Vidas cruzadas: El ciclo. #1...

Autorstwa AbbyCon2B

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Olivia Eades es psicóloga y periodista con una vida hecha en el 1970, con su madre y hermano, sin deseos de c... Więcej

NOTA DE LA AUTORA Y MÁS.
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AGRADECIMIENTOS
Cuarto libro de Vidas Cruzadas: El ciclo (Disponible)

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Autorstwa AbbyCon2B

12 de febrero 1866.
En las montañas, Minnesota.

El carro con los caballos dio unas vueltas por la colina y continuó avanzando en línea recta hacia donde el río fluía pendiente abajo y estallaba en una larga cascada.

Los caballos cruzaron por el rio tirando del carro donde viajaba Derby con Jian y el niño. Ella tenía su vientre algo ocultó entre todas las capas de su vestido y el abrigo que traía para protegerse del frío, también se había puesto un sombrero de tela y sus mejores joyas dado que estarían visitando a unos amigos de Derby para el almuerzo.

Según tenía entendido el señor y la señora Elliot conocían a Derby desde niños, por lo que tenían una larga historia. Principalmente el señor Elliot y Derby, no sabía que esperar de ese almuerzo y sin duda quería causar una buena impresión, pero era difícil con el malhumor de Derby y la forma como la trataba cada vez que le hablaba.

Estaban atrapados en un circulo que Jian se negaba a ver; donde el la maltrataba, le gritaba y la golpeaba y luego lloraba y se disculpaba y ella lo perdonaba.

¿Pero qué otra cosa podía hacer? No podía darse el lujo de divorciarse y causar otro escándalo y sí les decía a sus padres, uno de los dos mataría a Derby y Jian no podía permitirse ser viuda, económicamente necesitaba la ayuda.

Planeaban ir al almuerzo y volver antes de que oscurecía, pero el viaje se alargó. Derby y el señor Elliot tenían más para hablar de lo que había imaginado y en cuanto ambos empezaron a beber fue imposible detenerlos, las pocas veces que Jian se animó a llamarlo para ver si ya se iría, solo consiguió que la echara de mala gana y la hiciera sentir una gran vergüenza al ver como los hijos de Elliot la miraban. Almorzaron en la mesa y luego estuvo con la mujer de Elliot en la cocina charlando un poco y conociéndose, cada vez que miraba por la ventana le aumentaba la ansiedad al ver que el sol se movía un poco más y más y que pronto oscurecería.

No quería viajar de noche por tres motivos.

En primer lugar, Derby iría ebrio y apenas verían por lo que era más peligroso que tuvieran un accidente, principalmente cuando comenzaran a descender por la montaña, en ese camino al borde de una larga caída y el cual no se encontraba cercado. Un mínimo error por parte de Derby podía matarlos, pero él por supuesto no la escucharía.

En segundo lugar, en la noche abundaban los peligros desde animales salvajes como lobos, osos y pumas hasta criminales buscando personas vulnerables para robarles. Y una mujer con un niño y un hombre ebrio viajando en la noche eran altamente vulnerables y dudaba que Derby pudiera protegerlos en su estado.

Y finalmente su última gran preocupación era el clima. Estaban en pleno invierno y no había empacado abrigo extra pensando que volverían antes de que oscureciera, lo que significaba que estarían volviendo a la casa con una temperatura igual a cero grados o cercana y Liam podía enfermarse o ella y no podía olvidar que estaba embarazada.

Cuando finalmente Derby se dignó a ponerse en marcha no perdió tiempo de aprontar todo en el carro para partir cuanto antes. Sentó a Liam en el frente, para que estuviera entre su cuerpo y el de Derby una vez partieran y se despidió rápidamente de todos, aunque tuvo que esperar puedes Derby seguía riéndose con el señor Elliot y su estado claramente le impedía moverse rápido.

—¿Seguro que no quieren quedarse la noche?

—Nah, muchas gracias, señora Elliot, pero estaremos bien —. Intentó subir al carro una vez, falló y lo logró a la segunda—. Solo es un viaje corto...Gracias por la comida y que bueno volver a escuchar de ustedes.

De no haber sido por aquella noticia en los periódicos el señor Elliot jamás se habría enterado de que Derby estaba en la zona, así que todos estaban agradecidos.

—¿No quieres que yo lleve las riendas? Estás algo ebrio...

—¿Y qué? No empieces a joder ¿quieres?

Guardó silencio y abrazó a Liam contra su pecho una vez el carro se puso en marcha.

Si miraba hacia la distancia desde la montaña en la que estaba, podía ver que el cielo estaba bastante oscuro y nublado, así que empezó a idear un plan en caso de tormenta. Podía meter a Liam en la parte trasera del carro, no era muy seguro, pero la lona sobre su cabeza lo protegería de mojarse y con suerte también podría convencer a Derby de sentarse con ellos bajo la lona. No tenían mucho abrigo, pero Liam y ella podían usar el tapado que traía y Derby con su chaqueta debería estar algo protegido.

