Despertar (Libro I)

By Jules-Williams

200K 11.2K 529

¿Realmente soy la chica que siempre está en un segundo plano? Vamos, ¿en serio? Quiero decir, mi hermana siem... More

Capítulo I - The Dove.
Capítulo II - Cami + Gabe = Desastre.
Capítulo III - Rehabilitación.
Capítulo IV - Infancia
Capítulo V - Demonios.
Capítulo VI - Heartbreaker.
Capítulo VII - Team no sleep.
Capítulo VIII - Camille
Capítulo IX - Playboy.
Capítulo X - Lori Hood y tequila.
Capítulo XI - I kissed a girl and I liked it.
Capítulo XII - Good girls are bad girls.
Capítulo XIII - Inconciente.
Capítulo XIV - Perdida.
Capítulo XV - Viejo amigo.
Capítulo XVI - Pelea de gallos.
Capítulo XVII - Mariposas.
Capítulo XVIII - ¿Bailamos? (Parte I)
Capítulo XVIII - ¿Bailamos? (Parte II)
Capítulo XIX - Dime que me quieres.
Capítulo XX - Fea durmiente.
Capítulo XXI - Si yo fuera un chico.
¡1K!
Capítulo XXII - NO al tiempo perdido.
Capítulo XXIII - Secretos.
Capítulo XXIV - Simplemente.
Capítulo XXV - Situaciones inesperadas.
Capítulo XXVII- Color violeta.
Capítulo XXVIII - Inesperado.
ENTREVISTA.
Capítulo XXIX - Obsequios y familia.
Capítulo XXX- ¿Final feliz?
Epílogo.
Segunda temporada.
ÚLTIMO AVANCE DE LA 2DA TEMPORADA.
#Wattys2015
PUBLICIDAD

Capítulo XXVI - Arréglame.

4K 246 17
By Jules-Williams

Un beso en la frente me despertó y sonreí. Jesse estaba a mi lado, totalmente hermoso. Su sonrisa era totalmente sincera, y eso me hizo sonreír. Acarició lentamente mi mejilla.

-Buenos días, preciosa.

-Buenos días a ti también, Jess- contesté dejándole un beso en la mejilla.

Repentinamente, la imagen de Gabe despertando en mi habitación se hizo presente en mi mente y el hecho de que ahora estaba con otro chico. Sinceramente, eso no era algo que me importaba. Jesse se había quedado conmigo como un amigo, no habíamos tenido sexo la noche anterior.

Ni una pelea apenas abrir los ojos.

Me acurruqué en su pecho y él acaricio lentamente mi cabello.

-Sentí algo muy raro al despertar aquí contigo- admitió Jesse con un semblante pensativo.

-¿Ah, si?

-Pues claro. Apenas me desperté, creí que me habían drogado y secuestrado, porque no lograba reconocer el lugar. Luego te vi y toda preocupación se extinguió.

Largué una fuerte risotada e ignoré la voltereta que hizo mi estómago al escuchar su última oración. No lograba entender mis sentimientos en este mismo instante. Jesse era una persona que siempre había estado para mi desde el primer momento que lo conocí. En cambio, Gabe... era difícil. Teníamos más bajos que altos. Debía admitir que él también había estado para mi desde hace un tiempo, pero no de la manera en la que Jesse lo hacía.
Hasta el momento, había soportado las grandes ausencias de Gabe en mi vida, pero no podía soportarlo por parte de Jess. Nunca nos habíamos peleado, y no quería que ese momento llegara.

-¿Piensas preparar el desayuno o nos quedaremos así toda la mañana? - dije con voz ronca.

-¿El invitado no soy yo? Tú deberías estar preparándolo ahora mismo- contestó abrazándome por la espalda -. Es más, yo debería haber despertado con una bandeja llena de comida. No con una chica babeándome el pecho.

-¡Hey! Eso no fue nada caballeroso- exclamé riendo. Jesse comenzó a reírse conmigo y nos levantamos para cambiarnos. Ninguno de los dos se fue de la habitación; simplemente nos dimos vuelta. Admitía que me sentía cómoda con él, y poco me importaba si me miraba. Una parte de mí deseaba que lo hiciera. La otra, estaba totalmente indignada con esa idea.

Al final, salí perdiendo y fui la encargada de hacer el desayuno.

-¿Se supone que estos son huevos revueltos? - dijo Jess haciendo una mueca de asco.

-Oye, eso me dolió- dije poniendo una mano sobre mi corazón-. Ahora te lo comes. Eso te pasa por hacerme cocinar cuando sabes que no sirvo.

Jesse largó una carcajada y se colocó detrás de mí. Pasó sus brazos por el hueco que había entre los míos, abrazándome por la cintura.

-¿Quieres que te ayude? - susurró en mi oído. Todas mis terminaciones nerviosas se activaron y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

-A menos que quieras comer hamburguesas carbonizadas, creo que me vendría bien tu ayuda- respondí con ironía.

-¿Esa es una invitación indirecta a que me quede a almorzar contigo?

