El traslador del Palacio de Buckingham depositó a Harry, Severus y los príncipes en las oficinas de la torre de Harry en Hogwarts, con un fuerte pop. Los dos príncipes abrieron los ojos según las instrucciones de Harry, y miraron a su alrededor con asombro por su nuevo y muy diferente entorno. Si bien habían residido en el castillo durante bastante tiempo, no habían visto mucho más allá de sus habitaciones, las áreas comunes y los terrenos, ciertamente nada como las oficinas de Harry. Y aunque habían viajado por flú antes y no parecían tener ningún problema con eso, nadie se acostumbró a los trasladores rápidamente.
– ¿Están bien? –Preguntó Severus, concluyendo que era mejor descubrir más temprano que tarde que alguien estaba a punto de enfermarse por la experiencia de tomar un traslador.
Los dos jóvenes asintieron con cierta vacilación. Sin persuadirse, Severus dijo.
–Creo que un té de hierbas, con algo para calmar el estómago, estaría bien –Fue un recordatorio más de que estaban de vuelta en el mundo de la magia cuando una tetera con esa infusión exacta apareció en la mesa de café, junto con tazas para todos en la habitación. Harry rompió el hielo sirviendo tazas para todos y dirigiéndolos a las sillas y sofás.
Wills aceptó su taza con agradecimiento.
–Regresamos a Londres de la escuela esta misma tarde para grabar los anuncios. Los viajes en los que se encuentra el resto de la familia fueron planeados desde hace mucho tiempo. Mi abuela estaba particularmente preocupada si era correcto que ella hiciera un viaje en este momento. Al final, ella y mi abuelo decidieron que era importante seguir adelante como siempre. Por eso mi papá también mantuvo su compromiso. Aparte de que todos nos quedamos en el palacio, eso es lo que estamos haciendo.
–Estoy seguro de que eso es importante para tu gente –observó Severus– Dudo que tengan que quedarse aquí más que mañana, o quizás pasado mañana. Lo más probable es que los atacantes nunca estuvieran cerca de derribar las barreras, pero mejor permitimos que los defensores lo hicieran sin preocuparse por nuestra seguridad. El Ministerio de Magia hará las reparaciones necesarias a las salas antes de que regresen.
–Me preocupa cómo reaccionará la familia cuando se enteren de esto –dijo el príncipe Harry– Estarán aterrorizados al saber que fuimos atacados, especialmente si se informa en el noticiero de la tele.
–Los agentes de seguridad que viajan con tu familia incluyen algunos de los nuestros. Ya les habrá llegado la noticia del ataque y de su seguridad –señaló Severus.
El Harry mago miró 'hacia arriba, no había oído hablar de esto.
– ¿Aurores? –preguntó.
–Sí –comenzó Severus secamente– aunque en este caso, se le pidió a un Auror retirado que asumiera una misión especial. Madame Bones me dijo esta noche que recientemente se le pidió a la Sra. Longbottom, por su nombre, que se uniera al equipo de seguridad de la Reina.
Harry asintió. Neville no había dicho nada, por lo que era probable que su abuela no se lo hubiera mencionado.
Ahora que su seguridad estaba asegurada y su familia no iba a entrar en pánico, los príncipes pudieron relajarse.
– ¿Se comunican todos de la forma en que lo hizo su Ministro en el Palacio, simplemente agite su varita y aparecerá un papel? –Preguntó Wills, todavía desconcertado en su mente cómo funcionaba eso.
Harry nunca había visto eso por sí mismo, y se preguntaba si este era otro aspecto del mundo mágico que hasta ahora había pasado desapercibido. Severus intervino con la respuesta.
–El Ministerio de Magia maneja ciertas comunicaciones de esa manera. Un registro de pergamino se actualiza mágicamente en el Ministerio a medida que se desarrolla un evento, y cualquier persona autorizada por el Ministerio puede acceder a él. La bruja o el mago lanza un hechizo y una copia actual del registro de eventos aparece ante ellos. Mantiene a todos actualizados, con la misma información.
Ambos Harrys expresaron su agradecimiento por este enfoque, al unísono.
– ¡Genial!
Harry estaba en medio de averiguar hasta qué punto los príncipes habían visto el castillo durante su estadía durante el verano, con la promesa de un recorrido más completo, cuando fueron interrumpidos por el Director, quien llamó a la puerta y entró simultáneamente.
– ¡Oh, gracias Merlín, chicos, están bien! Acabo de escuchar de Amelia Bones sobre el ataque. Dijo que se habían trasladado aquí, pero tenía que comprobarlo yo mismo. ¿Ningún fue dañado? –soltó, casi sin aliento mientras se apresuraba a entrar, con su túnica naranja arremolinándose a su alrededor. Claramente estaba buscando a Harry y Severus, y parecía un poco desconcertado por la presencia de dos jóvenes que no le eran familiares de inmediato.
Harry intervino rápidamente.
–Director, ¿Recuerda a los dos príncipes reales que vivieron aquí durante el verano?
Eso era todo lo que necesitaba Albus.
– ¡Por supuesto, por supuesto, sí! ¡Por favor, perdonen a estos viejos ojos, no son lo que fueron antes! Es encantador verlos a los dos de nuevo, y bienvenidos de nuevo a Hogwarts. ¿También están ilesos por los eventos en Londres? –él se recuperó.
Los príncipes se miraron rápidamente y asintieron, mientras Wills respondió:
–Sí, señor, el profesor insistió en que nos fuéramos cuando había una amenaza, en lugar de quedarnos atrás. Su ministra dijo lo mismo.
Albus sonrió y asintió.
–Bien bien. Me alegro de que se encuentren bien. Por supuesto, nos complace ofrecerles alojamiento para huéspedes, como se hizo el verano pasado, o quizás Harry esté planeando ofrecerle alojamiento en una de nuestras casas escolares.
Harry miró a los dos príncipes.
–Bueno, en realidad no hemos llegado a eso, pero los iba a llevar a la sala común de Gryffindor, y si querían, podría pedirle a Dobby que ampliara el dormitorio de chicos de séptimo año para acomodarlos. De esa manera, pueden experimentar Hogwarts como lo hacen los estudiantes, en lugar de como invitados. Si prefieren habitaciones para invitados, haré que Dobby prepare las habitaciones. Los escoltaré, de cualquier manera, si está bien.
