TW: Mención de abuso sexual.
BLACK
El mundo real apesta.
Y esta situación con Bea es la prueba de ello, aunque no sé la historia completa, bastardos como Soren solo impulsan mi desesperanza por todo. Ese desinterés creciente es lo que muchas veces me lleva a drogarme. Ahogado en esas sustancias, no tengo que pensar, no tengo que sentir nada. Me escapo de la cruel realidad del mundo. Sin embargo, esa es una salida temporal y poco saludable y la verdad, no quiero terminar con el cerebro hecho un popurrí, o peor aún muerto en algún callejón por sobredosis. Nunca me he considerado adicto porque hasta ahora ha sido algo que he dejado cuando he querido, pero si cada vez que tengo un bajón emocional, recurro a ese escape... eso sí me hace un poco adicto, ¿no?
Supongo que esa es una conversación para cuando vaya a rehabilitación después de que resolvamos todo este asunto de Bea. Quizás haya alguien ahí que haga lo mismo yo, que tengamos algo en común, que me aclare o me explique que carajos estoy haciendo.
—Recuerda nuestro objetivo. —Amber me recuerda mientras nos estacionamos en la entrada de Red, y las luces del auto iluminan a la chica de cabello violeta en el porche: Violet.
Me lamo los labios y se me aprieta el pecho, porque es la primera vez que la veo desde el cumple de Red. ¿Siempre ha sido tan pequeña? Tan... Amber se baja y la cara de Violet se ilumina con una sonrisa, y es como si me estuviera agarrando el corazón, estrujándolo. Porque verla sonreír me recuerda a todo lo que hemos vivido, a contar nuestras monedas en el calor intenso del verano para comprar McDonald's, todas las veces que anduvimos en mi moto sin rumbo con ella estirando los brazos a los lados como una loca, a la primera vez que le ayudé a pintarse el cabello morado, el desastre que hicimos, lo mucho que nos reímos. Y lo que más se ha quedado conmigo, esos momentos difíciles en los que ella me limpiaba las heridas, o me sacaba de algún cuarto borracho o drogado. Ella siempre estuvo ahí.
Me bajo del auto y cuando ella me ve, su sonrisa se esfuma y aparta la mirada. Me duele, pero finjo que no porque me odio... me desprecio por no saber lo que siento... al verla. Sé que la quiero, pero... ¿Cómo mi amiga? ¿Cómo la persona que ha estado ahí? ¿O esto es amor? ¿Soy capaz de amar a alguien cuando me desteto a mi mismo? ¿Eso es posible?
—Bea está aquí —informa Violet, mirando a Amber.
Yo la observo por unos segundos porque la he extrañado, lleva puesta una camiseta negra ancha con Eren de Attack on Titan en la parte frontal y unos vaqueros. Estoy seguro de que estaba viendo un maratón de algún anime, este es su atuendo cómodo cuando hace eso, es increíble los detalles que conozco de ella. Violet siente mi mirada y se gira hacia mí:
—Hola, Black, tregua por esta situación —Ella me ofrece su mano y la tomo rápidamente, desesperado.
—Claro, como tú quieras. —Sueno bastante intenso. Violet se suelta y dice:
—Bien, ¿entramos? ¿Haremos esto con Bea presente?
—Ocultarle esto no sirve de nada —explica Amber.
—Pero eso es lo que él quiere, ¿no? —Violet suspira—. Que ella sepa que él está aquí, atormentarla de esa forma. ¿Si la incluimos, no le estaremos dando esa satisfacción a él?
Recordé lo ausente que estuvo Bea después de esa fecha, como la llevé a casa, el estado en el que estaba:
—No puedo respirar... necesito... sácame de aquí, Black. No me gusta la violencia, pero... quiero que él se muera. ¿Eso me hace una persona terrible?
—¿Él? ¿Red?
—No.
—¿Es alguien que te ha hecho daño?
—Sí.
—¿Quién es?
—No...—su voz se quiebra—. No puedo decir su nombre, esta noche no.
—Tengo el presentimiento que ella lo sabe —murmuré. Eso tendría sentido, por eso estuvo mal estas últimas semanas—. En el cumpleaños de Red cuando la llevé a casa, ella... estaba mal y luego de eso, bueno, ya saben el resto.
—Bien, vamos dentro.
#
BEA
Aquí estamos los cinco, en silencio, pensando.
Violet está en el suelo con un laptop, buscando información. Amber están en la cama, sus largas piernas estiradas frente a ella. Black está de pie junto a la ventana, Red en su silla giratoria frente a la computadora y yo estoy en el sofá esponjoso al lado de él.