-¿Es que acaso no ibas a hacerlo?

-Touché- dijo.

Él cocinó todo solo. Vamos, yo era un desastre en la cocina, pero Jesse tampoco estaba muy lejos de serlo. Se lo veía incómodo en la cocina, pero hizo lo mejor que pudo.

-Están...-comencé a decir.

-¿Asquerosas? -terminó de decir Jesse.

-Iba a decir "comibles", pero ya que lo dices...

A pesar de todo, nos comimos todas las hamburguesas y dejamos dos por si Alexis aparecía mientras yo no estaba. Ella solía hacer eso, venir y pasar el rato aquí cuando no había nadie más. Sinceramente, no me molestaba.

Jesse se fue alrededor de las cinco de la tarde, después de mirar dos películas junto con helado.

Me sentía vacía, pero no se debía a la ausencia de Jesse, sino a la de Gabe. Tenía presente que mientras estaba con él, Gabe desaparecía momentáneamente de mi vida, pero también lo hacía Jesse cuando estaba con Gabe. Me encontraba en una encrucijada que no sabía cómo resolver y eso me dejaba en un punto muerto.
No estaba enamorada de Jesse, eso lo podía afirmar, pero no podía ignorar el hecho de que me sentía cómoda con él, y si lo intentaba, incluso podría gustarme. Pero ahí estaba el punto clave; no quería intentarlo. Sabía que Gabe era un imbécil y que me dañaría y rompería de mil maneras diferentes, pero eso no significaba que mi amor por él disminuía.

No podía soportar estar así con él por más tiempo. Ambos sabíamos que anoche no era el momento indicado para hablar, pero el simple hecho de que lo haya intentado, me hacía querer bajar mi orgullo por un momento. Tomé mi celular y le envié un mensaje.

Siento mucho lo de anoche. Deberíamos hablar.- enviado 5.32 p.m.

Suspiré y me quedé mirando el mensaje fijamente, esperando su respuesta.

También lo siento, muñeca. Pero no sólo lo de anoche.- recibido 5.34 p.m.

Podrías venir? Estoy en mi casa. Si quieres, luego vamos juntos al bar.- enviado 5.35 p.m

No estás con tu precioso Jesse?- recibido 5.40 p.m.

Su respuesta fue como una patada en el estómago y mi cabeza comenzó a dar vueltas ante su intento de molestarme.

No puedes esperar para pelear, eh??? Haz como quieras.- enviado 5.45 p.m

Lo siento. Fue mi error. Estoy en camino.- recibido 5.46 p.m.

***

-Julia.

Gruñí y me di media vuelta. Tenía mucho sueño y no quería ir a trabajar.

-Julianne, despierta- volvió a decir una voz masculina. Abrí mis ojos media vuelta y ahí estaba Gabe, totalmente destruido. Su barba seguía ahí y sus ojeras se habían acentuado aún más. Un profundo corte atravesaba su mejilla derecha, desde su ceja hasta su mandíbula.

-¿Gabe? ¿Qué te sucedió?

Me incorporé rápidamente y noté que la herida era reciente. Parecía no haber sido desinfectada ni lavada, así que me dirigí hacia el baño y busqué algo que pudiera servirme para acelerar la cicatrización. No tenía un botiquín, así que tenía que bastarme con alcohol, algodón y banditas.

Me había quedado dormida esperando que Gabe llegara y estaba segura que por esa razón no había explotado todavía. Era cuestión de tiempo que comience a preguntar y a exigirle explicaciones.

Me volví a sentar en el borde de la cama y palmeé a mi lado para que Gabe se acercara. Él no había dejado de mirarme fijamente, y eso me estaba poniendo nerviosa. Estaba segura de que él también se estaba preguntando por qué estaba calmada, pero necesitaba estar tranquila para poder mantener una charla adulta, si no era así, seguiríamos peleando hasta tener setenta años.

Gabe se acercó y se sentó a mi lado, con sus manos retorciéndose en su regazo. Era un tic que tenía cuando estaba nervioso.
Mojé el algodón en el alcohol y me acerqué un poco a él para poder ver mejor la herida.

-Nena, déjalo. No te preocupes por esto ahora. Necesitamos hablar- susurró Gabe, alejando su rostro de mi alcance.

-No pienso hablar del tema contigo hasta que esa herida no esté limpia y tapada- contesté, volviendo a acercarme. Él no dijo nada más al respecto y se quedó en su lugar, mirando hacia la izquierda. Nos mantuvimos en silencio mientras pasaba el algodón por su herida. No parecía ser lo suficientemente profunda como para necesitar puntos o algo por el estilo, pero sí iba a necesitar un cuidado especial. Una vez que dejó de sangrar, me di cuenta que la herida era lo suficientemente larga como para poder cubrirla con una bandita y, lamentablemente, no tenía gasa. ¿Es que alguien conspiraba en mi contra?

-No la cubras, déjala que respire- susurró Gabe.