–Por supuesto, donde sea que se sientan más cómodos –Cuando Albus vio la mirada de Severus, su sonrisa vaciló– Severus, ¿puedo pedirte que me busques para hablar conmigo, cuando hayas terminado aquí?
Con un gesto típicamente formal, Severus estuvo de acuerdo.
El Harry mago no captó la vacilación en la sonrisa del director, pero momentos después de que Albus se había ido, sugirió que los tres siguieran adelante.
–No es tan tarde como para que no haya muchas personas en la sala común de Gryffindor, y pueden conocer a algunos de mis amigos –Harry les estaba diciendo a los príncipes que la faraona egipcia se había quedado en Gryffindor cuando visitó Hogwarts durante el verano cuando la puerta se cerró detrás de ellos, dejando a Severus solo en las oficinas de Harry. Severus esperó hasta que las voces en el rellano se desvanecieron, antes de acercarse a la oficina del director.
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Varias horas después, Harry murmuró en voz baja la contraseña e intercambió saludos con el retrato de Salazar Slytherin custodiando la puerta, y entró en su habitación. Se sorprendió al ver a Severus sentado en el sofá meditando junto al fuego, medio esperando que su compañero vinculado se hubiera ido a la cama sin él a estas alturas. La expresión de enojo del hombre era un poco preocupante, pero Harry cuadró los hombros y fue a sentarse.
Severus miró hacia arriba mientras Harry tomaba asiento en el otro extremo del sofá.
–Entonces, ¿todo estuvo bien en el foso de los leones esta noche? –el empezó.
–Oh sí. La multitud habitual. Colin Creevy tuvo que sacar su cámara y sacar muchas fotos de los príncipes con todos los nacidos o criados de muggles, para compartir con la familia. Aunque, por su parte, los príncipes parecían más intrigados con la gente que no tenía ni idea de quiénes eran. Draco estaba de visita, Ron estaba allí y los príncipes seguían haciéndoles preguntas. Los príncipes quieren quedarse aquí al menos hasta mañana por la tarde, para ver el juego de Quidditch Slytherin-Ravenclaw. Ah, y parece que también les agrada Neville. Creo que fue Wills quien trabajó en los invernaderos este verano, cuando Neville los manejó para el profesor Sprout, y se llevaron bien. Neville no había tenido noticias de su abuela durante unos días y necesitaba contarle sus planes para las vacaciones. Estaba empezando a preocuparse, así que me alegro de que hayas mencionado que ella había aceptado una misión con la Oficina del Auror. Wills le dijo a Neville sobre el horario de viaje de su abuela, por lo que Neville también averiguó dónde estaba su abuela.
Severus estaba procesando esa cacofonía de imágenes: Draco y Weasley, juntos la encantadora realeza. Fotos de los miembros de la familia muggle de sus hijos magos con los príncipes. Longbottom da una buena impresión y recibe noticias de su familia. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, Harry agregó un último detalle.
–Los príncipes decidieron probar la vida como estudiantes aquí por al menos una noche, así que ampliamos el dormitorio para acomodar dos camas adicionales. Draco y yo caminamos juntos de regreso, y Filch no se dio cuenta a pesar de que es después del toque de queda.
Mientras Harry se levantaba para tomar un vaso de jugo de calabaza de la cocina, agregó:
–Los príncipes dijeron que su familia pasaría las vacaciones en el castillo de Balmoral, probablemente en unas pocas semanas. Dijeron que irían por la red flu para una visita. Creo que les gusta estar aquí.
–Me imagino que la experiencia del Castillo de Hogwarts es bastante memorable para la mayoría. En cualquier caso, espero que más gente de lo habitual se quede en el Castillo durante las vacaciones de invierno de este año –se aventuró Severus, neutralmente.
Cuando Harry volvió a ocupar su lugar en el sofá, preguntó:
– ¿Eso es lo que el director quería discutir contigo antes?
Severus se encogió de hombros a su manera elegante.
–Fue parte de eso. Esperamos que las familias de los trabajadores del Ministerio, en particular, elijan pasar las vacaciones aquí, ya que han sido blanco de los ataques más recientes.
– ¿Y qué más? –Harry insistió.
–El director se comunicó con el Ministerio después de que nos reunimos con él esta tarde, con respecto a la visión que obtuvimos hoy de los cuervos. Le preocupaba especialmente que vieras el tipo de armamento que veías. Este es el armamento que habíamos aprendido que estaba siendo almacenado por los magos detrás del movimiento antimagia muggle. Me dijo que no había oído nada del Ministerio sobre el traslado de las armas, lo que, por supuesto, sería necesario para respaldar el ataque que viste –El ceño de Severus se profundizó– Resultó que, de hecho, había habido algunos informes de envíos de mercancías al norte. Los tontos del Ministerio encargados de rastrear los almacenes en los que creemos que se almacenaron las armas aparentemente olvidaron que la magia puede hacer que las cosas aparezcan de manera diferente a como realmente son. Se habían trasladado varios paquetes pequeños de esas instalaciones en la última semana, y esos informes no aumentaron porque se consideraron irrelevantes.
Harry se habría reído entre dientes por la historia de no ser por el ceño realmente feroz que permaneció en el rostro de Severus. Todavía debe haber más que esto, porque, francamente, una metedura de pata del Ministerio no debería engendrar ese nivel de ira.
–Entonces, debe haber más, Severus. ¿Por qué estás tan molesto? Sospechamos todo el tiempo que las armas estaban siendo almacenadas para un ataque, y ahora tenemos la confirmación de que el ataque está siendo planeado. No son buenas noticias, pero mejor saberlo, supongo. ¿Qué me estoy perdiendo? –pregunto.
Severus dirigió una mirada particularmente feroz al fuego mientras buscaba controlar sus furiosas emociones.
–No se trata tanto de "la falla" sino del presente –escupió, aunque esa respuesta en particular solo hizo que Harry pareciera más confundido.