Una parte de mí está orgullosa del hecho de que puedo hablar de Soren sin vomitar, aún se me revuelve el estómago y quiero salir corriendo y escapar, esconderme en un lugar donde nadie me encuentre y volverme invisible, pero ya no vomito.
Pequeñas victorias, diría mi terapeuta. La Dra. Ellis me ha ayudado tanto, me ha guiado para entender tantas cosas. La culpa y la vergüenza son sentimientos con los que ahora estoy luchando. Recuerdo sus palabras:
"Incluso si eres consciente de que no tienes la culpa, es posible que tengas sentimientos de culpa o vergüenza. A medida que asimiles la verdad de lo que pasó, será más fácil aceptar plenamente que no eres responsable. No tienes nada de qué avergonzarte. Estos sentimientos a menudo se derivan de conceptos erróneos como:
No lo detuviste.
Cuando estás en medio de una agresión sexual, tu cerebro y tu cuerpo están en estado de shock. No puedes pensar con claridad. Muchas personas dicen que se sienten "congeladas". No te juzgues por esta reacción natural al trauma. Hiciste lo mejor que pudiste en circunstancias extremas.
Confiaste en alguien que no debías.
Una de las cosas más difíciles de afrontar después de una agresión por parte de alguien que conoces es la violación de la confianza. Es natural comenzar a cuestionarte y preguntarte si no viste las señales de advertencia. Solo recuerda que tu atacante es el único culpable. No te castigues suponiendo que tu atacante era un ser humano decente. Él es quien debe sentirse culpable y avergonzado, no tú.
Estabas borracha o no fuiste lo suficientemente cautelosa.
Independientemente de las circunstancias, el único responsable de la agresión es el perpetrador. No lo pediste ni te merecías lo que te pasó. Asigna la responsabilidad donde corresponde: al violador.
Bea, el violador, el criminal aquí, es Soren."
Nada de esto es justo, he estado mejorando tanto, dando unos pasos muy importantes para mi bienestar y es como si Soren sintiera eso, y viniera a tumbarlo todo. No. Me rehúso a dejar que eso pase, estoy muerta de miedo, y la sola idea de verlo me deja sin aire y me aterroriza, pero voy a luchar porque ya no estoy sola y porque él debería ser el que viviera atormentado, él fue el que hizo algo malo, yo soy una víctima y eso no me hace débil, ni indefensa, ni mucho menos culpable.
—¿Y bien? ¿Alguien tiene alguna idea? —dice Amber, mirándonos a todos.
—Ya he dado mi idea —Black se encoge de hombros. Amber voltea los ojos.
—No vamos a matarlo, Black.
Black la mira con determinación.
—Ese tipo de personas son una plaga, Amber. No son los que desaparecen de tu vida porque se los pides por favor. La ley no ha hecho nada, él se ha pasado la orden de alejamiento por el culo y ¿ahora? Bea no debería estar pasando por esto ahora, ya ha tenido suficiente. —Sus ojos negros caen sobre mí cuando me dice—: No deberías estar aquí planeando que hacer con ese loco, deberías estar recuperándote como lo has hecho hasta ahora. Lo siento.
Sus palabras están llenas de determinación y pasión y lo aprecio porque jamás imaginé que el chico que vi en el reflejo del espejo de la gasolinera aquella tarde calurosa, que besé como desquiciada se convertiría en alguien importante para mí. Ninguno de los lazos que he formado con las personas en este cuarto ha sido planeado, pero en este momento, estoy tan agradecida por ellos.
Todos me observan con atención, giro el rostro hacia Red, quien está sentado bien derecho, descansando las manos en los brazos de la silla, su expresión es seria.
—¿Qué quieres hacer? —pregunta y en su mirada, puedo ver que no hay límites en esa pregunta, que le podría decir que quememos a Soren vivo en este momento y él lo haría. Sin embargo, convertirnos en criminales por Soren, se siente como una victoria para él.
—¡LO TENGO! —chilla Violet, haciéndonos saltar a todos un poco. Ella sonríe, y es un tipo de sonrisa que jamás he visto en ella, es casi diabólica.
Amber alza una ceja.
—¿Y?
—Aún hay algunas cosas que tendremos que probar, pero creo que tengo un plan.
—Violet, solo quiero aclararte que este no es uno de tus dramas coreanos, esto es serio. —Amber le recuerda. Violet hace una mueca.
—Eso ya lo sé.
—¿Pueden dejarla hablar? —interviene Red.
Amber levanta las manos y se calla.
