Akame Ga Kill! Green and Red

Galing kay Mr_Kzh

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Tatsumi, un joven pueblerino, sueña con ganar suficiente dinero para salvar a su pueblo de la pobreza. Pero... Higit pa

1- Mata la oscuridad.
2- Mata el país.
Nueva portada
3- Mata la autoridad.
4- Mata las preocupaciones.
4.5- Mata a la oscuridad.
5- Mata al asesino.
6- Mata al usuario de Teigu.
7- Mata la fantasía.
8- Mata a los malhechores.
9- Mata la justicia absoluta.
11- Mata a los impostores.
12- Mata a las tres bestias.
Aviso.

10- Mata tu tristeza.

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Galing kay Mr_Kzh

•-[Base de Night Raid: En la mañana]-•

Durante la mañana, las temperaturas se estaban volviendo un poco bajas, pareciendo que incluso en la noche seguiría de esa forma.

Mine trataba de comer su desayuno sin ningún problema, con la complicación de tener su brazo izquierdo vendado, debido a las muchas heridas que sufrió... Ese día.

Su intento de comer falló cuando la cuchara cayó al plato de nuevo, sacándole un leve gemido del dolor que poseía en su brazo vendado.

Frustrada, intentó volver a agarrar la cuchara para seguir, antes de que otra mano la tomara y se la extendiera a su boca.

-Mine- murmuró Akame casi con reproche, extendiéndole la cuchara que sostenía un poco de la comida a la boca de la mencionada.

-Déjame en paz, ya sabes que puedo comer yo sola- recordó con molestia y cerrando los ojos, evitando verla para mantener su orgullo.

-Sólo intento ayudar- confesó con sus ojos escasos de emoción, como era costumbre. Aún con la cuchara extendida.

Mine iba a protestar de nuevo, cuando su brazo herido le hizo sentir un leve dolor que le recordó el estado en el que estaba... Viendo que no tenía más opción, y sacándole un suspiro pesado.

-Está bien- aceptó finalmente aunque a regañadientes, abriendo la boca y dejando que su camarada le diera la comida.

Tatsumi estaba hasta el fondo lavando algunos platos, pero prestaba más atención a lo que sucedía en la mesa, observando con un dejo de melancolía a ambas por el rabillo del ojo... Sobre todo a Akame.

-Sheele ha sido asesinada, y sin embargo... Akame está tan tranquila e indiferente al respecto- pensó, notando claro lo poco afectada que se veía su compañera.

-Pero la que la mató... Y pensar que fue esa chica...-

Su mente le recordó de inmediato a la soldado imperial, y su actitud tan entusiasta que había mostrado al principio cuando la conoció. Pero saber que una chica que se veía tan entusiasta y algo inocente, fue capaz de mostrar un lado retorcido y sádico, le fue difícil de creer al principio...

Observó la mano que la misma chica le había tomado ese día, frunciendo el ceño con furia...

-Me he dado cuenta de... Lo desgarrador que es realmente esta parte del trabajo...-

...

•-[En un bosque: Mansión de los hermanos Kobore]-•

Durante la noche, Tatsumi y Leone se internaron en la casa de sus siguientes objetivos, luego de recibir las órdenes de la jefa...

*****

-El trabajo de esta noche no es una solicitud de cualquier persona, es una orden directa de los líderes del Ejército Revolucionario- explicó antes de dar el informe -Nuestros objetivos son funcionarios civiles, los hermanos Kobore. Como subordinados directos del primer ministro, son villanos que hacen la mayor parte del trabajo por él. Así que... Tienen que estar en buena forma esta noche-

-Para disminuir el poder del imperio, aunque sólo sea un poco...-

-¡¡Acaben con ellos!!-

*****

Ambos se escondieron detrás de las paredes que daba directamente con la habitación donde los tipos estaban, haciendo el menor ruido posible.

Miraron a través de la entrada al cuarto, notando la distracción de los hermanos al estar bebiendo y jugando.

Sin vacilar, sacaron sus armas, y se lanzaron sin previo aviso hacia los hermanos...

*¡¡¡SLASH!!!*

*¡¡¡TRICK!!!*

Acabaron con ellos relativamente fácil, Tatsumi atravesó el pecho de uno con su espada, y Leone acabó con el otro doblándole el cuello, cayendo muertos sobre la mesa.

Una vez terminado el trabajo, se dieron la vuelta para salir y seguir su camino hasta la base.

Pero...

-¿Papi?-

Una voz infantil se escuchó desde dentro de la habitación, abriendo los ojos del castaño de par en par.

