Black & Blue (Español)✔️

By Ariana_Godoy

15.3M 1.7M 3M

Ella no debió mirarlo, no debió retarlo y mucho menos hacer todas las cosas que hizo después de eso. Una sola... More

Prologo
1. Blue
2. Black
3. Blue
4. RED & VIOLET
5. BLUE
6. VIOLET & BLACK
7. BLUE
8. VIOLET & BLUE
9. Black & Blue
10. Blue
11. BLUE
12. BLACK
13. BLUE
14. RED & VIOLET
15. BLUE
16. BEA
17. BEA
(18) BEA
19. Violet (Parte 1)
20. Violet (Parte 2)
21. BEA
22. Black & Blue
23. RED
24. BEA
25. BEA
26. Violet
27. BEA
29. Amber (1)
30. Amber (2)
31. RED
32. Black & Blue
33. BEA
34. Black & Blue
35. BEA
[36] BLACK
37. BEA
38. Black
39. BLACK & RED
40. BEA
41. BLACK
CAPÍTULO FINAL
Epílogo

28. Black & Blue

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By Ariana_Godoy

(28)

BLACK

«Lo jodí. Lo jodí todo».

El fuego del encendedor parpadea en la oscuridad mientras enciendo el segundo cigarrillo. Le doy una calada profunda, sintiendo la calidez en mis pulmones antes de exhalar. La expresión de Violet me persigue, se reproduce en mi cabeza una y otra vez como un castigo continuo, cada detalle: sus ojos rojos, las lagrimas en sus mejillas, como lamia sus labios antes de hablar. Nunca quise herirla, nunca... pensé que las cosas terminarían de esta manera.

La sonrisa sarcástica de mi madre viene a mi mente, seguida de su voz: «Eres solo palabras, juras no ser como tu padre, pero siempre lo jodes todo, como él, está en tus malditas venas, Black». Mamá tenía la capacidad de cortar profundándome con sus palabras, nunca he conocido alguien que pueda herir tanto, diciendo tan poco.

Nah, no soy como él, ¿cierto? El rostro contraído en dolor de Violet, la frialdad en la mirada de Bea y la decepción en la expresión de Amber me hacen dudar. Y recuerdo a mi madre gritándole a mi padre, llorando con el teléfono lleno de mensajes de la infidelidad de papá en la mano. Esa noche, mamá me miró por una fracción de segundo y la agonía en su expresión me marcó. Hay momentos en mi vida que puedo recordar con una exactitud increíble y por lo general no son cosas buenas.

«Vaya mierda deprimente, Black».

Y entonces lo considero, no he probado nada de drogas desde que me fui de aquí hace un año. Al volver y ver por lo que estaba pasando Valeria y lo mucho que estaba sufriendo Violet y su mamá, ni siquiera lo consideré, sentí que sería una falta de respeto a ellas. Sin embargo, ¿qué me detiene ahora?

Le envío un mensaje a unos de los chicos que vende por esta zona, solo necesito algo ligero. Su respuesta es rápida y me toma completamente desprevenido:

Sorry, bro. Estás off.

Mierda. Los off son esas personas que los líderes de bandas ponen fuera de los limites de los traficantes, a los que los líderes personalmente prohíben que le vendan por lo menos en su zona. Lo sé porque Red puso a Valeria en esa lista y así fue como ella terminó involucrada con Treyvon ya que aquí nadie le vendía. Me tiene que estar jodiendo. ¿Cómo sabía Red que eventualmente recurría a esto? Sacudí la cabeza, maldito pelirrojo inteligente.

