TaeEun;
—No me puedes estar hablando en serio —sigo a Joy por toda la habitación.
Ella se detiene, y yo me detengo. Se gira y sonriendo responde.
—Pues sí. Los príncipes pidieron eso —responde ella.
—Pero- pero- —pestañeo una y otra vez-. ¿Ir a otra fiesta, con el mismo vestido, pero sin máscara?. ¿Por qué?.
—Ellos quieren saber que chica fue la que conocieron en el baile —me explica ella—. Se sintieron confundidos cuando las conocieron personalmente y se interesaron en otra, que no saben si es la de la fiesta. Y punto.
Abrí mi boca y pestañee desconcertada —No puede ser —susurré.
Ella arquea una ceja mirandome —¿Por que te pones así? —me mira sin entender—. Dijiste que no habías conocido ningún príncipe en el baile. Pero viendo tu reacción, creo que me mentiste.
La miro y raspo mi garganta —Si conocí a un príncipe.
Sonrió de lado —Es que era obvio —dijo—. ¿Quién era?
—Él príncipe Jungkook —solté.
Abrió su boca sorprendida —¡¿En serio!? —preguntó sorprendida.
—Sí. ¿Por qué esa reacción? —pregunté sin entender.
Ella me cogió de las manos y me hizo sentarme en el borde de la cama; ella se sentó junto a mi.
—Dime todo. Que te dijo cuando te vió —pide.
Le conte todo lo que ÉL me había dicho, desde que me ayudó a pararme cuando se me giró el pie por culpa de aquellos tacones.
—Los tacones sirvieron para algo —movió sus cejas de arriba a bajo—. ¿Y que le dijiste tu?.
—No quieras saber —dije.
—Dime.
—Le dije que yo no quería estar con él —respondí.
Joy me dió en la frente —¡Ay!
—¿¡Eres tonta!? —exclama.
Me sobo donde me había golpeado mientras añadía un puchero a mis labios.
—¿Por qué me dices eso?.
Ella cierra sus ojos y suspira profundamente antes de responder —¿Cómo que "por qué"? –contraataca—, es el príncipe Jungkook. Tuviste la inmensa suerte de que el se fijara en ti, y así le respondes. Es que...me imagino como debe de estar desde que le dijiste eso. ¡Hasta yo me indignaría!
—Como sea...—empecé a decir—, no iré a esa fiesta.
—¿Él sabe que eres tú? —me pregunta ella.
—Lo sospecha. Pero no creo que esté seguro.
—Irás a esa fiesta —sentenció.
—No iré.
—TaeEun por favor...le pides disculpa y ya. Es que no puedo entender, el porque eres así. ¿Te gusta otro príncipe y por eso no aceptas al príncipe Jungkook? —me pregunta sin entender.
Sobé mi frente y le respondí —Escucha Joy, yo vine obligada —ella me miraba—, no quiero estar con ningún príncipe. Así que no te esmeres conmigo. Yo quiero salir de esto ya –y sin dejarla decir nada salí de la habitación.
Daría un recorrido por el palacio a ver si me relajaba.
El palacio sin duda era grande. Y contaba con tantos pasillos que de seguro podría perderme. Esto era como un laberinto. Miré curiosa los grandes cuadros que habían en la pared. Eran fotos de reinas y reyes, o guerreros de las anteriores dinastías. Algunas estatuas también estaban en los pasillos. Miré los grandes jarrones que también estaban allí. Los cuales sin duda eran demasiado antiguos.
Abrí la puerta de una habitación, encontrando un salón de música. Entré viendo la cantidad de instrumentos que había ahí. Caminé hacia el piano, y abrí la cubierta de este. Me senté en la banca frente a este. Siempre me había llamado la atención el piano. Me parecía un instrumento tan hermoso, y delicado. Aunque sinceramente prefería el dibujo antes que la música.
Toqué una tecla, y esta sonó por todo el lugar. Y así fui haciendo con todas no se porque es algo tan curioso, cuando tenemos un piano frente a nosotros por primera vez.
