El me dijo que lo besara... No lo podía creer. No era lo suficientemente valiente para hacerlo.
—¿Lo ves? Una cobarde.— se acercó ligeramente hacia mí y sonrió.— bésame, Amy.— está vez lo dijo más autoritario haciendo que lo deseara más.— bueno, si no quier-
No pudo continuar ya que me arme de valor y me incline con toda la confianza, mi mano fue atrás de su nuca para presionarlo más contra mi. Podía sentir lo sorprendido que estaba por esto.
Sus labios... Eran un arte. Sentía lo suave que estaban, se comenzaron a mover de forma suave y mi mano bajo a su hombro para apretarlo ligeramente sin dejar de besarlo, al parecer le gusto mucho porque jadeo extasiado para tomar igual mi nuca y el inclinarse sobre mi.
Dios mío.
Era un placer besar a George Weasley.
Moví mi cabeza y me acerque más a el subiendo mi otra mano a la parte de atrás de su cabeza, odiosamente la falta de aire se hizo presente y nos separamos los dos con una sonrisa.
Creí que el no iba a hacer nada más pero luego de darme una sonrisa me volvió a besar de la misma forma apasionada. Mi cuerpo estaba sintiendo algo nuevo, sabía muy bien que era ya que había estado caliente otras veces... Pero no porque una persona me besara o fuera la causante de esto. Sentía mi intimidad palpitar y me impresionaba esto.
—¡Mmm!— gimió sobre mis labios y me volvió aún más loca. El estaba caliente al igual que yo y ni siquiera lo había tocado. Más sorprendida me sentía al notar como su mano fue a mi muslo y lo apretó haciendo que quisiera cerrar mis muslos.
De un segundo a otro se inclinó para pasar sus manos bajo estos y llevarme con el a su asiento, estaba sentada encima de él y a pesar de ser una locura era sorprendentemente excitante.
Nos separamos para jadear e hicimos contacto visual, el respiro agitado y mordió su labio. Sus manos llegaron a cada lado de mis caderas para acomodarme.
—wow... Esto... Umh... Wow.— repitió sin quitar esa expresión sorprendida.
—¿Puedo volver a hacerlo?— el iba a responder pero fue como si mis caderas reaccionarán solas y se movieran hacia adelante haciendo que George cerrará los ojos y respirara por su boca.
—oh Amy... Haz lo que quieras.— susurró. A pesar de decir eso el tomo la iniciativa y se acomodó para presionarme con fuerza hacia bajo haciendo que sintiera mejor su erección, no una cualquiera, una grande y uff... Me preguntaba que le daban de comer.
Lo abracé y moví nuevamente mis caderas robándole otro gemido ronco. Sus manos acariciaron mis muslos y subió hacia mi trasero apretándolo fuerte y apretándome más contra el y soltandome para guiar mis movimientos.
Ni siquiera sabía cómo había llegado hasta este punto de calentura y atrevimiento, lo único que sabía era que George era fantástico.
Su boca abandono mis labios y antes de reclamar algo beso mi mentón y bajo lentamente hasta mi cuello donde lamió y comenzó a chupar.
—ah...— oh dios, que vergüenza. Rápidamente cubrí mi boca con mi mano y el la tomo.
—no hagas eso.— ordenó llevando su mano a mi cadera para moverme nuevamente. Lo dejaba moverme a su antojo.
—George...— gemí nuevamente para afirmar su cabello haciéndolo chupar más fuerte.
A mi mente llegó el que debía ir temprano al veterinario mañana.
—Amy...— gruñó tomando mi cintura, realmente amaba está sensación.
—c-creo que... Debo bajarme.— hablé como pude, el gruño y volvió a subir a mis labios.
—quedate unos minutos más... Solo unos minutos.— susurró en una súplica, mordí mi labio tentada ante la idea de quedarme con el.
—mañana tengo que ir temprano, lo sabes...
—entonces dame un último beso para no extrañarte tanto.— pidió aún acariciando mi cintura.— ¿Que me haces Amy?
—ultimo y ya... Pervertido.— susurré juntando nuestros labios nuevamente, el sonrió en el beso para volver a apretar mi trasero junto a un gemido de satisfacción, mi mano tocó su pecho.— dame tu camisa.