El viento empezó a soplar más fuerte y frío y el invierno se manifestó con toda su agresividad. Era peor en la montaña, donde estaban tan alto que la temperatura disminuía considerablemente e incluso en algunas partes, podía verse un poco de nieve.

—¿No deberíamos parar mejor?

—Calla, estamos bien.

Derby continuó andando con los caballos y pasó unos interminables cuarenta minutos viendo como andaban al borde de una caída de metros y metros con las pequeñas rocas deslizándose hacia el barranco cuando los caballos la pisaban.

Le latía el corazón demasiado rápido imaginándose de tanto en tanto como caían a su propia muerte ¿algún día los encontrarían? No quería siquiera imaginar lo que sería de ella si caían o de su hijo...Eso era lo que más la asustaba y por eso lo tenía fuertemente agarrado contra su pecho, imaginaba que, si el carro se volcaba hacia la caída, podía tirarse hacia el camino incluso aunque significara aterrizar de espalda estando embarazada. Era un riesgo que debía correr para salvarse y salvar a su niño.

Cuando dejaron atrás esa ruta peligrosa sin riesgos, se relajó un poco y acomodó la lámpara que colgaba junto a sus cabezas para que le alumbrara bien el camino. Estaban circulando entre el bosque de la montaña, aun descendiendo lentamente y podía escucharse el rio a la distancia.

La luna los alumbraba un poco y gracias a eso pudieron ver el agua tranquila del río antes de adentrar a los caballos en esta.

—¿Por qué me odias tanto? —le preguntó sin previo aviso y Derby la miró confundido.

Estaba por responderle cuando el agua le salpicó el rostro silenciándolo y notó como el carro se movía desde las ruedas. Escuchó como algo se quebraba y pronto notó que el agua ocultaba por completo las ruedas del carro. Tiró de las riendas, esperando poder obligar a los animales a retroceder fuera del río, pero antes de que estos lo consiguieran, la corriente debajo de la superficie del rio les torció las patas y las correas se rompieron y vio como los animales eran arrastrados hacia la cascada.

El carro volvió a temblar desde abajo, la parte que se encontraba sumergida y cuando Derby comprendió que se volcaría, aferró a Liam y Jian en sus brazos y los tres cayeron al agua junto con el carro.

El carruaje se volcó hacia el lado de Jian tirándolos en la misma dirección, por lo tanto, quedaron justo detrás de este siendo arrastrado por las corrientes. Los tres tragaron tanta agua que rápidamente comenzaron a sentir como se ahogaban sin oxigeno en sus pulmones y las aguas debajo de la superficie eran tan agresivas y corrían con tanta fuerza que los arrastró detrás del carro hacia la inminente caída de metros y metros por la cascada a la cual no podían sobrevivir.

Se aferró al vestido de Jian con fuerza, pues era todo lo que lograba alcanzar y rezó para que la tela no se rompiera por culpa de la fuerte corriente y con su otra mano, abrazó a Liam contra su pecho, notando como el niño se ahogaba y a pesar de su esfuerzo no conseguía empujarlo hacia la superficie para que respirara.

Pensó que los tres morirían y le entró el pánico al no ver nada con lo que agarrarse.

Su espalda golpeó bruscamente contra el carro y dejó de moverse debajo del agua. Empujó a Liam hacia la superficie sin perdida de tiempo y sujetó a Jian antes de que su vientre golpeara el carro y tanto ella como el bebé se lastimaran. La empujó hacia arriba asegurándose de que alcanzaba a trepar hacia el carro volcado y trepó detrás de ellos.

Los tres estaban tosiendo y escupiendo agua.

Una roca parecía haber bloqueado al carro en medio de la caída a unos seis pasos de la cascada y desde donde veía parecían estar a salvo.

Había entrado a una trampa mortal; el río desde afuera parecía llano y tranquilo, pero no era más que una ilusión, la corriente había aumentado en las últimas horas (probablemente por el mal clima) y había metros y metros de agua agresiva circulando debajo de esa mascara traicionera y ellos habían caído directamente en esta.

—¿Estás bien? —. Sujetó el rostro de Liam y le miró para asegurarse de que no se le iría en sus brazos—. Escupe toda el agua, niño y respira. ¿Estás bien?

Liam asintió a pesar de haber empezado a llorar y se abrazó a su madre.

Derby la vio a ella y le aferró con fuerza contra su pecho. Ella temblaba o era él, o ambos, no estaba seguro. La abrazó y se apartó para evaluar su rostro y luego su vientre.

—¿El bebé? ¿Se mueve? ¿Está bien? ¿Tú estás bien? ¿Te lastimaste?

Jian negó al principio mientras no era capaz de hablar y respiró profundo.

—Estoy bien...Estamos bien ¿tú?

