Capítulo XXIV - Simplemente.

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Simplemente maravillada.
Así me sentía siempre que entraba a esta casa.
Sus grandes ventanales de vidrio acentuaban perfectamente el suelo de madera. Todo era jodidamente inmenso aquí. Las paredes eran de un rojo oscuro, muy llamativo pero hermoso.

Coral no podía creer que haya pintado mi cabello de un color así y que mi ropa haya cambiado.
Tenía el pelo totalmente lacio y estaba vestida como una versión barata de Megan Fox, con un short tiro alto y un corpiño bandoo de encaje.

Así se vestiría alguna que quisiera impresionar a su novio en el dormitorio, pero aquí estaba yo.

-¿Es que acaso vamos a una fiesta y yo no me enteré?- dijo Coral con los ojos como platos.

-Claro que no, qué crees- exclamó Sheera-. Le hice una transformación completa para que Gabe deje de hacerse el difícil.

-Humm... yo no creo que quieran hacerlo ahora mismo. Cometí un error al decirles que vinieran.

-¿Qué sucede?- pregunté.

Coral suspiró.

-Juro que al principio no lo noté. No llegué a darme cuenta que su mal humor era debido a que estaba borracho, yo pensaba que simplemente estaba enojado porque no se veían hace días y ni siquiera habían hablado... pero fue un error. Está tirado arriba de su cama, diciendo incoherencia- explicó ella.

-¡Con más razón debo estar aquí!- grité.

Entendía perfectamente cuál era el punto de Coral. Ella sabía que, al cruzar la puerta de su habitación, lo vería totalmente vulnerable. Y él me vería así a mi. Me estaba exponiendo a que rompiera mi corazón con sus palabras, pero ya estaba cansada de que esto siga así.
Subí las escaleras y comencé a abrir puertas al azar. Nunca había estado en la habitación de Gabe, ni sabía cuál de todas era. Abrí la última puerta del pasillo a la derecha y ahí estaba él.

Gabe estaba de rodillas en el suelo, con la cabeza gacha y hablando consigo mismo. A mi me daría miedo si no sabría lo que es estar en ese estado. No sabes lo que haces y, al parecer, Gabe no recordaría nada de esto en la mañana, así que era estúpido hablar ahora mismo.
Comencé a cerrar la puerta pero él habló.

-¿Julianne?- susurró con voz rota. Seguía sin levantar la cabeza cuando lo miré.

-Sí- murmuré. Sabía que era estúpido irme ahora que me había visto, así que entré a la habitación y cerré la puerta. Me senté a su lado.

-Pensaba que no querías verme.

-Más bien, estuve tratando de encontrarte en el bar, en tu casa, y cada vez que venías, Coral me avisaba, pero nunca estabas el tiempo suficiente como para poder hablar contigo.

-No estaba listo. Mierda, ni siquiera lo estoy ahora. No puedo mirarte a la cara, Julia. Estoy muy cabreado- exclamó. Él seguía mirando al suelo.

-¿No te parece un poco estúpido todo esto, eh? Porque a mi sí. Es totalmente ridículo que nos hayamos peleado por una idiotez tan grande como esa- grité.

-¿Idiotez?- me miró. Sus ojos estaban inyectados en sangre y todo su cuerpo estaba tenso-. ¿Para ti es una idiotez? genial, Julianne, por que para mi no.

-¡Que te jodan, entonces! Eres imposible. Todo esto no tiene un maldito sentido.

-Créeme que ya me jodieron- dijo en voz baja. Estaba segura de que intentaba hablar consigo mismo, no conmigo. Lamentablemente, lo escuché y sentí que mi corazón dejaba de latir.

-¿Qué?- dije con lágrimas en mis ojos. Gabe rodó los ojos y miró hacia el centro.

-No te puse los cuernos, muñeca, tranquila- dijo con su voz cargada de ironía- pero estuve viendo a Alexis estos días, ¿ella no te lo dijo? Es una mala hermana, entonces.

No podía pensar más allá de eso.
Alexis estaba viviendo conmigo y, desde que me había peleado con Gabe, estaba media desaparecida. No sabía mucho de ella y sólo iba a buscar ropa.

Todo encajaba ahora.

-¿Te acostaste con ella?- dije con los dientes apretados.

-¿Qué?- contestó él, volviéndome a mirar.

-¡Que si te acostaste con ella, joder! ¿Tan difícil es de entender?

-¡No, Julianne! ¡No me acosté una mierda con ella! Sólo estuvimos en fiestas juntos- me gritó.

-¿La besaste?

-¡Y una mierda! No soy como tu amado ex novio, Julianne. Más allá de que ahora mismo te estés comportando como una imbécil no significa que vaya a ponerte los cuernos- dijo con rabia.

Las lágrimas corrían por mi rostro y sentía que me faltaba el aire.
Creía en Gabe, sabía que lo que me decía era verdad; pero algo había cambiado.
Yo no conocía a este Gabe. Él no era el chico del cual yo estaba enamorada, y eso me dolía horrores. Pueden culpar al alcohol, la rabia o a la tristeza, pero en este momento, era yo quien no podía mirarlo a la cara.

-El imbécil aquí eres tú.

Salí de la habitación completamente indignada y rota. No podía creer que todo esto estaba sucediendo. Sabía que algo así iba a pasar, nunca se puede hablar con un borracho. ¡Ni siquiera había notado mi cambio de aspecto por él! Sinceramente, esperaba que mañana se acordara de todo esto y sufriera como yo lo estaba haciendo.

Mi corazón dolía y sentía una enorme presión en él.
Sheera y Coral me vieron llorando pero, gracias a Dios, ninguna dijo nada al respecto. Las dos se quedarían conmigo esta noche y sinceramente, se los agradecía.
Necesitaba contarles todo de una vez por todas.

Cuando llegamos a casa, tomamos el helado del freezer y fuimos directamente a mi habitación. Una vez que estuve acostada, las lágrimas volvieron a salir por sí solas, sin mi consentimiento.

Estaba cansada de esto.
Estaba cansada de llorar por todo en la vida. Necesitaba un respiro. Algo que me reconfortara.

Para eso estaban las jodidas de mis amigas, para darme un poco de calor despúes de la tormenta.

Nota de la autora:

¡Feliz día de la mujer!

Bueno, les tengo una noticia... decidí alargar un poco más la novela, para poder darle un buen final para comenzar con todo la segunda temporada. Todavía no tengo ningún nombre seguro, pero estoy en ello. Ya tengo todo más o menos planeado para el final de este libro.

Quiero agradecerles a todos ustedes por el apoyo constante que estoy recibiendo ultimamente tanto en mis novelas como con el nuevo proyecto que tenemos en manos junto con Lia Belikov. Me pone feliz ver que escribieron en mi muro, sus comentarios y sus votos, así que simplemente gracias.
Si les gustó tanto este capítulo como los anteriores, comenten y voten. Me encanta leer sus opiniones.

¡Los adoro!

Despertar (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora