Ginger
Llegamos a la casa. Pensé que William y Frederick nos recibirían o preguntarían, en donde estuvimos pero, No.
Solo estaba Fluffy.
Durmiendo como siempre.
— Y los otros dos idiotas — rompió Craig el silencio — Donde estarán?
— No lo sé. — Respondí mirando mi alrededor.
— Por fin! — Reese parecía orgulloso?
— Que? — Me gire hacia el.
— Si William y Frederick no están — Camino hasta la cocina — y mamá y papá tampoco, eso significa que...
— Nos Abandonaron?! — Craig sonaba preocupado.
— Si serás. — Reese se llevó las manos frotándose la cara — quiere decir que tenemos la casa solo para nosotros tres.
— Enhorabuena. — Comencé a dar saltitos por la emoción.
— Y que quieren hacer? — Craig se fue a sentar a lado de fluffy, lo cual lo hizo despertar.
— Lo que queramos, supongo. — me encogí de hombros.
— Supones?
— Ya. — Mi vista se dirigió al teléfono — deberíamos llamarlos? — pregunté.
— Que? No! — Reese rápidamente tomó el teléfono y lo guardó dentro de su pantalón.
Jodido asco.
Recuérdenme ya no tomar ese teléfono.
— Cálmate. — me encamine hasta el.
— Lo siento, Ginger — suspiro —es que... como casi siempre ellos están aquí, no tengo tiempo para estar con ustedes.
— Awwwww , que asco.
— Craig no digas eso — lo fulmine con la mirada — es nuestro hermano y quiere pasar tiempo con nosotros.
— Perdón — levantó las manos en señal de rendición — la cosa es que, no soy fan de lo cursi.
— Pasar tiempo con ustedes no es cursi.
— Ya. — Craig se levantó de golpe del sillón — y si ordenamos comida? — sugirió.
— Acabamos de comernos una hamburguesa en el camino y ya quieres comer?
— En el transcurso de mi día solo se basa en comer, hermanito.
— Ya veo — Reese se dirigió hasta la ventana — y que quieres ordenar?
— No lo sé, pizza? — Se cruzó de brazos.
— Nah, es muy básico.
— Comida china? — sugerí.
— Nos estamos entendiendo. — soltó una risita.
— Entonces eso es un.... si? — pregunte confundida.
— Ya.
— Ya.
— Pero primero — Craig señaló el teléfono en el pantalón de Reese que todavía seguía allí — pídela tú, que asco tocar ese teléfono y ponerlo en mi oreja.
— Craig tiene razón. — puse cara de asco.
— Que?! Pero! — Reese sonaba alterado — no se dar bien la dirección, jeje.
— Que pena! Eso hubieras pensado antes de poner el teléfono en tus pantalones. — Craig se dirigió a la cocina y trajo con él un volante.
Tal vez el de la comida.
— Marca el número.
— Pero..
— Que marqués!
— Bien! Si sigues apurándome no ordenaré para ti.
— Cuándo será el día en que uno de ustedes dejará de pelear? — me frote la cara en señal de desesperación.
— Pues este imbecil! Que ya quiere tragar.
☽☽☽☽
Después de una rica comida china, estábamos preparando lo del pequeño viaje — bueno, no un viaje, solo un paseo para quitar el estrés .
— A donde quieren ir? — Craig ojeaba unos folletos de unas cabañas.
— No lo sé. — me lleve una mano a mi barbilla— que estará bueno?
— Pues una cabaña no estaría nada mal, eh.
— Algo más. — Reese tomó otro volante y empezó a leerlo — un viaje a Italia ?
— Y tú vas a pagar? — Craig quitó su vista del volante.
— Espera dije Italia? Ay no! Que aburrido, muy aburrido. — Reese dejó el volante a un lado.
— Pues la cabaña es buena idea. — Ahora yo tenía un volante.
— Verdad que si? — asentí con la cabeza.
— Bien, la cabaña será. — Reese cerró el volante dejándolo a un lado, para después tomar otro.
— Y si ellos se enteran? — sonaba preocupada.
— No mencionaremos nada a nadie. — Craig sonaba serio.
— Ni a mamá y papá, estas serán unas pequeñas "vacaciones " — Reese hizo comillas en la última palabra — bueno más bien no son vacaciones, será un descanso de toda esta mierda.
— Bien. — Respondí.
— Tranquila Ginger — Reese tomó una de mis manos y le daba caricias en forma de círculo en ella — no se van a enterar.
— Eso espero — suspire — no quiero que ellos hagan una estupidez por no incluirlos.
— De eso se trata el descanso — Craig me señaló — de no incluirlos. Es que, cuando ellos vienen con nosotros pasan tragedias.
— Demasiadas.
— Es como si.... — Reese buscaba las palabras adecuadas — la mala suerte estuviera en ellos, no creen?
— Hablas como de una.... maldición? — reí.
— Casi. — Reese formó una sonrisa en sus labios.
— Deja de ver Harry Potter,Reese — Craig se palmeó la cabeza — te afecta en el cerebro.
— Y como le llamarías tú, eh?.
— La maldición de los Evans. — Sonrió orgulloso.
Los tres soltamos una carcajada por lo que dijo Craig y la verdad no sé si exista ese tipo de maldiciones.
Creo que no.
Esto es la vida real o algo así.
Perdón por tardar tanto en actualizar
las tareas me traen vuelta loca :(