Sabine entro al puente de su Destructor. - Comandante. - Dijo el Capitán. - La Flota Rebelde se retiró al hiperespacio.
- Gracias, capitán. - Agradeció ella por la información. - Contacten al Emperador.
- Como ordene. - Los oficiales iniciaron la transmisión y la figura de Ezra apareció en un holograma.
- <<Sabine.>>
- Emperador.
- <<¿Capturaste a los Rebeldes?>>
- Si, justo como usted lo ordeno. ¿Cuales son sus Ordenes?
- <<Traerlos a mi destructor en Lothal. Ahí haremos nuestra reunión con Hera.>>
- Como ordene. - La transmisión se termino y Sabine se dio media vuelta hacia su capitán. - Preparen el hiperimpulsor para entrar a la velocidad de la luz. Vanos hacia Lothal.
El Destructor entro al hiperespacio y en unas cuantas horas después salio en Lothal. Zeb y Chopper fueron llevados por Sabine hacia el hangar del Destructor de Ezra. Cuando el transporte aterrizo, Sabine bajo de la nave y se encontró con Ezra. - Bine. - Dijo al verla.
- Ezra. - Respondió ella. Ambos miraron como los Troopers llevaban a Zeb y a Chooper hacia adentro del Destructor. - Vamos. - Sabine empezó a caminar pero Ezra la detuvo.
- Todo a su tiempo. Te quería decir algo.
- Si, claro. Ah, que... ¿Que necesita, Emperador?
- Bine. Sabes que confío en ti y confío en que confías en mi.
- Si. ¿Que pasa? ¿por que tan sentimental?
- Es que yo... hagg... Me cuesta decirlo.
- Solo dilo, Ez. - Él le muestra un collar y Sabine queda impresionada. - Guau.
- Si. - Respondió.
- Es muy hermoso para ser artesanal. Hasta el momento nunca me hiciste un collar como regalo.
- ¿Por que piensas que es un regalo, Bine?
- Te conozco lo suficientemente bien. No me darías algo como esto si no planearas regalarmelo.
- Tienes razón.
- Si que te quedo impresionante.
- Gracias. En mi cultura, se suele fabricar esto a mano cuando planeas pedirle a alguien matrimonio.
- Genial. Eso no lo... sabía. - Ella susurro lo último ya que se dio cuenta de la situación.
- Sabine. ¿Te canarias conmigo? - Pregunto Ezra inclinándose.
Sabine quedaría atónita, no esperaba que Ezra le llegara a pedir eso tan pronto, esperaba un poco más de tiempo. - Ezra... yo...
- ¿Que? ¿No te gusta? - Pregunto preocupado mientras se levantaba.
- No, para nada. Solo...
- ¿Que ocurre?
- Ezra, me gustaría casarme contigo, pero... - Le costaba formular las palabras. - Ezra, yo... Aún no tenía en mente casarme. No digo que no quiera casarme con tigo, para nada, si quiero. Me gustas, en verdad y me encantaría pasar toda mi vida a tu lado. Pero... necesito tiempo para pensarlo.
- Si, entiendo. - Fue su respuesta. Esto sorprendió a Sabine. No esperaba que estuviera calmado, sino todo lo contrario. - Tomate tu tiempo, no te apuro. Cuando creas que estés lista, ven dímelo. Yo te espero.
- Gracias. Esta faceta tuya es una de las razones por la que me gustaría casarme contigo.
- Lo mismo digo. Vamos a...
- Si. - Ambos se dirigieron al nivel de retención. Cuando llegaron a la celda donde estaban, Sabine no esperaba encontrarse con... - ¡Kanan! - Grito ella sorprendida.
- Sabine. - Grito el Maestro Jedi.
Sabine corrió hacia el y lo abrazo. - Oye, tus ojos. - Ella noto que los ojos de Kanan habían vuelto. - ¿Pero como?
- No lo se. - Respondió. - Ezra me hizo algo con la Fuerza y logró traerlos de vuelta.
- Me alegra, en verdad.
Kanan mira a su alrededor, disfrutando tener su vista de regreso. Noto que Zeb miraba de manera furiosa. - Oye, Zeb. - Dijo Kanan. - ¿Que pasa? Encontramos a Sabine, ella esta bien.
La expresión del Lasat aun no cambia. - ¿No te contaron lo que ella hizo? - Pregunto Zeb. - Sabine nos traicionó. Trabaja para Ezra, ahora, y nos atacó a Hera y a mi para destruir la Flota.
Esto lo sorprendió. - ¿Que? - Kanan la mira. - ¿Por que te uniste a él?
- Fue para salvarte. Si no lo hacia, te mataría. - Respondió Sabine. - Lo siento.
- Creo que ya es hora de llamar a Hera. - Dijo Ezra.