-¿Qué eran esos ruidos de hace un momento...?- inquirió un niño a su padre, saliendo de su habitación para ingresar hacia donde estaban los hermanos.

-¿... Eh...?- los ojos del infante se abrieron poco a poco cada vez más, y notó los cuerpos de ambos sobre la mesa...

Tatsumi apretó los dientes hasta hacerse daño y mostrar una inmensa frustración al escuchar la voz del pequeño...

"..."

"..."

"..."

-¡Pa... Papi! ¡¡¡PAPIII!!!-

Corrió lo más rápido que pudo, haciendo el máximo esfuerzo por ignorar los gritos de tristeza y melancolía del más joven, que cada vez se volvían más intensos, como si intentaran recordarle sobre la vida que recién le arrebató al padre...

La culpa trató de invadirlo...

...

•-[En un lago cercano]-•

Luego de terminar su trabajo, se dirigieron a un lago para limpiar la sangre que quedó en ellos.

Justamente eso hacía, limpiaba la sangre en su espada con un pañuelo y ayudándose con el agua... Con cada vez más fuerza.

-Mierda... Era un villano que engañaba y abusaba de la gente... Sin embargo, para su hijo, no era más que un buen padre, ¿Verdad?- inquirió con sus dientes apretados, queriendo desprender la culpa de su ser.

-Puedes intentarlo el resto de tu vida, pero esa mancha siempre estará contigo- la rubia contestó seriamente, esperándolo de brazos cruzados en una esquina.

-... Una mancha... ¿Verdad...?- repitió con mirada fría y melancólica, continuando con su labor.

La rubia suspiró con resignación, acercándose al castaño y lo abrazó enviando su cabeza a su generoso busto.

-Me preocupa que tengas tan buen corazón. Por eso he venido a ver cómo estabas- murmuró con una mirada seria mientras lo abrazaba.

Tatsumi solo se quedó quieto. Era cierto, tenía un corazón demasiado blando, pero no podía evitarlo, aunque lo intentara. Ya que, mierda, ¿Teniendo un buen corazón estando en un negocio de asesinos?.

No era para la mejor combinación para ese tipo de trabajo. Debía hacer su esfuerzo por cambiar esa parte de su personalidad.

Tan solo quiso ignorar eso por el momento.

-Tú tan solo... Tienes mayor fortaleza mental, ¿Verdad, Nee-san?- inquirió sin levantar la vista -¿Me puedes decir cómo acabaste en este trabajo?-

La tomó por sorpresa un poco, por lo que se separó de él antes de contestarle.

-Les gané a algunos imbéciles que no me gustaban, y luego me alistaron- respondió con simpleza, dejando en silencio el ambiente entre ambos.

"..."

"..."

-Espera... ¿Qué? ¿Cómo conseguiste esa Teigu?- cuestionó curioso, observando el cinturón que estaba en su cintura.

-La conseguí de un tipo del mercado negro, y luego resultó que era una Teigu-

*****

-¿Crees que me puedes dar esto, abuelo?- inquirió señalando el objeto en la mesa.

-Supongo que sí, ya que tus tetas son enormes- fue la respuesta.

*****

-¡¡¿No es un negocio demasiado bueno?!! ¡¡Es una ganga, es decir, es una Teigu...!!- exclamó con los ojos en blanco y una cara cómica.

-Bueno, parece que nadie se podía sincronizar con ella y transformarse. Así que nadie sabía que era un gran hallazgo- respondió tranquila y con las manos en su cintura.

-... Así que, ¿Por qué eres una asesina?- cuestionó relajando sus expresiones faciales.

-Bueno. Creo que todo comenzó cuando vi a algunos aristócratas jugando un juego en el que estaban pisoteando a los niños de los barrios bajos con sus caballos... Eso realmente me molestó, así que los maté- contestó cruzándose de brazos y mirando a otra parte, al parecer no tan de buen humor al mencionar eso.

Los ojos del más joven se iluminaron por un momento ante tal explicación de su camarada.

-Nee-san...-

-Pero no me detuve ahí...- interrumpió de la nada con una leve sonrisa -Me gustaba hacer frente a hijos de puta como esos, ya ves-

De pronto, aumentó su pequeña sonrisa hasta volverla oscura y fría, y su expresión se tornó igual o incluso peor...

-El primer ministro, que hace lo que le gusta mientras disfruta de su poder político sin rival sería la presa final. Para que la gente pueda ser feliz... Voy a matarlo de una manera mucho más dura de lo que jamás halla hecho- expresó oscuramente y con una pose amenazante, con una sonrisa que provocaría un escalofrío a cualquiera.

