Tener unos padres con la mentalidad cerrada y con ideas racistas y machistas eran una cosa difícil de sobre llevar, más si eres la hija menor.
Tu padre nunca te dejaba hacer nada, no salidas, no novios no nada, eras una sirvienta más en esa casa, tampoco te dejaron tener estudios, ya que según ellos, porque eras mujer tenias que aprender a cocinar, lavar y a ser una buena ama de casa.
Claro esas reglas no aplicaban a tu hermano mayor, era enfermizo escuchar a tu padre y a tu hermano hablar tranquilamente en la cena de como se cogia a su novia, un día quisiste hablar de sexualidad con él.
Pero vaya cachetada que te llevaste al pedirle consejos, pues según el eras un dama y no podias estar hablando de esas cosas, incluso dijo que tú tenias que llegar virgen al matrimonio.
Habló con tu madre sobre lo que le preguntaste y ambos se escandalizaron como si hubieras cometido un asesinato. Desde ahí decidieron llevarte al ginecólogo una vez por semana.
Y es ahí donde empieza lo interesante, pues quien diría que el doctor que te atenderia seria tan guapo. Imaginabas a un calvo viejo con barba.
Pero no, te encontraste con un joven alto, pelo negro, ojos azules, una radiante sonrisa, musculoso. Sip, ese hombre vería tu vagina una vez por semana.
"Lastimosamente" y lo digo entre comillas porque de lastimoso no tuvo nada, una vez tu madre no pudo acompañarte a las citas. Desde el momento en el que entraste sola al cuarto la tensión se hizo más evidente.
Dick:¿tu madre no vino contigo?
Tn:no, no lo hizo. No pudo.
Aquella sonrisa de lado que hizo te lleno de nervios.
Dick:bien, ya sabes la rutina–dijo tomando unos cuantas hojas.
Con los mismo nervios de siempre entraste al baño y te quitaste la ropa poniendote la bata de siempre. Al salir el doctor Grayson te apuntó la camilla a la que tenias que subir.
Te subiste a la camilla y reposaste tus pies en cada lado haciendo que su piernas se separaran.
Dick:bien, empecemos–se acercó a ti dejando los papeles a un lado de la mesa–abre un poco más las piernas.
Asentiste separando las rodillas y dejándote completamente expuesta. Él se puso los guantes y comenzó a revisarte, lo cual implica que sus dedos te tocan constantemente.
Dick:todo sigue igual y bien. Pero ¿puedo hacerte una pregunta?
Tn:si.
Dick:¿porque vienes una vez a la semana a revisarte?
Tn:mis padres me obligan.
Dick:¿porqué?
Tn:porque quieren asegurarse de que llegue virgen el día que me case.
Dick:¿qué?–preguntó extrañado–qué estupidez–tomó tus papeles y leyó tus datos–tienes 19 años, ¿y aun no has tenido ninguna experiencia sexual?
Tn:no, nada de nada.
Dick:pero...que clase de mentalidad tan anticuada.
Tn:mi papá es muy machista.
Dick:que horror. Debe ser difícil para ti.
Tn:si, lo es. Esto de venir siempre no me gusta.
Dick:¿no te gusta venir a verme?
Tn:no, no es eso, es que...esto lo hago por no tener a mis padres encima de mi todo el tiempo, porque si no sigo sus patéticas reglas me van a matar.
Dick:puedes romper las reglas en secreto.
Tn:¿cómo? Si todo el tiempo están sobre mi, solo me dejan salir al mercado con mi mamá, ahora nadie vino conmigo porque mi estúpido hermano tenía partidos de fútbol.
Dick:puedes romperlas conmigo.
Tn:¿qué?
Dick:¿nunca te has preguntado como se siente ser complacido por alguien?
Tn:si...si pero...
Dick:yo te puedo ayudar con eso.
Tn:no tienes que hacerlo.
Dick:quiero hacerlo, eres muy hermosa y linda, no es justo que tus padres te hagan eso. Además, eres totalmente libre de experimentar tu sexualidad. Y te prometo que lo que hagamos tú y yo se quedará en nosotros ¿si?–asentí–entonces ¿si quieres?
