Besos A Distancia | Fanfic Ca...

Door DaiVillarroel

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¿Se puede amar a distancia?... Veamos que tan cierto es lo que se dice que para el amor no hay barreras. ... Meer

IMPORTANTE LEER ANTES DE COMENZAR
BOOKTRAILER
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40 (final)
AGRADECIMIENTOS

Capítulo 19

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Door DaiVillarroel

Narrador

Norte de México

08:56 a.m.

La maldad que puede albergar un ser humano puede ser descomunal. Puede ser tan oscura, tan retorcida y tan incoherente que puede llevarlo a cometer el peor de los actos y, aun así, no sentir remordimiento alguno.

Estamos rodeados de personas con las que podemos conversar tranquilamente un día y enterarnos al siguiente que torturó, violó o asesinó a alguien.

Incluso nosotros mismos podemos tener una maldad dormida en nuestro interior, una pequeña voz que tratamos de ignorar pero que vive en nuestra alma y que está deseando tener solo una mínima oportunidad para salir y tomar el control de todo.

— Ya está todo listo, patrón. –dice un hombre con un marcado acento norteño, la persona a quien se dirige está frente a él, su vista en lo que se deja ver más allá de las montañas.

— ¿Los amapoleros ya acabaron su chamba?

— Si, patrón –vuelve a decir firme.

— Muy bien. –se ajusta el sombrero en su cabeza y luego se acomoda la hebilla de su pantalón —¿La Bratz y Toni se fueron a hacer el mandado que les ordené?

— Desde muy temprano, patrón.

— ¿Y Aida?

— La Lic. está en su despacho checando lo de las cuentas.

— Dile a Casimira que se prepare que nos vamos en un rato. –ordena aun sin mirar al hombre y éste asiente para luego irse.

Luis Beltrán.

El hombre que controla toda la sierra, todo el norte y prácticamente... todo México.

Nada se mueve en México sin que él lo sepa.

Cuanto poder... en las manos equivocadas.

— Luis, aun podemos llegar a un acuerdo... -un leve murmuro que se disfraza de una "aparente" seguridad se escucha. Luis Beltrán tomo un largo respiro para luego voltearse a ver al portador de esa voz.

— Germancito... -tensa la mandíbula —¿desde cuándo me andas tuteando, mijo? –Germán tiene la intención de responder, pero es Luis quien lo calla hablando de nuevo —dicen que para pendejos no se estudia, pero tú tienes un magister en eso, no mames.

Luis Beltrán se acerca hasta quedar a unos pasos de Germán quien está sentado en una de las sillas del exterior, enseguida agacha su cabeza en señal de temor.

— No puedo creer como la Mafe te pudo elegir a ti por encima de mí –dice con desprecio —eres un pinche pendejo que lo único que hace es chingar.

— Podemos solucionarlo aún... nos conocemos desde hace años... -trata de mediar.

— Deja te aclaro algo, pendejo. –Luis levanta a Germán agarrándolo del cuello de la camisa para encararlo —el respeto se gana, las mentadas de madres también y tú te has ganado más mentadas que cualquiera. –aprieta el agarre —¡Mírame, pendejo! –le grita —¡Mírame! –sin embargo, Germán tan solo tiene su vista en el suelo... Beltrán suelta un bufido —te faltan huevos para hablarme de frente –termina de decir y lo suelta haciendo que Germán de tropiezos.

En la finca de Los Beltrán el paisaje, el ambiente, el clima, las comodidades... todo en esa finca era digno de inmortalizar en una fotografía y ciertamente, cualquier persona ajena a la situación, pensarían que esa finca era cualquier cosa menos lo que realmente era... la cuna donde todo el mal nacía.

Luis relame sus labios mientras mira a Germán, los ojos del Beltrán mayor son oscuros, vacíos, carentes de afectos o empatía. Es como si la mismísima oscuridad fuese dueña de ese cuerpo.

Sin embargo, hay cosas que incluso para el propio Luis Beltrán rebasaban la línea.

— Te falta ser más hombre, Germán –vuelve a hablar —mira que eso de venir aquí a mi casa y ofrecerme en bandeja de plata a tu hija para que yo pueda saldar tus deudas... uy... es de poco hombre.

— No, no, no... eso no es así –dice rápidamente alzando su cabeza y mirando a Beltrán, quien solo sonríe maliciosamente —solo te digo que tomes la casa como forma de pago, quédate con la granja.

Aunque Daniela había hecho hasta lo imposible para pagar la deuda de su papá —lo cual hizo— Germán Calle volvió a endeudarse con los Beltrán, ésta vez, con el jerarca y patrón de la familia.

— Y pensar que la güerita creyó que tú eras mejor que yo –Beltrán muestra una muesca de rabia.