Estaba tan concentrada tocando una y otra vez tocando teclas al azar en el piano que ni siquiera me dí cuenta de que alguien había entrado al salón.
Me giré, y juro que me pudo haber dado un infarto en ese mismo momento.
—Puedes continuar —dijo el príncipe Jungkook rejalado en una de las sillas que había ahí. Estaba bien relajado en esta, mientras tenía sus brazos cruzados.
Esta vez traía el pelo suelto; sin ninguna coleta que lo sujetase. Y viendolo así, se veia demasiado largo su pelo. Pero le quedaba bien. Usaba un jersey beige, y un jeans negro ajustado. Al estar sentado, se notaba que le quedaba exactamente pegado al cuerpo. Y unas botas altas negras.
—Yo ya me iba —logré decir y me levanté para huir como cobarde, pero el se posicionó en mi camino haciéndome detener.
—Mientras sigas huyendo de esa forma, me darás una y otra razón para seguir creyendo que eres la de la fiesta -dice observandome.
—Ya le dije que está equivocado. Y no estoy huyendo, recordé que tengo algo que hacer —mostré una sonrisa intentando resultar convincente e intenté esquivarlo, pero lo evitó de nuevo.
—¿Sabes de la fiesta de hoy? —arquea una ceja mirandome.
Mirando hacia otro lado asiento —Sí. ¿Y?.
—Si me doy cuenta de que eres tú-
—Te dije que no soy esa chica -contesto y lo encaro con la mirada, observandolo.
El se acerca a mi, acercando nuestros rostros.
—Si lo eres —continúa mirandome serio, y bien de cerca—, ya verás.
Me entró hipo, y el arqueó una ceja. Yo hipé de nuevo, y lo aparte para salir rapidamente de ahí.
—Mierda... —susurro hipando.
Salí del palacio, y patalee una y otra vez frustrada. Realmente no llegué a pensar que eso que le dije, lo hayase dejado de esa forma. Sé que tal vez si habia ido demasiado lejos...o tal vez ¿no?
De seguro está acostumbrado a que todas las chicas terminen rendidas a sus pies, y si una es la excepción, se molesta. Aún así no quiero asistir a esa fiesta.
Llamó mi atención ver a una de las chicas (creo que era Yeri) sentada en un banco que estaba bajo la cómoda sombra de un árbol que había ahí.
Decido ir, a ver si ella se encontraba bien. Ya que estaba sola yy quizás le pasaba algo. Al acercarme, vi que estaba abrazando sus piernas mientras al parecer tenía sus pensamientos lejanos.
—¿Yeri? —llamo su atención.
Ella se sobre-salta y se gira. Me sonríe —Hola TaeEun.
—Hola —sonrío—. ¿Te molesta si te acompaño?.
Ella niega —Claro que no. Siéntate.
Asentí y me senté a su lado; en el otro espacio del banco.
—¿Todo bien?. Estás aquí sola —digo.
—Sí. Es solo que pensaba en la fiesta de hoy en la noche —responde.
Arquee una ceja —¿Que pasa con la fiesta?
—Nada. Es solo que...en la anterior ningún príncipe se me acercó —hizo una mueca.
Me le quedé viendo —¿Quieres casarte con algún príncipe?.
—¿Por eso vine no? -susurró.
—Yo no quiero y estoy aquí.
—Bueno...tu eres la excepción de las veinte —rió ella haciendome reír un poco a mi.
Asentí —Sí...
Volvimos a quedarnos unos segundos en silencio.
—¿Que príncipe te gusta? —pregunté curiosa.
—Todos —dijo obvia y reí. Ella negó aun riendo—. Jeon Jungkook.
—Ahh... —logro formular.
—El más imposible de todos —hizo una mueca.
Por un momento, mis pensamientos viajaron hacia un planeta lejano, donde formulé una idea.
—Te ayudaré —solté.
Ella arqueó una ceja y me miró —¿Cómo?
—Te lo diré si no se lo dices a nadie. ¿Promesa? —enseño mi meñique.
Ella aun extrañada aceptó este.