17. cita arruinada.

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[George Weasley]

Había llegado a la peluquería, y esperaba que Amy me abriera lista, pero no. María me hizo pasar y note como me analizaba con la mirada, y no de una forma coqueta, para nada. Ella me analizaba para ver si cumplía un tipo de estándar para estar con su amiga.

—Amy aún se está arreglando, porque estaba decidiendo su vestido.— murmuró abriendo el piso, y ahí estaba yo, con mi ramo de margaritas.

¿Estarán bien las margaritas? Merlín, hace tiempo no me sentía tan nervioso. Jamás había estado nervioso en las citas, siempre estaba más coqueto. Tampoco había tenido que esperar a una chica.

—esta bien, yo la espero.— asegure sin sentarme. No quería arrugar mi traje, no me gustaba mucho usarlo pero ya había reservado en un lugar elegante.

—¿Quieres agua o jugó?— pregunto observándome.

—agua, por favor.— pedí esperando.— ¿Sabes si va a demorar mucho?— mire la hora preocupado, y es que era fácil perder una reserva en esa clase de lugares.

—la iré a apurar.— dejó un vaso de agua en mi mano y camino hacia la puerta, sin embargo antes de hacerlo, Amy salió dando un brinco.

—¡Altiro!— soltó agitada terminando de poner su otro tacón, se puso derecha tomando su bolso y se acercó.— lo siento, es que en serio no sabía que ponerme y no sabía si esto se veía bien. Tengo un vestido más elegante por si quieres que me cambie-

Hablaba tan rápido que baje a darle un beso rápido, sus ojos se abrieron con sorpresa guardando silencio. Mire su vestido, y que linda se veía. Su cabello estaba completamente liso y todo en ella combinaba de forma tan hermosa.

—realmente te ves muy linda Amy.— estire el ramo de margaritas y pude ver a María entrar a su habitación, lo que me relajo más.— yo... No sabía que flores te gustaban, quizás unas rosas hubieran sido más elegantes, pero creo que las margaritas son tan sencillas y lindas... No quería regalarte algo tan típico.

—George... Son unas de mis flores favoritas.— susurró tomándolas.— muchas gracias.

—no es nada Amy, ya vamos.— ella asintió.— si quieres las dejas acá, te molestarán allá.

—claro.— las dejo encima y fue a mi lado.

—aun recuerdo cuando me dijiste que te gustaban las citas. Te va a encantar el lugar, te lo juro.— estaba emocionado por llevarla al lugar tan lindo que encontré, y es que sabía que era un lugar tan para ella, a su nivel.

—George... ¿Estas muy cansado?— pregunto pasando la mano por mi rostro. Su mano pequeña y cálida me provoco ternura, y al suspirar mi estómago se sentía tenso de los nervios. Realmente me sentía muy cansado por ayudar a limpiar tantos escombros, pero no sé lo diría. Amy fue muy linda al recibir a todo quien tuviera hambre y hacer mucho almuerzo para todos.

—no linda, tranquila.

—no me mientas.— tome su mano sonriendo solo porque me gustaba su preocupación en mi.

—no quiero hablar de eso ahora, estoy muy emocionado como para hablar de algo negativo o parecido.— la guíe conmigo al auto y abrí su puerta. Bese su mano y cerré la puerta, cuando estuve fuera de su vista celebre.

Es que no entendía como alguien podía ser tan linda.

Ella era atenta, cariñosa, preocupada y amable. Era todo lo que hacían linda a una chica a mi parecer. La personalidad que tenía, su forma de ser me mataba.

Me subí al auto y saqué las llaves, y antes de partir la mire hacia el lado.

—¿Que me miras así? No lo hagas.— río ruborizada, negué viendo al frente para comenzar a manejar.

𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora