FINISH LINE

By DaniTLeon

110 26 0

El verano ha terminado y ha dejado la vida de Leonel en un total desastre. Los estragos son muchos y ni siqui... More

Prólogo.
01 Una chica rubia.
02 Primer día.
04 Intentos y encuentros
05 No es tu problema
06 Concordia

03 Chico diferente

10 4 0
By DaniTLeon

Bianca

Habían pasado dos semanas.

En ese tiempo había estado ocupada aprendiendo cómo se llevaban a cabo las clases y haciendo algunas amistades (cosa que me estaba costando un poquitín más), pero la verdad es que me gusta mucho más este lugar que mi anterior escuela. Aunque no niego que extraño demasiado a la tía Pegg y a Steve.

Ahora me encontraba sentada en mi respectivo pupitre, apoyando mi cabeza en las manos; esperaba a que comenzara la clase de Física. Como siempre, aún faltaban 10 minutos para eso.

En ese tiempo ví como llegaban de a poco los demás compañeros. Por ejemplo, ubicaba a Paulina y su inseparable grupo de amigas, a Darío y sus amigos que se creían los más 'guapos' de todo el maldito planeta Tierra y sólo por eso los demás los consideraban como los 'populares' Ja. Ahora entraba Irina y su mejor amiga, Astrid me dijo que en algún momento Irina y Paulina habían sido mejores amigas pero algo había pasado y desde entonces no se hablaban pero nadie sabía la verdadera razón de la pelea, me da curiosidad a decir verdad. Y hablando de la reina de Roma...

-¡Okay! Dormí solo 3 horas, pero la verdad me siento genial

-Astrid, eso dijiste el lunes pasado y en clase de Educación Física te quedaste dormida en los vestidores.

Fue graciosa la mirada que me dirigió la pelinegra.

-Bueno, es verdad pero hoy no pasará, NO SEÑOR, porque he tomado dos grandes tazas de café mientras venía para acá

-¿Te das cuenta de que lo único que te provocarás es tener ansiedad todo el día?

-Probablemente, pero la escuela me da ansiedad de todos modos, así que supongo que no importa mucho de todos modos -respondió mientras tomaba asiento en el pupitre trasero.

Astrid es una chica pequeña pero muy guapa. Admiro lo extrovertida que puede llegar a ser y la sonrisa tan hermosa que mantiene casi en todo momento. Le hablé por primera vez cuando le pedí prestado un bolígrafo hace como semana y media.

-Por cierto, ¿Por qué no pides permiso para salir el viernes? -me dice una vez que a terminado de instalarse en su asiento.

-Pe...pero apenas es lunes

-¿Y qué tiene? Tú pide permiso, si no quieres salir al menos para que vayamos a casa y veamos una serie o algo así. Dijiste que preferidas eso a salir ¿No?

-Ammm pues sí, algo así

-Pues ahí está, los chicos no han planeado nada, así que estoy libre

Los chicos, los otros amigos de Astrid, a los que por alguna razón no termino de caerles bien así que no encajo en sus planes.

-Vale, le diré a mi hermana, a ver qué dice.

-Oki Doki, por cierto, ¿Cómo dijiste que se llamaba?

-Melissa

-Ugh, tiene nombre de chica popular que te ve por encima del hombro

-¡Oye! Eso no es cierto

-Lo siento, pero sí. Aunque no digo que ella sea así, sino que su nombre le pertenece a alguien que es así.

Me empiezo a reír, me encanta como es su forma de expresarse.

Justo en ese momento llega el profesor. Y justo detrás de él aquel chico alto y de cabellos negros aparece ante mis ojos. Su despectiva mirada se había fijado por un efímero momento en la mía, pero rápidamente rompió el contacto y se dirigió a su asiento.

No me iba a engañar, me llama la atención. Y no, no en un sentido de atracción, sino por mera curiosidad. Es inteligente por lo que había visto en algunas notas, pero nunca participa en clase, incluso en Educación Física busca las excusas más tontas para hacer lo menos posible, tales como estar enfermo, tener esguinces o dolor de cabeza, olvidar su uniforme, etcétera. Tampoco habla con casi nadie, el único con el que lo he visto interactuar un poco es con Daniel, un chico que según Astrid es huérfano.

A eso sumenle la cicatriz, digo ¿A quién no le da curiosidad saber que fue lo que la provocó?

Le dirigi una última mirada y note que ya se encontraba sacando su libro, así que me volteé y procedí a hacer lo mismo.