Derby asintió y acuclillado sobre el carro miró a su alrededor. Tenían una pequeña parte donde apoyarse que debía ser capaz de sostenerlos a los tres y Derby realmente esperaba que lograra sostenerlo a los tres.

Se quitó su chaqueta, aunque estuviera empapada y la uso para cubrir a Jian y al niño. Estaba demasiado frío y ellos estaban empapados, no era bueno. Nada de lo que sucedía en esos momentos era bueno.

—Abrígate y abriga al niño.

Miró a su alrededor y hacia el agua, no había forma de que pudieran cruzar hacia el otro lado hasta que la corriente bajara y el terror del momento parecía haber lavado todo el alcohol en su sangre.

Tenía ganas de vomitar por todo lo que sentía en esos momentos.

Volvió a mirar a Jian y le sujetó el rostro.

—¿Segura que estás bien? ¿No estás herida o algo?

—Estoy bien... —. Ella abrazó a Liam contra su pecho y lo protegió del frío con su cuerpo—. No me percaté de que el río estaba tan profundo.

—Tampoco yo...Joder, tampoco yo.

Debían permanecer en ese carro toda la noche, expuestos al mal clima, hasta que el agua descendiera unos metros y su violencia disminuyera y a Derby no le agradaba.

Por un lado, estaban protegidos de animales salvajes gracias a la violencia del rio y con suerte también lo estaban de criminales, pero por el otro, el frío clima los atacaría directamente, junto con el sueño y el hambre.

Acomodó a Jian y Liam con cuidado y usó su cuerpo para refugiarlos a ambos de las bajas temperaturas e intentar que entraran en calor. Aprovechó la diferencia de tamaño para refugiar a Jian en su pecho y dejó que ella refugiara a Liam y de esa forma pudiera entrar en calor y así permanecieron toda la noche.

Liam lloró hasta quedarse dormido temblando y ella no lloró, pero tembló por casi toda la noche hasta llegada la madrugada y también logró dormirse. Derby permaneció despierto, mirando a su alrededor en un estado constante de alerta y asegurándose de que la roca debajo del agua no cedería a la presión y los mandaría volando por la cascada.

Logró ver el sol comenzando a asomarse y ni siquiera fue capaz de respirar de alivio.

Tuvo que despertar a Jian para alejarse de ella y se arriesgó por su familia al dejarse caer en el agua para probar que tan agresiva era la corriente, aunque no se soltó del carro en ningún momento para asegurarse de que no lo arrastraría.

El agua seguía llegándole hasta los hombros, así que volvió a subir al carro y se abrazó a ellos.

Fue a eso de las nueve de la mañana que notó el agua había bajado cuando la roca que los sostenía sobre el carro quedó a la vista, así que descendió, alzó a Liam en sus brazos, lo dejó a salvo en la costa del otro lado y regresó para ayudar a Jian.

Sus caballos habían muerto en la caída y no tenían transporte, caminar a la granja les tomaría todo un día y no podía poner a Jian en tan demandante situación cuando estaba embarazada, cansada y con frío, así que buscó un punto cerca del camino y armó un fuego para calentarlos.

—Tu padre vendrá a buscarnos por esta misma ruta cuando no volvamos —le aseguró—. Él nos llevará a casa y todo estará bien.

Se sentó junto a ella y la abrazó.

—Perdóname, por favor.

Lo perdonó, aunque ya no creía en sus disculpas y se quedó calentándose y calentando a su hijo por el resto del día.

—Ya deberían haber vuelto, Jonathan —. Olivia retorció un pañuelo en su puño y lo siguió por el corredor—. ¿Qué tal si los atacaron? ¿Qué tal si...? Ni siquiera puedo decirlo.

—Estoy seguro de que están bien, tal vez se quedaron a dormir en lo de los Elliot y llegaran en las próximas horas.

—¿Y si no sucedió eso? ¿Y si es algo peor?

—Si no han vuelto para el mediodía iré a buscarlos —. La besó e intentó que se calmara—. Tranquila ¿sí? Estoy seguro de que están bien.

Pero a Olivia no le quedó el sentimiento de tranquilidad y, por el contrario, regresó a la casa para seguir limpiando, sin poder barrer lejos esa sensación de que algo malo había pasado.

Así que tan solo unos minutos después y cuando ya no podía concentrarse en cocinar, volvió a salir de la casa, pasó junto a los más pequeños que jugaban en el jardín con los niños vecinos y encontró a Jonathan cerca del taller, ayudando a Chester y Terrell trabajar la tierra de la granja.

—Debes ir a buscarlos, Jonathan, o vas tú o iré yo, pero alguien debe ir, tengo un terrible sentimiento de todo esto.

—Está bien, iré.

Suspiró, dejó caer la pala en la tierra y cedió sin muchos esfuerzos. No iba a mandar a su mujer sola por los caminos, así que le pidió a Terrell y Chester que lo acompañaran y se marchó en su caballo.