La fiesta continua como si nada en la casa, y me quedo en la oscuridad del garaje a un lado, disfrutando mi cigarro en silencio. La puerta principal de la casa se abre de golpe y ojeo por curiosidad. Bea emerge y de inmediato sé que algo está mal, está temblando y su cara está estirada en miedo absoluto, sin mencionar que se agarra el pecho como si le costará respirar. Ni siquiera dudo en salir de las sombras y ella grita aterrorizada hasta que le hablo:

—¡Lo siento! ¡Bea, soy yo! Ey... —Ella me mira y sus ojos se enrojecen. La mano que sostiene su pecho tiembla tanto que siento la necesidad de tomarla y apretarla—. Ey, ey, ¿qué pasa?

Ella no dice nada, solo sacude su cabeza, su pecho sube y baja rápidamente.

—No puedo respirar... necesito... sácame de aquí, Black.

—De acuerdo... de acuerdo —repito y aún sosteniendo su mano la guío hasta mi moto. Me subo y ella me sigue, abrazándome desde atrás con fuerza, no sé que pasó, pero solo sigo mi instinto—. Estás bien, Bea. I got you.

Te tengo.

Bea tiene su cara enterrada en mi espalda y estoy a punto de arrancar cuando Red sale de la casa. Él se queda en la puerta y hacemos contacto visual. Me pongo el casco y Red asiente. Supongo que sabe que la llevaré a salvo a casa. ¿Él sabe que pasó? Se ve demasiado calmado para saberlo.

—Una vuelta... antes de ir a casa... —nunca la he escuchado así, la vulnerabilidad en su voz es palpable y quiero protegerla de todo, de quien sea que la puso así. Obedezco y le doy una vuelta por el pueblo hasta que ella deja de temblar y respirar agitadamente. Cuando la siento calmarse, me dirijo a su casa. No sé que carajos pasó, pero si alguien le ha hecho daño, si alguien...

—Black... —susurra cuando nos detenemos frente a su casa. Las luces están apagadas, solo el porche está iluminado. No me muevo, no me quito el casco, solo bajo las piernas para mantener el equilibrio de la moto—. ¿Por qué las cosas siempre se tienen que joder?

—Creo que no soy el más calificado para responder eso.

Ella gira el rostro y descansa el otro lado de su cara contra mi espalda.

—No me gusta la violencia, pero... quiero que él se muera. ¿Eso me hace una persona terrible?

—¿Él? ¿Red?

—No.

—¿Es alguien que te ha hecho daño?

—Sí.

—¿Quién es?

«Solo dame un nombre, Bea. Quien quiera que sea el responsable de que te pongas así de mal tiene una pronta fecha de vencimiento».

—No...—su voz se quiebra—. No puedo decir su nombre, esta noche no.

—Está bien. —Entonces, hago lo que sé hacer mejor en cualquier momento—: ¿Esto quiere decir que ya me has perdonado? —bromeo y la escucho bufar.

—Tenías que intentarlo, ¿no?

—Si ya sabes como soy, ¿para qué te subes a mi moto? —Ella se ríe por lo bajo y el sonido libera un poco la presión en el pecho que he sentido desde que la vi mal.

—¿Estás bien, Black?

Su pregunta me golpea de una forma inesperada, siento un vacío en el estómago. Me quedo sin palabras por unos segundos, Bea suspira.

—'A veces comentemos errores con las mejores intenciones' —murmura—. Una de mis frases favoritas de un libro que leí hace tiempo. No eres una mala persona, Black. Creo que todos estamos un poco rotos.

Black and Blue —respondo con una sonrisa triste, aunque ella no pueda verme.

—Exactamente.

Ella se despega y mi espalda se siente fría de inmediato sin su calor. Bea se baja de la moto y se para a un lado, sonriéndome.

—¿Me contarás que ha pasado esta noche? —pregunto, confirmando que ha llorado, su rostro está rojo, los mechones azules de cabello cerca de su cara están empapados.

—Algún día.

—De acuerdo.

Silencio, nos miramos a los ojos y ahí está... esa tensión... esa electricidad entre nosotros, ¿cómo es posible que en un momento como este quiera besarla? Después de esta noche que ha sido agridulce para ambos, aún la veo y quiero acercarla a mí, sentirla. Estoy loco. Bea duda, se muerde el labio y me lamo los míos por instinto.