Dos horas y media más tarde cruzaba las puertas abiertas de par en par que daban al recibidor del colegio decorado modernamente para ir a almorzar. Desde que llegué hace 15 días no me había sido difícil darme cuenta de la grandeza del edificio, pero mayormente era por los jardines que había a los alrededores y la verdad la construcción había sido muy bien diseñada en cuanto a la distribución de todos los salones, el auditorio, laboratorio y demás extras.

-¿Qué harás al salir de la escuela? ¿Quieres que te dé un aventón a tu casa? -peguntó Astrid mientras comíamos en una mesa del patio

-No, gracias. Hoy voy a empezar a buscar un trabajo... ¿De casualidad no tienes idea de un lugar que necesite una empelada a medio tiempo?

-Mmmm creo que no, pero déjame preguntar; yo te aviso

-Gracias -contesté mientras me llevaba a la boca otro bocado del intento de pasta de mi hermana, ni siquiera estaba segura de si tenía que tener ese aspecto color café

-Por nada, pero ¿Por qué necesitas el empleo? ¿Tienes deudas?

-Aún no gracias a Dios. Pero quiero ayudar a mi hermana a pagar la renta.

-¿Y ella está de acuerdo?

-En realidad no se lo he comentado. Pero trabaja mucho mientras yo sólo estudio y no me siento cómoda, así que pues, manitas ¿Pa' que las quiero? Y además en algún momento puede ocurrir algo y entonces estaré agradecida por tener algunos ahorros mínimo.

-Pero ¿Qué no dijiste que ella te había dicho precisamente eso? Que le ayudabas muchísimo más si te enfocas en tus estudios. Y respecto a lo otro, creo que a veces eres demasiado precavida

Astrid no lo entiende, ella es hija única y tiene estabilidad económica, no es como yo. De hecho antes de todo lo que pasó, mamá aprobaba el que quisiese trabajar y a mí me gustaba. Anteriormente trabajé de mesera en un local de comida china, la verdad no se me daba mal adaptarme.

-Ya sé, pero soy lo suficientemente mayor como para poder tener un trabajo que me ayude a pagar mis cosas. -no fue mi intención, pero en mi tono se notó una leve recriminación

-Vale, vale, lo siento, no te enfades

Doy un suspiro antes de responder

-No, yo lo siento. Disculpa, creo que la que está ansiosa soy yo y eso que no he tomado café en todo el día

-Y es precisamente por eso que estás así

Ambas dejamos escapar una sonora carcajada y luego seguimos conversando en lo que quedaba del descanso. Me alegra tener una amiga después de tanto tiempo.

Ya para la última clase, Matemáticas, mientras miraba por el ventanal del salón mi mente divagaba pensando en todo lo que había pasado en mi vida en tan poco tiempo. Ahora me encuentro en mi último curso, me queda menos de un año para graduarme. Aún dispongo de algunos meses para preocuparme por saber a qué Universidad iré. Por ahora daré lo mejor de mí y pondré orgullosa a Meli.

Y pensándolo bien, quizás soy afortunada, es decir, tengo una nueva amiga, hasta ahora las clases no se me complican y quizás en esta semanas consiga un trabajo. Ya había pasado la etapa de centrarme en todos mis problemas. Ahora los enfrentaré y ganaré.

Y es que al pensarlo bien puede que haya personas en peores situaciones. Me viene a la mente aquel chico, Leo, me pregunto ¿Cuál será su historia?

---

Una alterada voz me sacó de mis pensamientos mientras entraba al departamento.

--¡Hasta que por fin decidiste aparecer! -dijo la voz entre las sombras de una cocina que desprendia un penetrante olor a quemado.- ¡¿Qué te sucede?! Te he estado marcando toda la tarde.

El rostro descompuesto de Melissa apareció frente a mi campo de visón.

-Estaba muy preocupada, otros 10 minutos e iba a empezar a llamar a la comisaría para darte por desaparecida

-Lo siento ¿Vale? -sin darme cuenta empecé a hablar más rápido- Enserio perdón, olvidé el teléfono en la mañana y luego no pasaba el autobús para venir así que corrí hasta la siguiente parada para ver si ahí tenía algo de suerte y pasaba más rápido pero para el caso me salió peor y luego... luego yo.. yo

-Vale, vale, vale, para, para... Por favor cálmate. Antes que nada dime ¿Estás bien?

Suspiro

-Sí, estoy bien. Perdón por preocuparte.