—¿Mi camisa? ¿Para que quieres mi camisa?
—para verte...— el abrió los ojos y reí.— para lavarla, te lo dije.
—oh... ¿Por que no me la quitas en medio del beso?— pregunto coqueto, sus manos seguían sobre mis muslos. Me corrí de su erección pero el negó tomando mis caderas y nuevamente sentándome en el.
—no hagas eso...
—¿Por que no? Me gusta sentirte así, moviéndote...— susurró bajo mío.
—en serio me tengo que ir... Dame tu camisa rápido.— comenzé a desabrocharla pero el luchaba.— espera, vamos George.
—no te la daré Amy, es mía.— lucho con mis manos pero bufé.
—entonces no te doy ni un beso más... Adiós viejo pervertido.— abrí la puerta del auto y me baje.
—no seas así... Te necesito.— susurró tomando mi mano de forma suave.— ¿Ni un último beso?
Me incline.
—el último...— me incline besando una última vez sus labios llevando mi mano a su erección, a penas lo toque dio un pequeño brinco con un gemido.
—mala mujer...— gruño cuando me separé, me despedí y cerré la puerta.— mañana tendrás que ir a pedirme tu escoba en la mañana... Y no te la daré si no me das algo a cambio, adiós lindo trasero.— sin más aceleró y bufé.
¡Estúpida, estúpida, estúpida!
Ahora mañana tendría que ir a pedirle la única forma de llegar a mi gato al chico que bese...
Cerré los ojos sonriendo, besaba tan bien... Toque mis labios sintiendo lo hinchado que estaban.
Fueron buenos besos.
Sonreí como estúpida antes de entrar a la peluquería así subir al piso, no sin antes cerrar con llave.
Llegue a mi habitación lo más silenciosa posible, María estaba trabajando mucho y me sentiría muy mal si interrumpía su sueño. Mañana era miércoles y tampoco iba a abrir todo el día la peluquería, solo después de "almuerzo" pero aún no me podía quitar la idea de la cabeza de que mañana tendría que ir a pedirle mi escoba a George.
Eso fue una jugada sucia... Yo sabía jugar más sucio que eso, aún podía recordar una falda negra que tenía que era muy pegada, quedaría loco y lo sabía, confirme que le encantaba tocar mi trasero y también que a mi me gustaba ser tocada por el.
Era curioso como mi cuerpo aún sentía calor, mis piernas se seguían juntando y si pensaba en el bajo mío era peor. Después de todo creo que si me hubiera gustado hacerlo en un auto con el.
¿Es que acaso el no quedo desesperado?... ¿Por que no me pidió quedarme más veces?
[George Weasley]
—muffliato.— gemí desesperado antes de tirarme a la cama y lanzar un colloportus como pude.
Mierda, había quedado más caliente de lo normal y ella parecía no tener la mínima intención de ir más allá... Pero carajo, que rico eran sus besos.
Besarla fue hipnotizante, sus labios eran calientes y tiernos haciéndome desear ser más rudo con ella. Sus caderas se movieron sobre mi y me podía imaginar cómo se hubiera movido encima de mi si estuviéramos teniendo sexo, bendito el hombre que haya estado con ella.
Me baje el pantalón y el boxer desesperado para escupir en mi mano y bajar a acariciarme.
Mañana no se iba a librar de mí, para nada se iba a librar. Podía imaginar lo que pasaría a penas entrará, la iba a pegar a la pared y de espaldas a mi para follarla fuerte contra mi pared.
El que mañana le tocará abrir a Fred solo me beneficiaba más.
Mi mano aumento el ritmo sobre mi intimidad imaginando como ella hubiera brincado sobre mi. En mi mente solo estaba ella. La forma tan linda en como me trataba, como bromeaba conmigo y me daba esas sonrisas, ni siquiera me acarició directamente porque con una sola masturbada hubiera quedado feliz, pero se bajó del auto en un abrir y cerrar de ojos.
