Black & Blue (Español)✔️

由 Ariana_Godoy

15.3M 1.7M 3M

Ella no debió mirarlo, no debió retarlo y mucho menos hacer todas las cosas que hizo después de eso. Una sola... 更多

Prologo
1. Blue
2. Black
3. Blue
4. RED & VIOLET
5. BLUE
6. VIOLET & BLACK
7. BLUE
8. VIOLET & BLUE
9. Black & Blue
10. Blue
11. BLUE
12. BLACK
13. BLUE
14. RED & VIOLET
15. BLUE
16. BEA
17. BEA
(18) BEA
19. Violet (Parte 1)
20. Violet (Parte 2)
21. BEA
22. Black & Blue
23. RED
24. BEA
26. Violet
27. BEA
28. Black & Blue
29. Amber (1)
30. Amber (2)
31. RED
32. Black & Blue
33. BEA
34. Black & Blue
35. BEA
[36] BLACK
37. BEA
38. Black
39. BLACK & RED
40. BEA
41. BLACK
CAPÍTULO FINAL
Epílogo

25. BEA

444K 44.9K 114K
由 Ariana_Godoy

Contenido súper, mega, ridículamente +18

(Nah, mentira, tampoco así, es broma, pero si quieres, no es broma)

(2 5)

BEA.

La agilidad de Black al besar me deja sin aliento.

Y me doy cuenta de que eso fue lo que me volvió loca aquella tarde en la gasolinera, la forma en la que este chico mueve sus labios sobre los míos, como si supiera exactamente el ritmo que me enloquece. Y como me toca, con seguridad y deseo. Black ladea el rostro y profundiza el beso, su lengua indagando mi boca, encendiendo cada parte de mí. Es un beso mojado, rudo y lleno de promesas sexuales. Envuelvo las manos alrededor de su cuello y aún sentada en el escritorio, abro mis piernas para que él se mete entre ellas y no lo duda ni un segundo. Black me agarra las caderas y me presiona contra su entrepierna y suelto un jadeo al sentirlo duro.

—Eso fue rápido —murmuro mientras él se separa para besarme el cuello.

—Te lo he dicho... —susurra, dejando un camino de besos húmedos.

—Eres un chico básico —respondo, suspirando al sentirlo lamer y mordisquear mi piel.

Cierro los ojos al sentirlo quitar sus manos de mis caderas y subirlas para masajear mis pechos antes de llevar su boca y lamer por encima de la tela, mis pezones se endurecen de inmediato y abro los ojos para verlo ahí, su cabello negro hecho un desastre, sus ojos observándome con picardía mientras saca su lengua y sigue su ataque.

—Me excita que nunca uses bra, —admite.

—Tienes gustos extraños —bromeo y él sonríe. Y Dios, ahí en esa posición, con su boca sobre mis pechos, su pelo hecho un desastre, se ve como una fantasía sexual prohibida y deliciosa.

—¿Yo? —Me mordisquea y gimo por lo bajito.

Él se endereza y me jala hasta que me pongo de pie. Rápidamente, desabotona mis vaqueros y los baja junto con mi ropa interior. Siento el aire frío que circula en el estudio golpearme la piel expuesta cuando doy un paso fuera de mis vaqueros en el suelo.

—Black... —protesto, pero no hago nada para evitarlo porque sé que ya estoy mojada, porque deseo esto desde el momento en el que nos quedamos a solas, me he excitado y lo he extrañado, he querido sentirlo de nuevo tantas veces. Me he tocado pensando en esa noche que follamos.

Black vuelve a sentarme en el escritorio, y pasa su brazo para apagar una lámpara sobre el escritorio que apaga todas las luces y quedamos en la semioscuridad. Luego, me abre las piernas y se arrodilla frente a mí. Y antes de que pueda decir algo, sus labios se cierran sobre mi intimidad y gimo con tanta fuerza que me cubro la boca. Black lame y chupa con desesperación, como si lo hubiera anhelado tanto como yo. Me tiemblan las piernas y casi las cierro por instinto, pero él pone sus manos sobre la parte interior de mis muslos, manteniéndome abierta y expuesta para continuar.

Me agarro del borde del escritorio, completamente perdida en sensaciones, de alguna forma la oscuridad me hace enfocarme más en cada lamida, en cada roce de su boca contra mí. Bajo la mirada y me doy cuenta de que una línea de luz proveniente de la puerta ilumina a una parte de Black.