Se toma su tiempo antes de volver a hablar, creo que medita en si debe llamarme la atención o terminar la pequeña disputa.

-Entiendo -vaya, eligió la segunda- Pero tú también tienes que entender que no puedes volver a hacerme eso; realmente... Realmente me asustaste mucho.

-Perdona Meli, no volverá a pasar

-Confío en qué sea así.

Posteriormente me abraza y luego vuelve a hablar

-Y ahora por favor date un baño y baja a cenar. Hoy preparé un delicioso estofado

-Quemado estofado querrás decir -dije antes de soltarme a reír

Luego de subir a asearme terminamos ordenando una pizza, a Meli nunca se le ha dado muy bien cocinar pero sé que al igual que todo lo que se propone al final lo logrará.

-Bueno y ahora sí que estamos más tranquilas, ¿Me dices a dónde te fuiste toda la tarde?

Oh no

-Ammm pues es que tenía que ir a buscar un libro a la biblioteca para un trabajo de Biología.

-Ajá

Demonios no me lo creo ni yo

Pasa como medio minuto antes de que agarre valor al ver que no deja de mirarme inquisitoriamente y me atreva a decirle la verdad

-Estuve buscando un empleo -dije lo más rápido posible

-¿Qué?

Ya sé que me entendió, pero seguramente tiene la esperanza de que le este gastando una broma

-Dije que estuve buscando un empleo

-¡Empleo! -clama como si fuera lo más desorbitante que le han dicho en su vida

-Sí, en otras palabras, trabajo u ocupación -respondo poniendo mi mejor sonrisa inocente

Me mira fijamente con completa confusión

-Pero Bianca, ¿Qué rayos? ¿Por qué... para qué haces eso? -Hace una pausa- No, no quiero y tú no necesitas ir a trabajar.

De antemano sé que no es fácil negociar con ella a la hora de tomar decisiones

-Mira, sé que te preocupa. Pero realmente siento el deber de hacerlo.

-Pues no, no tienes el dichoso deber. Te prometí que podías confiar en mí, que yo... yo te cuidaría Bianca.

-Lo sé, y créeme cuando te digo que eres la persona en la que más confío del mundo. Pero -tomo una respiración antes de continuar- Meli, sólo tienes 24 años, se supone que deberías estar disfrutando la vida y no cuidando de una adolescente.

-No tienes que hacerlo -repite enérgicamente.

-¡¿Acaso escuchas lo que te digo?! ¿Crees que voy a quedarme aquí haciendo tareas y limpiando la casa mientras mi hermana ha dejado de lado su profesión y vida social para poder pagar las cuentas mes a mes?

-Francamente... sí.

Okey, estoy empezando a enfadarme.

-Si te escucho ¿Vale? Pero también escúchame tú a mí...

-¡No! ¡No entiendes! No soy tonta, sé lo que has tenido que pagar por la inscripción del semestre y aún queda otro. Y es demasiado llegar a fin de mes con el departamento, la comida, la despensa... Y en un año es mi inscripción a la Universidad ¿No te das cuenta? ¿Y si ocurre algo? ¿Y si nos enfermamos o se avería el auto? ¡Necesitamos dinero!

Me mira fijamente

-No tenía idea de lo mucho que te estás atormentando -deja escapar un suspiro- Lo siento.

-¿Por qué te disculpas? -en estos momentos estoy a nada de que me salten las lágrimas, he luchado con eso pero siempre que me altero aunque sea un poco es imposible que mis ojos no acumulen gotas de sal

-Por esto, por no darte el apoyo emocional que necesitas

¿Es enserio? Creo que ha perdido el hilo de la conversación

-Mira, ¿Sabes que pienso? Que no debes preocuparte de más por lo que aún no sucede. Cada día tiene su propio tormento. Y hasta ahora nos ha ido bien, si llegara a pasar algo ya veríamos qué haríamos. Eres una gran chica y estoy muy orgullosa de ti. No quiero que tú felicidad se vea opacada por pensamientos de preocupación y menos si son entorno al dinero.

-Mi felicidad ya está opacada

-Pues por eso mismo hay que encargarnos de volver a iluminarla. Así que no más estrés ¿De acuerdo? Te repito, el dinero va y viene, por ahora estamos bien y estoy feliz de trabajar en pro de ti.

Una traicionera lágrima por fin resbala por mi mejilla y yo sólo pienso en lo buena que tuve que ser en una vida pasada para tener a Meli como mi hermana en ésta.

-Quizás tengas razón.

