Taeeun;
—Se lo pido —miré al señor Kim Suk.
Este suspiró y sobó su frente —Ok. ¿Pero estás segura?.
—Mhm —asentí.
—Vale. Te irás unos minutos antes de que los príncipes y las demás chicas se vayan a al viaje en barco —respondió.
—Gracias —murmuré y le hice una reverencia.
El asintió y se giró dejandome allí.
Limpié con el dorso de mis manos mis mejillas humedas y decidí dirigirme a la habitación del príncipe Eunwoo para hablar con él.
Solo esperaba no encontrarme con Jungkook.
Toqué la puerta y esperé pacientemente mientras sentía un nudo en mi garganta. A los cortos minutos, la puerta se abrió y ambos nos miramos.
—¿Puedo....hablar contigo? —pregunté.
El se me quedó viendo y asintió despacio; se hizo a un lado y entré a su habitación.
Salimos hacia el balcón de esta.
—Lo que te diré es rápido. Se que falta poco para...el viaje en barco —comencé diciendo. El me miró en silencio—. Me voy del evento hoy.
—¿Que? —preguntó en seguida.
Tomé aire —Me siento muy mal por arruinar la amistad que existe entre Jungkook y tú –respondí y entonces lo miré directamente–. Y no quiero estar en medio de ustedes. Y mucho menos ser la razón de que su amistad se haya roto.
—Taeeun-
—No. Dejame hablar —lo interrumpo—. Yo te gusto ¿no?.
El me mira por unos segundos pero asiente —Sí.
—Te molesta que esté con Jungkook ¿no? —continué—. Así si dices que no, yo lo sé.
—¿Crees que no me molestaría que la chica que me gusta esté con uno de mis amigos?.
Asentí despacio —Si yo me voy, ¿volverás a ser amigo de Jungkook?.
El arqueó una ceja —¿Eso es lo que intentas? –preguntó pero yo no le respondí. Continuó—. No. No volveré a ser amigo de Jungkook. Porque asi si te vayas el seguirá gustando de ti. Y tu de él. Nada cambiará eso. Y escucha esto, Taeeun –siguió—. No tienes que irte. Tampoco tienes que dejar de estar con Jungkook. Yo estoy actuando de esta forma, pero no lo hago para que tu y él dejen de estar. Tampoco lo hago para que tu te sientas mal. Realmente me duele que no te hayas fijado en mi como quise, o como desde un principio lo intenté. Pero soy adulto. Y sé perder. Si Jungkook y tu se gustan, entonces tienen que estar juntos. A mi se me pasará. A ustedes no. Así que en serio, no tienes que hacer esto. Si te vas a ir, que no sea por eso. Deberías saber que la felicidad de uno mismo, es algo que debemos poner en primer lugar. Así que en serio -repite-, no tienes porque hacerlo. Y yo no voy a el viaje en barco. Me voy de el evento.
—¿Que?.
—Nosotros los príncipes nos podemos ir si no sentimos ninguna atracción hacia alguna de las chicas —respondió—. Y aunque realmente no es el caso, tampoco hay sentido de que me quede si la que me gusta está enamorada de mi mejor amigo –luego de decir eso me sonrió–. Estoy siendo honesto Taeeun. Así que todo está bien.
;;;
Miré una de mis maletas abiertas y con la mitad de la ropa en esta. Suspiré y sobé mi frente.
Faltarían minutos para que el señor Kim Suk viniese a buscarme para irme, pero luego de escuchar todo lo que había dicho el príncipe Eunwoo, no estaba tan segura.
Aunque seguía sintiendo que era culpa mía que el príncipe Eunwoo y Jungkook ahora no se llevaran tan bien como antes, me dolía dejar atras lo que siento por Jeon solo por intentar algo que puede que en el futuro, o dentro de algunos meses pase. Pero en este momento yo no necesitaba convencerme a mi misma, ni intentar decirme que me quede -para mi-. Quería ver a Jungkook.
Pero ahora no sabía como ir hacia él luego de lo ocurrido.