-¡¡¡ELLA SOLO ES UNA FORAJIDA!!! Y es una atrevida...- exclamó en sus pensamientos con los ojos en blanco, y una cara cómica un tanto miedosa.

-Ah, sí, me robó el dinero cuando nos conocimos- agregó con un rostro chibi y gracioso mientras miraba su mano.

-Bueno. ¡Siempre he sido una buena para nada, así que nunca me deprimí por eso ni nada!- exclamó soltando un suspiro y relajada.

-Pero aunque sigas estando triste por ello, no vas a traer de vuelta a la persona que has perdido- agregó con una cálida sonrisa... Tomando por completa sorpresa al castaño.

"No vas a traer de vuelta a la persona que has perdido".

-Sí...-

...

•-[Palacio del emperador: Sala de torturas]-•

Una mañana relativamente tranquila para todas las personas de la capital, sin ninguna preocupación más que el conseguir el dinero para mantenerse a sí mismos...

Sería totalmente diferente si estuvieran en el infierno en el que estaban los prisioneros en el palacio...

En la sala de torturas habían varias personas, que antes se oponían al imperio, que estaban siendo masacradas de las peores maneras.

Les sacaban los ojos sin medir la fuerza con una cuchara.

Los golpeaban a latigazos hasta la muerte.

Separaban sus extremidades.

Les arrancaban la piel.

Los sentaban en una silla con pinchos completamente desnudos hasta que el dolor y la hemorragia acabara con ellos.

Los llevaban en fila y encadenados hasta uno de los castigos más despiadados...

Una hoguera gigante, en la que se podían escuchar claramente (tal vez demasiado) los gritos ahogados de sufrimiento de los prisioneros que ya se encontraban dentro, nadando entre todo ese lago de agua hirviendo a temperaturas extremas.

-¡¡VAMOS!! ¡¡VEAMOS SI PUEDES GRITAR AÚN MÁS FUERTE!!- exclamó con disfrute y placer uno de los muchos torturadores encargados de todo, cortándole las piernas con lentitud a uno que estaba encadenado a una mesa.

-¡¡¡ESTO ES LO QUE LES SUCEDE A LOS QUE VAN CONTRA EL PRIMER MINISTRO!!!- exclamó otro a punto de cortarle la cabeza a una prisionera.

Hasta que el sonido de una bota resonó por toda la habitación, llamando levemente su atención.

-¿Qué es esto? Es simplemente patético- inquirió una voz en su espalda con decepción clara.

Uno de los torturadores, extrañado y despreocupado, miró de reojo al dueño de la voz.

-¿Qué? ¿Es que quieres unirte a...?

-¡¡¡¿EH?!!!-

De inmediato calló sus palabras al poder observar bien al recién llegado... O más bien recién llegados.

Una mujer de cabello celeste y ojos del mismo color, vistiendo un traje militar de color blanco y un gorro militar en la cabeza, acompañada de tres tipos en su espalda: un tipo de altura considerable y anchura grande, de cabello y barba café claro y traje negro; un viejo de pelo blanco grisáceo y vistiendo un traje negro similar; y un niño rubio con ojos del mismo color, también con un traje similar.

Todos los presentes sudaron frío, sintiendo enormes escalofríos al contemplar y reconocer a quienes tenían en frente.

-E... ¡¡¡¡ESDEATH-SAMA!!!!- exclamó uno con mucho terror, reconociendo sobre todo a la mujer.

-¡¡¡NO SABÍA NADA DE SU REGRESO, SEÑORA!!!-

-¡¡¡LO SENTIMOS MUCHÍSIMO!!!- exclamaron todos los torturadores con terror en su voz, arrodillándose de inmediato y haciendo repetidas reverencias rápidamente.

-Son muy inexpertos en el arte de la tortura. Realmente patético...- comentó la general llevando por nombre "Esdeath", con clara decepción.

-Por ejemplo, ¿Qué pasa con la temperatura de esa caldera? Si está tan caliente, se mueren demasiado rápido, ¿Verdad?- cuestionó señalando la caldera.

Dicho esto, chasqueó sus dedos con algo de fuerza, y al tan solo hacerlo, una inmensa roca hecha completamente de hielo se formó encima de la mujer, y la dejó caer sobre la gigantesca caldera, aplastando a algunos de los que estaban ahí dentro en el proceso.

-Si bajas la temperatura un poco, se puede prolongar su sufrimiento aún más- explicó oscuramente y con una sonrisa leve pero retorcida, disfrutando de los gritos de sufrimiento de todos los que eran torturados.