–Esta no es tu batalla para pelear –continuó Severus– Ya te lo dije. Habrá una batalla después de esto, tendrás un papel entonces. Ahora no. Le propuse al Director que tú y yo nos fuéramos de Hogwarts en unos días, por las vacaciones, para que no hubiera exacerbación de las hostilidades debido a tu presencia, o cualquier expectativa de tu participación. Él insiste en que permanezcamos aquí.
La cabeza de Harry estaba dando vueltas. Era completamente diferente al Severus que pensaba que estaba empezando a conocer para huir de algo, en lugar de confrontarlo. Y, más allá de eso, ¿a dónde podrían ir donde las protecciones eran incluso comparables a las salas de Hogwarts? Parecería, desde todas las perspectivas, que quedarse aquí era el mejor curso de acción, sin importar esta preocupación por una batalla contra otra.
–Estoy confundido. Tenemos las barreras más fuertes de Inglaterra, aquí mismo. ¿No es este el lugar más seguro para estar? ¿No es por eso que otros quieren venir aquí durante las vacaciones? –preguntó, todavía un poco vacilante dada la clara irritación de Severus– Aunque, tu hermana me envió una lechuza que nuestro complejo en las Tierras de Invierno está casi terminado. Si lo deseas, tal vez podríamos ir allí unos días.
Severus pareció distraerse momentáneamente de su puchero por la referencia al complejo.
– ¿Asumo que acaban de poner protecciones allí? –preguntó, y en respuesta, Harry asintió– Siempre esperas al menos un mes antes de depender de las nuevas protecciones, para darles tiempo de arraigar en la tierra –comentó, sonando muy parecido a un profesor– Pero ese no es realmente el punto, de todos modos.
Harry estaba desconcertado por la respuesta emocional que Severus parecía estar teniendo ante esta situación. Para él, el problema no parecía ser tanto sobre adónde irían si no se quedaban aquí, sino el hecho de que Severus estaba muy convencido de que esta batalla venidera no era de Harry. Eso había surgido varias veces en el pasado y lo habían discutido. Severus siempre fue un poco vago en cuanto a la base de su absoluta certeza sobre el punto, pero Harry no había discutido el asunto antes y realmente no planeaba discutir ahora. Entonces, ¿qué movió a Severus de esta manera?
–Te dije antes que iba a prestar atención a tu advertencia y no buscar entrar en esta batalla. No estoy seguro de entender cómo esto se relaciona con tu deseo de dejar Hogwarts, no puedo imaginar un lugar más seguro. ¿Qué me estoy perdiendo? –Presionó.
Severus respiró profundo, casi tembloroso.
–Si estás en el castillo y las cosas se ponen tensas, o si la batalla no va bien, querrás ayudar. Tu naturaleza te exigirá que des un paso adelante, y no puedes. No es tu momento. Si no estás aquí, eso no puede suceder –Su tono y palabras revelaron la absoluta profundidad de la convicción de Severus sobre este asunto. Pero, ¿de dónde vino toda esa emoción?
Harry estaba a punto de dar rienda suelta a su propia frustración creciente de que Severus no lo escuchara: estaban a salvo aquí, Harry había prometido que no se involucraría en ninguna batalla que ocurriera. Sin embargo, antes de que pudiera pronunciar la primera palabra de su diatriba de construcción, dos pensamientos le vinieron a la mente, donde rápidamente chocaron.
¡Esa emoción en el rostro de Severus era de frustración! Ciertamente, Harry había prometido tomar a Severus en serio sobre este tema. Pero tal vez el director no lo había hecho.
– ¿Hablaste de esto con el profesor Dumbledore? –aventuró.
–Sí. Él siente que estoy siendo demasiado protector y bastante paranoico –escupió Severus– La gente del Ministerio recibió la confirmación de sus contrapartes muggles de alguna actividad nuevamente en la espantosa finca muggle cerca de aquí, como la última vez. ¿El viejo tonto cree que están teniendo un reencuentro inofensivo? ¡Están aprendiendo a usar las armas viejas y tramando una nueva estrategia! Lo sé. Y creo que te conozco lo suficientemente bien como para que quieras participar cuando lleguen aquí. Y no quiero que te sientas tentado. No es tu momento.
Harry asintió sombríamente. El director no había respetado la declaración de Severus, eso estaba claro. O había tratado de persuadirlo de que estaba equivocado o lo había tratado con condescendencia. De cualquier manera, podía ver la frustración de Severus.
–Bueno, los sentimientos del director no importan. Te creo. Te doy mi palabra de que cumpliré tu petición. Esta batalla que se avecina no es mía para pelear, y no estaré disponible para pelearla. Cuando comience, podemos ir a la Cámara de los Secretos, nadie podrá encontrarnos y reapareceremos cuando termine la batalla.
Severus pareció extraordinariamente aliviado por esta declaración de la confianza de Harry en él. Harry dejó su vaso de jugo y se deslizó para sentarse al lado de Severus en el sofá, tirando al hombre mayor en un abrazo, consolándolo.
Aunque Harry sabía que tenía que atender a Severus en este momento, su mente estaba dando vueltas con el otro pensamiento, el que le hizo ver que tenía que estar de acuerdo con lo que Severus quería. Esa mujer con la que había hablado Hermione Granger tenía toda la razón. ¿Cómo pudieron todos haber pasado por alto esto?
Harry estaba escupiendo magia ese día en el Ministerio, no se estaba agregando nada a su magia. Fue Severus cuya magia fue destruida. Era Severus quien estaba absorbiendo la magia cuando la suya comenzó a fusionarse, muy probablemente del hombre asesinado por la explosión de magia de Harry. Harry ni siquiera encajaba en el perfil de Hermione, Severus lo hizo. Harry incluso recordaba ahora que, mientras había mantenido la magia de Severus unida después del ataque, pensaba que algo se sentía diferente. Por supuesto, había asumido que podría haber sido por el hechizo que rebotó en él, o que tal vez la magia no volvió a juntarse exactamente como había estado antes. Era igualmente probable que hubiera agregado algo de magia a la suya.
Severus no estaba paranoico y no estaba siendo sobreprotector. Había adquirido magia que le proporcionaba algún tipo de visión, nada tan matizado como parecía tener esa dama, pero claramente tenía una visión de los eventos por venir.