—Black... —me agarro de su pelo con una mano—. La puerta está... —él chupa con fuerza y jadeo—... abierta.

—¿Y eso te gusta? —Me da una lamida y arqueo la espalda.

No digo nada y él mete un dedo mientras sigue lamiendo.

—Claro que te gusta —dice por lo bajo—. Te estás mojando más.

—Ah, —es difícil pensar o recuperar algo de lógica cuando Black está haciéndome ver colores en medio de tanta oscuridad. La conversación que tuvimos quedó olvidada por completo ahora.

—¿Te excita la posibilidad de que alguien entre y te consiga así, expuesta y mojada conmigo entre tus piernas?

Me muerdo el labio inferior.

—No eres tímida, Bea. Admítelo.

—Sí, me excita.

Él mete otro dedo y la sensación me hace gemir aún más, mientras su boca está enfocada en la parte superior de mi intimidad, sus dedos salen y entran de mí. Es doble estimulación y muevo las caderas, ansiosa, anhelando ser llenada por otra parte de él. Black cierra los ojos, enfocándose aún más, agregándole intensidad a todo y echo la cabeza hacia atrás disfrutándolo plenamente.

Estoy tan cerca...

Algo bloquea la pequeña línea de luz colándose desde la puerta y bajo la mirada, a punto de empujar a Black lejos de mí cuando lo veo.

Red.

Él está parado afuera, justo frente a la puerta con las manos en los bolsillos de sus vaqueros, mirándome directamente por el espacio entreabierto. Su expresión es firme y estoica, y quiero parar de gemir, pero no puedo porque Black sabe que estoy cerca y está dándolo todo ahí abajo. Un jadeo se me escapa y Red baja la mirada a mi entrepierna donde Black está lamiendo y todo esto me está...

Encantando...

Alguien me está viendo. Red va a verme tener un orgasmo aquí, y me avergüenza, pero me excita más que todo. Así que, mirándolo a los ojos, me dejo llevar por Black y gimo. Red no se mueve, solo me observa y siento que voy a explotar.

—Black... —gimo, acariciando ese cabello negro mientras lo muevo aún más contra mí.

Estoy tan mojada que cada vez que Black mueve sus dedos es completamente audible. Él continua sus lamidas, y el movimiento de sus dedos se acelera. Así que perdida en esos ojos azules que ven desde la puerta, cierro los míos y me dejo llevar por el orgasmo.

¡Y madre mía de todos los orgasmos!

Las corrientes de placer tensan mi vientre y el hormigueo me sube por el estómago, por el pecho y pasa a mis extremidades. Me estremezco, gimiendo el nombre de Black hasta que me quedo sin saliva. Cuando abro los ojos, vuelvo a mirar al pelirrojo en la puerta, mi pecho subiendo y bajando con cada respiración. Él hace algo que me acelera aún más el corazón.

La esquina de sus labios se levanta en una sonrisa torcida, llena de picardía y mueve sus labios para decir algo sin producir sonido alguno:

Buena chica.

Y se da la vuelta y se va.

Black se pone de pie y me besa sin darme tiempo de procesar lo que acaba de pasar. Y le respondo el beso con todas las ganas, sintiendo mi sabor en sus labios porque me acaba de llevar a las estrellas con su boca. Que Red me viera definitivamente fue gasolina al fuego que ya ardía con Black, pero eso no quita que la persona que me está haciendo sentir todo esto es Black.

Así que me bajo del escritorio y me dirijo a la puerta para cerrarla. Cuando vuelvo al escritorio, enciendo las luces. Estoy desnuda de la cintura hacia abajo y no me importa, camino con confianza en todo momento y me vuelvo a sentar en el escritorio frente a Black.

—Quítate la ropa. —Le ordeno porque después de lo que acaba de pasar, quiero más, quiero sentirlo dentro de mí. Black levanta las manos, rendido.

—Como usted ordene. —Él se quita los vaqueros y saca un condón del bolsillo antes de lanzar su ropa a un lado. Mi mirada cae en su erección y me lamo los labios—. No soy comida, Bea. Me siento follado con tu mirada.

Eso me hace reír.

—No será solo con la mirada.

—¿Ah sí? Abre las piernas, entonces. Déjame ver lo mojada que estás.

Lo hago y él envuelve la mano alrededor de su miembro, frotándolo un poco para luego acercarse y le ayudo a quitarse la camisa porque necesito sentir su pecho, toda su piel contra la mía y ver esos tatuajes. Nos besamos de nuevo mientras él me pasa el condón y se lo pongo rápidamente.