—De acuerdo, Soren tiene una orden de alejamiento, ¿correcto? —Todos asentimos—. Pero no es una simple orden, porque está en el acuerdo que hizo con el juez cuando pasó lo de tu caso, Soren recibió una condena leve porque aceptó ciertos términos, uno de ellos, era no acercarse a ti. Tu orden no es algo aislado, es parte del acuerdo así que cuando él la rompe... básicamente rompe el acuerdo que hizo y puede volver a la cárcel.
—Pero... técnicamente no la ha roto porque no lo he visto.
—Eso es un punto en el que tenemos que... trabajar.
—No —dice Red de lleno—. Sé a donde vas con esto, Violet. De ninguna forma vamos a dejar que él se acerque a ella.
Black bufa.
—No.
—Escuchen, eso no es todo. Soren cometió un error muy grave al entrar a la casa de Amber y amenazarla ahí mismo porque ella puede denunciarlo, y probar la 'intención' de Soren de acercarse a Bea. Y tenemos pruebas gracias al privilegio de nuestra querida amiga rica, su casa está llena de cámaras.
—Oh mierda —murmura Black, pero Violet continua:
—El único problema con ir con lo de Amber es que si lo hacemos cuando Soren aún no se ha acercado físicamente a Bea, corremos el riesgo de que la policía, ya saben, no lo vean tan grave porque tuvo la intención de acercarse más no lo hizo. Si lo hacemos después de probar que Soren sí se acercó a ella, tendremos un porcentaje alto de enviarlo de vuelta a la cárcel y por más tiempo.
Todos nos quedamos en silencio, completamente sorprendidos. Esa chica de cabello morado desordenado y camiseta nos ha dejado sin palabras. No solo encontró una forma legal de hacer todo, sino que tiene hasta opciones. Amber se inclina a un lado de la cama hasta donde está Violet en el piso y le susurra:
—¿Puedo besarte?
Violet le aplasta la cara con la mano.
—No eres mi tipo.
—No dejaré que él se acerque a Bea —afirma Red.
—Bea está aquí mismo —aclaro—. Y puede tomar decisiones sola.
Red se tensa, pero no dice nada así que sigo:
—Gracias, Violet. Por tomarte el tiempo de buscar una salida que no termine con todos nosotros en la cárcel. —Tomo una respiración profunda porque lo que voy a decir me pesa y me aterra—. Conozco a Soren, sé que pronto se acercará a mí, y cuando eso pase, lo tendremos todo para que desaparezca de mi vida de una vez por todas.
—Bea —protesta Amber—. No tienes que hacer esto.
—Lo sé y no lo haría... si no los tuviera a ustedes. —Es la verdad, jamás soñaría con algo así si ellos no estuvieran a mi lado.
—No, Soren es peligroso. —Red sacude la cabeza—. ¿Qué les hace pensar que se acercará a ella para saludarla y ya? ¿Y si le hace algo? ¿Y si se la lleva? No sabemos de lo que es capaz.
—Y por eso uno de ustedes siempre estará conmigo o algo así —explico—. Créanme que no es nada fácil para mí considerar esto, pero no tenemos muchas opciones. Y solo... —me tiembla un poco la voz—. Solo quiero liberarme de él, quiero... ser libre.
Violet pone la laptop a un lado y se acerca hasta que queda frente a mí y me abraza.
—Y vas a serlo, te lo prometo.
#
Llueve a cantaros cuando despedimos a Violet y Amber desde el porche de la casa de Red. Black vive cerca así que se ha quedado porque se irá cuando pare la tormenta. Nadie cuestionó sus razones, y en el momento en el que Red me dijo que me esperaba en la habitación, supe que Black se lo había insinuado o algo así. Me siento en los escalones que aún se cubren con un poco de techo del porche. La lluvia me chispea un poco, pero lo disfruto. Es una noche muy oscura.
Black se sienta a mi lado y lo observo. Está mucho más delgado, lo que hace que su cabello negro se vea aún más largo a los lados de su cuello y de su cara.
—Esa noche también llovía —dice, mirando al frente. Yo arrugo las cejas, confundida y él interpreta mi silencio—. ¡Auch! No recuerdas nuestra primera noche, Bea.
Oh.
Y como si presionara el botón de los recuerdos, todos llegan a mi mente. Mi corazón roto mientras caminaba bajo la lluvia después de Red me rechazara, como Black me recibió, lo bien que se sintió, sus besos, sus caricias, la conversación después de eso. Y me vuelvo consciente de su calidez a mi lado. Me sonrojo y vuelvo a ver la lluvia.
—Necesitas superarme —bromeo, intentando aliviar el ambiente.