Mientras Harry se inclinaba hacia Severus para profundizar el abrazo y permitir que su lengua trazara besos en su oreja y mandíbula, su mente se apresuraba a reconstruir algunas de las declaraciones y acciones de Severus desde que se recuperó del ataque en el Ministerio. Esta insistencia en que habría tres batallas fue una de las más frecuentes y claras de sus declaraciones: tres batallas, ningún papel para Harry hasta la tercera. Sintió preocupación por la seguridad en el palacio a principios de esta noche. ¿Es posible que sintiera que estaba a punto de producirse un ataque? También había insistido mucho en trabajar con magia sin varita. La verdad, sin embargo, el Director apoyó eso tanto, y Harry no estaba exactamente seguro de quién había sido la idea al principio. ¿Y el duelo? Pero eso había comenzado el año pasado, antes del ataque.
Su propio placer al ver a Severus distraído por sus atenciones comenzó a distraer a Harry también. Pensaría más en esto mañana. Por ahora, ayudó a Severus a ponerse de pie y lo condujo al dormitorio. Tenía una idea de cómo podía sacar a Severus de su frustración y gastar su energía extra, para que pudieran dormir unas horas en lo que quedaba de la noche. Harry movió su varita para evocar la gran bañera doble que tanto disfrutaban, y se dispuso a meter a su compañero de vínculo en ella para alguna actividad antes de acostarse.
Al menos mañana es sábado, ¡no hay clases!
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Pasar una noche completa con los chicos de séptimo año de Gryffindor aseguró que los príncipes estarían esperando su primer juego de Quidditch como ningún otro evento en sus vidas. Habían visto volar, por supuesto, durante el verano, y se dieron cuenta de que algunos de los voladores más fuertes parecían jugar algún tipo de juego de manera informal. Pero mientras escuchaban la entusiasta discusión sobre estrategias y tácticas, y las descripciones de algunos de los movimientos y juegos más memorables, realmente se sintieron atraídos.
También estaban muy impresionados con lo cómodos que se sentían en el dormitorio, y casi les resultaba familiar. El entorno físico no podría ser más inusual, por supuesto: las escuelas muggle de hoy en día no tenían camas con dosel con cortinas pesadas, ni las habitaciones se calentaban con pequeños braseros, y aunque podría haber lugares que tuvieran enormes salas comunes con chimeneas imponentes. y pinturas al óleo, las pinturas no participaron en las conversaciones. Pero había una camaradería entre los estudiantes y bromas tranquilas que eran como las escuelas a las que habían asistido.
Los príncipes estaban instalados en la mesa de Gryffindor durante el desayuno, ignorados en gran parte por el resto de la población del castillo, cuando Harry los alcanzó a la mañana siguiente. Harry no podía meterse cerca de Hermione y Ron, así que se sentó al lado de Neville. Se permitió involucrarse en la conversación sobre el juego más tarde esa mañana, y se unió a la multitud que se dirigía al campo de Quidditch después de que terminara la comida.
Harry se había obligado a sí mismo a superar las imágenes que aún sacudían su conciencia cuando recordaba la aparición del demonio. A veces se sentía como si hubiera sucedido hace una vida, y otras veces, se sentía como si hubiera sucedido ayer. Pero cuando la escuela reconstruyó el campo, él hizo un esfuerzo consciente para regresar. Era menos doloroso cada vez que bajaba allí, y le permitía ver o jugar a los juegos de Quidditch, que amaba. La única concesión de Harry a sus horribles recuerdos fue su insistencia en ver los partidos desde cualquier lugar que no fuera el puesto en el que había estado ese fatídico día. No estaba seguro de que alguien se diera cuenta de lo que estaba haciendo ahora, aunque lo más probable era que Hermione lo hubiera notado y lo hubiera descubierto.
Cuando el grupo se fusionó en una sección de enraizamiento en las gradas, Harry se encargó de que los príncipes se sentaran con Ron y Dean (para una explicación detallada de lo que estaba sucediendo en el juego), y se aseguró de estaba al lado de Hermione. Era un día frío y fresco, con la tenue y aguda luz del sol de principios del invierno, y mientras él se acercaba un poco más a la capa para evitar el frío, Hermione tomó rápidamente su varita y lanzó un hechizo de calentamiento alrededor del pequeño grupo de estudiantes.
Harry se unió a la entusiasta espera por la dramática entrada de los jugadores, imaginando por un momento cómo debe ser esto para las personas, como los príncipes, que lo ven por primera vez. Harry en realidad había sido un jugador en el primer juego de Quidditch al que asistió, por lo que su primera exposición al deporte del Quidditch no incluyó ver a los jugadores volar al campo. Vio a Seamus señalar las puertas de los casilleros debajo de las gradas, justo enfrente de donde estaban sentados, sonriendo al darse cuenta de que otros encontraban ese momento como una parte tan especial del juego como él.
El nivel de ruido en las gradas alcanzó su punto máximo cuando las puertas se abrieron y los jugadores de ambos equipos volaron en formación, sobrevolando las gradas en vueltas de calentamiento, llegando a flotar en sus lugares. Las mandíbulas de los príncipes se aflojaron ante la vista. Y solo mejoró cuando se lanzaron las bolas y la snitch. Ofrecieron un comentario continuo sobre su asombro no solo por la velocidad y precisión del juego, sino por el hecho de que las chicas estaban en el equipo, jugando tan feroz y enérgicamente como los chicos entre ellos.
Después de mirar por unos minutos, Harry llamó la atención de Hermione y ella se inclinó para escuchar lo que quería decirle.
–Hermione, anoche me di cuenta de que la mujer con la que hablaste sobre tu investigación, la amiga del Sr. Malfoy, tiene toda la razón. No puedo imaginar cómo no vimos esto de inmediato –comenzó.
Ella estaba muy emocionada con la noticia.
– ¡Oh, Harry, eso es maravilloso! ¿Algo significativo te ha ocurrido? ¿Qué fue? ¡Dime!