—Gracias... por todo, Black.

—¿Por todo, todo? —bromeo, subiendo y bajando las cejas rápidamente. Bea sonríe.

—Eres un caso perdido.

—Perdido entre tus piernas.

Bea suelta una risita y me alivia verla relajarse.

—Perdón, me sale al natural —me excuso.

Verla riendo cuando sus ojos siguen rojos y su cara apenas se ha secado después de pasar un momento duro, me da paz. Me hace creer que por lo menos uno de nosotros tiene esperanzas de salir adelante y no soy yo.

—Descansa, Black. —Se despide con la mano y observo su espalda hasta que entra a su casa.

Me quedo un rato ahí, considero volver a la fiesta, pero ¿para qué? Ha sido una noche eterna y necesito descansar.


#

BEA

DOMINGO

Mensaje recibido #1

Amber: ¡Holaaa! ¿Cómo está esa resaca?

Mensaje recibido #2

Red: ¿Bea?

LUNES

Mensaje recibido #3

Amber: No viniste a la universidad hoy, ¿estás bien?

Mensaje recibido #4

Violet: ¡Holaaa! Hoy quedamos en ir al cine las tres por la oferta del lunes, ¿dónde andas?

Mensaje #5:

Black: No sé cocinar, pero podría hacerte una sopa, ¿te gustaría?

Dos llamadas perdidas: Red.

MARTES

8 llamadas perdidas: Red (3), Violet (2) Amber (1) Black (2)

Red: Bea, ¿estás bien?

Amber: Estoy preocupada oficialmente.

Violet: Por favor, solo da una señal de que estás bien.

Black: Olvida la sopa, lo que tú quieras, ¿de acuerdo? Aprovecha, no ofrezco esto a todo el mundo.

MIERCOLES

El celular repica una y otra vez, más mensajes, otras llamadas y lo escucho desde la esquina de mi habitación. Estoy sentada en el suelo con la espada contra la pared, abrazando mis piernas y descansado el mentón sobre mis rodillas. No puedo salir... no quiero, vuelvo a tener miedo, vuelvo a encerrarme y lo odio.

Lo odio porque me costó tanto comenzar a tener una vida normal, a sentirse yo misma de nuevo y que todo eso se destruya por su culpa... por la simple mención de su nombre en la boca de una desconocida, una amenaza indirecta. A unos metros de distancia descansa una bandeja con comida que me ha traído mamá hace rato. Todo me da asco, todo me da miedo, he vuelto a estas cuatro paredes, con las persianas cerradas porque me da miedo que él se asome por la ventana o yo que sé, a este punto, mi paranoia está sin control.

Y no me lo merezco, no merezco volver al punto cero, a tener que luchar de nuevo por emerger a la vida. Esa voz malintencionada de mi cabeza ya ha comenzado su ciclo: ¿Creíste que podías tener una vida normal? ¿Ser feliz? ¿Después de que tu mejor amiga muriera por tu culpa? Alguien sucio como tú no se merece nada, Bea. Vivir así, con miedo es lo que mereces, es tu castigo.

Intento apartar esos pensamientos como me recomendó la primera terapeuta a la que asistí. Al principió, después de lo de Soren, intenté dos terapeutas y con ninguna hice clic, no hubo una buena conexión, así que no fueron de mucha ayuda y no quise intentarlo más. No quería contar lo mismo una tercera vez, era demasiado doloroso. Simplemente, salí adelante o eso creía, hoy me doy cuenta de que todo lo que he hecho es evitar, es poner una curita en un agujero inmenso, no es sostenible.

Y aquí estoy de nuevo en la mierda.

Es como si todo lo que intenté reprimir hubiera vuelto con todas las fuerzas. Duele, asfixia, me aterra y me da rabia, es un torbellino de emociones que no sé como enfrentar así que solo permanezco aquí sentada sin querer sentir nada en lo absoluto.

Mamá toca la puerta y entra, su mirada va a la bandeja, y luego a mí:

—Bea.

Sé lo que va a decir, me esfuerzo por sonreírle, pero apenas llega a una mueca mediocre.

—No tengo hambre, mamá.

—No has comido nada desde ayer.

No digo nada, ella suspira con tristeza, y se sienta a mi lado, manteniendo un cuerpo de distancia como si no quisiera presionarme con su presencia y lo agradezco.

—¿Qué ha pasado, Bea?

—Nada, solo necesito unos días de descanso, estaré bien pronto, lo prometo.

Mentira, mentira, mentira. No quiero preocuparla, aunque sé que ya lo está, pero no sé que decirle o como decirlo.

—He estado averiguando... hay una psicóloga al otro lado del pueblo. —Me tenso un poco—. No pierdes nada con una consulta, quizás la tercera sea la vencida. —La esperanza en su voz me hace mirarla y la preocupación en su expresión que acentúa sus arrugas, quiebra algo más en mí.

—Lo... —mi voz se rompe—. Lo siento.

Mamá se sorprende.

—Bea.

Dos gruesas lágrimas ruedan por mis mejillas.

—Lo siento mucho, mamá, si yo hubiera sido más responsable... si esa noche... lo siento por hacerte pasar por todo esto, yo... —me quedo sin aire y un sollozo me sale de golpe—. Debí escucharlos, debí...

Mamá me abrazó y me aferré a ella, llorando en su hombro, sintiéndome como la peor persona del mundo porque en vez de proteger aquellos que amaba, les había fallado, le fallé a Beth, la persona más dulce y buena que había conocido, a mis padres que siempre lo dieron todo, a mi misma por caer por alguien como Soren.

Ella se separa y me toma el rostro entre las manos.

—Bea, para con las disculpas, por favor, hija, deja de cargar con una culpa que no te corresponde. Eres una chica maravillosa.

Me tiemblas los labios mientras lloro.

—No.

—Sí, Bea, lo eres. Esto es difícil, y ahora se siente eterno, pero lo vas a superar porque no estás sola, nos tienes a nosotros, tienes a tus amigos y si te das la oportunidad de ir con la psicóloga, también tendrás esa ayuda. —Ella me acaricia las mejillas—. Es hora de empezar a sanar, mi nena.

Sacudo la cabeza.

—No sé ni por donde empezar, mamá.

—Yo sé, pero seguir como si nada, cuando es obvio que aún cargas con tanto, tampoco funcionará para siempre, Bea.

Ella me limpió las lágrimas, se puso de pie y me ofreció la mano.

—Vamos, tus amigos pasaron hace rato, les dije lo que me dijiste de que estabas enferma, pero te dejaron unas cosas.

Me puse de pie y le tomo la mano, caminando con ella hasta el comedor de la casa, la luz de los ventanales me hace entrecerrar los ojos porque he estado mucho tiempo en la oscuridad. En la gran mesa de la cocina, hay tres bolsas. La primera que agarro es una bolsa que tiene dentro una taza grande de sopa con una nota de Black:

"En la vida había hecho sopa para alguien, ¿ves lo que hago por ti? No voy a mentir, probablemente sepa horrible, pero el gesto es lo que cuenta, ¿no? No sé que pasa, pero cuando he estado es mis peores momentos, comer algo caliente me ha ayudado a luchar contra ese frío que se siente cuando nos sentimos mal. Me hace sentir cálido y acompañado.

Wow, que profundo soy a veces. Aquí estoy para hacerte reír cuando quieras y para otras cosas también, sí quieres.

Eso me hace sonreír.

Ah, es broma, apuesto a que sonreíste, picarona. Soy más que un cuerpo sexy, Bea.

-Black.