No tenía idea del accidente en el que su hija se había metido y tampoco se lo imaginaba.

Derby había montado un pequeño campamento cerca del río y del camino, para poder ver a Jonathan cuando pasar por esa zona y también ocultarse de rostros que no le fueran familiares.

Consiguió arrancar algunas bayas para alimentar a Liam y a Jian y con algo de esfuerzo y algunos rasguños, logró hacer una trampa para una ardilla y la asó sobre el fuego para que Jian comiera. Ella compartió la carne con su hijo y cuando intento convidarlo a él también, negó. No podía quitarse la culpa de encima y el miedo de que tanto ella como el niño pudieran enfermar y morir.

Escuchó unos caballos acercándose por el camino cuando ya el mediodía había pasado y sus estómagos rugían de hambre y temblaban por el frío. Le pidió a Jian que se quedará refugiada con Liam y se adelantó para asomar fuera del bosque y ver quien se acercaba.

Reconoció el Shire de Jonathan mucho antes de poder ver a su amigo y quiso echarse a llorar del alivio. Detrás de él venían Chester y Terrell y tenían suficiente transporte para llevarlos a los tres a casa.

Jonathan se dejó caer al verlo parado en medio del camino, todo mojado, con aspecto de que no dormía bien en años, aunque solo hubiera sido una noche y temblando de frío. Derby señaló hacia el bosque ya sin habla y sin pensárselo demasiado Jonathan se lanzó a correr en aquella dirección.

Apartó las ramas de los árboles y empezó a temer que encontraría a Jian muerta o a su nieto, no quería imaginar esa escena, pero Derby no le había dado muchas pistas de cómo estaba su hija o que les había sucedido. Los destrozaría si algo le sucedía y no sabía cómo podría decírselo a Olivia sin morir con culpa en el proceso.

Cuando asomó a un pequeño campamento con una fogata en la tierra, se relajó al ver a Jian y Liam sentados en el suelo junto al fuego y abrió los brazos para recibirla cuando ella corrió a su encuentro. La sintió llorar en su pecho y temblar, tanto por el frío como la angustia y se apresuró a quitarse su chaqueta para cubrirla.

—¿El bebé? —preguntó y puso una mano en su vientre.

—Creo que está bien, lo he sentido moverse en las últimas horas.

Respiró un poco aliviado y la abrigó lo mejor que pudo con su chaqueta antes de llevarla hacia su caballo y ayudarla a subir. Chester alzó a Liam en sus brazos para llevarlo de regreso al campamento y al igual que Jonathan, lo protegió con su abrigo y boina.

—¿Qué les sucedió? —se animó a preguntar Terrell lo que todos pensaban.

—El maldito río —. Derby montó en el caballo detrás de él y continuó maldiciendo—. Estaba desbordado y no lo noté.

—¿Cómo mierda pudiste no notarlo?

—Juro que no se apreciaba, Jona, sabes que jamás los habría puesto en peligro apropósito.

—No fuiste lo suficientemente cuidadoso —. Tomó las riendas en sus manos, envolviendo a Jian con sus brazos en el proceso y lo miró—. Hablaremos cuando Jian y Liam estén a salvo.

Se pusieron en marcha hacia la ciudad y en todo el viaje a Jonathan le preocupó que su hija temblara en sus brazos, dormitara o le dieran repentinos escalofríos que la despertaban. No sabía si eran cosas normales del cuerpo o sí se estaba muriendo y no estaba haciendo algo para evitarlo.

Olivia vio los caballos llegar a la granja unas horas más tarde y lo supo desde que ingresaron por el camino a la distancia; algo no iba bien. No sabía si era su instinto de madre o simplemente su instinto, pero sentía en todos sus huesos que su hija necesitaba ayuda. Bajó los escalones del porche y gritó por Harvie de camino a recibirlos.

—¿Está bien? ¿Está herida?

—Está muy fría —. Jonathan bajó del caballo y cargó a Jian en sus brazos—. Cayó al agua del río y lleva horas con las ropas mojadas.

—Debemos llevarla a la casa —ordenó Harvie llegando a ellos—. Rápido, señora Finn consígame unos trapos calientes por favor y que sea rápido.

La mujer se marchó corriendo a su casa donde tenía algo de agua en el fuego para la cena, pero la cual podía usar para la pobre de Jian. Metió unos trapos para empaparlos y corrió con la olla en manos y Cate siguiéndola para asistir en la casa de Jonathan.

—¿Necesitan ayuda? —inquirió una de las nuevas mujeres de la granja.

Susan pasó sin hablarle por el apuro, pero Cate se detuvo y le sonrió.

—Cuide de los más pequeños, por favor, volveré en un momento.

En la casa, Olivia echó a todos los hombres a excepción de Jonathan y Harvie y se regresó para ayudar a despojar a Jian de su ropa mojada. Jonathan les dio la espalda cuando la desnudaron por completo y esperó hasta que le hubieron colocado una camisola seca para girarse y ayudara a acostarla en el sofá.