-¡¡SÍ, SEÑORA!! ¡¡GRACIAS POR LA VALIOSA LECCIÓN!!- exclamaron en respuesta de su sugerencia, haciendo varias reverencias más con miedo.

Sin esperar nada más, los tres recién llegados se dieron la vuelta para salir.

-Vámonos- informó la general a los otros tres, siguiendo su orden estos de inmediato.

-~Esa es Esdeath-sama... Extremadamente sádica...~- expresó soñadoramente un torturador con una tonta sonrisa, pareciendo soñar despierto.

-~Sí... Es una sádica en corazón y alma...~- expresó su compañero al lado en su mismo estado de ensoñación.

-Al igual que los que van con ella. El Sanjuushi... Los tres guerreros bestias- explicó un tercero metiéndose en la conversación -Cuando las tribus del norte estaban siendo ejecutadas siendo enterrados vivos, parece que fueron los que más se alegraron de llevar a cabo ese trabajo. Desde luego es un grupo de animales sedientos de sangre... ¡Me gustaría pertenecer a su grupo...!-

-Pero según he oído, la formación para el grupo es tan horrible, que casi todo el mundo muere antes de que puedan terminar...- comentó el segundo ante la explicación, dejando mudos a los otros dos.

...

•-[Palacio del emperador: Sala de audiencias]-•

-General Esdeath- llamó al emperador a quien tenía en frente de él.

-Sí, su majestad- respondió ante el llamado, arrodillada frente a él para mostrar respeto.

-¡Tu conquista de las tierras del norte ha sido magnífica! Voy a recompensarte con diez mil piezas de oro por tus esfuerzos- felicitó ante la enorme hazaña de la ojiceleste.

-Gracias, su majestad. No dejamos a nadie con vida en el norte- afirmó ganando una sonrisa retorcida en sus facciones.

-Espléndido. Tengo que pedir disculpas, sé que acabas de regresar, sin embargo, hay trabajo por hacer- informó un poco apenado, soltando un leve suspiro antes de explicar.

-Un grupo atroz de asesinos conocido como Night Raid ha empezado a correr desenfrenado por la capital. Deseo que te centres en purgar a este grupo de mi ciudad-

Esdeath alzó la mirada ante su nuevo pedido, pensándoselo un poco...

-Entendido...- respondió afirmativamente, cerrando los ojos por un instante antes de volver a ver al más joven -Me gustaría pedirle una cosa a su majestad-

-Umm... Soldados, ¿Verdad? Puedes usar tantos como desees- contestó antes de tiempo, creyendo que esa sería su petición.

-He oído que el enemigo posee varias Teigu. Se necesita una Teigu... Para luchar contra una Teigu, su majestad- explicó para dar a entender su siguiente petición.

-Me gustaría un grupo de seis usuarios de Teigu. Eso sería suficiente para mis necesidades. Voy a formar un grupo de usuarios de Teigu para mantener la seguridad en la capital-

La petición tomó un poco por sorpresa al heredero del trono, creándole una pequeña duda.

-¿No tiene la general un grupo de usuarios de Teigu...? ¿Esos conocidos como el Sanjuushi? ¿Y sin embargo, piden seis más?- inquirió el joven con extrañeza de que ella pidiera otro grupo con las mismas características.

-Su majestad- llamó el ministro al lado del niño -Yo creo que puede estar tranquilo al confiar esta tarea a la general Esdeath- afirmó seguro de la eficacia de la mujer mencionada.

-Umuu, si tú lo dices, entonces no lo pondré en duda- contestó, ya completamente seguro de su decisión -¿Te vas a encargar de los preparativos?-

-Por supuesto, su majestad. Me ocuparé de ello personalmente-

-¡Entonces puedo estar seguro de que la paz volverá a la capital!- afirmó mucho más tranquilo y con entusiasmo, llevando una mano a su pecho.

-Makoto, la general Esdeath es muy leal- afirmó felizmente y con una sonrisa... Antes de que su vista y mirada se tornaran oscuras poco a poco.

-Esdeath no tiene ningún interés en la política y ni en el poder político. ¡¡Ir al frente y luego aplastar al enemigo lo es todo para ella...!! Mientras tengo el país en mis manos, todo lo que ella quiere es combatir al enemigo. Tener ventaja la tiene... ¡¡¡Ella es la última carta de triunfo!!!- exclamó en sus pensamientos con satisfacción, obteniendo una desquiciada sonrisa que nadie notó.

-No creo que darte sólo el oro sea una recompensa adecuada para esta tarea. Me gustaría darte algo especial. ¿Hay algo que desees...? ¿Tal vez títulos o tierras?- ofreció el más joven amablemente.

