Estaba nerviosa.
Hoy era el concurso y no dejaba de mirar ansiosa por la ventanilla.
—Estás muy nerviosa —dice Jungkook acariciando mi pelo.
Dejo de observar por el cristal y lo miro.
—Y lo estoy —respondí y solté un suspiro.
—Respira profundo. Verás que todo saldrá bien —dijo tomando mis manos entre las suyas.
—Sí. Eso espero —digo hablando despacio—. Pero me dá miedo que a la hora de exponer me quede en blanco y toda la explicación se vaya a la borda. Dios...
—Eso no va a ocurrir —acarició mi cabello y dejó un mechón de este tras mi oreja—. Saldrá todo muy bien. Te preparaste. Y estás lista.
Asentí y el besó mi frente. Al hacer eso yo opté por abrazarlo. Él respondió a mi abrazo y besó la parte posterior de mi cabeza.
Luego de unos minutos restantes y axfisiantes para mi, llegamos al lugar donde se realizaría la exposición.
Jungkook bajó del auto y rodeó la puerta para abrir la puerta de mi lado. Sujetó mi mano suavemente y salí.
Habían muchos periodistas, que al vernos jutos comenzaron a hacer fotos. Y es que desde hace una semana, estos no dejaban de ir tras nosotros cada vez que salíamos.
Jungkook y yo aún no nos habíamos casado, pero pasábamos mucho tiempo juntos dentro de nuestro espacio. Salíamos a menudo yendo a cualquier lugar de nuestro interés. Y pocas veces podía ser una salida tranquila ya que siempre alguién nos terminaba reconociendo y tomaban fotos revelando lo que sea que estuviésemos haciendo.
Era incómodo.
Sobre todo para mi. Aún no me acostumbro a la idea de que el príncipe de Corea es mi novio, casi prometido. Y que yo seré en su debido momento -claro está-, su esposa.
Rodee con mi brazo el brazo de Jungkook y rodeados de guardias que custodiaban nuestro alrededor entramos al lugar.
—No te pongas nerviosa. Habla despacio y tomate tu tiempo. Una vez que vayas a explicar de que trata tu obra toda la atención estará en ti así que solo...tomalo con calma —me dice Jungkook con mis manos entre las suyas mientras acariciaba mis nudillos.
—Está bien —asentí—. Puedo hacerlo.
—Puedes —aseguró—. Buena suerte.
—Gracias —le sonreí y el besó suavemente mis labios antes de dirigirse a sus asientos reservados en el lugar.
Junto a mi familia, y a la Reina y el Rey Jeon que habían hecho un espacio en su apretada agenda para venir a verme.
Yo me dirigí hacia mi lugar, junto a los demás participantes. El lugar comenzaba a llenarse y no podía evitar sentir un poco de pánico al ver tantas personas reuniendose para ver la exposición. El anfitrión dió un pequeño discurso y habló del concurso, y a los segundos los participantes comenzaron a ir mientras presentaban sus dibujos.
Yo era una de las últimas, y no sabía si sentirme feliz porque tendría más tiempo para calmarme; o sentirme mal porque comenzaba a desesperarme.
Los minutos, y los participantes que estaban delante de mi continuaron pasando una y otra vez, hasta que luego, me tocó ir a mi. Me daba un terror gigante pararme delante de muchas personas, y de los jueces, y tener toda la atención encima de mi.
Llegué al centro del teatro, junto a mi pintura. Donde claramente se mostraba el retrato de Jungkook en el balcón de espalda mientras miraba el bonito cielo estrellado.
—Tú nombre —me pide uno de los jurados.
—Kim Tae Eun —respondo.
Ellos lo anotan y me señalan indicando que comenzara a dar mi explicación acerca de mi dibujo.
Por unos segundos miré hacia donde estaba Jungkook junto a sus padres, mis padres y mi hermano Taehyung. Todos me miraban transmitiéndome seguridad y ánimo.
Ok Eun. Tu puedes.
Y comencé a dar mi explicación de mi dibujo.
Expliqué cada detalle, cada sentimiento y cada emoción que quería transmitir con cada trazo que delinee en el papel cuando se encontraba en blanco.
Y en el cuál retraté esa hermosa imagen que había presenciado y que quería mostrar a pesar de que igual se iba a quedar guardado en mi corazón.
Durante mi explicación no pude evitar dejar de mencionar a Jungkook. Y le agradecí demasiado. Su apoyo, su paciencia y sobre todo el esfuerzo que empleó en mi para que retomara todo cuando sinceramente no sentía ninguna emoción.
【...】
—Kim Tae Eun, para usted el primer lugar —no pude evitar sorprenderme cuando escuché aquello.
Sinceramente no me lo esperaba.
Habían ido demasiadas personas talentosas, y a pesar de que si me sentí orgullosa de mi trabajo, no estaba tan segura de que tendria el primer lugar.
Bajo aplausos caminé con un poco de timidez hacia una de las juezas quien me entregó un ramo de flores hermoso y grande. Más un reconocimiento.
—Tu trabajo fue increíble. Sigue así. Serás una pintora excelente —me dijo ella sonriendome.
—Gracias —musité aún sorprendida e hice una reverencia.
Luego de habernos despedido, salí del teatro y al inmediado Tae corrió hacia mi.
—¡Felicidades pequeña! —dijo abrazandome con fuerza.
Sonreí en medio del abrazo.