—Estás loquita porque te folle, ¿eh?

—Black.

—Mírame, Bea. —Él sostiene mi rostro con ambas manos, y me mira a los ojos antes de penetrarme de golpe. Suelto un jadeo agonizante de placer, me siento llena y caliente mientras me acostumbro a su invasión. Black me jala de las caderas hasta que quedo completamente a la orilla del escritorio y se impulsa para comenzar a moverse. Y me sostengo como puedo con las manos a los lados. Puedo verlo todo, su pecho, su abdomen y la parte baja donde hay dos tatuajes más hasta que mi vista llega a la unión de nuestros cuerpos y puedo ver mi humedad tan visible en el condón cada vez él sale de mí para volver a llenarme.

Black usa la mano para frotar ese punto de nervios en mi intimidad mientras continua sus movimientos. Dios, este chico sí que sabe lo que hace. Sin embargo, necesito...

—Más duro, Black. —Pido sin vergüenza alguna.

—No quiero hacerte daño.

—Estaré bien. —Le aseguro, si tan solo él supiera las cosas que me han hecho y que me gustan, ni siquiera dudaría.

Black me clava los dedos en las caderas y acelera sus movimientos, nuestros cuerpos produciendo un sonido de impacto con cada estocada, y me encanta.

—Sí, sí, así, Black. —Gimo, guindándome de su cuello y él me levanta del escritorio hasta que envuelvo las piernas a su alrededor y nos movemos juntos sin control alguno, dejándonos llevar por completo. Cada vez que se adentra en mí por completo, cierro los ojos de lo increíble que se siente.

—Dime que eres mía, Bea, solo mía.

Solo acepto ese tipo de posesividad en un contexto sexual, me lo dice en otro momento y lo golpeo. Así que gimo su nombre al oído antes de susurrar:

—Soy tuya, Black. —Le muerdo el lóbulo de la oreja y él gruñe—. Puedes hacer conmigo lo que quieras.

—¿Lo que quiera? —él chupa la piel de mi cuello con fuerza y sé que eso dejará marca.

—Sí, lo que quieras.

Black me baja, me gira y pone su mano sobre mi espalda, empujándome hasta que toda la parte superior de mi cuerpo queda sobre el escritorio. Mis pechos se presionan contra la madera al igual que el lado de mi cara. Y él me roza, pero se queda ahí detrás de mí sin avanzar.

—Black. —Me quejo, echándole un vistazo sobre mi hombro.

—Sabes, Bea, —comienza y me suelta una nalgada que me deja jadeando en sorpresa—. He estado investigando lo que te gusta.

Otra nalgada, y mi piel arde de esa forma dolorosa que me encanta. Él se inclina sobre mí y me agarra del pelo, forzándome a arquearme ligeramente para decir en mi oído.

—¿Esto te gusta?

Jadeo antes de responder.

—Sí, mucho.

Él me suelta, me agarra las manos y las posiciona sobre mis nalgas.

—Ábrete para mí.

Su orden envía una corriente deliciosa por mi piel. Obedezco abriéndome con las manos y separando mis piernas. Y él me roza, pero no continua y es una tortura.

—Black.

—Si quieres que te folle, ruégame.

—Por favor, Black.

—¿Por favor qué?

—Por favor, fóllame.

Y él me penetra con una lentitud que me hace estremecer, puedo sentir cada parte de él adentrándose antes de que él quite mis manos para agarrarse de mi trasero y empezar con sus movimientos rápidos, fuertes y decididos. La piel frontal de mis muslos duele un poco al estrellarse con el escritorio con cada estocada, sin embargo, lo disfruto. Mi mente está gritando 'sí, sí, si' mientras los gemidos salen uno tras otro y araño la madera del escritorio. Black planta su mano abierta sobre el lado de mi cara, presionándola contra la madera y se inclina sobre mí.

—Mírate, estás toda mojada sobre mi polla. —Gruñe un poco—. ¿Te gusta?

—Sí, me encanta, Black —respondo honestamente.