Mientras que allí, en la finca de Los Beltrán se estaba decidiendo un posible futuro para Daniela, ella ajena a todo, se encontraba limpiando los establos en la finca de los Carvajal.

Qué triste cuando tu destino lo manejan personas tan inescrupulosas, y más triste aun cuando son personas tan cercanas como un padre los que siempre te traicionan sin importarle tus sentimientos o integridad.

..........................................................

En ese mismo momento, pero en la Finca de los Carvajal

— Ohhh pues, calmado caballito –la voz de Alejo al fondo del establo hace que Daniela levante un poco su cabeza dejando de acomodar el heno, se acomoda su sombrero.

Esa mañana había decidido vestirse con un jean alto color marrón oscuro, una camisa negra de tela suave y manga larga para no acalorarse, botas altas de color negro y su cabello recogido.

— ¿Batallando? –pregunta con burla Daniela para luego soltar una pequeña risa.

— Digamos que no es mi mejor momento –Alejo se quita el sombrero y trata de calmar al caballo que se encuentra inquieto, Daniela suelta un suspiro y mientras ve a su mejor amigo luchando para hacer que el caballo pueda entrar a su establo, ella saca su celular y le toma una foto.

— Di: Daniela es mejor que yo para controlar a los caballos –Alejo ve hasta su amiga y rueda los ojos cuando nota el flash.

Enseguida se va a WhatsApp y abre el chat con Poché, dándose cuenta que hay un nuevo mensaje.

Mensaje de Poché:

¿Sabe algo? Estuve pensando en lo que hablamos ayer, ciertamente no nos hemos dicho que signo somos. Te diré el mío, soy escorpio, pero me siento muy piscis a veces. ¿Es normal? ¿Usted cual signo es? ¿Será compatible con el mío? (...)

Daniela deja de leer al momento que siente como todo su rostro se ruboriza...

«¿Está coqueteando conmigo?» piensa.

Respirando levemente vuelve a leer...

»—...Yo creo que... ¿si? porque hemos compaginado muy bien, casi incluso podría decir que... bueno, mejor eso lo dejó para después. Por cierto, buenos días, señorita Calle. Que hoy tenga un día maravilloso.

Daniela se aclara la garganta y se acomoda el sombrero... «si... eso fue un... coqueteo» de pronto las manos le sudan y su corazón se acelera. Su cuerpo empieza a reaccionar ante algo que hasta el momento ella pensaba que era una simple...

— No... -murmura moviendo su cabeza y sacando pensamientos que quieren instalarse. Vuelve a agarrar aire y empieza a responder.

Mensaje para Poché:

Hola... Ehmm.. no, no hemos hablado de signos, ¿Cuál piensa que es el mío? Según lo que hemos hablado. –Daniela da en enviar y vuelve a escribir —Con que escorpio, ¿eh? Vaya... -vuelve a enviar. —Buenos días, señorita. Por aquí le envío lo que ando haciendo ahorita —adjunta la foto de Alejo batallando con el caballo— ese que ve allí es mi mejor amigo, del que le estuve hablando. Estamos en la finca trabajando y él tiene bastante tiempo tratando de controlar al animalito, pero nomás no puede. –envía —por cierto, muy buenos días (aunque allá ya es medio día) que su día también sea maravilloso. –al terminar vuelve a enviar para finalmente bloquear el celular.

Sin embargo, Daniela vuelve a sacar el celular del bolsillo de su pantalón y abre de nuevo WhatsApp, como aun acto automático va hasta la conversación con Poché y al perfil de ésta, presiona en la foto y observa a la joven mujer...

No sabe porque exactamente lo hace, o porque la ve luego de haber guardado el celular, pero eso hace que su corazón por los segundos que dura en esa acción... se sienta bonito. Es como si ver la foto de Poché calmará todos los pensamientos en su mente y al mismo tiempo, le creará unos nuevos.

¿Cómo puede funcionar?

¿Cómo es que una persona puede calmar todo un mar de pensamientos... y ni siquiera ser consciente de ese acto?

Hay personas que llegan a tu vida solo para un propósito...
hay otras que llegan para causar heridas y otras que llegan para curarlas.
hay unas que llegan para abrir nuestra mente ante emociones que antes no conocíamos.
hay otras que llegan para enseñarnos una verdadera forma de amar.
hay personas que en definitiva son un puente... y otras que son la razón del porque se vivió todo antes.

— ¡Órale! Si está bien guapa la morra –Daniela se sobresalta en cuanto escucha en su oído la voz de su mejor amigo, no puede reaccionar cuando es Alejo quien le arrebata el celular y comienza a leer todo...

— ¡Dame el celular! –le grita corriendo detrás de él, los caballos observándolos.

— ¡Asumakina! ¡Cómo te dominan! –se burla.

— ¡Alejo!