–No, Mione. Yo no. Ella tenía razón al cuestionar que pensábamos que era yo. Estaba escupiendo magia ese día, enviándola, no introduciéndola. No encajo en tu perfil en absoluto. Es Severus, no yo. Su magia se rompió por el hechizo que lanzó el asesino, justo antes de que mi magia lo matara. Cuando el asesino murió, su magia se desató, según tu teoría, y el que estaba en proceso de adquirir era Severus. No sé si te dije esto, pero tan pronto como me calmé ese día y fui con Severus, pensé que su magia estaba fragmentada. Lo mantuve unido, en caso de que eso lo ayudara. Se sintió un poco "fuera de lugar" cuando volvió a unirse, pero asumí que tal vez una vez que se rompió, la magia no necesariamente se reunió a sí misma como lo había sido antes. Seguía siendo la magia de Severus, incluso si se sentía un poco diferente
Hermione arrugó la frente mientras pensaba en eso. Tenía que admitir que el profesor Snape realmente encajaba en su teoría, mientras que Harry no. Volvió a mirar a Harry, a punto de preguntarle qué lo llevó a darse cuenta, cuando continuó.
–Severus ha dicho algunas veces que habrá tres batallas y que no participaré hasta la tercera. Supongo que considera la pequeña fuerza de ataque muggle que el Director detuvo con magia como la primera batalla. Creemos que los muggles ahora buscan atacar de nuevo con armas viejas. Severus está realmente preocupado de que trate de involucrarme en eso. Habló con el director sobre todo esto ayer, y parece que el profesor Dumbledore no le creyó o le apoyo. Severus estaba más que frustrado porque no lo tomaban en serio por esto.
– ¿Es eso, Harry? –Susurró Hermione, ligeramente decepcionada– ¿Esa es la única evidencia que tenemos?
–Traté de pensar en otros ejemplos. Anoche temprano, cuando estábamos en el Palacio de Buckingham, Severus quería utilizáramos el traslador tan pronto como terminara la grabación, le preocupaba que no fuera seguro. Fuimos atacados allí en media hora. Eso es lo que tengo. Pero, en realidad, este asunto de las "tres batallas" no es tan propio de Severus. Eso es lo que me dio la clave.
Hermione parecía un poco incómoda.
–No creo que pueda usar esto para mi trabajo. No puedo imaginar que el profesor Snape quiera revelar esto, no es algo por lo que pueda imaginarlo entusiasmado. Madame Bunswil dijo que la familia del asesino probablemente negaría la conexión con Roma.
–Quizás esto va más allá de tu artículo, Mione. Quizás Severus tiene algo aquí que realmente podría ayudarnos, o al menos a mí, ahora mismo, a derrotar a Voldemort –Aventuró Harry. Este era un posible recurso, o incluso un arma, que podría ayudarlos. Si bien no querría ser tan directo al respecto, el trabajo de Hermione podía esperar.
Ella tuvo la gracia de sonrojarse.
–Por supuesto, me disculpo. Estoy obsesionada con el trabajo, pero obviamente esto es mucho más grande. ¿Le dijiste al profesor Snape lo que sospechas?
Ahora fue el turno de Harry de sonrojarse.
–No, no estaba seguro de cómo reaccionaría ante eso. Quiero decir, él siempre ha vivido en este mundo, y tal vez sienta lo que dijiste que hizo el director sobre las cosas que están conectadas con los romaníes. Ambos sabemos cómo se siente él acerca de cualquier cosa relacionada con visiones y predicciones, eso no saldrá bien. Supuse que te hablaba de esto, y si estabas de acuerdo en que es probable que tenga algo de magia nueva, podríamos averiguar juntos cómo decírselo.
Hermione tenía esa mirada realmente pensativa que solía tener cuando pensaba mucho o planeaba.
–Mmmm. Me pregunto. ¿Quizás podría pedirle a Madame Bunswil que regrese a Hogwarts, y podríamos arreglar para que conozca al Profesor? Ella sabría en un instante si él tiene la magia del asesino en él. Ya que ella tiene este tipo de magia, tal vez incluso pueda ayudarlo a comprenderla y usarla mejor. Dijo que el asesino probablemente era un mago débil, y sugirió que era su poder y conciencia de esta magia lo que le permitía usarla. Tal vez... –Antes de permitirse ir demasiado lejos con todo esto, se dio cuenta de que sería prudente consultar con su amigo– ¿Qué piensas, Harry?
– ¿Crees que volverá? –preguntó.
–Sabes, creo que lo haría. Parecía muy interesada en la teoría cuando se la describí y estaba muy dispuesta a compartir sus ideas. No hay nada de malo en preguntar. Aunque el profesor Dumbledore hizo hincapié en que tenía que reunirme con ella en su presencia. Algo sobre la regla de la Junta de Gobernadores sobre la presencia de profesores si los estudiantes se reúnen en Hogwarts con un adulto que no es de su familia.
Harry arqueó las cejas ante eso, otra regla de la que se las había arreglado para no escuchar.
– ¿Qué tal si la invitas a reunirse contigo, Severus y yo en mis oficinas? ¿O quizás incluso en nuestras habitaciones? Haga de esto algo personal, no relacionado con la escuela. Tendremos a Severus allí de cualquier manera, por lo que la regla de la escuela sobre la presencia de un miembro de la facultad se cumple.
Hermione sonrió, olvidada la demora en obtener la prueba adicional que necesitaba para su artículo. Era mucho más emocionante tener algo realmente importante en lo que trabajar y estaba segura de que sería muy interesante. Si esto confirmaba completamente su teoría, solo sería cuestión de esperar a que ocurriera el próximo evento, menos significativo desde el punto de vista político, y ella lo demostraría entonces.
El juego se prolongó un poco más de lo habitual, ya que la snitch resultó ser particularmente evasiva. Nadie abandonó las gradas (nadie lo hizo nunca) y el entusiasmo por el resultado nunca decayó, pero casi en todas partes, los miembros de las clases más avanzadas estaban lanzando encantos cálidos para ellos y los estudiantes más jóvenes. El puntaje fue muy cercano y muy alto, 200 a 190, Ravenclaw apenas superó a Slytherin, cuando Draco finalmente vio la snitch cerca del césped y se lanzó a través de los jugadores para agarrarla. El Buscador de Ravenclaw no la había visto y, desafortunadamente para su equipo, no se había percatado de inmediato de la inmersión de Draco. Para cuando se unió a la persecución, Draco había establecido demasiada ventaja y todo terminó en cuestión de segundos. Con los 150 puntos otorgados a Slytherin por atrapar la snitch, el juego terminó y la victoria fue de ellos.
