Padme estaba sentada en el sofá dio un suspiro mientras sacudía la cabeza.
Dijo que estaría aquí en casa pronto, pero con la suerte mía probablemente le asignaron otra misión peligrosa de un mes, al consejo jedi no le importaba si era su cumpleaños bueno si sabían -pensó Padme preocupada si vendría su esposo o no al departamento que compartían.
De repente Padme sintió dos fuertes pares de manos agarrándola por los hombros.
¡¡Ani!! -exclamo sorprendida pero feliz de verlo.
Padme se levantó del sofá y se acercó a Anakin.
Maldición -dijo Anakin sonriendo- Esperaba que no te dieras cuenta que era yo, así en ver tu expresión habría sido aún más agradable -dijo el inclinándose hacia adelante y aparto un mechón de cabello de la cara de Padme.
Anakin, ¿No recuerdas que día es hoy? -pregunto ella colocando su mano suavemente en su mejilla mientras soltaba una pequeña risa.
No... ¿Por qué? -contesto él arqueando una ceja de confundido.
¡Ani, es tu cumpleaños! -dijo Padme con alegría.
Es mi... Cumpleaños -dijo dándole una sonrisa Padme y luego la beso en los labios- Padme, que esperamos para festejar -dijo él regresando al sofá, Padme se sentó mientras Anakin apoyo su cabeza en el regazo de Padme.
Padme miro a Anakin y sus ojos brillaban de amor mientras el acariciaba su cabello. Estaba perdido en sus ojos, su belleza lo cautivaba más cada día, sus profundos ojos castaños que lo decía todo, sus suaves labios. Le acaricio el sedoso cabello hacia atrás de la frente, ni siquiera necesitaba perderse en su mirada, porque, al hacerlo, solo se encontraría en las infinitas profundidades de su corazón. Ella no encontraría al severo y temerario caballero jedi que es, sino encontraría al amante y protector de Padme Naberrie Amidala Skywalker.
Te amo Padme -le susurró al oído para darle un dulce beso en la frente.
Yo también te amo Ani -dijo cerrando los ojos felizmente.
Padme, ni siquiera tenemos que hacer algo. Mi cumpleaños ya es perfecto -dijo Anakin también sonriendo, pero Padme no escucho, ya que estaba profundamente dormida.
Anakin se levantó desu regazo para agarrarla de los brazos cargándola con cuidado para no levantar y se la llevo a su habitación. Anakin no quería regalos di una gran fiesta mientras estuviera con su esposa era el hombre más feliz de la galaxia.