—Aquí tengo los trapos calientes, señor Aston.

—Muchas gracias, señora —. Harvie escurrió uno de los trapos, aprovechando para asegurarse de que el aguaba no estaba hirviendo y colocó uno sobre el cuello de Jian y otro en su vientre—. ¿Jian ¿puedes contarme que sucedió?

—Íbamos hacia el río...Estábamos en el río y al parecer la corriente era más fuerte de lo que creímos y el agua mucho más profunda...Arrastró a los caballos hacia la cascada y volcó nuestro carro.

—¿Te golpeaste al caer?

—No mucho, Derby me tenía agarrada.

Le levantó la camisola para poder ver su vientre y Olivia le cubrió de la cintura para abajo con una manta para que Jonathan no tuviera que girarse. Harvie agarró de su maleta el estetoscopio de la época y escuchó por ambos latidos. Apretó un poco su vientre consiguiendo que el bebé se moviera y pateara donde estaba su mano y luego pasó su atención hacia Jian.

—Estuvo expuesta a bajas temperaturas afortunadamente no por un prolongado tiempo así que lo mejor es mantenerla controlada para prevenir un caso de hipotermia y aumentar lentamente el calor de su cuerpo. Nada muy drástico.

—¿Y el bebé?

—Oh, no, el bebé está muy bien de momento, parece ser bastante fuerte.

Jonathan respiró aliviado y también lo hicieron las mujeres en la habitación.

Le dieron los mismos cuidados a Liam y, por último, Harvie insistió en hacer lo mismo con Derby, aunque este se quejara. Le dieron ropa seca para que se cambiara y lo ayudaron a entrar en calor con unos trapos mojados en agua tibia.

Jonathan estuvo con Jian y Liam por unas horas, asegurándose de que ambos estaban fuera de peligro y que comían bien del estofado que Olivia les trajo.

Sujetó la mano de Jian y besó sus nudillos. Ella le sonrió.

—Estoy bien, papá.

—Pero una hora más que me hubiera demorado y podrías no haberlo estado...

—Nah, sabíamos que tu llegarías a salvarnos.

Se puso de pie para ir a darle un beso en la frente y ella sonrió. La cubrió con las mantas asegurándose de que estaba bien abrigada e hizo lo mismo con Liam antes de abandonar la habitación.

Olivia estaba en la cocina, sentada con Hardy en su falda bebiendo de su pecho. El niño lo miró al verlo llegar y señaló hacia sus juguetes en la mesa, donde Marie se entretenía armando una pila de cubos que luego tiraba. Les sonrió y se detuvo junto a Olivia para besarla.

—Perdóname.

—Tranquilo, lo importante es que los trajiste sanos y salvos, amor.

—Me alegra tu y Harvie sepan de medicina...Dudo que nosotros pudiéramos salvarlos si no fuera por ustedes.

Ella sonrió y echó la cabeza hacia atrás para poder verlo y pedirle un beso.

Jonathan se marchó hacia la casa de Derby después de eso y encontró que las mantas que le habían dado a su amigo y los paños calientes estaban todos en el sofá del salón sin rastro alguno de él en la habitación. Frunció el ceño y siguió los ruidos hacia la cocina. Encontró a Derby volcando todo el contenido de unas botellas de whisky en una enorme cubeta y apilándolas una vez vacías en la mesa.

—¿Qué haces?

—Soy un idiota, Jona, soy un jodido idiota, podría haberlos matado a ambos...Podría haberla matado a ella y al niño...el pobre niño se ahogaba en mis brazos y pensé que no podría salvarlo y todo porque soy un idiota, un maldito idiota...Agg —. Tiró la botella hacia el lavado, provocando que los vidrios se rompieran y apoyó su mano en el borde para sostenerse—. Estaba ebrio, Jona...Lo he estado todas estas últimas semanas.

—Pensé que ya no beberías.

Derby se impulso lejos del lavado y empezó a recoger los vidrios para tirarlos en un tarro y deshacerse de ellos antes de que Jian se lastimara.

—Lo intenté, pero no es tan fácil...Nada es fácil, joder...

—¿En serio? ¿Qué? ¿Tu vida de marido te hace tan miserable?

No le respondió inmediatamente, dejó la cubeta con whisky a un lado y acomodó las botellas vacías en los estantes que colgaban de la pared. Seguro Jian encontraba algo con que usarlas; podía hacer jugo, sus salsas o sus condimentos. De todas formas, no planeaba tirarlas pues esas botellas podían ser costosas por sí solas.

—Yo la hago miserable y una vez me doy cuenta de que la hago miserable vuelvo a beber y vuelvo a hacerla miserable y me quedo atrapado en este maldito y estúpido circulo sin fin y todo...—. Levantó la botella de whisky y se rio—, por esto.

