Transalterna

By Hitto_

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Maya y Sophie son la misma persona viviendo dos vidas diferentes. ¿Ambas vidas son reales?¿una es un sueño? E... More

Intro
Scielo1
Almarzanera
El chico nuevo
Un tatuaje gratis
Respuestas por parte de un odioso
Mirar alrededor
El fantasma del depósito
Tarde de playa
El ritual de cumpleaños
La fiesta de Maya
Gente indeseable
Guerra en la familia
Secretos íntimos
No salgas del círculo
Estar como en un sueño
En la fila del desempleo
El proyecto Transalterna
Un día espectacular
La peor espía
El chico más peligroso del pueblo
La primera misión
Lazos fraternos
Revelaciones en la montaña
Descubriendo una verdad
El misterio del culto
La cacería
Acechando en la oscuridad
Marcus
La primera cita de Ian
La verdad sobre Marcus
Confesiones entre hermanas
El misterio de Anelise
El espacio interdimensiones
Noche en el Spice club
El nuevo Ian
Consiguiendo justicia
La mansión del círculo
El certificado de pureza
Niña buena
La verdad sobre Dylan
Rescatando a Ian
Saltar de un risco
El secreto de Grecia
El nuevo Aaron
Un giro del destino
Las jóvenes del Círculo
Mis dos padres
Familia
Thaly
La dimensión T50
Dos años de cambios
La estrella Polar
La partida inconclusa
Alguien en quién confiar
La luna roja
Shifting
Epílogo
Transalterna 2
Guía de entes
Guía de personajes

Cómo ocultar un crimen

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By Hitto_

No se olviden comentar todo lo que se les cruce por la cabeza :D

Nos dimos encuentro cerca del colegio.

Tiago me esperaba apoyado contra su auto, lo veía nervioso. Liam y Aaron llegaron casi al mismo tiempo.

—¿Qué pasó? —necesitaba saber ya que por teléfono se había negado a darme detalles.

Descruzó los brazos con inseguridad y abrió el maletero del auto. El olor nos golpeó enseguida. Había cubierto el fondo con plástico y ahí distinguí los cuerpos de Paul y Raúl. Su piel pálida, los ojos abiertos en una expresión de horror y solo una mancha de sangre en el pecho

—¡¿Los mataste?! —pude preguntar tragándome el vómito.

—¡¿Qué?!—me gritó mi hermano—¿Crees que soy un homicida? Por supuesto que no los maté.

—¿Entonces qué pasó?

Se calló y resopló, como pensando una respuesta. Con los ojos me señaló los asientos del auto. Por la ventana vi a Grecia, sentada en el asiento delantero.

—¿Grecia los mató? —Liam preguntó en un susurro.

—No exactamente. Fue esa cosa rara que vive en su casa.

—¡Lo sabía!—exclamó Liam—. ¡Te lo dijimos! Debimos deshacernos de esa cosa, pero no hiciste caso, te pusiste de su lado solo por ganártela.

—Esperen, esto es extraño. ¿Estaban en su casa? O cómo pasó. —Aaron cerró el capó del auto. Por fin, el olor se sentía más y ya no aguantaba seguir viendo esa imagen.

—Estábamos en la fiesta del equipo de básquet, en la cacha del colegio. De repente Grecia y Liam desaparecieron de mi vista y pensé que se habían escapado. Decidí festejar solo y me fui a casa. Estaba por llegar cuando Grecia me llamó, parecía en shock, me dijo que estaba en una de las aulas del colegio. Cuando llegué estaba aterrada, con los cuerpos y bastante sangre. Intenté que explicara qué sucedió y no pude conseguir muchos detalles. Al parecer esos imbéciles se la llevaron con algún engaño e intentaron abusar de ella. Y... no sé, esa cosa apareció para defenderla. Regresé a casa, tomé el auto, metí los cuerpos en la maletera y he estado pensando todo el día dónde llevarlos.

—¿El ente solo apareció? —lo cuestionó Aaron.

—Yo que sé, eso dice ella. Y le creo. Es imposible que ella los haya matado.

Me acerqué a abrir la puerta del copiloto. Grecia se mantenía estática, con la vista al frente, perdida. No parecía no que me fuese a escuchar.