Esdeath solo mantuvo un poco de inexpresividad en su rostro, teniendo en mente claramente lo que estaba a punto de decir...

-Hay una cosa... Si me atreviera a decirlo...- comentó tranquila y esperando la respuesta del monarca.

-¿Qué es...?-

-Estaba pensando... Que debe ser bonito estar enamorado- soltó sin vacilar y con una pequeña sonrisa que nadie pasó por alto.

Ambos se quedaron completamente sin habla ante tal revelación, con un claro shock y sorpresa en sus rostros, creando un silencio un tanto incómodo...

-... Eso...-

-¡¡Eso es!! ¡Estás en edad de casarte, y sin embargo no te has casado!- exclamó Makoto luego del silencio que adornó la habitación, chocando su puño contra su palma con una sonrisa entusiasta.

-Pero, la general está rodeada de hombres que la adoran, ¿No es así?- inquirió el ministro con la boca abierta aún debido al shock y un rostro cómico.

-Esos son "mascotas"- aclaró sin emociones y sin vacilar, con una mirada vacía.

-¿Entonces puedo hacerte una sugerencia? ¿Qué tal el primer ministro? ¡Es un buen hombre!- sugirió muy tranquilamente y manteniendo una sonrisa infantil mientras señalaba al ministro, tomándolo por sorpresa y asustándolo por tal ofrecimiento.

-¡¡¡Es... Espere... majestad!!!- estuvo a punto de protestar ante tal ofrecimiento del más joven.

-Como usted dice, es un buen hombre. Sin embargo, su presión arterial debe ser tan elevada, que no se sabe si vivirá para el mañana- comentó haciendo una interrupción y rechazando el "peculiar" ofrecimiento.

-Estoy en perfecto estado de salud, muchas gracias- aclaró el obeso, terminando de tragarse un pedazo de carne de su boca -Bueno, entonces, ¿Qué tipo de persona quieres, general?-

Sonrió un poco manteniéndose cabizbaja.

-En este pergamino están escritas las cosas que deseo de una pareja- aclaró sacando un pergamino de dentro de su traje militar, y mostrando lo que llevaba escrito -Por favor, háganme saber si aparece alguien que cumpla estos criterios-

-Entendido. Estaremos atentos-

...

•-[Patio principal del palacio: De día]-•

-Como siempre, haces lo que quieres, primer ministro- comentó la general en lo que caminaban a través de los pasillos del patio principal.

-Por supuesto, los que no están de acuerdo conmigo están muertos. Cuando quiero comer, sólo me como la mejor de las carnes- informó sin detener su paso -Sin embargo, ¿Qué tipo de persona emocionalmente haría falta para llenar tu deseo? Ufufufu-

-Realmente estás enfermo, ¿Eh?- comentó con una sonrisa... Antes de cambiar a un semblante pensativo y serio.

-Aunque es bastante extraño... Hasta ahora, todo lo que me preocupaba era la matanza y la guerra. Ni siquiera yo... Entiendo por qué han aparecido estos sentimientos- expresó cabizbaja y un tanto pensativa.

-Sí, bueno, como ser vivo, es natural que desees el sexo opuesto, ¿No? En realidad pensaba que eras un poco lenta en este tema- mencionó mirándola de reojo -Aunque hablar de cosas como el amor no te pega en lo absoluto-

-Ya veo... ¿Entonces esto es una especie de instinto animal? Bueno, por el momento tengo la intención de divertirme cazando a esos rebeldes- informó sin darle más vueltas más al asunto anterior.

-Hablando de eso...- habló, cambiando de tema -... Creo que es un poco exagerado solicitar a seis usuarios de Teigu- mencionó un tanto extrañado.

-Aunque al final, tú te harás cargo, ¿Verdad?- inquirió ganando una mirada y sonrisa un tanto oscura.

Una amplia sonrisa oscura en el rostro del ministro fue la respuesta.

-Yo me ocuparé de los preparativos... Aunque en cuanto a lo que puedes hacer tú por mí... Resulta que... Hay algunas personas que deseo que desaparezcan...- anunció con una sonrisa oscura y tétrica, aumentando la curiosidad en ella.

-Fufu... Que intriga-

...

•-[Horas después: Atardecer]-•

Luego de que el ministro le diera las órdenes, la general convocó a sus tres mejores subordinados para darles las indicaciones de su siguiente y despiadada misión.

Los tres, que llevaban trajes negros similares, estaban arrodillados frente a ella, esperando sus órdenes.