Puedo sentir la humedad bajando un poco por la parte interior de mis muslos, cuando un chico sabe lo que hace, me mojo mucho. Al principio, pensé que era algo raro porque cuando hablaba con mis amigas, nadie mencionaba empapar sábanas o ropa, etc, mientras ese era mi pan de cada día si la persona sabía lo que hacía, luego me di cuenta de que era algo normal. Black supo calentarme con sus besos, luego me hizo tener un orgasmo con la boca y ahora me folla deliciosamente, es normal que esté empapada. El roce cálido y mojado entre nosotros me hace voltear los ojos. Y creo que voy a tener otro maravilloso orgasmo.

Mi mente consumida por la lujuria recuerda la mirada de Red, su calma y su aura de poder al observarme. Y me lo imagino ahí frente a nosotros viendo como Black me da la follada de mi vida contra un escritorio. Recuerdo sus dedos en mi boca como aquella noche en la camioneta, ¿y si hiciera lo mismo? ¿Si usara mi boca mientras Black me folla desde atrás? Que él me observe desde arriba con esa superioridad mientras usa mi boca a su antojo, es... que imagen tan...

—¡Ah! —Black acelera sus movimientos y se tornan torpes y poco coordinados, sé que va a correrse pronto y bajo la mano para tocarme ahí encima mientras él sigue para ambos podamos terminar juntos.

—¡Bea!

Oírlo gemir mi nombre, mi verdadero nombre me hace contener la respiración. Hay algo intimo y muy profundo en ello. Black mantiene su ritmo con unas ultimas estocadas, ambos alcanzamos el orgasmo.

El estudio se queda en un silencio que solo se ve interrumpido por nuestras caóticas respiraciones y luego la voz sin aliento de Black:

—Guao.

Él sale de mí y me enderezo para girarme y verlo lanzar el condón a la basura. Nos vestimos, intentando recuperar el aliento, creo que por eso ninguno de los dos dice nada. Aún estamos procesando todo. Me dejo caer en el sofá y Black se queda de pie, acomodándose el cabello sin éxito alguno.

—Lo siento. —Él se pasa la mano por la cara—. Por la escenita de antes, no suelo ser así, la verdad.

—Ya no sé como eres —admito, pero no de mala forma—. Estos días me di cuenta de que... en realidad, no nos conocemos mucho, ¿no?

Él se sienta en el brazo del mueble al otro lado y gira su rostro para verme. Y en ese momento, se ve... increíblemente atractivo, su cabello, su piel morena brillando ligeramente por el sudor, lo oscuro de sus ojos, sus tatuajes. Trago grueso porque aún estoy afectada por la maravilla que fue el sexo.

—Lamento no llamarte después de la golpiza —digo porque de verdad lo lamento, independientemente de todo, no debí conformarme con preguntarle a Amber por él—. Pero no siento que yo sea la única dando señales confusas aquí, Black.

Él suspira.

—¿Pasó algo entre tú y Red?

La pregunta me toma completamente desprevenida, abro la boca y luego la cierro antes de recuperarme.

—No tengo que responderte eso, Black.

—Lo sé.

—¿Pasa algo entre tú y Violet?

Él se tensa y yo continuo:

—Tampoco tienes que responderme. Creo que ambos hemos dado señales confusas y creo que deberíamos aclarar lo que queremos.

Él se pasa la mano por la mandíbula, mirando la pared por unos segundos antes de volver a mirarme.

—¿Tú sabes lo que quieres, Bea?

—No, pero eso no quiere decir que deba arrastrarte con mi indecisión.

—Fue él, ¿no es así?

—¿Qué?

—Fue Red el que se asomó en la puerta. —Me congelo—. Solo vi la luz ser cubierta por una sombra, pero no me apartaste, así que fue él, ¿no?

Abro la boca para responder cuando alguien toca la puerta.

—¿Chicos? ¿Están ahí? ¿Por qué está cerrado? —La voz de Violet otro lado nos saca del momento.

De pronto, veo como Black se arregla la ropa con torpeza y revisa la basura para asegurarse que el condón quede bien al fondo antes de ojear todo el estudio como si buscara evidencia que eliminar. Se me aprieta el pecho, porque como él mismo lo dijo antes 'las acciones dicen más que palabras' así que me pongo de pie para ir a la puerta y me paro a su lado para decirle:

—Si tú tampoco sabes lo que quieres, deja de arrastrarme con tu indecisión. 


#


Nota de la autora: Hace como que un poco de calor por acá, ¿no? Hay mucho que chismear así que vamos por partes:

Red entrando al chat en pleno show: :O

Black investigando y dandole una buena sacudida a Bea ;)

La conversación entre Bea y Black ;/

Muakatela, 

Ariana Colores del Valle. 


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