Que fantasía estar entre sus piernas, hacerla temblar de placer... Tenerla bajo mío aferrándose a mí por tanto placer; me gustaría burlarme de ella cuando vea que la follare tan duro que va a colapsar en mi cama y querrá dormir tres días seguidos. Su trasero era espectacular, lo pude tocar sin excusas y se sentía increíble, esos jeans hasta le apretaban el trasero por lo grande que era. Un senton de ese lindo trasero y me vendría en menos de tres minutos.
En mi mente había solo una imagen, Amy conmigo en el auto, ella se quitaba su pantalón y me dejaba romper su braga para hacerla brincar sobre mi, mis manos en su cintura o trasero y ella agitada y sudada besándome, que buena fantasía.
Me la imaginaba brincando más rápido, se sentía tan bien el imaginarla gritando encima mío y sudada. Mañana en serio no sé escaparía.
Me la iba a coger hasta que me pidiera parar.
Gruñi una última vez corriéndome en mi mano. Seguía tan duro y si tan solo... Merlín, no podía esperar a que Amy llegará mañana.
Lo ansiaba demasiado para volver a besarla.
No me pude resistir cuando se apoyó en mi muslo y se inclinó, seguro era una locura del momento... Me refiero a que ella me tenía loco por el momento ¿No?
[Amy Abbott]
Tenía el plan perfecto, me bañé y maquille para poner la bendita falda... Bendita o maldita era casi lo mismo, del lado que la vieras causaba impactó.
Tome mis tenis y tome una polera de tirantes blanca que era corta e igual pegada, me mire al espejo y sonreí, no podía salir asi nada más así que busque un chaleco color café crema encima, tome mi bolso y baje las escaleras, cerré con llave de inmediato. María probablemente ya salió a trabajar, aunque de todas formas ella tenía su copia de llaves.
Las aprete en mi mano y camine a la gran tienda "Sortilegios Weasley", esperaba que George estuviera en caja, al menos cerca debía estar.
Cuando llegué di un leve meneo a mi cuerpo para deshacerme de los nervios, entre y la chica rubia de la caja me miró.
—hola, bienvenida a sortilegios Weasley.
—hola, buenos días... Estaba buscando a George, George Weasley.— repetí un poco nerviosa. Me arrepentí de venir así, completamente.
—esta bien, espérame aquí.— sonrió amable y paso por mi lado hacia una escalera que daba hacia arriba, mi pie se movió de nerviosa nada más.
Era como si los segundos tardarán un siglo y a la vez pasarán rapidísimos.
Mire la tienda ahora iluminada, algún día me daría el tiempo de venir a verla y recorrer cada rincón de esta, se veía interesante cada estante que había, algunas cosas volando... Todo parecía mágico.
—listo, me dijo que subieras. Mira tú subes y es un pasillo, la tercera puerta de la izquierda.— sonrió llendo nuevamente a la caja, yo abrí los ojos.
—yo... ¿Tengo que ir sola?
—claro.
—¿Hay otra tienda en el segundo piso?— pregunté confundida, ella negó y yo asentí.
Suspire y me di vuelta, mientras caminaba a la escalera se sentía... Como si fuera caperucita y me fuera a poner frente al lobo. Cada paso me sentia más indefensa y cuando por fin llegue al pasillo de inmediato vi la tercera puerta.
Camine a paso firme pero cuando llegue frente a esta levante mi mano sin saber si tocar o no. Ay Merlín, que miedo tenía, mejor no, no iba a tocar.
Di media vuelta y no alcance a dar un paso.
—no se porque te pusieron en Gryffindor si eres tan cobarde, mirate, huyendo de mi.— canturreo tras mio. Cerré los ojos y suspire para darme vuelta.
—en realidad estaba buscando tu oficina George, no entiendo porque tendría que huir de ti, eres tan amable... Igual a un Hufflepuff.— sonreí llegando hasta el, su sonrisa de burla desapareció, ahora solo notaba molestia.
—¿Quieres ver lo amable que seré contigo?— alzó las cejas y me apunto dentro de su oficina.
—ya vi suficiente.— entre y suspire.— vine por mi escoba.