Mientras los estudiantes entraban al Gran Comedor para almorzar un poco tarde, Harry se excusó para buscar a Severus. Tenía esa sensación extraña que solía tener antes de una visita de los cuervos, y quería estar en la privacidad de sus habitaciones cuando ocurriera esa visita. Severus se había sentado con la facultad y ya se dirigía hacia la mesa principal.
Harry estaba solo cuando los cuervos hicieron su visita diaria, hoy quería mostrarle una gran reunión de muggles en un campo, en grupos, aprendiendo a usar arcos y flechas, algo que parecía una máquina de asedio, y algunos otros artilugios que Harry no reconoció de inmediato. Trató de ver los dispositivos lo más de cerca posible, para poder describirlos más tarde. Harry confirmó que todos eran hombres, algo así como un ejército, pero no miembros del ejército según su vestimenta informal. Harry no pudo averiguar si alguien en la escena que vio era el líder del grupo. Había varias personas que parecían estar enseñando a los demás, por lo que este no era un evento que ocurriría en el futuro. En realidad, él no percibió y los cuervos no comunicaron un sentido de gran urgencia en la actividad de los muggles. Eso puede ser interesante. Los hombres estaban en entrenamiento activo, pero sin apresurar la situación.
Harry llamó a un elfo doméstico para que le trajera un plato de sándwiches y una jarra de jugo de calabaza y se sentó en el escritorio para escribir todo lo que pudiera recordar sobre lo que había visto en la visión mientras almorzaba. Esperaba haber obtenido toda la información que se le estaba presentando, era mucho mejor cuando Severus lo ayudaba haciéndole preguntas, ya que siempre temía perderse detalles.
Harry estaba terminando el último sándwich y revisando su nota por última vez cuando escuchó voces en el pasillo, gritando. Incluso si los Slytherin estaban tramando algo ahí fuera, nunca eran tan ruidosos, y por lo general no estaban cerca de la entrada a las habitaciones de él y de Severus. Con la varita en la mano, Harry corrió hacia la puerta y presionó la oreja contra la jamba para tener una mejor idea de lo que estaba sucediendo antes de abrir la puerta. No sonaba como si las voces estuvieran afuera, así que con cautela abrió la puerta y se abrió paso poco a poco alrededor de la jamba para mirar hacia el pasillo.
Severus apareció primero a la vista, de regreso a la pared más alejada del pasillo tenuemente iluminado, con la varita desenvainada y en una de las clásicas posiciones de duelo que le había estado enseñando a Harry. El brillo en el aire le dijo a Harry que Severus tenía un escudo en su lugar, por lo que estaba a salvo. Harry sabía que era mejor no intentar interrumpir a alguien claramente enfocado en movimientos defensivos, apreciando que la distracción podría resultar en un daño grave a Severus. Esperó un momento por una oportunidad o una oportunidad para ayudar a Severus que no lo pusiera en peligro. La discusión entre Severus y su atacante comenzó de nuevo.
– ¡Tú, bastardo de Slytherin! ¡Debería haberlo sabido mejor que no confiar en ti! Todas tus mentiras sobre hacer lo honorable y mantenerlo, escoria, como todos los demás en tu Casa.
Espera un segundo, Harry reconoció esa voz. Ese era Sirius, y por el crujido que acompañaba a la voz, acababa de lanzar un hechizo a Severus.
Efectivamente, Severus respondió:
– ¡Black, idiota! No he retrocedido en un solo compromiso, ni he renegado de ninguna promesa. ¿Qué en el nombre de Merlín te ha pasado? ¿Estás alucinando? ¿Todo ese tiempo con los Dementores finalmente te ha hecho efecto? Has perdido la cabeza.
Al menos, Severus aparentemente había esquivado el hechizo, ya que podía hablar. De hecho, hubo una grieta adicional en ese punto, lo que sugiere que acababa de tomar represalias.
Harry no tenía idea de qué hechizos se estaban usando en lugares tan cerrados, pero estaba bastante seguro de que los que Severus y Sirius acababan de dispararse habían dañado las piedras del pasillo. Este no fue un encuentro amistoso, esos eran hechizos poderosos que probablemente tenían la intención de hacer un daño significativo. Pensó rápido: tendría una sola oportunidad de sorprenderlos a ambos y poner fin a esta tontería, si lo hace mal, él o uno de ellos podría resultar realmente herido, si no muerto.
Con la esperanza de ser lo suficientemente competente con su magia sin varita como para poder inhabilitar a ambos combatientes simultáneamente, Harry saltó al pasillo lanzando su hechizo. Se sintió más que aliviado al ver que las varitas de Severus y Sirius habían sido arrancadas de sus manos y ahora flotaban hacia él, aunque parecía que todo lo que hizo fue sacar magia de la pelea. Los dos hombres todavía estaban agachados y listos para abalanzarse el uno al otro, con los puños en alto. Ni siquiera lo miraron, y los hombres comenzaron a moverse, claramente planeando ahora continuar la lucha con lo que estaba a la mano.
Una vez que confiscó sus varitas y se dio cuenta de que en realidad no había detenido la pelea, Harry no estaba del todo seguro de qué hacer a continuación. No tenía ninguna intención de quedarse allí, viendo a su compañero vinculado y su padrino pelear. Probablemente había una regla de algún tipo sobre esto, pero realmente quería que se detuviera antes de que alguien resultara herido. Dadas las miradas que los dos hombres tenían en sus caras, esa era una posibilidad clara. Mientras Harry vacilaba, Sirius se abalanzó hacia adelante y envió un puñetazo a la cabeza de Severus, que el hombre más alto esquivó mientras lanzaba su propio puño hacia el estómago de Sirius. Ese golpe aterrizó, cuando Harry escuchó el "oof" cuando Sirius perdió el aliento. Severus no iba a dejar las cosas así, y Harry se horrorizó al verlo echando el puño hacia atrás, aparentemente con la intención de golpear la cabeza de Sirius contra la pared. ¡Eso podría matarlo, o al menos dañar su cerebro! Esto estaba yendo demasiado lejos. Harry envió un pulso de magia esta vez que congeló a ambos hombres donde estaban.