Jonathan se sentó en una silla cerca de la mesa y dejó su sombrero a un lado.

Conocía a Derby desde hacía unos diez años ya y sabía que su amigo era muchas cosas desagradables, pero no era un mal hombre. Al menos Jonathan no quería creer que lo fuera. Señaló el banco al otro lado de la mesa y a regañadientes Derby fue a sentarse.

—¿La has golpeado? —. Derby levantó la vista hacia él fugazmente y volvió a bajarla a sus manos sin responder. Jonathan se frotó la boca y su barba con una mano y apretó los puños—. ¿Por qué?

—Desearía poder decir que me ha insultado o algo, pero...Ella no ha hecho nada salvo ser paciente, me contesta algunas veces, pero considerando quien es su madre...

—Cuidado con lo que dices, Derby.

—Oh, no, no, Jona, respeto mucho a tu mujer y considerando que Olivia tiene mucho carácter no me sorprende que Jian también lo tenga.

—¿Así que la has golpeado por nada? Y ella está embarazada, excelente, Derby, oficialmente encabezas mi lista de los mejores hombres.

—Oh, no te burles de mí, Jona ¿Qué esperabas? Me han tratado como un animal toda mi vida, yo no sé como tratar a una mujer.

—¿Y no se te ocurrió aprender? ¿No se te ocurrió preguntarle a Jian como le gustaría que la trataras? Te dije que si la lastimabas iba a matarte.

Derby se puso de pie a la defensiva cuando Jonathan dejó la silla y ambos se enfrentaron con la mesa separándolos.

—No quiero hacerle daño.

—Ya lo has hecho y más de una vez. Ella creyó que la amabas.

—¡También lo creí! —aseguró con su voz temblorosa y su acento marcándose un poco más por los nervios—. Cuando hablamos por primera vez y ella tomó mi mano, sentí algo raro y pensé que era amor y estoy seguro de que lo era...Pero pasaron cinco años de eso, hombre.

—¿Y? Yo también estuve lejos de Olivia y no por eso dejé de amarla.

—Pero tu...Jona, es distinto y no quiero hablar de eso...No hablaré de eso.

Derby volvió a sentarse en el banco ocultándose en sus manos y Jonathan se rio.

—Ay, perdona, ¿quieres que te deje para llorar un rato? ¿Llamo a tu mami? —. Le dio un golpe en la cabeza y Derby se encogió—. Lastimaste a mi hija y ella casi muere por tu culpa...

—Fue un accidente.

—¡No puedes permitir que haya accidentes! ¡Está embarazada, Derby!

—¡Lo sé, lo sé! ¡No quería hacerle daño! ¡Yo...! —. Se limpió las lágrimas y levantó la cabeza, evitando mirar hacia Jonathan que se inclinaba a su lado—. Lo lamento, realmente lo lamento. No sé que está mal conmigo, Jona...Tengo pesadillas y...y miedo...y bebo para calmar todo lo que siento, pero entonces lastimo a Jian y vuelvo a beber y...perdón...

—¿Qué te sucedió en la guerra?

Derby comenzó a negar otra vez y se ocultó en sus manos al llorar.

—No quiero hablar de eso...

—Dime qué mierda te sucedió en la guerra, Derby o aunque me duela en el alma te arrastrare al bosque y acabare con esto. ¡Dime, Derby!

Golpeó la mesa sobresaltándolo y Derby se limpió las mejillas empapadas y rápidamente se puso de pie sosteniendo la mirada de Jonathan.

Tragó saliva con fuerza y retrocedió cuando lo vio acercarse.

Jonathan desenfundó su revolver y se lo puso en el mentón, obligándolo a echar la cabeza hacia atrás y pegar la espalda contra la pared de la cocina. Le erizó la piel tener el frío cañón del arma en su mentón, pero le relajó que Jonathan aun no hubiera quitado el seguro.

—Eres mi amigo, Derby y te he perdonado muchas cosas, pero lastimar a mi hija es algo que no puedo permitir...Dame un buen motivo o te volaré los sesos aquí y ahora.

Apretó los ojos y meditó la idea de dejar que lo matara, era una forma rápida de acabar con su dolor y algo que él no se animaba a hacer por cuenta propia. Sollozó, temblando de pies a cabeza y apretó los ojos. No podía morir y dejar a Jian sola, ella no tenía como mantenerse y Jonathan no podía cuidar de ella por siempre.

—Me tomaron prisionero, Jona...Mil ochocientos sesenta y tres, hasta poco antes de la última guerra y... —. Tragó saliva y empezó a negar—. Me hicieron cosas que no le desearía a ningún hombre...Cosas que no puedo decir en voz alta.

Jonathan tardó unos segundos en entenderle, pero cuando lo consiguió, bajó el arma inmediatamente y retrocedió, evitando volver a tocarlo. Derby se relajó lo suficiente para alejarse de la pared, pero no fue capaz de levantar la cabeza. Estaba humillado y avergonzado por todo lo que ahora Jonathan sabía.

