El club. Estaban en el club. Y Jeno odiaba el club.
La música estaba demasiado alta y había demasiada gente. Demasiada gente feliz.
Jeno hizo girar su taza llena de licor mientras miraba alrededor de la habitación llena de los otros Fénix, celebrando el comienzo del nuevo año. Taeyong había alquilado la gran habitación solo para la ocasión.
Jeno ahora estaba mirando como pasaban los segundos, con cada uno que pasaba, se acercaban al final del año.
Sólo date prisa y digan el maldito Feliz Año Nuevo para que podamos irnos a casa.
—Te ves miserable.— Comentó Jaemin, sentado en la cabina frente a él. —¿Tiene que ver con ellos?
Los ojos de Jeno siguieron los de Jaemin hacia la feliz pareja bailando en el medio junto con muchos de los otros miembros de la pandilla, pasando el mejor momento de sus vidas.
Haechan y Ayeon.
Su amor era definitivamente lo más puro posible, ambos se enamoraron a primera vista. Ayeon se había unido a la pandilla solo para estar con Haechan, y Jeno tuvo que admitir que los dos estaban hechos el uno para el otro.
Ayeon hacia feliz a Haechan de todas las formas que podía, compensando cualquier defecto que tuviera. Haechan podría hacer lo mismo con ella. Ayeon también era una buena chica, una que Jeno pensó que encajaba bien con su primo.
Pero la pareja no era la razón por la que se sentía miserable esa noche.
—No, ¿por qué me importaría eso?— Preguntó Jeno, tomando el trago en sus manos antes de pasarle el vaso vacío a Jaemin para que lo volviera a llenar.
Jaemin le dio una mirada y por mucho que el alcohol le quemara la garganta, Jeno tuvo que admitir que alivió el dolor.
Especialmente desde que Jaemin se llevó mis cigarrillos y todos nuestros vaporizadores.
Jaemin suspiró antes de servirle a Jeno otro trago. —Sabes, tal vez deberías bajar y divertirte un poco.
—Dices eso cada vez que venimos al club.— Jeno dijo antes de tomar el siguiente shot.
¿Por qué el alcohol quema tanto?
—Bueno, ¿no te gustaría conocer gente nueva?— Preguntó Jaemin.
Al "conocer gente nueva", Jaemin se refería a las chicas que Jeno llevaba a casa de vez en cuando, algunas de la universidad, otras no.
—Iba a quedarme aquí arriba para la cuenta regresiva, pero supongo que no lo haré ahora.— Jeno dijo, levantándose.
—Eso no es lo que quise decir.— Dijo Jaemin, pero Jeno ya estaba muy por delante de él, comenzando a caminar hacia la salida de la habitación.
Sin embargo, antes de llegar demasiado lejos, escuchó las palabras exactas que salían de la boca de Jaemin con un profundo suspiro.
—Supongo que dormiré en la cama de Haechan esta noche.
Jeno siempre se sintió culpable. Nunca fue una buena sensación en su pecho, pero era solo un sacrificio que tenía que hacer para obtener lo que quería.
—Ese tatuaje es tremendamente encantador.— La chica con la que estaba bailando y que claramente había bebido suficiente alcohol para que Jeno podiera olerlo le susurró al oído. —¿Cuál es el significado detrás de esto?
Se refería a la cruz en el pómulo derecho de Jeno.
—Si te lo dijera, tendría que matarte.— Jeno simplemente respondió, acercando a la chica a él mientras le respondía.
Jeno estaba esperando la cuenta regresiva, que estaba a solo unos segundos de distancia, mirando el reloj mientras sostenía a la chica contra su cuerpo.
Después de eso, podría salir de este lugar.
Jeno sabía que los otros Fénix lo mirarían de vez en cuando, preguntándose si la chica sería la que cambiaría su corazón u otro de sus juguetes para la noche. Pronto se darían cuenta de cuál era la respuesta.
El amor es un concepto estúpido, de todos modos.
—Oh, es hora de la cuenta regresiva.— Exclamó la chica, tirando del brazo de Jeno mientras se giraba hacia los números que se proyectaban en la pared, bajando la música para que todos pudieran contar juntos.
Jeno miró los números, de pie en silencio mientras todos los demás los llamaban.
—¡10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1! ¡Feliz año nuevo!
Jeno no se sorprendió en lo más mínimo cuando la chica cuyo nombre ni siquiera conocía se dio la vuelta y comenzó a besarse con él, para su horror.
Si él realmente mostrara sus sentimientos internos, instantáneamente la habría alejado, absolutamente disgustado por el descuido del beso y el sabor a alcohol del estado de borrachera de la chica.
Pero Jeno había hecho esto muchas veces antes, y contuvo la mordaza porque sabía que tenía que seguirlo para obtener lo que quería, esto era solo otro pequeño sacrificio que tenía que hacer.
La chica tenía una amplia sonrisa mientras se apartaba, aferrándose a él con fuerza. Básicamente se estaba lanzando sobre él en este punto.
—Feliz Año Nuevo...
