El recién bautizado Lord Vader subía las escaleras de mármol. Había pasado pocos días de haber ido a Mustafar... Tan solo días después de que su esposa y su hijo habían muerto.
Llego hasta el mausoleo se adentró en ella en la cual se encontraba una tumba tallada de cuerpo completo de la antigua reina y amada senadora de Naboo como esposa de Anakin Skywalker. Darth Vader se quedó mirando la tumba.
Estabas viva... ¡Te sentí viva! -pensaba Lord Vader con lamento- Aun cuando me quemaba vivo por la lava de Mustafar... Te sentí viva
Al parecer, en tu ira tú... La mataste -resonaban en su cabeza la voz de Lord Sidious.
¡Cállate! -grito, pero no podía callar la voz de Lord Sidious- Padme, ¡Yo sólo quería salvarte! Me aterraba cada noche en mis sueños agonizar y morir mientras dabas a luz a nuestro hijo... Un hijo a quien también asesiné al matarte a ti -decía apretando sus manos- Hice todo para salvarte de ese destino. No pude hacer nada por mi madre, pero juré que no permitiría que sucediera lo mismo
Lord Vader recordaba todos los momentos que paso con Padme, cuando la conoció de niño y dijo que ella era un ángel, el día de su boda, cuando le dijo que iba hacer padre.
¡Por eso salvé a Palpatine y maté al maestro Windu! Mate a cada padawan y jedi que se me atravesó para entregarme a sus enseñanzas -decía con una voz robótica- Pero nada de eso importo si te salvaba la vida, ¡Que irónico! Maté para salvarte y yo mismo terminé matándote
Comenzó a recordar Lord Vader como Obi-Wan había utilizado a Padme para llegar a él.
No, no fui yo... ¡Obi-Wan! ¡Él tiene la culpa de todo esto! ¡Por su culpa te estrangule con la fuerza! ¡Todo esto es su culpa! -dijo mientras las paredes del mausoleo tiemblan por su culpa, y detuvo su puño- Perdóname, Padme casi daño tu tumba, tu lugar de descanso; perdóname por no haberte salvado. Al menos descansas en tu amado Naboo. Mi alma se queda contigo -dijo poniendo una flor sobre la tumba de Padme- Anakin no existe más, pues él murió el día en que tu dejaste este mundo
Termino de decir volteándose y al cruzar la puerta, volteo la mirada por última vez el lugar de descanso de su esposa dejando lo que fue alguna vez Anakin Skywalker, el elegido, caballero jedi y amado esposo. Ahora solo era un Lord Sith al servicio del emperador, ahora era el gran Darth Vader.