-Claro que la tengo, por algo soy la mayor

-De acuerdo, tienes razón. Lamento haberte gritado.

-Y por favor no vuelvas a ocultarme cómo te sientes

Tiene razón, sí, pero no me rendiré

-Pero por favor, por favor, por favor, me sentiría más cómoda si me dejas ayudarte aunque sea un poco. Prometo que buscaré un puesto de medio tiempo, sólo en días laborales.

Si no fuera yo misma, estoy segura de que me caeria mal por lo testaruda que soy algunas veces

Meli me dirige una intensa mirada de reproche.

-Me siento totalmente ignorada y eso duele.

-No, no, no... En serio te entendí. Confío en ti y te aseguro que no ocultaré mis pensamiento negativos pero... Pero... Es sólo que yo, en verdad quiero ayudarte un poco más. Te amo y agradezco todo lo que haces por mí. Quizás sea mi forma de querer demostrártelo.

Ella se centra en volver a darle dos mordiscos a su rebanada de pizza. A mí sinceramente se me ha ido el apetito.

-Sólo tres días, es lo único que te doy, no más.-dice al fin.

Me levantó, la abrazo por detrás y le doy un beso en la mejilla.

-Gracias Meli.

---

Debía organizar mi agenda. Mi mente divagaba pensando en lo apurada que tendría que estar los tres días que para mí serían laborales, también en qué no debía atrasarme con trabajos escolares para no sentirme aún más presionada y los otros cuatro días a parte de limpiar podría empezar a aprender a cocinar para que cuando llegue Melissa pueda descansar. Listo, tenía más o menos un plan. Ahora sólo hacia falta conseguir ese empleo. Fácil ¿No?

En ese momento Melissa entró a mi habitación y se sentó a un lado de mi en el piso, tuve miedo de que accidentalmente vaciara la taza de café que sostenía con una mano en la laptop que tenía en mis piernas pero me ahorré cualquier comentario.

-¿Qué haces? Pensé que ya estarías durmiendo -termina de decir esto y dirige la taza a sus labios para tomar un gran sorbo del líquido dentro

-Estaba a punto de acostarme pero me he quedado viendo algunas de fotografías que he estado tomando

No es mentira, realmente estaba viendo fotos unos minutos antes.

-A ver, muéstrame algunas -dice acercándose aún más a mí y volviendo a abrir la laptop

Posteriormente vuelvo a dar click en la carpeta con el nombre "Rebooting" y comenzamos a apreciar las fotos que he tomado desde que nos muadamos hace casi un mes.

Las primeras son de algunos paisajes que me gustaron mientras veníamos con la mudanza en el carro, otras más de nosotras dos cuando bajamos en una gasolinera y aprovechamos para comprar algunos dulces. Luego vienen las de la primera noche que dormimos aquí, estábamos un poco asustadas así que nos acostamos juntas y aprovechamos para tomarnos varias selfies. Al ver una de cuando estábamos desempacando las cosas Melissa se empezó a reír porque ese día me tropecé al mover una caja y caí de bruces, fue algo muy gracioso la verdad. Mi favorita es una que le tomé a ella desprevenida cuando por fin terminamos de instalarnos, estaba sonriendo, con sus manos en jaras y el rodete que se había hecho en el cabello hizo que se viera aún más hermosa de lo que es.

La otra mitad de las fotos son del instituto. Tengo una que tomé el primer día donde aparece la entrada principal y parte del jardín. En seguida una de la biblioteca, una selfie mía con el uniforme y luego una con Astrid, esa fue casi dos días después de la primera vez que hablamos. Tenía una de Astrid con sus amigos, se veían muy relajados y felices, hice nota mental de compartirle esa. Y también varias que supongo en algún momento terminaré borrando como una que le tome al sándwich que me supo delicioso en el almuerzo, otra de una moneda que me habían dado de cambio y brillaba de nueva,
otra de mi gorra a un lado de mi soda...

Y entonces apareció la de él. La cambié rápidamente, pero Melissa metiche dió click para regresarla.

-Uy un guapo, se ve chico malo pero no le quito lo guapo -dice emocionada- ¿Quién es?

-No es nadie, un compañero

-Ay ajá, un compañero al que te tomas el tiempo de tomarle una buena fotografía

-No es cierto, ahí veo al menos a otros tres compañeros

-Ammm ¿Si sabes lo que es 'enfocar' cierto?

-Ay ya cállate, sólo es un... chico algo diferente.