Jungkook;
Me encontraba sentado en uno de los sofás de mi habitación mientras mantenía mi espalda relajada en el respaldo del sofá. Miraba hacia el techo con mis pensamientos idos. Pero enfocados solo en Taeeun y en nuestra aparente ruptura.
Eso me estaba comiendo la cabeza, y desde que pasó he estado todo el tiempo en mi cuarto sin salir mientras obviamente sigo pensando en ella. Llevé mis brazos hacia mi nuca, apoyando mi cabeza en mis manos mientras lanzaba un suspiro corto con mis ojos cerrados por un breve momento.
Joder.
No dejo de pensar en ella.
Salí de mis millones de pensamientos mezclados cuando tocan a la puerta. Giro mi cabeza hacia esta, y al principio no me daban ganas de levantarme, pero ante la insistencia chasquee la lengua y me levanté.
Abrí la puerta y lo menos que me esperaba era encontrar a Eunwoo ahí.
Con una maleta.
—Vine a hablar contigo.
Crucé mis brazos y solté una sonrisa de lado —¿Vas a volver a culparme del hecho de que Taeeun gusta de mi?. Porque si es así quiero que sepas que-
—No Jeon —interrumpió—. No vengo a decirte nada.
Fruncí mi ceño —¿Entonces a que vienes?.
—Taeeun piensa irse del evento —dijo—. Solo por el hecho de que dejamos de ser amigos por ella.
—¿Entonces que? —contraataqué—. ¿Ya estás bien?.
—La verdad no —dijo—. Jungkook, si hubieras sido tu, creo que te sentirías igual.
—No —respondí—. Yo me alegraría por ti Eunwoo. Porque somos. O bueno...eramos, amigos.
El miró hacia otro lado por unos cortos segundos y luego habló.
—De todas formas, ya da igual —respondió—. Le dije a Taeeun que no tenía que hacer eso. Que algún día, tal vez, tu y yo podamos ser amigos de nuevo-
—Eso depende de ti, Cha —contesté.
—Está bien —asintió—. Lo que quiero decir es que, yo fui sincero con ella, y le dije todo como debía ser. Ahora lo demás creo que depende de ti. Yo me regreso a Gunpo, porque la verdad estoy perdiendo el tiempo aquí teniendo cosas más importantes que hacer –hizo una pequeña pausa–. Entonces, adiós.
Se giró para irse, y yo presioné mi lengua por unos segundos contra el interior de mi mejilla y hablé.
—Yo si te entiendo, Eunwoo —dije—. Y entenderé si no podemos ser amigos de nuevo como antes por esto, pero igual me gustaría que sepas que puedes contar conmigo para lo que necesites.
El que se había detenido, asintió a los segundos.
Pero no dijo nada y continuó con su camino.
Esperé unos cortos minutos, y si pensarmelo dos veces, me dirigí a ver a Taeeun.
Toqué a su puerta dos veces seguidas y no abrió.
Lo intenté una tercera pero tampoco.
Por un momento me desesperó que hubiese sido tarde y ya estuviese dirigiendose a Seúl. Sin embargo cuando iba a intentarlo por cuarta vez, ella abrió la puerta y solo asomó la cabeza.
—Ni intentes irte —entré a su habitación sin importarme nada y cerré la puerta tras de mi.
Ella se puso roja, y yo estaba tan enfrascado en el hecho de que ella tenía intención de irse, y yo quería evitarlo, que no me había dado cuenta de que estaba con el pelo húmedo y solo usaba una toalla que cubría su cuerpo.
—I-iré a cambiarme —dijo bien sonrrojada e intentó irse pero la tomé del brazo impidiendoselo. Me miró—. ¿Q-que ocurre?.
—¿Intentaras irte? —pregunté yo.
Ella miró hacia otro lado.
—Respondeme —insistí.
—E-es que-
—Sabes que no voy a dejarte ¿verdad? —volví a hablar y ella me miró—. Podrás haber roto conmigo, pero igual seguirás siendo mía.
Ella pestañeó seguidamente mientras me miraba. Yo acorte el pequeñisimo espacio entre nosotros.
La atraje más hacia mi, bajando un poco mi cabeza y elevandola por la cintura -para estar más o menos a la altura-, y la besé.