Taehyung estaba nervioso, asustado, confundido.
Su esposo llevaba varios días muy... extraño. No entendía nada, de principio supuso que Jungkook solo estaba pasando por malos días, es por eso que inetentaba animarlo con mucho amor, haciéndole junto a la señora Yang ricas comidas o permitiendo que el pelinegro se recostara en su vientre algo durito por su embarazo.
Jungkook últimamente tenía la costumbre de recostarse en su pancita de 3 meses recién cumplidos, hablar con el bebé o con él mismo y decirles lo mucho que los ama. Incluso, hace dos días su esposo había llorado mientras hacía aquello, obviamente le había preguntado por que, a lo que Jeon solo respondio que se encontraba demasiado sensible por lo feliz que le hacía la idea de tener una familia. Aquello no lo había convencido del todo, pero no quiso interrogar más para no incomodar a su pareja.
Volviendo al presente, estaba demasiado inquieto, Jungkook había salido por la mañana sin si quiera despedirse, solo dejándole una nota que al regresar, quería hablar con él de algo muy importante, solos en el despacho.
Tal vez, solo tal vez... también estaba algo emocionado. Desde que había tenido aquella platica con su esposo en la cual este le había prometido que vería la manera de salir de ese mundo y vivir una vida normal, esa ilusión se había mantenido en su pechito, esperando el día que sea cumplida para ser felices ellos dos, su hijo, y tal vez los futuros que vengan. Y estaba emocionado por el hecho de que algo en su interior le decia que de eso se trataba el tema, pero... también algo lo tenía inquieto, como si fuera pequeños piquetitos en su corazón. Un mal presentimiento.
No quiso hacerse ideas de más, mantuvo su mente positiva a que lo que hablarían sería algo muy bueno.
Se encontraba acostado en la gran cama de su habitación, pensando en aquel tema mientras brindaba caricias a su vientre durito. Sonrió, definitivamente tenía la esperanza de que hoy sería un gran día.
—Hoy tal vez nuestra vida va a cambiar, mi amor —le habló a su bebé, sonriendo en grande debido a la ilusión que crecía en su pecho al pensar que junto con su esposo por fin saldrían de aquel horrible mundo—. Tu papá koo nos pondrá a salvo —sonrió, sintiéndose muy feliz.
Con la felicidad por todo su ser, se puso de pie y fue a su armario a preparar ropa linda, quería ponerse muy bonito para cuando su esposo llegara a casa.
—Extraño a Yang noona —susurró con un puchero, caminando por toda la sala del primer piso, sin ningún rastro de alguna persona.
Ya había terminado de arreglarse, se había puesto unos panatalones de vestir color beige junto a una camisa blanca y chaleco tejido color cremita con algunos garabatos en él. También se había maquillado un poquito, solo algo de colorcito en sus labios, un natural rubor y algo de brillo en su rostro.
Precisamente hoy era el día libre de los trabajadores de la casa, a excepción de los escoltas que rodeaban el área, pues para ellos no había día de descanso pero su paga era mas elevada por lo que sabía. Jungkook pagaba sin rechistar una gran cantidad a los escoltas con tal de que protegiaran con su vida a su esposo Jeon Taehyung.
Miro la hora en su celular, según sus cuentas, Jungkook debería estar llegando en cualquier momento.
—Ya no aguanto... —habló con inquietud, mordiendo sus uñas ante lo nervioso que estaba por aquella importante platica en la que había puesto todas sus ilusiones y esperanzas.
Como si algún ser divino lo escuchara, se escucho uno de los autos de Jungkook y mucho movimiento fuera de la casa, por lo que supuso que su amor ya había llegado.
Muy emocionado camino hasta estar cerca de la puerta, donde segundos después entro Jeon vistiendo aquel pulcro traje y su semblante serio, el cual cambio a una sonrisa al sentir un pequeño cuerpo abrazarlo.
—Te extrañe mucho koo —susurro Taehyung escondido en su cuello, Jungkook lo rodeo también con sus brazos y dejo un besito en los cabellos castaños—. No me gusta que te vayas cuando es el día libre de Yang noona, me siento solo y te extraño el doble. —habló triste, escuchando la risita que solto el pelinegro.
Jungkook tomó el rostro de su niño y lo separo de su cuerpo, para así inclinarse y besarlo con mucho amor unos cuantos segundos.
—Lo siento mucho, amor —susurró sobre sus labios, dejando un besito más en estos—. Fue algo de urgencia, pero ya estoy aquí, perdóname por dejarlos solitos —se disculpo, arrodillandose para estar a la altura del vientre hinchadito que era ocultado bajo la camisa y el sueter—. Hola, mi amor —saludo a su hijo, dejando un besito sobre las prendas y sacándole una sonrisa a su esposo.
Taehyung tomó el rostro de Jungkook entre sus manitas, este se puso de pie y no dudo en volver a unir sus labios, esta vez el beso durando un poco más, el castañito acariciando con sus pulgares gorditos las mejillas blanquecinas del mayor.