—Grecia, ¿qué pasó? —le pregunté con calma—. Ella giró hacia mí, lento, como percibiendo mi presencia.

—Maya... me dijeron que quería hacer las paces conmigo. Me negué, entonces me bloquearon la salida. Paul me agarró y Rubén me empezó a quitar la ropa, yo solo quise escapar y Gollum apareció. Él solo me defendía —Se le ahogaron las palabras y prosiguió—: No supe qué hacer, así que llamé a Tiago. ¿Qué voy a hacer? Van a echarme la culpa.

—No fue tu culpa y nadie sabrá lo que pasó, ¿está bien? vamos a hacernos cargo —la abracé para que se calamara.

—Tengo que escapar, ahora más que nunca. No voy a regresar a mi casa.

Miré hacia mi derecha, porque percibí la presencia de Aaron. Dejé a Grecia donde estaba.

—¿Qué hacemos? ¿No hay un protocolo o algo así cuando pasan estas cosas? Igual que en Scielo1 —le pregunté.

—Sí, por supuesto que lo tenemos. O hacemos desaparecer los cuerpos o armamos un escenario. La gente del proyecto suele encargarse, pero tardarán en llegar desde Londres. Debemos hacer algo rápido, ya empiezan a apestar. Y sus padres los están buscando, llamarán a la policía, si es que no lo han hecho ya y será más complicado.

—¿Los hacemos desaparecer? Podemos dejar los cuerpos en el espacio inter dimensiones. —sugirió Liam.

—No es buena idea. Los buscarán, investigarán y nos veremos en problemas —contestó mi hermano.

—¿Entonces que sugieres genio? Haz un plan, rápido.

—Deben hallar los cuerpos, pero tiene que parecer un accidente —dijo Aaron.

—El night crawler les arrancó el corazón, los cuerpos deben estar demasiado deshechos para que no lo noten—le respondió Liam.

—¿El jaguar imaginario? —acotó Tiago.

—No parece el ataque de un jaguar —respondió Aaron—. No debe quedar demasiado de los cuerpos para que no noten el motivo de muerte. Así que a menos que podamos lograr que un jaguar se coma lo que resta, no será creíble.

—¿Tiburones? —consideré yo. Y gané la atención de los chicos—. Hacia el norte, por los arrecifes, suele haber tiburones. Si lanzamos los cuerpos ahí, es posible que se los coman, o al menos parezca que ellos los devoraron. Si tenemos suerte tardarán días en hallarlos y el agua ayudará a que se descompongan más rápido. —Expliqué, mientras sentía que no hablaba en serio, como si planeara la escena de una novela. Jamás en mis dos vidas me habría imaginado pensando cómo desaparecer dos cadáveres.

—¿Y cómo justificamos que acabaron allá?—me preguntó Aaron.

—Un accidente de auto. Estaban manejando ebrios y cayeron. Grecia iba con ellos, el mar la arrastró o los tiburones se la comieron por eso el cuerpo no aparece. Así la hacemos desaparecer a ella también.

—Ni Grecia ni los otros chicos tienen un auto —replicó mi hermano.

—¿Te lo robaron?

—¡¿Quieres tirar mi auto por un arrecife?! —se exaltó.

—Sí, ¡para hacer desparecer dos cadáveres y que no nos veamos involucrados!—le respondí—. De paso hacemos huir a Grecia. ¿La gente del proyecto la puede ayudar con eso? —le pregunté a Aaron.

—Sí, documentación falsa y pueden llevarla a la sede de Londres. Prometo que no experimentarán con ella ni nada... no más de lo normal. Lo hemos hecho antes, para ocultar estos temas.

—Entonces es perfecto. Hacemos parecer que conducían ebrios y lanzamos el auto. Solo debemos pensar en cómo explicar que te lo robaron— le dije a mi hermano—. ¿Te noquearon y despertaste recién?

—No.—Se puso serio.

—Tiago, el seguro va a pagar por el auto y papá te comprará otro. No te golpearemos muy fuerte, lo suficiente para que se crean que te noquearon.

—No hablo del auto, ¡y nadie va a golpearme! decir que me lo robaron es muy rebuscado. Haremos parecer que yo conducía —determinó.