La foto la tomé el viernes pasado, entraba retrasado a clase, como siempre. Traía puesta una sudadera gris y algunos mechones de cabello caían sobre su frente.

-¿Diferente? ¿Por qué? ¿Por esa cicatriz?

-No exactamente. Solo es algo extraño punto.

Quizás esquivar la pregunta funcione...

-Eso no tiene lógica

Bueno, no funcionó. Ahora debo responder.

-Realmente no sé por qué tomé la foto... Simplemente estaba volteada en mi asiento platicando con Astrid y de pronto ella se distrajo y lo vi ahí sentado... y sólo la tomé. -Suspiro- Voy a borrarla.

-Espera, no la borres aún. A ver, ya me explicaste por qué tomaste la foto, ahora dime ¿Quién es el chico según tú 'diferente'? Todos somos diferentes si no me equivoco.

Odio cuando es igual de testaruda que yo.

-Bueno lo conocí el primer día de clases. Él tambien es nuevo, pero no sé de dónde viene o por qué se transfirió; en su presentación para las clases solo se limito a decir que se llama Leonel y que le gusta correr.

Sin darme cuenta sigo hablando aunque ya le he contestado su pregunta.

-Pero digo que es algo diferente porque no habla nunca, tan sólo lo he visto intercambiar algunas palabras con otro compañero llamado Daniel. Siempre llega tarde y tiene esa cara que sólo te da a entender que odia estar en la escuela y no lo entiendo porque lleva buenas notas por lo que dicen los maestros. ¡Y encima dice que le gusta correr y por su culpa a mi equipo le bajaron puntos en Educación física porque el señorito no quiso participar en la actividad!

Sin darme cuenta la última oración la dije gritando.

Melissa le da un último vistazo a la fotografia antes de volver a hablar

-Dos cosas. Primero, ¿Sabes a quién me recuerda el chico diferente? -Hace comillas con sus manos al decir las últimas dos palabras

-¿A quién?

-Pues a ti

-¿Qué?

-Recuerdo que hace apenas algún tiempo te comportabas muy parecidamente

-Claro que no

-Como digas -pone los ojos en blanco- Y segundo, creo que necesita compañía

Voltea y me mira fijamente

-Ajá ¿Y? Ya te dije que no le habla a nadie

-Yo creo que bien podrías ser su amiga.

Suelto una sonora carcajada y espero a que ella me imite, pero su serio temple me da a entender que habla enserio, así que dejo de reírme.

-Escucha, tienes razón, quizás necesite un amigo pero yo no puedo serlo. No sé nada sobre él.

-Puedes hacer el intento, ¿Qué tal que está pasando por un mal momento? Cuando nosotras estuvimos en esa situación lo que nos ayudó fue tener a personas en quien poder apoyarnos. Quizás el sólo necesite saber que no está solo.

-¿Y cómo lo sabes? ¿Qué tal que sólo es un amargado? O no sé... ¿Qué tal que usa drogas?

-Quizás me equivoque, pero no sé, cómo que me da ese presentimiento

-Ash, tú y tus presentimientos.

-Inténtalo y si ves que no te conviene su compañía simplemente te alejas

Me quedo pensando y después vuelvo a suspirar como por décima vez en el día

-Lo pensaré -respondo finalmente.

-Vale. Me voy a dormir, te dejé sopa para que la calientes y desayunes mañana.

-Gracias Mel, te quiero mucho mucho.

Después de que abandona la habitación le doy una última mirada a la foto y me acuesto. Quizás no sea tan mala idea, lo intentaré, si acepta genial y si no, ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Con eso en mente me quedo dormida.

Era como si el destino lo hubiera planeado desde siempre. Tenía que ser ella.

Continue Reading

You'll Also Like

10.2K 1.6K 73
Dos internados. Uno de chicas y otro de chicos. Pero desafortunadamente en uno de ellos ocurre una trágica y misteriosa muerte que venía acompañada c...
3.8K 262 28
Observaba la rutina diaria del instituto Eeriavale con mi habitual curiosidad. Era un lugar familiar, lleno de rostros conocidos y conversaciones tri...
25.5K 2.5K 29
Evil † Su mirada me da escalofríos, miedo, como si leyera mis pensamientos. Algo oscuro esconde en su mirada algo que no quiero saber. Ese hermoso h...
5.7K 249 14
Despues de 8 años volviste a japón para tener una mejor vida y terminar tu preparatoria, Tambien para cumplir la promesa que le hiciste a una niña cu...