Él menor se separo con un suspiro, sin soltar el rostro de su amado—. ¿Qué es lo qué querías hablar cuando llegaras, koo? —se atrevio a preguntar, y la sonrisa de Jungkook decayó al escucharlo, cosa que confundió a Taehyung.
—Podemos dejarlo para otro día... vamos a dormir, cariño —dijo, tratando de evitar a toda costa el hablar sobre el tema el cual lo venía martiriando desde hace días.
Por la mañana estaba seguro, una pizca de voluntad había llegado a él, haciendolo convencerse de que era tiempo de contarle a Taehyung sobre el acuerdo que había hecho con Jasha. Es por eso que se había ido sin decir nada, por que sabía que si veía el rostro de su niño jamás podría confesarle aquello, cosa que estaba pasando en este momento. Taehyung lograba ponerlo demasiado sublime y débil.
—No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy —contestó Taehyung con una sonrisita, picoteando con su dedito la nariz del más alto.
Jungkook suspiro y logró relajarse ante la presencia de su pequeño. No esperaba nada, sabía que probablemente la reacción de Taehyung no vaya a hacer la mejor, así que esta preparado para cualquier cosa.
Tomó las manitas de su esposo entre las suyas y las llevo a sus labios, dejando un beso en cada una antes de entrelazar una de estas con su propia mano—. Vamos al despacho, amor —Taehyung asintió con una bella sonrisa emocionante, y ambos comenzaron a caminar al despacho del pelinegro.
Una vez llegaron, Jungkook cerro la puerta tras si, solto la manita de su amado para poder desajustarse y quitarse la corbata, para posterior a eso desabotonar los primeros botones de su camisa, todo ante la atenta mirada de un castañito nervioso.
—Escucha, mi vida —se giro hacia su esposo, Taehyung asintió dando a entender que tenía toda su atención. Jungkook extendio sus manos pidiendo por las de su pequeño, él menor se acerco a él y las entrelazo—. Te amo, ¿lo sabes, verdad? —preguntó y Taehyung asintió confundido—. Se que mis decisiones nunca han sido las correctas, muchas de ellas han logrado ponerte en peligro a ti, a mi familia, y a todos los que amo —hizo una breve pausa, suspirando y mirando a los ojos de su amado, quien tenía una sonrisa a pesar de no estar enteniendo muy bien por donde iba el tema—. Quiero que sepas que jamás ha sido mi intención el que llores, desde que te conocí, que apenas y lo recuerdo ya que yo aún era un niño; siempre quise protegerte y amarte, eras y eres como un pequeño angelito que no quiero que nadie toque y dañe, pero sin darme cuenta, todo este tiempo el que te daño fui yo —la sonrisa de Taehyung decayó un poco, mirando confundido al pelinegro.
—¿Ha que viene todo esto, Koo? No me asustes —rió, tratándo de aligerar el ambiente, sintiendo como el agarre en sus manos se fortalecía un poco más.
Jungkook suspiró, antes de seguir—. ¿Recuerdas que me pediste que tú solo querías seguridad y una vida normal para nosotros y nuestro bebé? —cuestionó y Taehyung asintió—. Yo... encontre una forma de conseguir eso, tal vez no fue la mejor, pero te aseguro que tú y mi pequeño estarán a salvo, tal como lo pediste —pauso por unos segundos, tomando valentía para por fin decir lo que se venía guardando desde hace días—. Hice alianzas con el jefe del cartel de rusia y otros países, con esto nosotros podremo- —no pudo terminar ya que Taehyung había separado sus manos de un movimiento brusco, alejándose de él.
—¿Es enserio? —preguntó el castañito en un hilo de voz, sus ojos sin ser consciente comenzaron a cristalizarse, rompiendo el corazón del pelinegro frente a él. Jungkook asintió, apretando sus labios y escuchando el sollozo de su esposo—. Otra vez no Jungkook, por favor... —y sin más rompió en llanto, una nueva ilusión rota en su corazón.
Jungkook se acercó de inmediato, abrazando el chiquito cuerpo de su esposo pero siendo empujado bruscamente por este.
—Escúchame bebé... escúchame por favor —sin darse cuenta, su voz ya había salido con un tono quebradizo.
—Lo habías prometido k-koo, prometiste que saldrías de este mundo, n-no puedes romper otra promesa —lloró con más fuerza, mirando con sus ojos cristalizados a su esposo, quien pronto se encontro llorando frente a él.
Taehyung se giró para intentar salir de la habitación, pero apenas su mano toco el pomo de la puerta, unas manos se posaron en su cintura, girandolo y pegando su cuerpo a esta. Pronto, Jungkook tomo las manos de su bebé, juntandolas y llevandolas arriba de su cabeza, para así impedir que escapara de sus brazos.