-Tengo nuevas órdenes para ustedes tres, aunque es un poco diferente de lo normal...- anunció inexpresivamente.

Los tres en frente sonrieron cabizbajos, llamándoles la atención las palabras de la mujer.

-Danos cualquier tipo de orden, Esdeath-sama- comentó el más viejo de los tres, alzando la mirada.

-Nosotros tres somos tus fieles siervos- agregó el más joven.

-Aceptamos cualquier orden y en cualquier momento, señora- terminó el tercero.

-Bien- sonrió confiadamente ante aquellas palabras.

...

•-[Base de Night Raid: Pasillos: De noche]-•

El frío de la noche (que aumentó a diferencia de las noches anteriores) no dejó dormir tranquilamente al castaño, obligándolo a levantarse de la cama e ir por algo a la cocina. Y debido al frío, tuvo que ponerse una chaqueta de invierno.

-No puedo dormir... Tal vez un poco de agua me ayude...- murmuró para sí mismo en lo que caminaba por los pasillos.

Tardó un rato más en llegar a su destino, encontrando todo en orden, como siempre estaba... Pero encontrando algo extraño hasta el fondo...

... Más bien a alguien.

-¿Akame...?- nombró extrañado en voz baja a su único acompañante que ahora tenía en frente.

Ella llevaba su ropa habitual, con la agregación de tener puesta una gabardina negra para al menos salvarse del frío, además de tener un plato de comida en mano por alguna razón.

-¿Un aperitivo de media noche?- inquirió, notando el plato que llevaba en manos.

-No... Esta era la comida favorita de Sheele- aclaró con voz tranquila y sin denotar nada en su tono, como era costumbre.

-Una ofrenda a los muertos- murmuró mentalmente, observando el plato.

-Como trabajamos en las sombras... El nombre de Sheele nunca será registrado en la historia del Ejército Revolucionario. Así que tengo que recordar más cosas sobre ella que cualquiera- informó bajando la cabeza -Ella pudo haber hecho muchas cosas tontas, pero era la más amable de todos nosotros-

Los recuerdos que tuvieron con su difunta compañera invadieron su mente durante un momento, antes de reprimirlos con un suspiro.

-Comprendo. Estás haciendo lo mismo que yo cuando ofrezco flores a Sayo y Ieyasu, ¿Verdad?-

-Sí...-

-... Pero... Eres admirable, Akame...- murmuró de pronto, llamando su atención y confundiéndola por su uso de palabras -Te mantienes serena a pesar de que uno de nuestros compañeros ha muerto. Supongo que estás acostumbrada a eso, sin embargo...-

-... Yo todavía estoy...-

*¡¡¡¡¡CRASH!!!!!*

Un vidrio se escuchó impactar ferozmente contra el piso y resonó en toda la sala, tomándolo por completa sorpresa.

Sorprendido y un poco asustado, levantó la mirada con extrañeza, encontrando el plato que Akame sostenía hace tan sólo segundos...

Destruido en mil pedazos en el suelo, con las piezas regadas por todos lados.

Se mantuvo completamente quieta, con los ojos oscurecidos sin dejarse ver, sin articular palabra en ningún momento.

-¿... Serena...? ¿... Acostumbrada...?- murmuró con la voz alzada levemente en su última palabra, tomando un paso leve hacia adelante.

-¿A-Akame...?-

*¡Tap!*

Sin previo aviso y sin formular palabra, lo tomó por ambos lados de su chaqueta y lo sostuvo con fuerza con ambas manos, tomándolo completamente por sorpresa e inesperado.

No articuló palabra, mantuvo su inerte y cabizbaja posición, y el joven seguía en el mismo estado de impresión...

-Efectivamente... He visto a muchos de mis aliados morir ante mis ojos...- murmuró con los ojos cubiertos, manteniendo una voz monótona... Que sorprendentemente, al final comenzó a...

... Quebrarse.

"..."

-¡Pero...!-

-¡¡¡HA MUERTO UNO DE NUESTROS PRECIADOS COMPAÑEROS!!! ¡¡¡DE NINGUNA MANERA TE ACOSTUMBRAS NUNCA A ESTE TIPO DE DOLOR!!!- exclamó con todas sus fuerzas, levantando la mirada para mostrar un rostro completamente cambiado.

Sus ojos muy abiertos y presionados para evitar el llanto, cristalizados hasta parecer agua, y miles de lágrimas recorriendo sus mejillas, observándolo fijamente, mostrando una emoción que nunca creyó que vería en su inexpresivo rostro...

Dolor.

Se quedó completamente en shock ante tan inesperada imagen frente a sus ojos, y su boca se quedó muda, impidiéndole articular palabras.