—claro ¿No tienes calor?— sus manos fueron a mi chaleco y lo desabrocharon, tome su mano y la quité para quitarmelo yo misma y sostenerlo en mi mano. Podía sentir su mirada fija en mi y sabía exactamente por qué era. Camine a la silla que había y dejé mis cosas.
—¿Me vas a dar mi escoba?— pregunté dándome vuelta, su mirada subió rápidamente a la mia, el estaba mirando mi trasero pero lo disimuló muy bien.
—¿Por que lo haría? Claramente no puedo.
—no puedes... ¡¿No puedes?!— bufé sabiendo que estaba jugando conmigo, lo sé, me molestaba fácil.— dámela.— ordene molesta.
—¿Que no entiendes? No te la daré Amy.— repitió con una sonrisa, le gustaba molestarme.
—¡Agh! ¡George, vamos! ¡Dame la escoba!
—no te la daré, te vas conmigo.— se apoyó en uno de sus estantes y me miró de arriba a abajo.— ¿Sabes que es lo que verán del piso con esa mini falda?
Mire hacia abajo mi falda.— no sabes si abajo traigo shorts de protección.
El negó.— no te la daré, no sabes dónde la tengo así que estoy en. Ventaja.
—damela.
—no.
—¡Que me la des!— camine hacia el molesta, el sonrió esperando a que llegara y sin problema me tomo volteandome en un segundo dejándome en el estante.
—no.— repitió bajando a besarme, corrí el rostro y el beso mi mejilla. Senti su risa y bufido en mi rostro, mi estómago era un lío total y más cuando pego su frente a mi sin dejar de mirarme.— me corriste el rostro Amy.
—no me das mi escoba.— repetí sintiendo mis manos siendo tomadas por el, las llevo hacia arriba de mi y las mire para luego verlo a el.— ¿Que planeas?
—callate un rato.— gruñó llendo a mi cuello, sus labios rozaron este y de inmediato mis piernas se juntaron. George era tan caliente y de inmediato parecía calentarme a mi.
Su mano libre paso por mi cuello y lo tomo con delicadeza, sus labios se presionaron en mi cuello y mientras más su mano bajaba, más calientes eran sus besos. Su lengua era ágil y su mano tomo uno de mis senos haciendo que una ola de calor y nervios surgieran en mi.
—mmm...— me deje caer en su hombro y el se apego ligeramente a mi cuerpo, su mano paso por mi cintura y bruscamente me apego a él.
—¿Sabes lo que hiciste ayer?— beso mi mejilla y su mirada dulce y divertida ya no estaba más, ni rastro quedaba de ella.— fue una tortura completamente, eso no se hace cariño, alguien debe enseñarte modales.— su mano llegó a mi trasero y lo apretó, su sonrisa se hizo más grande.
—George...
—dilo más... Y más fuerte.— guío mis manos a su cuello y volvió a mi cintura para pegarme
—debo irme.— susurré. El frunció el ceño y se inclinó a mirarme al instante.
—y dije que yo te iba a llevar.
Su mano se metió bajo mi falda subiendo nuevamente a mi trasero y sonrió.— ¿Short de protección? Yo lo único que siento es tu ropa interior empapada.
—quita tu mano.— el levantó las dos y me miró con una sonrisa.— yo lo único que siento... Es un hombre caliente, ¿Me equivoco?— pregunté rozando mi mano por su cinturón, el negó y yo sonreí caminando a tomar mi chaleco y cartera.
—¿Que haces?
—es tan evidente porque no quedaste en Ravenclaw.— susurré caminando donde colgaban los abrigos, corrí uno y ahí estaba.
—espera, Amy... Por favor no te vayas.
—en serio tengo que ir a verlo.
—no me dejes así...— susurró acercándose. Me daba pánico, no sabía que hacer, el tenía experiencia y yo... Nada.
¿Que debía hacer con eso? Porque no estaba lista para tener mi primera vez en una oficina.
—George yo... No estoy lista...
—¿No estás lista?— pregunto y asintió.— está bien, te veo allá entonces.
—adios.
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¡Uyuyuyuyuuyyyyy! Me encantan estos jsjxndjd y si, se que George es muy hot pero yo sé porque lo hago, recuerden que todo es con una intención 😈
Weeeeno, espero que les guste el CAP💗