–Muy bien ustedes dos ¡Suficiente! ¿Qué están haciendo en nombre de Merlín? Esto es una vergüenza. ¿Cuál es el problema? –el grito. Cuando se dio cuenta de que los dos combatientes ahora solo se miraban el uno al otro, ya que ya no tenían varitas o puños bajo su mando para luchar, giró sus formas congeladas donde estaban, rompiendo físicamente las miradas si ninguno de los dos retrocedía de otra manera. Finalmente, los dos hombres furiosos estaban mirando a Harry.
–Quiero una explicación para esto –exigió Harry, más enojado que nunca– ¡Podrían haberse lastimado el uno al otro! Dos magos tan fuertes como ustedes dos ¡Uno de ustedes podría morir! ¿Qué comenzó esto? ¿De qué se trata esto?
La expresión asesina de Severus ahora estaba dirigida a Harry y encontró la experiencia claramente desagradable, esto fue significativamente peor que incluso el ceño más feroz que había visto en el rostro del hombre cuando era estudiante.
–Libérame de inmediato, Potter. No es tu lugar interferir. Esto es entre Black y yo.
–Mmm no. Lo que sea que esté sucediendo aquí es entre dos personas por las que me preocupo mucho, así que voy a interferir. No quiero que ustedes dos se lastimen, y no los liberaré hasta que aclaremos esto.
Severus parecía tan enojado que Harry estuvo tentado de comprobar si salía humo de los oídos del hombre. Rápidamente miró a Sirius, enojado pero un poco menos concentrado.
–Harry, esto realmente es entre Snivellus y yo, no tú. Por favor, libéranos y regresa a tus habitaciones.
–No, puedo quedarme aquí toda la tarde si es necesario, para arreglar esto. Díganme de qué se trata –insistió Harry, tan terco como los otros dos. Cruzó los brazos sobre el pecho y apoyó el hombro contra la pared, arqueando las cejas ante los dos hombres congelados en posiciones de combate, pero frente a él, en lugar de uno al otro.
Como era de esperar, Sirius duró solo unos minutos de esa manera.
–Harry, este no es tu problema –comenzó. Ante la mirada muy dura de Harry en respuesta a esa declaración, suspiró y continuó– Me enteré de que has sentido la necesidad de construirte un hogar en las Tierras de Invierno, a pesar del compromiso de Severus de mantenerte. Si no te trata bien, o no te provee adecuadamente, ese es mi problema, como tu padrino. Llegué a Hogwarts hace unos momentos y llamé a Severus sobre sus fallas como tu compañero de vínculo, y aquí es donde nos interrumpiste.
Ahora Harry era el que parecía el más loco del trío.
– ¿Eres tonto? –Le escupió a Sirius– Severus es la persona más honorable que he conocido. Él ha cumplido con todas sus obligaciones de buena manera. No quiero nada. ¡Ese complejo de en Las Tierras de Invierno iba a ser su regalo de Navidad, por el amor de Merlín! Podría tener un recinto y configurarlo a gusto de Severus, pero como técnicamente soy el ciudadano allí, tiene que estar registrado allí a mi nombre. ¿Por qué no puedo hacer eso por mi compañero? –Ahora, volviéndose hacia Severus, Harry continuó, todavía escupiendo enojado– ¿Y por qué no pudiste explicarle nada de eso a Sirius, en lugar de permitir que esto se convierta en una pelea? Renuncié a que esto iba a ser un regalo sorpresa de Navidad para ti debido al laboratorio de pociones que estoy agregando al casa. ¡Viste el lugar y sabías lo que estaba haciendo! ¿Por qué tenía que llegar tan lejos?
–Porque, Sr. Potter –ronroneó Severus amenazadoramente– esto no se trata de una casa, se trata de honor. Cuando su padrino me desafió por no cumplir con mis obligaciones con usted, las reglas del honor exigieron que me defendiera. Cualquier cosa menos me deshonra. La respuesta apropiada es un duelo, pero tú lo interrumpiste. Dadas las circunstancias, peleamos.
Harry estaba desconcertado y se quedó quieto mientras reflexionaba sobre eso, reflexionando sobre la escena que había encontrado en una visita al Ministerio hace mucho tiempo: Severus y Sirius se unieron y lucharon en duelos uno tras otro contra una larga línea de retadores que no habían hecho nada más que arrojar un guante ante Severus. El honor en ese punto aparentemente exigía duelos, probablemente a muerte. Se le había impedido físicamente interferir en el duelo que Severus estaba luchando para que no lo deshonrara, así que tuvo que esperar a que Severus prevaleciera o que su oponente se retirara. Si no hubiera atacado a toda la línea de retadores por el pasillo, cada uno de ellos habría tenido que ser peleado para que Severus pudiera preservar su honor.
Finalmente, con un suspiro, Harry se paró con los pies separados y los brazos cruzados.
–Esto es absurdo. Esa regla de honor es ridícula. Eres un hombre honorable, Severus. Algún desafío estúpido, o una declaración imprudente de Sirius o cualquier otra persona, no cambia eso. No permitiré que pongas tu vida en peligro por estos estúpidos desafíos a tu honor. En lo que a mí respecta, tu honor no puede ser desafiado. No tienes que luchar contra todos los idiotas que piensan en comenzar una pelea contigo o hacer algo estúpido que en su mente representa una deshonra. Eso es lo que pienso.
No lo vio detrás de él, pero Severus y Sirius se sorprendieron cuando un pergamino ardiente apareció en el aire detrás de Harry y comenzó a registrar su decreto. Incluso sin un pronunciamiento formal de "Lex Legis Regalis", o posiblemente con una lectura sin varita de la intención de su magia, la Ley del Rey había sido invocada con la pasión de la declaración de Harry. El pergamino registró:
"El honor de Severus Snape no puede ser desafiado. No debe pelear contra nadie que busque desafiarlo, y su honor no debe ser disminuido de ninguna manera por su negativa a pelear para defender su honor."