-¡¡¡Pero estos sentimientos repercuten en nuestra próxima misión!!! ¡¡¡Así que voy por ahí actuando como si estuviera muy bien!!!- su voz se escuchó tan frágil que parecía completamente otra persona, y apretó con más fuerza el agarre en su chaqueta mientras bajaba el cuerpo, conteniendo miles de lágrimas que no paraban de salir de sus ojos.

-¡¡Trabajamos en las sombras...!! ¡¡Debemos ser capaces de seguir adelante!! ¡¡¿Qué haría yo si no pudiera desconectar?!!- su dolor y melancolía en cada palabra que soltaba era tan evidente, que a él lo estaba torturando por dentro.

Él no podía ni hablar, estaba tan sorprendido que le era difícil el tan solo moverse.

-Y tú... Dices que estoy serena... Yo... ¿Cómo me debo sentir por la muerte de Sheele...? ¡¡¿Cómo?!!- enterró su ahora frágil rostro en su pecho y exclamó apretando sus facciones, haciendo un esfuerzo por volver a ocultar sus emociones.

Ya era en vano... Sin poder contenerse, las había dejado salir.

Él no sabía ni cómo reaccionar, o qué decir, parecía totalmente un muerto por sus ojos tan llenos de sorpresa.

Akame, una asesina despiadada, que no dudaba en matar siempre que fuera necesario, que siempre se mantenía cerrada y totalmente ajena a cualquier situación, inexpresiva, aparentemente ajena al dolor...

¿... Se estaba quebrando en llanto...?

Él mismo, fue el culpable de dejarla en ese estado. Por su propia ignorancia, y ajeno a pensar sobre cómo ella se sentía realmente, terminó por ser el causante de aquel dolor que ahora ella estaba dejando ver sin desearlo.

-Y pensar que Akame estaba tan hundida por su muerte... Es cierto... Se preocupó por mí cuando fui a mi primera misión-

La bella imagen de la chica que ahora tenía sobre su pecho, ahogándose en llanto, sonriéndole abiertamente frente a él para demostrar su tranquilidad al haber llegado sin heridas de su primera misión se mostró una y otra vez en sus pensamientos. Y parecía dos personas totalmente diferentes.

-¡¡¿Qué demonios estoy haciendo?!! ¡¡¡Soy un tonto!!! ¡¡¡¿Por qué estoy perdiendo los nervios así?!!! ¡¡Nee-san ya lo había dicho, estar triste no traerá de vuelta a Sheele!!-

Apretó tan fuerte sus dientes que casi se hizo daño, sin importarle su propio dolor, agarrándose con desesperación su cabeza, ocultando un llanto solo para no preocuparla.

-¡¡Tengo que mirar al frente...!! ¡¡¡Como un hombre!!!-

Reunió toda la fuerza que poseía en el momento, y la concentró sobre su brazo...

*¡¡¡¡PAFF!!!!*

Con toda su fuerza reunida, aplastó su puño contra su mejilla sin importarle las consecuencias, llevándolo a caer lentamente contra el piso.

No le importaba su propio dolor. Después de todo ella estaba sufriendo más que él.

Fue tan inesperado su accionar, que el desgarrador llanto de Akame se había detenido, dejándola completamente sorprendida por su arriesgado golpe.

-Además, la razón por la que empecé este sucio trabajo fue por el dinero. Dinero, sin el cual morirían de hambre...- sin importarle su inminente choque contra el suelo, una imagen de las personas más importantes para él invadieron su mente...

Todas las personas de su aldea.

-Tengo personas... ¡¡Personas a las que quiero hacer felices...!!-

Finalmente cayó contra el piso, resonando su cuerpo contra él, preocupando a su acompañante quien todavía permanecía con un camino de lágrimas en sus mejillas rojas.

-¡¿Qué... Qué estás haciendo?! ¡¿Estás bien, Tatsumi?!- inquirió muy alarmada, olvidando su dolor por un momento y tratando de quedar a su altura.

*¡Tap!*

Ignoró su insoportable dolor en la mejilla, y sin tomar palabra se lanzó sobre ella.

La abrazó con fuerza, apoyando su cabeza en su hombro y manteniéndose callado, enterrando el rostro de ella en su propio hombro.

Sintió una gran sorpresa e impresión cuando sintió los brazos del chico rodeando su cintura y cuello, demostrándolo en su rostro que seguía con un camino de lágrimas, y sus mejillas seguían rojas debido a lo mucho que había llorado.

