe de copiloto.
— ¿Ya me dirás a donde iremos Dani?— pregunto Felipe caprichosamente.
— Es una sorpresa. — sonrió y se acercó para dejar un beso en los labios de su novio.
¿así que esto es el amor?.
Pensó la Paola. Siempre pensó en el amor como algo imposible, sus papas... No se odiaban pero tampoco se amaban, en todo el tiempo que ella tenía con ellos nunca había visto que se trataran de forma afectuosa o amorosa uno con el otro, o al menos no de manera manipuladora sin pedir nada a cambio, ¿pero los chicos?, ellos se demostraban afecto uno al otro sin pedir nada a cambio y cada que tenían la oportunidad, y no sólo eso, también le daban amor y afecto a ella, cosa que no había sentido desde que era una pequeña niña. Los chicos le demostraban cariño y amor incondicional eso era lindo, realmente se había quitado un peso de encima ayer que les contó todo, penso que si les contaba todo la empezarían a tratar diferente, con lastima, como si de una muñequita de cristal se tratase, ¡pero no! todo seguía igual y eso realmente le gustaba.
No callo en cuenta el momento en el que habían llegado al restaurante cuando Felipe grito emocionado.
— ¡AMOOR!— Grito emocionado.
— ¿Q-que pasa?— pregunto la niña sin entender tanto escándalo.
— Aquí fue nuestra primera cita como pareja oficial. — respondió Daniel con una sonrisa.
— Nunca habíamos vuelto a venir desde ese día, lo cual es una pena porque la comida aquí es deliciosa. — dijo Felipe emocionado.
— Bueno hay que bajar ya porque se hace tarde y no hemos desayunado nada. — dijo Daniel para después dejar un corto pico en los labios de su novio y bajar del auto. Fue directo a la puerta trasera para bajar a la pequeña puesta en la sillita, la puso en su cadera y fue a donde su novio.
— D-daddy. — balbuceo.
— ¿Que pasa patita?. — pregunto despreocupado.
— A-abajo. — pidió avergonzada.
— Ohh, es verdad. — realmente ya había considerado la idea de bajar a Paola pero no quería y pensó que no le molestaría llevarla en brazos la bajo
Entraron al restaurant y pidieron una mesa.
— Les parece una mesa cerca de la ventana o una más retirada. — pregunto la señorita de resepcion.
Ambos mayores miraron a la niña esperando que ella eligiera.
— ¿puede ser en la ventana? — pregunto con sierto toque de emoción.
— Por supuesto que si corazón. — respondió Felipe con una cálida sonrisa para después contestarle a la señorita.
— Bien pasen por aquí. — la señorita los dirigió por todo el restaurant hasta llegar a una mesa con vista a la ventana, se veía bonito.
El día era nublado y fresco, cosa que le encantaba a Paola realmente disfrutaba este tipo de días tanto como los lluviosos.
— ¿Pao, recuerdas que día es mañana?. — pregunto Felipe mientras se sentaba en su lugar.
¿Día?, no lo recordaba, ¿acaso una fecha especial o algo asi?. Negó dudosa con la cabeza.
— Mañana daddy y yo nos iremos a trabajar, ¿recuerdas?. — Mierda era verdad, mañana tendría que quedarse con una niñera, el pensar que estaría con un extraño luciendo así de infantil le aterraba, generalmente no decía nada porque estaba con los chicos y ellos le transmitían seguridad pero... Ahora estaría sola, no pudo evitar bajar su mirada y jugar con sus manitos nerviosa. — ¿A-a que hora se van?. — se armó de valor para preguntar.
— Daddy se irá a las 7:30 y yo me iré a las 7 en punto apenas llegue la niñera. — dijo haciendo un intento de sonrisa que más bien parecía una mueca dolorosa. — ¿L-la niñera llegará a las 7?— pregunto Paola alzando su mirada para ver a ambos hombres frente suyo.
Escucho un suspiro proveniente de Felipe y después un asentimiento por parte del mismo. — estarás con daddy un ratito más amor. —dijo tratando de reconfortarla.
Se debatió mentalmente si seguir preguntando o si eso la haría ver como una metiche y chismosa, estaba apuntó de preguntar otra cosa con todo su coraje armado pero justo en ese momento llegó una camarera, una muy coqueta camarera si se lo preguntan.