Tn:si–susurré bajito.
Él sonrio y se acerco besando tus labios. Un lindo y lento beso. Poco a poco sus besos bajaran hasta tu cuello, de ahí a tu abdomen hasta quedar frente a tu intimidad.
Pasó su lengua lentamente, te retorciste gimiendo un poco. Succionaba con sus labios usando la punta de su lengua en tu entrada. Cerraste un poco las piernas.
Dick:abre un poco más las piernas.
Tn:si...lo...lo siento.
Dick:descuida.
Acercó su lengua a tu clitoris masajeandolo en circulos. Gemiste tapandote la boca y cerraste las piernas otra vez. Dick levantó la cabeza sonriendo socarrón.
Tn:perdón.
Dick:tranquila, esta bien–volvió a acercar su boca a tu intimidad separando tus piernas con sus brazos.
Mariana:hija, vamos levantate, ya nos toca.
Te levantaste de la silla de espera yendo al consultorio de el Doctor Grayson con tu madre detrás de ti.
Al entrar el se dio la vuelta y les sonrió.
Dick:señora, tome asiento por favor. Señorita, cambiese la ropa en el vestidor por favor.
Con nervios te cambiaste y te sentaste en el sillon. Dick se puso entre tus piernas poniéndose el guante jalandolo hacia abajo moviendo sus dedos.
Se acercó y empezó la revisión, el se veía tan relajado mientras que tu estabas al borde de un paro cardíaco. El teléfono de tu madre sonó y se levantó para contestar, se salió quedando en el marco de la puerta dándoles la espalda.
En ese momento los dedos de Dick se deslizaron dentro de ti, contuviste un gemido y lo miraste sorprendida.
Tn:Dick...¿qué haces? Basta.
Dick:tranquila nena, solo reviso que tu flujo vaginal este en perfectas condiciones.
Su pulgar fue hacia tu clitoris y lo masajeo en circulos lentos. Apretaste los labios para no hacer ningún ruido.
Tn:Dick...por favor...basta.
Riendo alejó su mano de ti y se llevó los dedos a la boca degustando tu humedad.
Dick:si, todo está en orden.
Cuando escucho a tu madre despedirse volvió a hacer su trabajo. Tu madre volvió dentro y se sentó en una silla que estaba al fondo viendo todo.
Dick:bien, te haré las mismas preguntas de siempre.
Tn:si Doctor.
Dick:bien, ¿has tenido relaciones sexuales?
Tn:no.
Dick:¿no?–preguntó sonriendo arqueando la ceja.
Tn:Dick...dios dios–hechaste la cabeza hacia atrás rasguñando su espalda mientras que tus piernas lo apretaban con fuerza aferrándose a su cuerpo.
Él te seguía penetrando sobre su escritorio mientras gemia roncamente en tu cuello.
Tn:no.
Dick:bien, ¿alguna vez te has masturbado o te han masturbado?
Maldito hijo de puta.
Tn:más rápido Dick.
Dick:¿qué quieres nena? Dilo más fuerte.
Tn:¡mueve tus dedos más rápido!
Sus dedos se movieron en circulos más acelerados robandote el aliento arqueando la eapalda.
Tn:no, nunca.
Dick:bien–dijo contenido la risa–señora su hija sigue siendo virgen y pura.
Mariana:me alegro, esa es mi niña.
Bajaste de la camilla y fuiste al baño a cambiarte la ropa. Al regresar Dick hablo.
Dick:por cierto, la próxima cita será el miércoles.
Mariana:¿el miércoles? No puedo acompañarla, ¿no puede otro dia?
Dick:no, tengo mi agenda llena.
Mariana:¿crees que puedas venir sola?
Tn:si mamá, no hay problema.
Mariana:deacuerdo, confio en usted Doctor.
Dick:claro señora, su hija está bien entre mis manos.
Ella asintió y ambas se dirigieron a la salida.
Dick:nos vemos el miércoles señorita ____.