—¿Y fuiste el único sobreviviente? Eso es menos creíble —le reclamó Liam.

Mi hermano se frotó el cuello con nerviosismo y me recordó al gesto que mi padre de Scielo1 hacía. Tomó aire para hablar.

—Escaparé con Grecia.

—Tiago no seas absurdo.

—No estoy siendo absurdo Maya. Si queremos que nuestra historia del accidente de auto sea real, lo mejor es que finjamos que yo morí también. Y así aprovecho de huir de aquí. Mira, no te lo dije, pero hace mucho que pensaba en esto. Irme de aquí. No eres la única con miedo a convertirse en uno de nuestros padres. O que sufre presión. Por ser el único varón papá espera demasiado de mí. Debo ir a la escuela de medicina, ser el mejor estudiante, luego convertirme en él. No espera menos y no es lo que quiero. Le mencioné que me interesaba dedicarme al basket y me respondió que eso es solo un pasatiempo, hasta quiere que lo deje al entrar a la universidad para que no me quite tiempo de estudio. Y no lo pensaba tan en serio hasta que descubrí lo que soy, lo que puedo hacer y sobre la otra vida que perdí. Quiero saber más de eso Maya. Como tú. Cazar entes y esas cosas. Y por supuesto quiero estar con Grecia. Ahora es la oportunidad perfecta.

—Tiago, ¿estás seguro de lo que dices? ¿En serio quieres abandonar todo lo que tienes aquí?

—¿Qué tengo aquí? Cosas que extrañaré, pero que no me hacen feliz. Amigos que se distanciarán en la universidad, una carrera que no quiero estudiar. Perder a la chica que amo... Solo me quedas tú y sabrás lo que pasó, hablaremos a diario y nos veremos cuando podamos. Papá y mamá... los quiero, pero, si tengo que elegir entre ellos y Grecia mi elección es clara.

Miré hacia los otros dos chicos. Liam evitaba mirarnos, lucía enojado, mas no decía nada.

—Si nos movemos rápido, puedo arreglarlo —dijo Aaron esperando la aprobación de su hermano.

—Tenemos que buscar al night crawler. Ustedes encárguense del accidente y yo lo iré a buscar—dijo y desapareció frente a nosotros.

No teníamos tiempo que perder así que mientras Aaron se comunicaba con la gente de Londres, con Tiago le explicamos el plan a Grecia.

***

Transportar un auto en la noche con dos cadáveres fue agotador, tuvimos que avanzar de cincuenta metros, en cincuenta metros. No quisimos conducirlo por el pueblo para evitar que alguien lo viera, recién cuando estuvimos en las afueras, cerca de los arrecifes lo conducimos hasta el borde de uno de estos.

Dejé que Aaron y Tiago hicieran el horrible trabajo de acomodar los cuerpos en el asiento trasero y tiramos unas latas de cerveza. Aaron se metió al asiento del conductor y pateó el parabrisas hasta destruirlo. Noté la expresión de dolor en el rostro de mi hermano.

—Así parece que tú y Grecia iban adelante sin cinturón de seguridad y salieron expulsados en la caída —nos explicó Aaron, mi hermano volteó la vista.

Grecia nos pasó su chaqueta y la amarramos al respaldar del asiento, así como su bolso de mano y el celular de mi hermano. De esa manera dábamos señales de que habían estado ahí.

—Nuestra relación fue corta, pero intensa, nunca te olvidaré —mi hermano le habló al auto, Aaron y yo compartimos el mismo gesto de patetismo—. Yo lo haré.

Con solemnidad se subió al auto, lo encendió, apretó el acelerador y se lanzó con él por el arrecife. A los pocos segundos apareció a nuestro lado, para ver como este caía más de doscientos metros y se perdía en el fondo.

Verificamos que no quedaran vidrios del parabrisas en la arena y desaparecimos de ahí.

***

—Tengo miedo de que se metan en problemas, si descubren todo, digan que fui yo.—Grecia nos agradeció, seguía conmocionada.

—No pasa nada. Ve con Aaron, ocúltate en su casa. —le dije—. Yo iré con Tiago a limpiar el aula.