Taehyung sollozo más alto, removiendose bruscamente contra el cuerpo que lo aprisionaba contra la puerta—. Sueltame, sueltame, ¡sueltame! —rogaba, él mayor solo lo veía con una mirada triste, sollozando junto con él.
—B-busque salidas, te lo juro... —volvió hablar, Taehyung solo mantenía sus ojos cerrados mientras se removia en busca de escapar de sus brazos—. Considere entregarme a la policía, esa era la única salida sana de este mundo, pero por mis crimenes era casi seguro que me condenarian a más de 30 años o incluso cadena perpetua —explicó, y fue entonces que el más bajito dejo de removerse—. Y-yo no quería alejarme ti ni de mi hijo, quería tenerlos a mi lado, perdóname mi amor —lloró, juntando su frente con la de su menor.
Taehyung se sentía mareado ante todo lo dicho y todas las emociones que lo atravesaban, abrió sus ojos, viendo distorsionada la imagen del rostro de su esposo, pensó por un segundo que veía borroso por sus lágrimas, pero lo último que vio fue como los orbes de su amado lo veían con confusión antes de mirar todo oscuro y perder el control de su cuerpo.
Jungkook sostuvo asustado el cuerpo de Taehyung cuando este cayo sin fuerza a sus brazos, sollozo tan fuerte que su garganta dolio, antes de comenzar a llamar a su amado mientras lo cargaba de forma nupcial.
—¡Taehyung! No me hagas esto mi amor, ¡Taehyung! —gritó al cuerpo en sus brazos, llorando y asustado sin saber que hacer—. M-mi bebé... perdóname mi bebé —rogó, abrazando el débil cuerpo contra el suyo.
Sin esperar más y con su vista nublada ante las lágrimas y sus ojos rojos, salió de la oficina a paso apresurado, comenzando a gritar el nombre de sus escoltas para que estos entraran a la gran casa.
—¡Mi señor! ¿qué sucede? —preguntó asustado aquel hombre, llegando junto a él a la sala.
—¡Llamen al Doctor Min Yoongi! ¡ahora! ¡díganle que a mi esposo le paso algo! —lloró mientras gritaba, asustando más a aquel escolta que asintió y comenzo a llamar a sus compañeros por la radio—. También llamen a la señora Yang, l-la necesito... —y sin más se tumbo en el sofá de la sala, abrazando con fuerza el cuerpo de su esposo mientras lloraba como jamás lo había hecho.
Min Yoongi llego corriendo apenas y supo que a Taehyung le había pasado algo. Se había encariñado demasiado con ese chico risueño y parlanchín, por lo que le fue imposible no sentir una opresión en el pecho cuando uno de los escoltas le había informado lo sucedido. Es por eso que dejando sus consultas y deberes de lado, había subido a su coche y en menos de 5 minutos llego a la casa de los Jeon.
Entro de golpe a aquella casa, mirando para todos lados y corriendo a la sala cuando unos sollozos se escucharon en aquella dirección. Se encontró a un Jungkook llorando sentado en el sofá con un Taehyung inconsiente en sus brazos.
—Que mierda hiciste... —susurró con enojo, acercándose al pelinegro y viendo el rostro pálido de Taehyung.
Jungkook levanto su vista, la cual aún seguía roja y con muchas lágrimas—. Es mi culpa... s-siempre es mi culpa —dijo en voz baja, Min solo bufo.
—Cállate. —no le importaba el tono de voz que estaba usando con el mafioso, solo se dispuso a tomar el cuerpo del esposo de este entre sus brazos, Jungkook se lo entrego a sabiendas de que lo atendería. Checo el pulso de Taehyung, sintiendo como estaba demasiado débil —. Lo llevaré a su habitación, dile a tus escoltas que suban mi equipo, esta en mi auto, también llamen a dos de mis asistentes enfermeras, necesitare ayuda —y sin mas se llevo a Taehyung al segundo piso, agradecía que aquel chico fuera tan ligero a pesar de su estado.
Jeon limpio sus lágrimas e hizo lo pedido por el doctor. Pronto, por toda la gran mansión habían escoltas subiendo equipo médico, otros yendo a comprar las cosas que Min iba necesitando, enfermeras de este mismo llegando. Todos querían ver bien a Jeon Taehyung.
Jungkook nuevamente había roto una promesa, había dañado a su esposo, otra vez.
-Nana.☁️
estoy feliz y me gusta que "Love Decisión" me esta ayudando a salir de mi zona de confort y experimentar con la categoría de drama, me esta costando ya que soy bien sensible pero estoy feliz por ese avance, aunque probablemente solo haré este fic con drama y no hare mas, ya que lo soft siempre sera lo mío y es por eso que combino ambas categorías en este fanfic ♡
si tengo capítulos adelantados jajaja, solo que me retrase con la actualización por que estuve algo ocupada, perdón por eso :(
espero que a pesar del drama la historia les este gustando <3