Sin darme cuenta, lágrimas han comenzado a rodar por mis mejillas, mientras abro la segunda bolsa. Hay helado, unos chocolates, una camiseta con capucha súper suave, un libro de comedia y varios dramas coreanos.

"Querida Bea,

Aquí nos sentamos a escribirte esta carta como en los años de la yuca, nos sentimos súper vintage enviado cartas al estilo época victoriana. Para tu desgracia, no venimos a declararte nuestro amor imposible. Ya quisieras.

Me rio porque sé que esto lo ha escrito Violet.

Venimos a asegurarnos de que no olvides por un segundo, que no estás sola, que ya has visto mis mocos y te toca aguantarte mi amistad. Amber está enojada porque y que no me estoy tomando esta carta en serio, ¿quién se toma la vida en serio? Mi objetivo es hacerte sonreír, y de una manera cómica hacerte llegar nuestro cariño. Te enviamos unas cositas para que disfrutes, la camiseta es una bendición, lo más cómodo del mundo. Me peleé en una convención de anime para comprarla, la chica que también la quería me arañó el brazo, algún día te mostraré la cicatriz.

Bueno, me desvié del punto. Lo que queremos decir, es que, aunque te conocemos hace poco, ya te queremos mucho. Eres una chica genial y espero que eso nunca lo dudes. Estaremos aquí esperando cuando estés lista. Amber dice: Recuerda que no tienes que luchar sola, no tienes que enfrentarlo todo sola, no estás sola, Bea.

Me limpio las mejillas empapadas. 

Nos vemos pronto, el dúo dinámico, más popular y mejores vestidas que Wisin y Yandel.

Amber y Violet.

Me rio un poco y abro la última bolsa, la más pequeña. Dentro, hay una cajita roja con detalles dorados, no cabe duda de que es algún tipo de joya. Y lo confirmo al quitar la tapa, es un brazalete de oro con piedras de diferentes colores en el medio: rojo, azul, negro, amarillo y violeta. Es precioso. Saco la nota y reconozco esa letra tan artística y cursiva de Red:

"Respeto tu espacio, pero por favor, deja de cargar todo sola. Los amigos no son solo para fiestas y momentos banales, también están ahí para los momentos más difíciles. Sé que este brazalete parecerá una cursilería, aún así, póntelo, déjanos estar contigo así sea de manera simbólica. Hay muchas cosas que quiero decirte, pero no es el momento.

Cuídate mucho, aquí estaré, siempre, Bea.

-Red.

Me quedo viendo todo y me dan ganas de llorar de nuevo, aún así, me pongo el brazalete. Sé que aún tengo que lidiar con el hecho de que quizás Soren esté cerca, que debo contarles a todos, sin embargo, una cosa a la vez. Mamá solo me observa en silencio. Tomo una respiración profunda.

—Pide... una cita con la psicóloga, mamá. —Mi petición nos sorprende a ambas. Mamá asiente—. Hazlo... mientras yo... —puse mis manos alrededor de la taza de sopa, mis ojos cayendo sobre el brazalete y por un segundo, imaginé las manos de todos ahí sobre las mías, se me hizo un nudo en la garganta y levanté la taza para ir al microondas—. Mientras yo caliento la sopa.  


#

Nota de la autora: Broooo, brooo, ¿por qué siempre termina uno hot o llorando con Black & Blue? Me drenan emocionalmente estos chicos, pero los amo, cada uno con sus batallas. 

Ahora a chismear, 

¿Qué les parece la historia hasta ahora? ¿Es lo que esperaban? ¿Algo que les ha sorprendido? ¿Algo con lo que se hayan sentido identificados? A ver, cuente que tomo café mientras leo comentarios. 

Also, gracias por los 8 millones de leídas y por el millón de votos, no me esperaba tan buen recibimiento para mis locos coloridos. GRACIAS. 

Muakatela,

Ariana G. 

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