— ¿Buenos días, ya están listos para ordenar? — dijo amable mientras veía a Daniel de una manera que Paola no decifraba.
— Eee si, yo voy a querer un huevo estrellado con dos rebanadas de pan tostado y un jugó de naranja, y mi amigo aquí a mi lado un huevo estrellado con ensalada y un sándwich tostado. — dijo todo tan rápido que a la señorita apenas y le dio tiempo de escribir. — ¿Y tu que vas a querer corazón?— pregunto Felipe amablemente cambiando su comportamiento.
— E-ehh, y-yo quiero una crepa de chocolate y un vaso de leche. — pidió nerviosamente.
— Es muy temprano para comer algo tan dulce patita, pide algo más para que comas y la crepa te la comes de postre. — interrumpió Daniel.
— E-entonces quiero unas enfrijoladas, s-sin cebolla porfavor.
— Ya vienen. — dijo la señorita para después desaparecer.
No se volvió a retomar el tema otra vez, simplemente comenzaron a comberzar de otra cosa mientras esperaban la comida.
El desayuno pasó con normalidad, como eran todos los días, excepto que cuando trajeron la bebida de Paola Daniel la vacío en un vaso entrenador y se lo entregó, cosa que hizo que Paola se sonrojo trato de protestar pero perdió la discusión como siempre y tuvo que beber de su vasito entrenador.
Ya después de haber comido la misma señorita les dejo la cuenta, dejando un papelito con su número en ella, ambos chicos solo rodaron los ojos y dejaron pagada la cuenta con un pequeño mensajito en el mismo papelito en la parte de atrás. "Tengo novio".y después se fueron.
— ¿Lista para la segunda parada bebé?. — pregunto Daniel con una sonrisa.
— ¿S-segunda parada?.
— Así es bebé, daddy planeó todo un día para estar juntos los tres ya que mañana no estaremos contigo hasta en la noche. — explicó Felipe.
Paola estaba entre feliz y emocionada, y triste y decaída, ¿de verdad se tenían que ir y dejarla con una desconocida?.
El día era fresco y nublado por lo cual no extrañaria a nadie que en cualquier momento un aguacero callera del cielo, ese era otro punto por el cual Paola estaba feliz.
Daniel tomó a la niña en brazos y la dejó sentada en su respectiva sillita mientras que su novio tomaba asiento en la parte del copiloto en el auto, condujeron hasta llegar a cierto centro comercial ya antes visitado al parecer pasarían un día de compras.
Daniel estacionó el auto y se apresuró a bajar a Paola de su silla, la familia entró al centro comercial cada adulto traía agarrada a la pequeña de una mano parecían una familia de verdad.
. . .
Pasaron comprando durante un par de horas hasta que la hora de la comida llegó.
— Vallamos al área de comida. — sugirió Felipe acomodando todas las bolsas que traía en sus manos.
— ¿Que se te antoja bebé? — dijo Daniel dirigiéndose a Paola.
— P-podemos comer en Mc Donald's — pidió tímidamente.
— por supuesto patita vamos para allá. — salieron de la tienda en la que estaban y fueron directo al área de comidas.
— ¿Que vas a querer amor? — pregunto Daniel dejando todas las bolsas que traía en una silla.
— Yo quiero una hamburguesa doble con papas.
— ¿Y tu bebé?.
— Una cajita feliz. — pidió emocionada.
— con nuggets o con papas.
— ¡Papaas!. — grito.
— Bien será con papas, ahora vengo entonces. — se levantó de la mesa y se dirigió directo a pedir la orden.
Mientras esperaban Felipe y Paola platicaba de las cosas que habían visto, Paola hablaba de lo emocionada que estaba por estrenar una manta que le había gustado ya que tenía un gorrito que simulaba la cabeza de un panda, al parecer realmente le gustaban esos animalitos y Felipe hablaba de unos cuantos vestidos que había visto para ella.
