𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]

46. ¿formalizar?

—¿Ya puedo abrir los ojos?— preguntó George, cubriéndolos aún para su última sorpresa.

—¡Solo tres minutos más!— George se sentía impaciente. No era tonto y bien suponía que debía ser algo más... Íntimo.— okey, solo... Quédate ahí, ¿Si?

—no me movere de mi lugar, lo prometo.— seguía sentado a los pies de la cama, esperando a que Amy saliera del baño que estaba a metros de esta.

—okey...— la música suave comenzó a sonar, y cuando escucho un viento suave y el aroma a vainilla supo que había prendido nuevamente las velas. La emoción provocó que se estremeciera.— puedes abrir los ojos, Georgie.

—esta bien.— quito sus manos fijando rápidamente su mirada en ella. Estaba descalza, sus piernas estaban desnudas y la bata cubría su cuerpo. Al parecer el cabello tomado le había dejado ondas muy sensuales y voluminosas.— wow... ¿Este es mi último regalo?

—mjm...— George se levantó de un saltó.— no te puedes levantar ain, George-

Jalo de su cintura hacia él para bajar a besarla. Amy sonrió siguiéndole el beso. Acaricio sus grandes y anchos hombros antes de llevarlo ella misma hasta la cama, dándole un empujón para que cayera sentado en la orilla.

—nena... Un regalo no se disfruta con condiciones, por favor.— suplico acercandola. Comenzó a dejar besos ansiosos por su abdomen, mirándola hacia arriba con una sonrisa.

—no será con condiciones, guapo. Pero primero debes abrir un regalo para disfrutarlo.— jugueteo con el lazo de la bata, y George sonrió llevando sus manos. Desató el nudo y Amy dejo caer la bata con confianza, permitiendo que observará la lencería que únicamente había elegido pensando en él.

—ay nena...— negó mordiendo su labio. El aire había abandonado por completo sus pulmones, dejándolo sin respiración por largos segundos. Acaricio sus caderas admirando la tela, y ella sonrió dándose una lenta vuelta.— ¡Mierda!— exclamó sorprendido jalando sus caderas hacia atrás para besar su espalda baja y agarrar su trasero.

—¿Te gusta, Georgie?— terminó de darse la vuelta y acaricio su cabello mientras lo miraba hacia abajo.— es todo para ti...

—Amy... Carajo, te amo.— beso su abdomen y sonrió. ¿Que podía comenzar a pedirle? ¿Que lo montará, darle en cuatro, un oral, que ella se sentará en su cara? Habían tantas opciones que no podía escoger una.

—lo sé... Después de todo lo que haré contigo, estoy segura que me amarás el doble.— agarró su polera para quitársela, y como una hoja cayendo de un árbol se deslizó hasta quedar arrodillada ante él.

—eso sería imposible nena, te amo cada segundo el triple.— acaricio su mentón, necesitando desde ya que aliviara el caos de su entrepierna. Estaba tan duro, que su pantalón parecía estar a punto de romperse por la erección.— por favor...

—¿Tan pronto pidiendo? Me sorprendes.— acarició sus muslos y se inclinó a besarlo nuevamente de forma fugaz. Quería desesperarlo más. Supo que lo logró cuando George soltaba quejidos de dolor y su mentón temblaba en los suspiros.

—vamos nena. No aguanto más.

—esta bien mi amor.— comenzó a desabotonar su pantalón sin quitarle la mirada.— disfruta la vista, todo esto es solo para ti.