—Gracias Tae —sonreí.
—Te lo mereces preciosa —me dijo viendome y despeinó tiernamente mi cabello.
—Awww. Ven acá —mi madre me abrazó feliz.
—Muchísimas felicidades Taeeun —me sonrió el Rey Jeon.
—Gracias. Todavía no me lo creo —dije soltando un suspiro pesado.
—Pues deberías. Estuviste espectacular —Jungkook me sonrió y como pude lo abracé.
—¡Taeeun felicidades! —sentí un coro tras de mi.
Me giro en seguida encontrando a Lisa y a Joy sonrientes con un ramo de flores cada una.
—¡Lisa, Joy! —exclamo feliz al verlas.
Le dí un abrazo a ambas sonriendo emocionada.
—Dios...¡vinieron! —sonrío feliz al alejarme.
—Pues obvio —dijo Joy sonriendo—. Teníamos que venir a verte.
—Hermosa estuviste. Muchas felicidades por el primer lugar —dijo Lisa sonriendo.
Volví a hacer un puchero y nuevamente nos abrazamos felices de vernos.
A mis padres, y a mi hermano les presenté a Lisa. Y a Joy.
—Tae ella, es Joy. Fue mi supervisora durante el tiempo que estuve en el evento.
—H-hola —sonrió Joy tímida.
Rodee con mi brazo el de Jungkook mientras miraba divertida a Joy actuar nerviosa frente a mi hermano.
—Mucho gusto Joy. Kim TaeHyung para servirte —le dijo mi hermano.
—Yo soy la que quiere servirte a ti —susurró Joy.
Jungkook y yo reprimimos la risa.
—¿Qué? —cuestionó Tae un poco perdido.
—A-ah nada. Que gusto en conocerte también.
Volví a reír negando.
—Deberíamos ir a celebrar este logro —dijo mi madre sonriendo.
—Me parece estupendo —sonrió la reina Jeon.
Miro a Jungkook.
—¿Vamos?
—Solo un rato. Quiero tener tiempo contigo a solas —besó mi mejilla y sonreí asintiendo.
Luego de despedir a Lisa y a Joy y agradecerle infinitas veces por haber venido, Lisa se fue ya que ella ahora era princesa también y estaba ocupada claramente. Mi hermano se brindó a acompañar a Joy y dijo que después nos seguiría. Le dí una mirada cómplice a Joy.
Una vez llegamos, mi madre y la reina Jeon comenzaron a preparar la cena juntas.Mi padre y el rey Jeon comenzaron a ver un partido de futbol mientras hablaban de sus equipos favoritos y de temas relacionados a otros deportes. Mientras eso, Jungkook y yo nos dirigimos a su habitación.
—¿Cómo te sientes? —me preguntó Jungkook.
—Muy feliz —sonreí—. Gracias.
Él se acercó a mi y rodeando con sus brazos mi cintura me acercó a él.
—Llevas como media hora agradeciéndome.
—¿Y que? —respondí—. Gracias, gracias y gracias. Por estar conmigo. Por existir. Por absolutamente todo.
—Entonces debería ser yo quien te agradezca a ti —se inclinó hacia mi y rozó su nariz con la mía.
—¿P-por? —cuando hacia eso yo entraba en un trance y me quedaba más que embobada con él.
—Por absolutamente todo —repitió también—. No sabes cuanto estoy agradecido por haberte conocido. Y perdón si al inicio actué como idiota.
Reí negando —Como idiota actué yo. Tú insististe.
—Y menos mal —dijo orgulloso—. No podía perder esta chica hermosa que me volvió loco cuando la conocí –acunó mi rostro entre sus manos.
—¿Te volví loco? —reí divertida a pesar de que mi corazón latía demasiado por la declaración.
—Loquísimo —y sin decir algo más me besó.
Con uno de sus brazos alrededor de mi cintura y la otra sobre mi mejilla.
Yo mantuve mis manos sobre su pecho mientras respondía a su beso. Él mordió suavemente mi labio inferior al alejarse.
—Estoy muy seguro de querer tener una vida contigo, Taeeun —dijo con su mano sobre mi mejilla mientras acariciaba suavemente mi piel con el pulgar.
Nos quedamos mirándonos durante largos segundos mientras yo sentía mi corazón martillar duro contra mi pecho de los millones de sentimientos, y emociones que tenía revueltas dentro cuando lo miraba a él.
—Yo también —terminé diciendo.
—¿Eso significa? —arqueó una ceja aún observandome.
—Que nos podemos casar cuando quieras —susurré sonriendo.
Él me escuchó perfectamente y sonrió.
—¿En serio? —volvió a insistir.
—Muy en serio —afirmé.
Volvió a sonreír y comenzó a depositar muchos besos sobre mi rostro haciéndome sonreír.
—Te quiero demasiado —pegó su frente a la mía—. Y prometo hacerte muy feliz.
—Más te vale porque si no te dejo sin testículos, cuñadito —dijo Taehyung entrando al cuarto.
—¡Tae! —exclamo.
Él sonrió.
—¿Se van a casar entonces? —nos miró curioso.
—Amo a tu hermana. Quiero estar con ella. De eso no hay duda —Jungkook me miró sonriendo y haciéndome sonrojar.
—Deberíamos entonces darle la noticia a nuestros padres ¿no? —dice mi hermano.
Jungkook y yo asentimos sonriendo.