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—¡Lárgate de mí vista!
— Papá, puedo... —intenta zafarse de su agarre.
— ¡No me importa! ¡¿No puedes hacer nada bien?! —suelta el brazo de su hija, empujándola hacía atrás.
Holly cae al suelo y ni siquiera alcanza a voltear para ver a su padre porque ya cerró la puerta, dejándola fuera de la iglesia y con lágrimas en los ojos.
En ese momento River entiende que debe irse, así que comienza a caminar lejos, pero Holly ya se percató de su presencia en el lugar.
— ¡Oye! —exclama levantándose— ¡No deberías estar aquí!
El callejón detrás de la iglesia es poco concurrido mayormente porque es algo tenebroso y a parte porque está prohibido merodear por ahí. Aunque algo tan banal como eso no iba a impedir que River pasee por aquí.
— ¡Te estoy hablando! ¡¿Eres sordo o qué?!
La paciencia no es una de las cualidades de Holly Parker.
— ¡Hey! —exclama una última vez fastidiada.
River entiende que es momento de detenerse. Cierra los ojos durante unos segundos, armándose de valor para enfrentar a la chica que tanto le llama la atención y luego voltea actuando normal.
— Hola, soy... —presentarse es un buen paso, sí.
— Sé que quién eres —le detiene Holly dándole una mala mirada y haciendo que River se encoja internamente— Está prohibido merodear por aquí.
— Yo... solo pasaba —miente actuando normal— Y ahora ya me voy...
Holly se pone a su lado.
— ¡Espera! —arquea una ceja— ¿Qué tanto viste?
"Bueno, en conclusión... vi como tu padre abusaba físicamente de ti. También psicológicamente. Presencie todas las veces que pasó porque llevo espiándote desde hace semanas."
— No mucho —decide contestar.
La respuesta tranquiliza visiblemente a Holly.
— Bien.
Ella pasa por su lado, comenzando a caminar como si nada hubiera pasado. Aquello desconcierta a River.
— ¿No vienes? —le pregunta girando un poco el rostro.
— Eh, bueno... —contesta algo extrañado.
— Mi auto está a la vuelta —le explica Holly.
Caminan en silencio hasta el estacionamiento de la iglesia. Ahí se suben en el auto de Holly y minutos después están lejos de ahí. River la observa conducir, como su cabello negro vuela gracias a la velocidad y al viento. Verla en la escuela es una cosa, verla por la ventana de su habitación, otra.
Pero es completamente distinto verla a su lado.
Holly Parker ha llamado la atención de River desde que la conoció aunque nunca intentó acercarse a ella hasta el momento porque lo intimida. ¿Una chica intimidando a River Lowell? Eso no ha pasado al menos en un siglo. Por eso para él es importante conocerla. Hace años no sentía ese nerviosismo, esa curiosidad insaciable, las ganas de mostrarle que hay mucho más lejos de este pueblucho.
— ¿A dónde vamos? —le pregunta River.
— Voy a mostrarte mi lugar especial —contesta Holly poniendo una sonrisa en su rostro.
¿Lugar especial? Mmm... Llevo siguiéndote semanas. ¿Cómo no lo vi ya?
— ¿Por qué? ¿Tienes miedo? —agrega juguetona.
— No.
River se relaja y se limita a observar por la ventanilla. Están cerca del puerto, justo donde Meghan tuvo su crisis nerviosa hace no menos de veinticuatro horas, pero Holly se detiene antes de llegar al puente.
Detiene el auto a un lado de la carretera y saluda con la mano a algunos puesteros que están del otro lado de la ruta. A la gente parece brillarles los ojos al verla, emocionados por su saludo, no sucede lo mismo con él. Lo miran con desconfianza, pero eso no impide que les salude con cortesía.
Holly se saca sus zapatos con tacón bajo y los lleva en la mano, lo cual River no puede hacer y siente como la arena se mete en sus zapatillas poco a poco causándole molestia.
En silencio caminan cuesta abajo para llegar a la playa. Como el atardecer está a pocos minutos de distancia, la vista no es menos que hermosa y nubla por completo los sentidos de River.
Por eso, cuando están cerca del puente, Holly lo toma por sorpresa cuando patea su espalda haciéndole caer en la arena boca abajo. Ella sostiene las manos de River de forma cruzada y se sienta sobre su espalda.
Acerca su rostro a su oído.
— ¿Por qué estabas siguiéndome? —le pregunta ella con dureza.
— ¡Estaba pasando por ahí! ¡No estaba siguiéndote! —miente River.
Con su mano libre, tira del cabello de River hacía atrás.
— ¿Qué me dices de los otros días? ¿Por qué diablos te cruzo cada mañana si vives a veinte calles de mi casa?
River con un solo movimiento podría cambiar fácilmente los roles, pero cree que es justo dejar que lo lastime por su reciente comportamiento acosador.
— Me gusta... caminar —miente, otra vez.
Holly tira más de su cabello haciendo que River chille del dolor.
— ¡Bien! ¡Está bien! —exclama— ¡Voy a decirte la verdad!
Holly suelta su cabello esperando una confesión.
— Preferiría que no estés encima de mí. Gracias.
— Y yo prefiero que no me acosen. El mundo es un lugar cruel, ¿no lo crees?
Touché, piensa River.
— Quiero ser tu amigo.
No está mintiendo, al menos no del todo. Quiere conocer a Holly y sabe que para ello el primer paso es entablar una amistad. Además... ella tiene novio. No puede simplemente hacer desaparecer a Brandon. Le cae bien.
La confesión desconcierta a Holly. Se baja de él y camina pensativa.
— ¿Quieres ser mi amigo? —repite confundida— ¿Por qué?
River se levanta y limpia con las palmas de las manos la arena que tiene en la ropa.
— Porque necesitas hablar con alguien sobre lo que estás pasando y yo soy bueno escuchando.
"Sobre lo que estás pasando" Esas palabras hacen que Holly se tense.
— Tengo amigos —contesta con una sonrisa forzada— Cientos, de hecho. Si estás insinuando que no los tengo...
— Sí, tienes muchos amigos. Eres una de las chicas más populares de la escuela, ¿crees que no lo he notado? —le pregunta River acercándose más a ella— Lo que intento decir es que; tienes muchas personas a tu alrededor, pero ninguna que te escuche realmente.
Nuevamente, las palabras de River logran remover el interior de Holly. Sus ojos se cristalizan al mismo tiempo que lo observa incrédula y se pregunta ¿Cómo alguien que la ha acosado hace tan poco, puede leerla mejor que sus propios amigos?
La verdad es que, no culpa a sus amigas y a su novio por no darse cuenta de que algo anda mal con ella. Holly ha tenido que lidiar con los maltratos de su padre desde que es pequeña y aprendió a ocultarlo bastante bien desde entonces.
Sus problemas rara vez salen de la casa, se quedan encerrados en esas cuatro paredes, esperando a que regrese.
Deja que el sentimentalismo abandone su cuerpo. Por más dulce que este chico raro se vea, no va a dejar que la vea débil.
— Bien —accede algo extrañada— Pero si le cuentas algo a quién sea, vas a lamentar haberte metido conmigo.
River eleva las manos.
— Entendí muy bien a que me enfrento —contesta divertido.
Holly sonríe un poco.
Tal vez este dulce chico raro no sea tan malo después de todo.
Quise hacer algo diferente para que conozcan un poco más de los otros personajes! Hoy conocemos un poco más de Holly y River :)