Realmente a Paola nunca le gustaron los vestidos pero ver a ambos chicos felices la Convensian en usarlos además de que antes se sentía incómoda por las críticas que le decía su madre por verse "gorda" en ellos, mientras que los chicos solo la alagaban de lo bonita que se veía con ellos, esa era otra enorme diferencia entre su antigua familia y ahora su nueva familia.
La comida llegó y todos comenzaron a devorar su respectivo pedido, como no podía faltar Daniel saco de la pañal era un nuevo vaso entrenador y vertió el refresco correspondiente a Paola en el, la niña no pensaba protestar ya que sabía que no tenía chance de ganar la pelea, además de que no había tanta gente mirando.
Después de un rato ambos hombres habían terminado a excepción de Paola que solo le había dado un par de mordiscos a su hamburguesa y solo había comido un par de papas.
No era porque no tuviera hambre, si no porque sabía que después de comer tendría que tomar la medicina y ya se había acabado todo su refresco.
— No lo volveré a repetir Paola, si no terminas de comer nos iremos a casa y no iremos por helado. — dijo Daniel serio.
Paola.
Casi no la llamaba así, siempre era princesa, nena o... Patita, miro con ojos de Borrego a Daniel para después murmurar un suave "ya me llene".
— Al menos come todas las papas nena. — se unió Felipe al ver que su novio comenzaba a perder la paciencia.
— Es que ya no quiero. — sin mirar a ninguno de los dos hombres agarro la cajita feliz y saco la bolsita de plástico con el juguete aún sin abrir.
— Es la última vez que lo digo Paola. — dijo Daniel arrebatándole el juguete de las manos.
Sorprendida por la reacción de Daniel suspiro resignada y tomó la cajita de papas, agarro un puñado y las metió a su boca, siguió con más y más hasta que finalmente las término.
— No fue tan difícil verdad. — dijo Daniel entregándole nuevamente el juguete. — ¿Crees que sea difícil terminar tu hamburguesa?. — la niña fruncio el ceño y apretó sus labios haciendo un ligero puchero. "La cara de pato" como le gustaba decir a Daniel.
— Esta bien esta bien. — respondió entre carcajadas.
Tomaron sus cosas y salieron del área se comidas.
Pasaron aproximadamente un par de horas más llendo de tienda en tienda viendo cosas tanto para la niña como para ellos hasta que por el techo de cristal de la plaza observaron que el cielo comenzaba a nublarse.
— Creo que es hora de irnos, parece que esta a punto de llover. — dijo Felipe dirigiéndose a su novio.
— Si tienes razón. — su atención se dirigió a Paola que tenía su carita reflejada en emoción. — Anda pato, no podemos darnos el lujo de mojarnos ahora. — dijo Daniel tomándola en brazos.
Paola se sonrojo potentemente por aquella acción estaban en un lugar público y montones de gente iba y venia de todos lados. — Esta bien patita nadie sabe que edad tienes, fácilmente te puedes hacer pasar por una niña de diez u once años. Además así llegaremos más rápido. — explicó a la par que tomaba la mano de su novio y caminaba a paso rápido hacia la salida, no se podían dar el lujo de mojarse por hacer eso la vez pasada ahora su bebé estaba enferma.
Llegaron al estacionamiento cuando empezó a hacer aire así que Daniel le paso la niña a Felipe quien rápidamente la recibió con una manta tapando todo su cuerpecito y protegiéndolo de todo el viento.
Apenas entraron al auto cuando comenzaron a caer las primeras gotas de agua ambos adultos suspiraron de alivio mientras que Paola solo suspiro por haberse perdido del agua.
— No creas que se me olvida tu medicina e princesa. — dijo Felipe divertido sacando de la pañalera la misma. — no te la habíamos dado por que queríamos hacerlo a la hora que tomaras tu siesta. — Felipe saco un pequeño vasito de plástico para la medicina y hecho la misma en el. La acercó a la boca de Paola quien lo miro suplicante.
— Nada de caras nena sabes que tienes que tomarla. — advirtió.
— Pero ya me siento mejor.— dijo en tono de suplica.
— Pero el tratamiento dura una semana y apenas llevas dos días señorita, además te sientes mejor porque lo estas tomando si dejas de tomarlo te sentirás mal otra vez, ahora tomatelo.