— "La verdad es que si, solo nos tenemos a nosotros mismos. Y a veces tenemos la suerte de también contar con personas que se preocupan y quieren solo lo mejor para nosotros... tú eres una de esas personas para mí." –Alejo lee en voz alta uno de los mensajes que Poché le envío a Daniela el día anterior —¡Esa es mi amiga! –celebra con orgullo mientras sigue corriendo hasta que llega a unas repisas y se sube impidiendo así que Daniela lo alcance —La tienes cacheteando las banquetas, Dani.

— ¡Alejo, devuélveme el teléfono!

— ¡Ay! Pero mira tú respuesta... toda una casanova: "Me encanta hablar contigo" –imita la voz de Daniela mientras hace ojitos —eso es, no seas tan menso como yo y hazte la de rogar.

— Alejo no te lo diré una vez más –advierte.

— Bien, bien... -Alejo se baja de la repisa y se acerca a Daniela quien inmediatamente le quita el teléfono —pero que guardadito te tenías todo ese coqueteo –la molesta mientras le pica la cara con la punta de sus dedos.

— ¿Coqueteo? –pregunta nerviosa —yo no estoy coqueteándole... tan solo... ella y yo... solo hablamos –responde rápidamente.

— ¡Ay ajá! –le dice para después reírse y volver al lugar donde estaba inicialmente —¿cómo está eso de "besitos"?

— Pos... pos...-titubea nerviosamente, traga saliva tratando de pasar el nudo en su garganta.

— "Pos, pos..." –Alejo la vuelve a imitar —pareces el chavo. –él empieza a peinar las crines del caballo —ahh pero para andar de coqueta con la werca esa, ahí si no eres tímida, ni tartamuda ¿no?

— ¡Alejo! –Daniela se queja sintiendo absolutamente su cara arder, guarda el celular y vuelve al establo para seguir haciendo la limpieza para poder pasar a los caballos que esperan afuera.

Poshé –vocaliza marcando las "s" en su acento —que nombre más raro.

Daniela trata de ignorar a su mejor amigo, trata de no responderle para ver si con eso es suficiente y deja de molestar. Pero conociéndolo como lo conocía, ahora que ya estaba al tanto de un par de cosas, Alejo peña iba a ser de todo, menos discreto.

— ...Ella te dijo que empezaría con el gimnasio y tú de sopenca le dijiste que tenías trampolín de ejercicio pero que nomás lo ocupabas para acostarte –niega con la cabeza mientras ve a Daniela —te falta calle, Dani...

— Lo dice el más experto de todos –murmura rodando los ojos.

— Bueno, al menos yo he besado. –se ríe, pero su risa muere cuando siente el impacto de la esponja en su cara —¡Oye!

— Cállate mejor y ponte a hacer el trabajo que en un rato vendrá la señora Olivia.

— Ay si, -Alejo agarra la esponja del suelo y se acerca a Daniela para murmurarle... —¿Por qué no le dices como te dijo que le dijeras? –levanta las cejas —"y por favor... dime Liv. Lo de señora me hace sentir vieja." –imita una voz femenina.

— ¡Alejo! –Daniela mira a todos lados checando que nadie esté escuchando —¡Cállate! No digas esas cosas, alguien puede escuchar y malinterpretar.

El mejor amigo de Daniela suelta una enorme carcajada que resuena en todo el establo y trata de recomponerse un poco cuando ve que en la entrada ya están viniendo algunos de los trabajadores de la finca.

Con una sonrisa en su rostro, niega con la cabeza y regresa a su lugar, mientras que Daniela por su parte trata de no pensar en todo lo que acababa de pasar. En ese "coqueteo" que sintió por parte de Poché y en como su amigo (siendo tan chismoso) pudo darse cuenta que en los mensajes que se estaban enviando había connotaciones más allá de una simple amistad.

«¿Será que...?» sacudiendo su cabeza, Daniela busca alejar los pensamientos que quieren venir a su cabeza.

Y mientras ella hacía eso... en Venezuela, una Poché sonriente veía la foto y el mensaje que acababa de llegar por parte de Daniela.

Bien dicen que... "ni aunque te quites, ni aunque te pongas."






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Hooola! ¡Feliz sábado! ¿Cómo están?

Yo estoy bien, con un poquito de dolor de espalda pero, al menos viva jaja.

Espero que les haya gustado el nuevo capítulo de ésta historia que es tan especial para mi. Poco a poco iremos descubriendo más cosas y por favor... pido disculpas anticipadas por lo que pueda venir jajaja.

Los quiero muchísimo.

—Mi chiquita, espero que al menos este capitulo te haga sentir un poquitititito mejor. Igual estaré aquí para seguir consintiendote. Te amo mucho, mi amor. 

Nos vemos.

Dai.

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