Jonathan no supo hacia donde mirar o como reaccionar.

Se rascó la nuca y balbuceó un poco en lo que intentaba formular una oración con sentido.

—Estoy roto, Jona...y no sé como volver a ser el hombre que era...No sé como tratar a tu hija sin lastimarla o como vivir sin alcohol en mis venas.

—¿Ella sabe?

Se rio.

—¿Realmente crees que le diría? Le daré asco y me odiará si lo descubre...

Se frotó el rostro y dejó el revolver en la mesa antes de sentarse.

—¿Por qué no lo dijiste antes, Derby?

—No es algo que quiera decir a todo el mundo...—. Se animó a sentarse frente a él y limpió sus mejillas—. Amaba a tu hija, Jonathan, lo sentí en el segundo que la vi y nuestras manos se tocaron, pero no puedo amarla ahora cuando ni siquiera sé como vivir conmigo mismo...cuando estoy roto y manchado...

—Debes recibir ayuda entonces. Puedo decirle a Oliv...

—No, no, jamás podré volver a mirarla a los ojos si se entera.

—Entonces a Harvie.

—¿Estás demente?

Jonathan negó y mantuvo su posición.

—Harvie es del futuro y él sabe de esto, como ayudarte...Y...eso, sí...Lo llamaré para que hables con él —. Ambos se pusieron de pie y Derby empezó a negar—. Lamento que vivieras algo como eso, eres mi amigo y quisiera saber como ayudarte, pero lo único que se me ocurre es esto y lo haremos, porque mi hija tendrá a tu segundo hijo y no puedes seguir tratándolos de esta forma.

Jonathan se marchó y Derby volvió a sentarse junto a la mesa y miró hacia el revolver que se había dejado.

Pensó en agarrarlo y volarse los sesos mientras lloraba, pero hacerlo era mucho más difícil que pensarlo. Sujetó el arma entre sus dos manos y apuntó el cañón hacia su mentón. Se sentía avergonzado por lo que le había sucedido, insultado, triste por casi haber perdido a Jian y Liam y enojado por haberlos lastimado todos esos meses. Se sentía perdido y detestaba que hubiera necesitado de un accidente casi letal para reaccionar.

Estaba con el arma en su mano cuando una mano se apoyo suavemente en su hombro y otra retiró el revolver con cuidado.

—Lo que sea que estés pensando, podemos resolverlo, Derby.

Miró hacia Harvie cuando se sentó a su lado y dejó caer las manos.

—Jonathan me ha dicho que necesitas ayuda... ¿Te parece charlar un rato? —. Negó, pero no por eso Harvie cedió—. ¿Qué tal si nos conocemos un poco? No hemos hablado mucho desde que llegué.

—Prefiero ocuparme en otra cosa...

—Seguro que sí, pero tuviste un accidente y debes descansar. ¿Eres de Irlanda ¿verdad? ¿Qué parte?

—Waterford...Es un pequeño pueblo...

—Oh, lo he escuchado, es una gran ciudad en el futuro —. Derby lo miró un tanto interesado y sorprendido—. Es un bonito lugar.

—¿Es un buen país?

—Uno de los mejores en cuanto a seguridad de hecho.

Derby sonrió con orgullo y se fue hacia atrás en su silla.

—Ah, siempre supe que mi patria triunfaría.

—¿Y cómo es ahora? Mencionaste que era pequeño.

—Sí, muy pequeño en Waterford, todos se conocen entre todos, bueno al menos así era cuando yo era pequeño, mi papa trabajaba en la mina y siempre se juntaba con sus amigos en el bar.

—¿Tu padre frecuentaba mucho el bar?

—Vivía ahí adentro prácticamente, ese viejo todo lo que sabía hacer era insultar y beber —. Se rio y rascó su nuca—. Sí...mi mama pagaba su alcoholismo.

—¿Por qué?

—La golpeaba y se gastaba casi todo el dinero en el bar —. La sonrisa de Derby desapareció—. También golpeaba a mis hermanos y a mí...¡Eres un muchacho estúpido! Vamos, mátate, pequeño mocoso estúpido.

—¿Tu padre te decía eso? —. Derby asintió sin mirarlo, casi parecía un chiste para él pues no tenía una mejor forma de expresarlo—. Debe haber sido difícil crecer en un ambiente tan hostil...Y veo que bebes mucho ¿lo aprendiste de tu padre?

—Soy irlandés, idiota, todo lo que hacemos es beber, pero sí, sí, aprendí un poco de mi padre. Tenía seis cuando comencé a beber y ahora Jona espera que mágicamente lo deje, imbécil.

—Comprendo, es una temprana edad para estar bebiendo. ¿Se intensificó durante la guerra?

Derby se tensó y empezó a negar.

—No podía beber durante la guerra.