Resignada abrió la boca recibiendo el líquido por aquel vasito. Dulce, al parecer siempre le darían primero el dulce, saboreó unos instantes el sabor a cereza del jarabe cuando vio que tenía el mismo vasito de nuevo frente a sus labios lleno de jarabe nuevamente. — Ya te prepare un Bibi patita. — aviso Daniel agitando una botella de leche en sus manos. "Entre más rápido mejor". Pensó Paola abriendo rápidamente la boca recibiendo inmediatamente la medicina.
— Que obediente mi bebé. — felicito Daniel entregándole la botella de leche
La niña se encontraba en el regazo de Felipe con la cabeza en su pecho aún arropada con la cobija afelpada solo fue cuestión de minutos para que callera dormida.
. . .
Desperto recostada aún en el carro solo que ya no se encontraba en los brazos de Felipe si no que se encontraba acostada en un bambineto en el asiento trasero del auto. Se levantó y tallo suavemente sus ojitos desasiendose de el resto de sueño que quedaba en ella, miro a todas partes en busca de los chicos estaban cada uno en los asientos de enfrente conversando casualmente.
— Miren quien despertó. — dijo Felipe en tono infantil y divertido al notar su presencia.
— Hola patita como dormiste, tuviste una Rica siesta. — se unió Daniel atrallendo a la niña hacia ellos, en un ágil movimiento ya se encontraba sentada en sus piernas. Levemente sonrojada asintió jugando con sus manitas.
— ¿Ya quieres que vallamos a casa nena, o quieres dar una vuelta en el carro?— pregunto Felipe arrebatando a la niña de los brazos de Daniel y sentando la en su regazo.
— ¿P-poemos dad una vueta?— balbuceo con un Chupete puesto. Felipe sonrió y asintió. — claro que si patita. — contestó Daniel.
La niña undio su carita en el hueco del cuello de Felipe aún estaba adormilada la medicina le provocaba algo de sueño se encontraba sumergida viendo la lluvia caer hasta que algo curioso en el cuello de su papi llamó su atención. ¿Un golpe?. Toco aquel Moreton del cuello haciendo que Felipe se sobresaltara al sentir su manita ahí. — ¿Que te paso?— balbuceo sin dejar de tocar el Moreton en su cuello. — ¿Q-que tengo?— pregunto nervioso. — E-es como un gope, ¿te pegaste papi.?. — Felipe fulminó a Daniel con la mirada, claro el había Estado de cariñoso en la mañana cuando Felipe estaba indispuesto. — O-ohh eso...amm si cuando me estaba bañando se me callo encima el ambase de shampoo en el cuello, debió de haberse hecho un moreton. — contestó nerviosamente.
— ¿Te duele si lo toco?— pregunto inocentemente la niña dejando de tocar el "Moreton" en el cuello de su papi. — No te preocupes bebé no duele. — sintió como su pecho de calentaba por aquella acción realizada por la pequeña.
— ¿P-pedo un Moeton no se puede hacer pod eso o si?.
— ¿Q-que te parece si vamos por una crepa amor?— evadió Daniel poniéndose nervioso logrando atraer toda la atención de la niña en el.
— ¿D-de chocolate?— pregunto la Paola totalmente emocionada.
— De lo que tu quieras pato — dijo entre risas al ver que su plan había resultado.
Como pudo felipe regreso a la niña a su lugar correspondiente en el asiento de atrás.
Paola contemplaba fascinada el caer de la lluvia recostada en el bambineto abrazando con una manita la manta polar azul con estrellitas.
Pasaron un par de minutos más cuando finalmente llegaron a un parque cercano. — Quédense aquí iré por las crepas.— ordenó Daniel mientras se ponía un suéter y sacaba un pequeño paraguas plegable de la guantera del auto, salió del mismo dejando a su novio y su bebé solitos esperando.
Había un inmenso silencio, pero no uno incómodo, si no uno relajante y cómodo el caer de las gotas re sonaban en el auto estaba comenzando a oscurecer por lo cual todo se veía aún más bonito. La niña estaba apuntó de volver a dormirse si no fuera porque llegó Daniel en el momento exacto que comenzaba a cerrar sus ojos nuevamente.
— Aquí están mis amores. — dijo entregándole una bolsa de plástico con tres cajitas cada una con una crepa para cada quien.