—Minho.— Jeno mintió, diciendo el primer nombre que le vino a la mente.
—Bueno, Minho. ¿Deberíamos llevar esto a otro lado?— Preguntó la chica, jugueteando con los botones de la camisa de Jeno.
—Pensé que nunca lo preguntarías.— Jeno dijo mientras tomaba la mano de la chica, sacándola del club.
Eso fue probablemente lo único sincero que dijo Jeno esa noche mientras estaban por un taxi afuera. Jeno esperaba que la chica tuviera todo lo que necesitaba, pero cuando la presionó contra su cuerpo, él se alegró de poder sentir su teléfono en el bolsillo trasero de su falda, que era demasiado corta para su gusto.
—Eres tan reservado, Minho. Dime algo sobre ti.— Dijo la niña mientras esperaban.
—No quieres conocer mi lado malo.— Jeno simplemente dijo cuando el taxi se detuvo en la calle.
Jeno se alegró de que la chica no se diera cuenta del mundo que la rodeaba mientras se aferraba con fuerza a su cuerpo. Jeno vio como los ojos del taxista se abrieron con horror cuando le dijo la dirección de su casa.
Todos en Neo City sabían que debían mantenerse alejados de ese bar ruinoso en las afueras de la ciudad, la base de la pandilla más peligrosa, los Fénix, por lo que Jeno no se sorprendió en lo más mínimo de que el taxista estuviera temblando durante todo el camino.
Por otro lado, Jeno tenía otras cosas de las que preocuparse cuando deslizó su mano en el bolsillo trasero de la falda de la chica mientras ella descansaba su cabeza en su hombro, aferrándose fuertemente a su cuerpo mientras se desmayaba.
Excelente.
Jeno se burló de los mensajes que había recibido la chica.
Jeonghwa
Te vi bailar con un bombón rudo, diviértete esta noche 😘
Dasom
Cuentanos sobre los detalles más tarde, cariño
Jieun
Oye, cuidate esta noche. ¡Envíame un mensaje de texto o llámame si necesitas algo!
Esta chica Jieun parece confiable, pensó Jeno mientras usaba el dedo de la chica para desbloquear su teléfono, agradecido de que no tuviera el modelo más nuevo.
—Oye, ¿estás bien?— Jeno asumió que fue Jieun quien contestó.
Quiero decir, es a quien llamé.
—Oye, tengo a tu amiga aquí y parece un poco fuera de lugar. ¿Puedes enviarme su dirección para que pueda enviarla a casa en un taxi?— Preguntó Jeno, sacando su teléfono para poder tomar nota de él.
—Ni siquiera estoy sorprendida en este punto.— Jeno escuchó murmurar a Jieun. —Sí claro, lo siento, dame un momento.
Jeno anotó rápidamente la dirección que dijo Jieun, agradeciéndole y diciendo que si su amiga no estaba en casa en unas horas, llamaría a la policía.
Cuando Jeno colgó, el taxi llegó al bar y Jeno se alegró de ver que el estacionamiento estaba vacío y que ninguno de los apartamentos de arriba tenía luces encendidas.
Bien, soy el primero en regresar.
Jeno apartó con cuidado a la chica de él para que descansara en la puerta antes de inclinarse hacia el taxista que parecía estar a punto de desmayarse.
—Gracias por el viaje. ¿Ahora puedes hacerme un favor y llevar a esta chica a esta dirección?— Dijo Jeno, mostrándole la dirección que le había dado Jieun.
El conductor asintió con la cabeza, ingresándolo en el GPS mientras Jeno le pagaba generosamente por ambos viajes antes de salir del vehículo. Jeno se dirigió directamente a las escaleras del costado del edificio, hasta su apartamento.
Se quitó los zapatos desordenadamente, asegurándose de tirar deliberadamente algunos artículos alrededor del lugar y se quitó la camisa y la tiró en el sofá antes de entrar a su habitación.
Jeno cerró de golpe la puerta de su habitación, asegurándose de tocar la música que sus amigos pensarían que tocaba para cubrir los ruidos no deseados provenientes de su habitación antes de dejar escapar un profundo suspiro, hundiéndose en su cama.
Paz al fin.
Volvió a levantarse, agarrando una toallita de maquillaje del cajón de su tocador. Se acercó al armario y se limpió el tatuaje falso en la mejilla antes de tirar la toallita a la basura.
Jeno se puso ropa cómoda, agarró sus tapones para los oídos antes de dirigirse a su cama.
Justo antes de ponerse los tapones para los oídos, escuchó a Jaemin, Renjun, Chenle y Jisung regresar.
La pared contra la que estaba la cama de Jeno era la que había entre la habitación que compartía con Jaemin y la que Renjun compartía con Haechan, lo que le permitía escuchar la conversación del otro lado.
—¿Cuánto tiempo crees que durará esta chica?— Preguntó Renjun.
—No tanto, la verdad.— Jaemin respondió con un largo suspiro.
No se equivoca, pensó Jeno mientras se ponía los tapones para los oídos, listo para dormir el resto de la noche.