—¿Y eso como te hizo sentir?

—¿Cómo crees? —. Bufó y subió las piernas hacia el banco para abrazarlas—. Como la mierda.

Harvie le dio unos minutos para que se calmara y se acercó a la mesada de la cocina para agarrar un vaso y servirle agua de la jarra. Derby la bebió inmediatamente.

—¿Sucedió algo en la guerra que te haya marcado particularmente? —. Empezó negando, pero no terminó de hacerlo y cuando Harvie se sentó a su lado, comprendió que había una historia detrás de eso—. Sabes, la guerra ha marcado a muchos hombres, Derby y no hay motivo para avergonzarse de eso...Todos tuvimos que ver, hacer y soportar cosas terribles, viendo hacia atrás me es difícil reconocer al hombre que era durante esos años, pero lo importante es saber separar el hombre que fui y el que soy ahora y no dejar que las cosas se mezclen.

—No es tan fácil.

—¿Por qué?

Arrastró la manga de su camisa por su ojo y miró hacia el corredor.

—¿Dónde está Jian? ¿Está bien?

—Ella está bien, Derby, pero estamos hablando de ti ahora. Cuéntame que sucedió.

—Nada, no importa.

—Yo creo que sí —. Evitó que abandonara el banco y se acomodó en la silla para mirarlo—. Porque según tengo entendido algo sucedió que ahora esta provocando lastimes a personas a quienes amas; Jian y Liam ¿no? ¿Quieres seguir lastimándolos?

—No... —sollozó—. Pero no puedo ser un buen hombre...

—Déjame ayudarte y podrás, solo debes ser honesto conmigo.

Se quedaron mirando unos minutos y Derby se removió en la silla algo incomodo, bajó las piernas, se llenó el vaso una segunda vez, bebió y cuando terminó, encogió sus hombros y restó importancia a lo que decía.

—Vale, pues me violaron en prisión.

Harvie ya lo había estado imaginando cuando Jonathan lo había llamado y había visto la tensión en su cuerpo, pero, aun así, escucharlo de los labios de Derby y ver como evitaba su mirada por culpa de la vergüenza, lo dejó bastante desencajado en la situación.

—Has dado un gran paso compartiendo eso conmigo, Derby... ¿No te sientes un poco más ligero? —. Derby levantó sus hombros, pero asintió—. Hablando es más fácil sanar ¿sabes? Le permite a tu mente procesar lo sucedido y enfrentarlo y de esa forma tomas control sobre tus miedos, podemos hablar al respecto si quieres.

—Me da vergüenza.

—No tienes nada de qué avergonzarte, conozco hombres que pasaron por lo mismo.

—¿Del futuro?

—Y de ahora. Lamentablemente es más común de lo que queremos reconocer y entre todos podemos ayudarnos. Tus amigos no van a juzgarte y mucho menos tu esposa, puedes confiar en los que tu decidas confiar y desahogarte, recuerda que hablando uno se hace más fuerte.

Se acomodó en el banco y su nerviosismo disminuyó un poco.

—¿Crees que hablarlo con Jian me ayude?

—Sí tu piensas que hablarlo con ella es lo que necesitas, entonces sí y estoy seguro de que ella te apoyara.

—Pensé que la perdería y me dio mucho miedo —confesó apartando la mirada hacia la jarra con agua—. No la he tratado bien y pensé que la perdería y ella se iría creyendo que la odio y habiendo sufrido...Quiero ser un mejor hombre, simplemente no se cómo.

—Un paso a la vez, Derby. Toda toma tiempo y no puedes cambiar en una noche lo que lleva ¿Cuánto? ¿Veintiocho años formándose?

—Tengo veintinueve.

—Veintinueve años, entonces. Con tiempo y paciencia podrás ser un mejor hombre, pero comencemos dejando el alcohol y disculpándote con Jian ¿sí? 

Asintió y cuando Harvie se puso de pie lo imitó.

—Por tu seguridad y la de tu bebé, debo pedirte permiso para realizarte un examen médico.

—¿Por qué?

—Enfermedades, estas se transmiten sexualmente.

Le incomodó un poco la idea y quiso negar, pero se encontró aceptando por la seguridad de su bebé. Sí el estaba enfermo sin duda Jian también lo estaría y por lo tanto el bebé en su interior. Harvie lo revisó sin ser muy invasivo, se limpió las manos al terminar y le agradeció su tiempo.

—¿Te sientes mejor?

—Bastante, muchas gracias.

Salieron del dormitorio para volver a la cocina y Harvie tomó el revolver de Jonathan y se lo guardó.

—Es difícil, Derby y sanar toma tiempo, pero eres un hombre fuerte y tienes una familia que te necesita, así que sin importar lo oscuro que se vea el camino, no te rindas ¿sí? Sonara un poco trillado, pero las cosas sí mejoran después de todo y tu y Jian aun están a tiempo de ser felices. 

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