— Aquí tienes corazón. — Felipe le entregó su respectiva crepa a la niña quien se sentó rápidamente para poder comer. — ¿Quieres que te prepare un Bibi bebé?. — la niña asintió levemente sonrojada mientras abría su cajita.
Felipe saco la pañalera y preparó un biberón ágilmente y se lo entregó a la niña. — Aquí tienes princesita. — dijo mientras se lo entregaba con una sonrisa.
. . .
El Paseo había finalizado y con eso la familia volvió a casa bañaron y vistieron a la pequeña Paola que ahora se encontraba esperando su biberón en el regazo de Felipe.
Siendo sincero el hombre estaba emocionado era la primera vez que el hiba a dormir a su pequeña en vez de su novio, la razón, Paola lo pidió.
Flashback
— P-papi... — balbuceo sonrojada mientras jugaba con sus manitas dentro del agua, aun no le llamaban la atención aquellos patos y juguetes de ule que los chicos le ponían para que se disrajera.
— Que pasa patita. — contestó concentrado en tallar su corto cabello.
— ... P-podrias arrullarme tu y c-cantarme l-la... Canción de cuna. — logró murmura nerviosamente, su voz había sido apenas un susurro, para ella lo que acababa de pedir era simplemente estúpido e infantil, pero quería que Felipe la arrullar esta vez.
— Por supuesto que si bebé. — dijo emocionado, plantó un dulce beso en la mejilla de la niña, y siguió con su tarea.
Fin del flashback
— ¿D-de verdad tienen que irse?. — Paola se sorprendió a si misma por las palabras que acababan de salir de su boca tan derrepente, en otra ocasión se habría felicitado por haber sido tan valiente en lograr expresar lo que sentía, pero no era la ocasión.
Felipe suspiro. — Yo tampoco quiero dejarte bebé pero daddy y yo tenemos que trabajar para comprarte muchos muchos juguetes. — trato de animar.
— Y-yo no quiero juguetes... — balbuceo casi inaudiblemente. — Los quiero a ustedes.
El mayor sintió algo en su pecho tampoco quería dejar a su bebé en manos de una extraña pero tenían que hacerlo. — Pao... — no término la frase ya que llegó Daniel con el biberón en manos.
— Me siento traicionado patito. — fingió indignación poniendose la mano en el pecho.
— L-lo siento. — dijo bajito agachado la mirada al piso.
— Esta bien corazón. — dijo entregándole la botella con una sonrisa.
La pequeña se llevó la tetina del biberón a la boca y comenzó a succionar pausadamente mirando a Felipe a los ojos esperando pacientemente a que su papi comenzara a cantar la canción que tanto le había encantado.
Pasará...
Prometo que pasará...
Aunque el cielo se inunde
Y se quiebre y no pare de llorar.
Temporal
Todo es temporal
Con días eternos que pasarán
Justo antes del final
Tantas veces en el medio entre el fuego y el mar.
Eh vuelto a despertar.
Te prometo que pasará.
Aunque todo este mal
Aunque el cielo se inunde y no pare de llorar.
Pasará...
Lo último que escucho Paola fue un. "Te amo mi bebé" para después dejarse llevar por el relajante sabor de la leche, las caricias que Daniel le daba a su cabecita y... El grave de la voz de Felipe.
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Después de una tormenta siempre viene un día soleado ✨
Hola bebés. Tengo un aviso muy importante y es que estas últimas semanas me e sentido desmotivada, además de que estoy pasando por algunos problemas familiares por lo cual ya no estaré actualizando semanalmente. Les pido que sean pacientes trataré de actualizar lo más constante posible y no durar tanto sin escribir pero les pido perdón por haberme tardado tanto en sacar este nuevo capítulo.
Los recompense haciéndolo más tranquilo y bonito que el anterior para que pudieran disfrutarlo y para que por si el capítulo anterior los dejó mal, este lo arregle un poquito.
Nuevamente les pido disculpas, creo que eso sería todo por ahora, no se olviden de votar y seguirme si les gusto me ayuda saber que les esta gustando la historia para morirme más✨.
Me despido, cuídense y tomen awita byeee~