Black suspira.
—Es difícil superarnos, Bea —admite—. Cuando todo se siente tan bien, tan natural entre tú y yo.
Ambos giramos la cara y nos vemos a los ojos y ahí está, esa maldita tensión, esa necesidad de cerrar el espacio entre nosotros y besarnos como aquella vez en la gasolinera. Trago y me lamo los labios, Black sigue el movimiento, el deseo claro en sus ojos.
—Ni siquiera sabes lo que quieres, Black.
—¿Tú sí?
Abro la boca y quiero decirle que sí, que quiero a Red, que él me esperara y que no puedo arruinar eso. Por alguna razón, no digo nada y aparto la mirada. El sonido de la lluvia cayendo es todo lo que oigo por un rato. Black pone su mano sobre la mía en la madera del escalón y mi corazón se acelera.
—Quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que sea, ¿de acuerdo?
Asiento y él aprieta mi mano de una forma gentil, y lo único que se me viene a la mente es su mano entre mis piernas, sus dedos dentro de mí. ¿Qué carajos me pasa? No es el lugar, ni el momento. Creo que estar semanas sin nada de sexo me está jugando una mala pasada. Separo mi mano y la froto en la parte frontal de mis pantalones, aclarándome la garganta.
—¿Has hablado con Violet? —Desvío el tema porque lo necesito.
—Nah, ¿qué voy a decirle? —Me giro para verlo y él está enfocado en el cielo, con el reflejo de la luz del poste de la calle, se pueden ver las gotas de lluvia caer con detalle—. Somos un desastre, ¿no?
Eso me hace reír un poco.
—No llevamos una vida aburrida, eso es seguro.
—Bea.
Cuando volteo a verlo, está un poco inclinado hacia mí, más cerca de lo que debería. Me pierdo en esos ojos oscuros por unos segundos.
—¿Qué carajos pasa entre tú y yo? —pregunta.
El aire es pesado, ni la brisa fresca de la lluvia acaba con esta calidez entre los dos.
—No lo sé —digo honestamente—. Solo sé que debe quedarse atrás, en el recuerdo.
—¿Por qué?
—Porque he tomado mi decisión.
Su rostro se contrae en tristeza.
—Siempre ha sido él, ¿no?
—Suenas como un libro barato de romance —bromeo en un intento estúpido de hacerle reír. Black mantiene esa expresión triste, pero sonríe un poco.
—Soy la versión barata del romance —dice—. La versión con la que te diviertes y la pasas bien, pero que nadie escoge.
—Black.
—Just kidding.
Solo bromeaba, pero ambos sabemos que no. Él se pone de pie y hago lo mismo, aún llueve.
—Debería irme.
—Black —protesto y lo tomo de la mano. Él baja la mirada a nuestros dedos entrelazados—. No te vayas, podemos esperar que pase la tormenta.
—¿De verdad? —Él me jala de la mano y me pega a él, usando su otra mano para acunar mi mejilla, su pulgar rozando mis labios—. ¿De verdad podemos estar aquí solos y comportarnos?
Estamos tan cerca, unos cuantos centímetros y nuestros labios se encontrarían. Puedo sentir mi pecho subir y bajar con cada respiración acelerada. Y sé que él tiene razón, y que debe irse, he tomado mi decisión. Sin embargo, me doy cuenta de que lo que hace esto difícil, con Black no tengo que pensar tanto, no hay emociones profundas hasta ahora. Es disfrutar sin ataduras, sin sentimientos que lo compliquen todo. Aún así, no puedo hacerle esto a Red. Así que doy un paso atrás, rompiendo todo contacto con Black. Todo está claro en su expresión y él asiente.
—Buenas noches, chica azul.
Esas palabras me llevan a aquella noche que nos vimos aquí mismo por primera vez después de lo de la gasolinera.
—Buenas noches, Black.
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Nota de la autora: I HAVE NO WORDS.
SUFRIR CON MIS PERSONAJES IS MY PASSION.
Esta gente colorida y sus cosas, que sí, que si no, que sí sé lo que siento, que sí no, parecen jóvenes con emociones volubles y poco constantes. Ah caray, lo son hahahaha xD #PidoPerdón.
Bueno, por lo menos, ya tenemos un plan para lidiar con Soren, ah, solo nombrarlo me dan ganas de matarlo yo. Mila Stein, ven y haznos el favorcito, plis.
Las palabras de la psicóloga de Bea <3 Amo.
A ver dejen sus teorías de que va a pasar en esta pinche historia porque esto está de locos, wey.
Se nos quiso,
Ariana Colors Godoy.