Al darse cuenta de que la amenaza había desaparecido de los rostros de Severus y Sirius, Harry liberó el hechizo que los mantenía firmes con un movimiento de la mano.
–Voy a entrar en nuestras habitaciones, Severus, y dejaré las varitas en el escritorio. Me gustaría que te unas a mí. Tú también eres bienvenido, Sirius. Pero la pelea se detiene –Con eso, Harry regresó a sus habitaciones y cerró la puerta.
Cada uno de los combatientes se puso de pie y flexionó los músculos que protestaban por estar en cuclillas antinaturales. Se miraron con asombro el uno al otro, y luego al pergamino que aún colgaba en el aire detrás de donde Harry acababa de estar. Con un poco de brillo, el pergamino ardiente desapareció justo cuando una copia apareció ante ambos hombres.
Sirius tomo el suyo del aire y miró el pronunciamiento aparentemente oficial y ejecutable del honor de Severus. Severus también inspeccionó su copia, reflexionando sobre lo que esto significaba.
–Sospecho que la magia impondrá este cese de hostilidades, Black –murmuró. El impacto de este giro de los acontecimientos había sacado el tema del complejo de las Tierras de Invierno y el honor fuera de la mente de ambos hombres, mientras consideraban lo que había ocurrido y lo que significaba.
Sirius trató de repetir las declaraciones que había hecho hace unos minutos, las que llevaron a esto, y descubrió que no podía formar las palabras. Severus vio lo que estaba tratando de hacer y estaba tan sorprendido como Sirius de no poder decirlo de nuevo.
–No puedo decir las palabras. Mi voz y mi boca no funcionan.
Severus fue a retirar su puño, con la intención de ver si podía reanudar las hostilidades incluso si el insulto no podía ser renovado, y descubrió que su brazo no podía moverse hacia Sirius. Podía cerrar el puño y poner su brazo en una posición desde la que golpear, pero no podía enviar un puñetazo a Sirius.
–Bueno, este es un desarrollo interesante –sonrió Sirius– Parece que hemos sido frustrados. ¿Por qué no trataste de explicar la situación, murciélago grasiento?
–Apenas me diste una oportunidad, loco.
Harry miró hacia arriba cuando entraron a las habitaciones. Discusiones e incluso un cierto nivel de hostilidad con el que podía vivir. Guerra total, no podía.
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Petunia estaba ayudando a Vernon a empacar una bolsa de viaje. Tenía una pila de ropa apilada en su cama que probablemente no representaba una cantidad particularmente escandalosa de ropa, pero dado el tamaño de sus prendas, representaban mucho más de lo que cabría en cualquier cosa que pareciera menos que un baúl de vapor. Petunia estaba haciendo todo lo posible para identificar la ropa que su esposo realmente necesitaba, para que él tuviera lo que necesitaba y no pareciera que estaba a punto de mudarse a la mansión de su anfitrión.
–Ahora, ahora, cariño. Es solo una visita de una noche. Un cambio de ropa para mañana es realmente lo más importante, y un camisón. Dudo que tengas que vestirte para la cena. Podemos empacar una camisa extra y una bonita corbata para esta noche si siente que necesita refrescarse del día. Tal vez un par de zapatos extra, en caso de que se ensucien –ella se quejó, aventando la pila a una cantidad mucho más manejable.
Vernon estaba terriblemente preocupado por no tener la ropa y los accesorios adecuados, y siendo esta su primera visita a la mansión de un compañero del reino, quería parecer mundano y seguro de sí mismo.
Cuando Sir Harold llamó el viernes por la tarde para extender la invitación, la señorita Enderlee estaba loca de emoción, y toda la oficina conocía la llamada y la invitación antes de que Vernon colgara el teléfono. Fue solo una breve visita a la mansión de Sir Harold, organizada para que Sir Harold y sus sirvientes pudieran mostrar su ejército anti-magia a los líderes del movimiento anti-magia. Vernon, Reggie y Charles iban a volar con Sir Harold en su helicóptero personal. Vernon estaba un poco preocupado por eso, pero tenía la intención de lucir como lo hacía todos los días.
El gran problema era el vestuario. Realmente no estaba seguro de lo que era necesario o apropiado y estaba desesperado por parecer que eventos como este eran una parte regular de su vida. Su esposa estaba un poco más en sintonía con la moda, por lo que finalmente decidió confiar en ella para hacer las maletas y se sentó en el lado más alejado de la cama para apartarse de su camino.
– ¿Y a qué hora dijo Sir Harold que vendría un coche para recogerte, Vernon? –preguntó, mientras agregaba el último par de calcetines y una corbata cuidadosamente enrollada.
–Las dos y media, dijo. Déjame bajar esta bolsa, entonces, Petunia. Quiero estar listo cuando lleguen.
Vernon apenas había bajado la bolsa al vestíbulo cuando un Rolls Royce Silver Shadow Saloon negro giró en Privet Drive y se detuvo frente al número 4. Un conductor con librea salió y se dirigió a la puerta. Vernon hizo todo lo posible para parecerse a un hombre acostumbrado a ser recogido de su casa por personas que conducían grandes coches de lujo, aunque el hecho de que la mitad de los vecinos miraran ahora por las ventanas de sus casas podría sugerir que la apariencia de un vehículo como esto era algo raro en Little Whinging.
Con un beso en la mejilla para su esposa, Vernon entregó su maleta al conductor y siguió al hombre hasta el auto, colocando su sustancial circunferencia en el cavernoso asiento trasero.
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Hola, como están? listos para el inicio de clases mañana los que están en Hogwarts??
Que puedo decir de estos días, ya me toco entregar un trabajo, fue sobre una pagina de recetas de sopa... odio con mi alma las sopas XD pero a mi equipo y a mi nos salió muy bien.
Bueno, ahora espero volver a la normalidad y tener los capítulos del mes subidos en sus fechas, por lo cual, nos leemos este 15-16 de septiembre.
(enserio por favor cuéntenme cositas :3)