-Si dejo la herida sin cubrir, es posible que se te vuelva a infectar, hombre- dije secamente-. Pero al parecer, hoy no es mi día y no tengo nada con que cubrirla; pero luego iremos a comprar algo para sanarla completamente.

-¿Iremos? - contestó con voz esperanzada.

-Sólo para asegurarme que no la dejes estar.

El incómodo silencio se hizo presente en la habitación y ninguno de los dos supo que hacer o decir al respecto. Las palabras estaban en el ambiente pero ninguno decía nada.

-Sabes que realmente siento todo esto, ¿no? - dijo Gabe finalmente. Su voz estaba quebrada y podía ver sus ojos cristalizados. Yo tenía un nudo gigantesco en mi garganta, haciendo que todo lo que quería decir se quedara atorado dentro de mí.
Todo esto realmente podía ser el final definitivo.

-Lo se, Gabe.

-¿Es todo lo que vas a decir? -murmuró con voz quebrada.

-Y, ¿qué es lo que quieres que diga? - exclamé en voz baja-. Nunca quise que nada de esto ocurriera, y eso lo sabes perfectamente. No se cómo explicarte que te quiero en mi vida desde el momento en que te conocí. ¿Y qué es lo que haces? Echas todo a la basura por una simple escena territorial. ¡No soy tu propiedad, Gabe! Al igual que tú no eres la mía.

-Pues, ¿sabes qué? No fui el único que echó a perder las cosas aquí. Tú te fuiste con Jesse anoche sabiendo de sus sentimientos hacia ti, y poco te importó lo que yo pensara al respecto. Dejaste que lo interpretara como quisiera y simplemente, me dejaste ahí- inhaló profundamente y continuó-. Anoche, Wade recibió un mensaje a mitad de la cena. Era de tu queridísimo amigo Jesse, diciéndole que esta noche dormirías en sus brazos. Estoy seguro de que escuché a mi corazón partirse en ese instante.
>>Wade comenzó a decir que ya me habías superado, que así eran todas las chicas como tú. Fue así como conseguí este corte. Comenzamos a pelear delante de todos y él agarró el cuchillo de la mesa y me hizo esto. Mi padre estaba en shock y reaccionó cuando vio la sangre saliendo de mi. Julia, realmente lamento que ahora mismo nos encontremos en esta situación, pero en ese momento, me es imposible imaginarme una vida sin ti...

No lo dejé terminar su relato, porque apenas escuché sus últimas palabras, choqué sus labios contra los míos.
Gabe hundió los puños sobre el colchón y mis manos se enredaron en su cabello. Había extrañado tanto sus besos y sus caricias que ahora mismo me sentía como el desierto luego de una abundante lluvia. Dirigí las manos hacia su abdomen duro y perfecto. La piel estaba caliente y, contra el contacto de mis dedos fríos, Gabe gimió.

-¿Estás segura que quieres esto? - susurró él contra mis labios.

-Cállate, Gabe- contesté sin aliento.

Él recogió mi cabello con una mano y con la otra se encargó de tirar del dobladillo de mi blusa y quitarla. Tiré de la suya y ambas quedaron en el suelo.
Gabe me tomó por la cintura y me depositó de espaldas en la cama. Su aliento cálido tocó mis labios. Jadeé y me quitó el sostén.
Deslicé mis manos hacia su abdomen y bajé un poco más, quedándome en su cinturón. Lo retiré rápidamente y seguí por sus jeans. Gabe me quitó los míos y envolví mis brazos en su cuello y las piernas en su cintura.
Enterré mis uñas en su espalda y Gabe gimió.
Bajó su cabeza por mi cuello y comenzó a juguetear con mis pechos. Mis músculos no eran los únicos que temblaban ahora mismo.
Un pequeño grito se escapó de mis labios cuando sus caderas chocaron contra las mías. Se deshizo de su bóxer mientras yo me quitaba las bragas. Su nariz quedó oculta en la curva de mi cuello y se introdujo lentamente en mi. Me arqueé para recibir más de su embestida.

Los movimientos se hicieron más rápidos mientras que los dos llegábamos al clímax. El placer envolvió mi cuerpo y dejó una ola de placer dentro de mi. Gabe gruñó y supe que él también había llegado al final. Se desplomó sobre mi y susurró con su voz cargada de esperanza-: Te quiero, Julianne Lovelance. Ahora y siempre.

-También te quiero, Gabe Adams- contesté con lágrimas en los ojos. Sólo que esta vez, eran de felicidad.

Continue Reading

You'll Also Like

580 239 22
Cristina es una chica que ha luchado por su abuela, desde pequeña ha trabajado un día en un posible accidente conoce a Mateo el le ofrece un trabajo...
37.6K 3.2K 18
contexto: Adam chikito
286K 30.9K 46
Si has leído sobre mitología griega, entonces sabrás sobre Apolo "dios del sol." Físicamente era perfecto, demasiada belleza para los ojos de un simp...
23.1K 1.3K 18
Soy Lisa,y como todas las adolescentes quiero vivir una magnifica historia de amor,pero quien iba a decirme que a mí me iba a doler tanto. No todo es...