-¿Tat... Tatsumi...?- murmuró con la boca levemente abierta, con su cuerpo estático pero tembloroso levemente.

Su cabello cubrió sus ojos, evitando ver la impotencia y remordimiento contra sí mismo que se reflejaban en ellos.

-Borra ese rostro de tristeza que tienes... Bórralo... Bórralo... ¡¡Bórralo, por favor!!- suplicó sobre su hombro, con los dientes apretados una vez más y frenando lágrimas que amenazaron con salir, pero algunas lo habían logrado.

La sorpresa aumentó en su rostro. Él no dejaba de suplicarle que borrara la tristeza de su rostro, cada vez más fuerte.

¿Pero cómo... Cómo podría calmar su dolor ahora...?.

Él estaba perdiendo la compostura, por lo que rápidamente secó sus lágrimas con una mano, intentando calmarse para no empeorarlo todo... Algo que se le estaba haciendo muy difícil...

-... No te preocupes por mí. Este dolor en la mejilla no es nada...- contestó, deseando calmar su preocupación -Pero... Quiero pedirte disculpas, Akame. He sido un incosciente todo este tiempo...-

Se limpió la mejilla y las últimas lágrimas que le quedaban, y se separó lentamente de su acompañante, quedando frente a frente con ella y observando fijamente a su rostro que se veía tan delicado, enterneciéndose y entristeciéndose un poco a la vez por la expresión en él.

-Te voy a hacer una promesa. ¡¡¡No voy a morir!!! ¡¡¡Sin duda permaneceré con vida!!! ¡¡¡Nunca te obligaré a experimentar este dolor!!!- exclamó, denotando en cada parte de su rostro una gran determinación. Sus ojos mostraban seguridad y confianza que nunca antes había demostrado, a la vez que apretaba el puño en el aire para mostrarse más determinado.

Akame abrió mucho los ojos, su sorpresa ante tan seguras palabras era evidente. Sus mejillas se encendieron suavemente, y las lágrimas que se habían retenido habían salido lentamente.

-Tatsumi...- murmuró con su rostro sorprendido, con una mano en el pecho que la hizo ver tan tierna.

Aliviando la expresión en su rostro, volvió a enterrar su rostro en su hombro, pero con más calma que antes.

-Me aseguraré de que no vuelvas a pasar por este dolor. Ni conmigo, ni con nuestros demás compañeros...- afirmó sobre su hombro, manteniendo la determinación en su tono.

-Pero ahora... Sólo... Deja salir todo lo que llevas guardando... No te guardes nada...- agregó para abrazarla con más fuerza.

Mostró más sorpresa una vez más por aquellas palabras. Su tono dejaba ver que hablaba muy en serio, se escuchaba dispuesto a cumplir sin importar sus propias palabras.

Un poco apenada, aceptó el ofrecimiento del castaño, y dejó salir todo el llanto que aún guardaba sobre su hombro. Él tan solo podía acariciar su cabello para calmarla.

-Vamos a hacer un nuevo país... Donde siempre podamos ver las caras sonrientes de todo el mundo- afirmó sobre su hombro, esbozando una sonrisa sincera mientras la dejaba desahogarse.

-Sí... Sería genial- murmuró en respuesta, secándose el llanto en sus ojos mientras hacía una respiración levemente agitada.

Sin embargo... Había sonreído. Sonrió con la misma libertad y belleza que había demostrado solo una vez con él anteriormente, con una tranquilidad que había invadido su ser de pronto. Y siguió en el abrazo para corresponderlo un poco con sus brazos.

Olvidando su tristeza aunque sea un momento...

"..."

"..."

"..."

"..."

"..."

"..."

"..."

~~

{Fin del cap}

Siempre, no importa cuántas veces lo repita, la escena de la promesa siempre me va a parecer besha weon :"v

Disculpen la tardanza, raza. Me tardé por otras cosas de mi vida personal que a nadie le importa (también tengo una vida, krajo >:v), pero el punto es que ya he vuelto a actualizar \:v/

Y sin comentar nada más...

¡¡Sayonara!! >:"D

"..."

"..."

(¿Qué? ¿Creyeron que iba a decir la despedida de siempre? Nel, carnal, este capítulo es serio y debo respetarlo)

(Palabras: 5,220)

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

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━━━━━━━━━━ ‹𝟹 ━━━ ⠀⠀⠀⠀𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪, 𝘵𝘶 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯𝘢 𝘮𝘦𝘯𝘰𝘳 𝘦𝘴 𝘭𝘪𝘯𝘥𝘢.. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀﹫𝘈𝘬𝘢𝘳𝘪 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪| 2023
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