Antes de separarnos, recogí instrumentos de limpieza y sin ser vistos con Tiago regresamos al colegio. Por fortuna no había nadie. Pudimos encender la luz del aula y observé la escena del crimen.

Dos manchas grandes de sangre en el suelo y sobre los bancos de adelante, y una línea de arrastre hasta la salida.

Ya estaba todo seco, metí un trapo en agua con jabón y empezamos.

—Gracias por esto —me dijo mi hermano.

—¿Qué clase de hermana sería si no te ayudo a limpiar una escena de crimen?

—Cosas que solo nos pasan a nosotros. Te extrañaré, ¿pero nos veremos, no es así? Yo ya no podré volver, pero tal vez tú puedas ir a vivir a Londres al acabar el colegio. Así también te libras de papá y mamá.

—Respecto a eso. —Metí el trapo en agua de nuevo y suspiré mientras exprimía—. El padre de Aaron, al otro lado, me encomendó ayudarlos a abrir una sede del laboratorio aquí. Me dedicaré a eso con Aaron. Y respecto a mamá y papá, pues ya no es un problema, ayer papá me echó de casa.

—¿Qué? ¿Es en serio? ¿qué rayos hiciste para que te echara? ¿matar a alguien? —dejó de refregar uno de los asientos y me dio toda su atención, buscando una explicación.

—Sí, me descubrió con Aaron y como no tendré la vida que quiere, me dijo que me fuera y obvio que eso hice, estoy quedándome con Aaron.

—No puedo creer que papá hiciera eso. ¿Mamá está de acuerdo?

—No, trató de convencerme de pedir perdón y hacer lo que querían, pero el padre Vincenti la convenció de dejarme con mi decisión. No es bonito, pero es lo que hay.

—Lo siento, tal vez mi muerte los una. ¿Crees que debo ir a mi funeral? ya sabes con lentes oscuros...

—No, Tiago, no vas a ir a tu funeral. Te irás lejos. Yo fingiré que sufro e intentaremos no levantar sospechas.

Mi teléfono sonó, de nuevo era mamá. Decidí contestarle y continuar con el plan.

—Maya, ya es mucho, dile a tu hermano que tiene diez minutos para estar aquí.

—Mamá, Tiago no está conmigo, te lo juro. Liam dice que él, Grecia, Raúl y Paul se fueron en el auto después de la fiesta. Te juro que no se nada más. También estoy preocupada.

—No... no puede ser. Los otros chicos tampoco aparecen. Júrame que dices la verdad. Si esto es una broma...

—Mamá, no es una broma. Llamaré a sus amigos e intentaré averiguar algo. Tal vez debas llamar a la policía.

—Si no aparece en media hora haré eso...—me respondió, asustada. Y por algún motivo tuve ganas de llorar. ¿Cómo iba a tomar mi madre el hecho de que su único hijo había muerto? Encima de esa manera: conduciendo ebrio.

Noté que Tiago compartía mi sentimiento, mas no se animó a decir nada. Continuamos con la limpieza en silencio.

—Oigan —cuando ya dábamos la repasada con cloro, Liam apareció de pronto, haciendo que casi nos dé un paro cardiaco.

—¡No te aparezcas así cuando intentamos ocultar un asesinato!

—Exagerada, yo ya lo hice antes —mencionó con orgullo—. Encontré al night crawler. Se comía los corazones debajo de las escaleras, sería bueno que limpien eso también.

Solo de escucharlo quise llorar. Los brazos me dolían por la limpieza y todavía faltaba. Obligué a Liam a ayudarnos, la tensión entre él y mi hermano se sentía. Terminamos de limpiar los últimos detalles y mi hermano le quiso hablar.

—Oye...

—Ya sé, te ganaste a Grecia. ¿Y sabes qué? está bien. Apenas la conozco. Y cuando tuvo problemas te llamó a ti y no a mi cuando yo era la opción lógica. Eso demuestra a quien prefiere. No voy a llorar por una mujer —zanjó. Después de eso por fin fuimos a casa.

Grecia y Aaron nos habían cocinado unas pizzas y tuvimos una cena de despedida. La gente del proyecto iría al día siguiente a hacer un reporte y llevarse a Grecia y mi hermano al extranjero.

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